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Basura Caótica en el Multiverso

Desde que nació, Alan estuvo expuesto al lado mas repugnante y depravado de la humanidad, su infancia fue tan degenerada que el mismo se convirtió en una escoria. Después de destruir a las personas que mas odiaba y causar una catástrofe mundial, Alan pensó que era momento de partir y caer en el infierno por todo el sufrimiento que había provocado, sin embargo el multiverso tenía otros planes. ---------------- ---------------- ---------------- Advertencia: Conforme avanza la historia, el sexo, violencia y otros temas fuertes se hacen mas frecuentes, trataré de poner advertencias cuando este por iniciar algunas escenas para mayores. Mi protagonista tiene severos problemas mentales por lo que sus acciones no son lógicas y pueden desencadenar a escenarios perturbadores. Agradecería correcciones de ortografía, redacción y sugerencias. No hay una trama como tal y la historia consiste en saltar entre mundos para sembrar el caos. No siempre seguiré el canon de los mundos y hare cambios mis gustos y conveniencia de la trama, o simplemente porque he olvidado la trama original y soy vago para leer la wiki. Los mundos y personajes de ficción que salgan pertenecen a sus respectivo autores, no soy dueño de nada mas que mi protagonista. ------------ ------------ https :// ko-fi.com /bukaro Apóyame con una pequeña donación en Ko-Fi, no hay beneficios pero me harás feliz

Bukaro · アニメ·コミックス
レビュー数が足りません
38 Chs

Capítulo 20: Si mente dice blanco y cuerpo dice negro, corazón debe decir blanco

Alan y Serafall prepararon palomitas de maíz, refrescos, más pizza y helado para disfrutar de un maratón de anime.

Alan había dejado de pensar en Erza y las demás chicas en casa y solo se enfocó en disfrutar del tiempo con Serafall, aunque tuvo que usar su collar para mandar un mensaje a las niñas para que supieran que estaba bien ya que habían estado mandándole mensajes los últimos días y se preocuparon cuando Alan no respondía.

Alan les envió un breve mensaje diciendo que estaba bien, se había quedado dormido y ahora estaba viendo anime.

Las chicas sospecharon pero no presionaron más, Alan era un tonto que no mentía, e incluso si solía olvidar decir detalles importantes (como casi morir o caer en coma) el niño dijo que estaba bien así que su vida no debería correr peligro.

Solo esperaban que no hubiera hecho algo estúpido y peligroso como relacionarse con alguna de las grandes facciones del mundo sobrenatural…

O bueno, está viendo anime, ¿Qué es lo peor que podía hacer?

Alan prometió volver en unos días, aunque había logrado estabilizar sus impulsos suicidas con narcóticos, su mente seguía más entumecida de lo habitual por lo que no pensó en volver a casa y solo quería seguir pasando el tiempo con una de sus chicas mágicas favoritas, la adorable Levia-tan.

Así pasaron 3 días en los cuales Alan y Serafall se hicieron tan cercanos como un zapato y el chicle en la calle.

De hecho la chica mágica había insinuado adoptar a Alan pero se encontró un fuerte rechazo del chico.

Alan aún tenía una pésima impresión del concepto "familia", ya sean padres o hermanos eran términos que le provocaban desagrado si se relacionaban con él.

Esa fue parte de la razón por la que casi no se había contenido con Némesis durante su encuentro nocturno, la exloli con aspecto de villana se había llamado a sí misma "hermana mayor" lo que causó cierta molestia en Alan así que le dio un servicio especial que nunca olvidaría.

Serafall pudo esquivar el disgusto de Alan ya que no expresó la adopción de manera directa y fue lo suficiente observadora para notar que Alan se disgustaba ante la idea de tener padres o hermanos, ella lo atribuyó a su vida en el orfanato o una historia de abuso lo que la llevó a abrazarlo más.

Ella también había pensado convertir a Alan en parte de su nobleza con el uso de sus piezas de ajedrez demoniacas al igual que Kuroka fue convertida por la familia Naberius.

La chica mágica incluso le contó sobre su identidad como uno de los Cuatro Grandes Satanes con el título de Leviatan, a lo que Alan solo se burló ante el curioso sentido para nombrar que tenía Serafall, para llamar a su personaje de chica mágica con su título oficial como una Satán era algo que se esperaba de Serafall.

Alan rechazó la propuesta ya que él deseaba vivir y morir el resto de su vida como humano, no planeaba dejar su raza incluso si le ofrecieran volverse un dragón o un dios.

Cuando Serafall le preguntó la razón Alan respondió de manera simple.

- Los humanos son basura.

- … ¿Entonces porque quieres seguir siendo humano?

- Porque soy basura~

- … Al-chan, no debes menospreciarte así.

Serafall había empezado a desarrollar la costumbre de pellizcar las mejillas de Alan al regañarlo.

Con un suspiro ella dejó el asunto por el momento, siempre tendría oportunidad de convencerlo en el futuro, y si él seguía negándose cuando creciera, bueno ella buscaría algún elixir para extender su vida útil.

Serafall era una siscon (amor por hermana) y ahora también se estaba volviendo una brocon (amor por hermano).

Mientras Serafall dejaba salir sus preocupaciones con Alan ya que realmente necesitaba a alguien que escuchara sus problemas, en la nave espacial donde vivían Erza y las niñas las cosas se desarrollaban en dirección extraña.

Némesis había quedado inconsciente durante día y medio, al despertar ella sintió que todo su cuerpo hormigueaba mientras una sensación de delicioso ardor recorría su interior como si estuviera intoxicada.

La persona que más había estado enviando mensajes a Alan para que volviera había sido la chica de piel chocolate.

Némesis no había caído en una completa depravación solo porque Alan tuvo un poco de piedad con ella y evitó romper la mente de la chica con el poder del placer, sin embargo la experiencia fue suficiente para hacer que Némesis se sintiera "sedienta" con solo unos días sin contacto íntimo.

Kuroka había tomado la posición de administradora del futuro harem de Alan, cosa que el chico desconocía por completo.

La gatita tuvo que encargarse de poner a la villana en su lugar, después de dos días de discusiones y una "pequeña" pelea con una enojada pelirroja, Némesis finalmente aceptó ayudar a Kuroka con el ridículo plan de estabilizar a Alan a través de un harem.

Nadie estaba completamente feliz con el resultado pero era lo mejor que tenían por el momento.

Erza estaba frustrada hasta el infinito y si no fuera porque el pequeño idiota había escapado, lo hubiera golpeado hasta dejarlo tan blando como helado derretido, aunque es posible que el idiota lo hubiera disfrutado.

Kuroka tuvo que poner un gran esfuerzo para calmar a la pelirroja y solo después de hacer un trato fue que pudo conseguir su colaboración, aunque la naturaleza de este trato sin duda traería enormes problemas en el futuro, pero eso no era algo que le importara a loli Kuroka, eso sería un problema para adulta Kuroka y adulto Alan.

En cuanto a Némesis, se unió a la alianza por medio del dialogo, negociación, persuasión, y una terrible paliza por parte de Erza donde sus extremidades fueron cortadas por una enorme espada negra, luego Asia llegó a curarla y nuevamente fue cortada.

Némesis juró que se vengaría de la maldita niña pelirroja, en cuanto a como lo haría, ella le diría a Alan que la niña la estaba intimidando mientras ponía ojos de cachorro. Ni loca se atrevería a pelear de frente con la pequeña berserker.

En general las cosas se habían estabilizado en la nave de no ser por cierta mujer madura que había empezado a gemir "Ah Alan ALAAN~" mientras se masturbaba.

Shuri finalmente lo aceptó, tenía un fuerte deseo sexual por el maldito niño.

Su corazón seguía amando a su marido Baraqiel, pero su cuerpo ansiaba al estúpido niño que demostró ser capaz de romper el orgullo de una reina villana como Némesis.

Shuri nunca en su vida esperó despertar un lado shotacon y pensó todo era consecuencia del excesivo estrés que había estado experimentado desde que fue exiliada del clan Himejima.

Shuri amaba a su marido y adoraba por completo a su hija, sin embargo, en un lugar muy profundo de su corazón ella anhelaba la vida pacifica que tenía en el clan.

Shuri tuvo una vida estricta desde que era niña, fue educada como una de las candidatas a heredera del clan, su educación fue estricta y siempre se le exigió la perfección.

La presión que tuvo que enfrentar fue tanta que su mente se había fragmentado en las áreas de la piedad, empatía y afecto.

Si no hubiera sido por su madre que le enseñó lo que era el amor verdadero entonces era posible que Shuri se volviera una mujer fría y sádica que solo sabía causar sufrimiento, en realidad Shuri estuvo muy cerca de volverse una posible psicópata y solo el amor sincero de una madre amorosa pudo cerrar las heridas en su mente y corazón.

Aunque la herida fue cerrada, aun permaneció una cicatriz.

El odio, locura y crueldad de Shuri se desviaron a sus impulsos sexuales haciendo que desde una tempana edad tuviera un fetiche casi incontrolable por el sadismo.

Shuri se excitaba con los gritos de dolor y suplicas desesperadas, el olor de la sangre, el sonido de la carne siendo desgarrada y el maravilloso crujido de los huesos al romperse eran como música para sus oídos y un fuerte afrodisiaco para su mente.

Shuri era una mujer rota y trastornada que, a pesar de su rareza y locura, era capaz de amar de manera sincera.

Era difícil decir si la condición de Shuri era una bendición que la estabilizaba o una maldición que la separaba del mundo.

La forma en que se reía del sufrimiento de sus compañeros del clan, esa mirada excitada que ponía durante los combates de practica y los jadeos emocionados que se escuchaban de su habitación por las noches hicieron que su clan la tacharan de indecente e indeseable, por eso es por lo que incluso si era una de las mujeres más hermosas del clan, no tenía pretendientes.

Después de la muerte de su madre, Shuri se había sentido extremadamente sola, tenía un par de amigas pero podía ver que incluso ellas le temían ya que era un hecho conocido que Shuri solía causar extremo dolor a sus oponentes durante los combates de práctica, incluso si no les causaba lesiones severas.

A pesar todo, Shuri no odiaba su vida ni al clan, a pesar de hablar a sus espaldas y señalarla como una loca o incluso una ramera, nadie la maltrató directamente y había algunas personas que la respetaban por su fuerza.

Un día Shuri salió del clan para ganar experiencia en el mundo exterior, mientras exploraba un bosque encontró a un malherido Baraquiel.

Grigori y el clan Himejima tenían una alianza comercial por lo que Shuri fue a ayudar al ángel caído.

Mientras interactuaban durante un par de días, Shuri se enamoró de Baraqiel, era el primer hombre que la veía con genuino aprecio sin mostrar lujuria, miedo o disgusto.

Lo más emocionante fue que en su primera noche juntos Shuri descubrió que el ángel caído era un auténtico masoquista por lo que fue como si el destino los hubiera unido.

De esa noche ella quedó embarazada, ambos se amaban así que no era un problema para ellos ya que incluso hicieron un voto de matrimonio.

Los problemas vinieron cuando el clan Himejima descubrió que Shuri estaba embarazada, a ella realmente le dolió cuando fue llamada puta, ramera, zorra y toda clase de adjetivos humillantes.

El exilio fue el menor de sus problemas, cuando el clan Himejima supo quién era el padre comenzaron a perseguirla para quitarle a la niña por nacer ya que los ángeles, ángeles caídos y demonios tienen una taza de fertilidad muy baja y un niño que pudiera heredar sus genes junto a la herencia Himejima sería un activo valioso para desarrollar al clan.

Shuri tuvo que escapar mientras tenía 4 meses de embarazo, las cosas fueron aún más difíciles cuando los enemigos de Baraqiel supieron de su embarazo y también la persiguieron para matarla como forma de venganza contra el ángel caído.

Afortunadamente su esposo pudo rescatarla antes de que fuera asesinada, la llevó a un templo que era desconocido para la mayoría de las facciones sobrenaturales y así comenzó la nueva vida de Shuri.

Pasaron los años y su vida se volvió pacifica, tuvo una hermosa hija que se convirtió en lo más hermoso de su vida, aunque su esposo siempre estaba ocupado y a veces podía pasar meses enteros sin verlo, aún tenía una vida satisfactoria.

Al menos eso quería pensar.

En el fondo de su corazón, Shuri estaba enojada, frustrada y cansada con la forma en que vivía.

Tener que vivir toda su vida en el templo sin la opción de salir, ver como su hija no puede disfrutar de su infancia ni hacer amigos, estar siempre alerta ante el temor de que sus muchos enemigos la encontraran.

Día tras día, mes con mes y con el paso de los años la fortaleza mental de Shuri había estado desgastándose.

Shuri notaba que conforme pasaba el tiempo sus tendencias sádicas aumentaban como si reflejaran la frustración en su corazón, una vez incluso había dejado en coma a Baraqiel durante tres días ya que se excedió al quemarlo con magia del clan Himejima.

Shuri estaba ansiosa, conforme pasaba el tiempo sus deseos de sangre, crueldad y tortura crecían, incluso había fantaseado un par de veces con azotar a su hija para poder escuchar sus gritos y suplicas.

Shuri había estado aterrada de sí misma pero no tenía a quien recurrir, no había ningún amigo a quien le pudiera pedir ayuda, su esposo siempre estaba ocupado con su trabajo y ni siquiera podía contactarlo en caso de emergencia.

Shuri estaba sola, incluso si enloquecía y ponía en peligro a Akeno, ella estaba sola.

Al menos así era hasta que conoció a un lindo grupo de niños, eran alegres, adorables y problemáticos.

Alan era el más especial del grupo ya que solo con abrir la boca podía causar problemas.

Le divertía y le preocupaba que un niño tan pequeño ofreciera servicios sexuales a amas de casa que visitaban el templo e incluso a la propia Shuri.

A pesar de todas sus rarezas, Shuri apreciaba a Alan, fue solo con los collares mágicos de Alan que podían ocultar perfectamente el aura que Shuri y Akeno pudieron experimentar una vida normal.

Shir nunca pensó que algo tan simple como ir al mercado junto a su hija pudiera traerle un sentimiento de felicidad tan abrumador que había dejado escapar un par de lágrimas por la emoción.

Shuri disfrutaba viendo a su querida hija jugando con sus amigas, era la primera vez que la niña jugaba con tanta felicidad sin mostrar esa triste expresión de anhelo cuando veía a otros niños jugando en las escaleras del templo.

Shuri era feliz, incluso cuando el mocoso problemático trajo a un par de niñas nekoshu y tuvieron que abandonar su hogar, ella seguía siendo feliz, o mejor dicho ella estaba extasiada.

No solo había logrado escapar de esa jaula con apareincia de templo, incluso presencio una de las escenas más emocionantes que había experimentado hasta ese momento de su vida.

Los gritos, cadáveres esparcidos, intestinos volando, el penetrante olor de la sangre, la absoluta brutalidad y violencia sin misericordia, era… Tan… Emocionante.

Shuri se sintió como una niña en navidad que recibe el regalo que había deseado durante años.

Fue ese día que las sesiones de masturbación de Shuri habían comenzado, nunca se había sentido tan excitada, pero ese solo había sido el comienzo.

Alan era tan creativo, tan cruel, tan… Encantador.

Personas derritiéndose en pozos de cobre fundido, gente siendo despellejada parte por parte como si le quitaran la envoltura a un caramelo, un hombre que fue forzado a ingerir mercurio por el trasero hasta que todos sus orificios derramaron el líquido metálico, incluso hubo mujeres a giradas a velocidades supersónicas hasta que se convirtieron en una pasta liquida.

Shuri estaba pasando uno de los mejores momentos de su vida.

No solo era la emoción de ver espectáculos de violencia inhumana que excitaban su región inferior, su corazón se sentía cálido al ver como los idiotas que intentaban tocarla eran cortados una capa de piel a la vez.

Sentir que alguien la cuidaba y le prestaba atención era una sensación nueva y agradable, no importaba quien tratara de aprovecharse de ella, piratas espaciales, soldados del cuerpo de defensa planetaria o gobernantes de sus propios planetas, todos eran convertidos en una forma de arte que celebraba la violencia y brutalidad.

Alan no pensaba en las consecuencias, si alguien era una molestia entonces solo podrían desear una muerte rápida para evitar la horrible experiencia de ser cocinados a fuego lento en una sartén con aceite para luego ser devorados por algún perro espacial.

Shuri lo disfrutaba, ella sabía que estaba loca pero no esperaba que su sadismo fuera tan desenfrenado que tuviera la necesidad de masturbarse cada vez que Alan hacía un show de ejecución publica, incluso cuando Alan continuaba con su amor por las chicas mágicas y hacer que todo su cubriera con destellos brillantes y corazones de colores, el nivel de violencia visceral no disminuía ni un poco, es más, era como si Alan tratara de convertir la violencia en un nuevo tipo de arte colorido apto para toda la familia.

La idea era tan retorcida y enfermiza que el corazón de Shuri latía como loco al pensar en toda la clase de maravillas que podría ver si acompañaba a Alan.

Antes de que Shuri pudiera detenerse, ella había empezado a fantasear con Alan.

Como una sádica, Shuri debería anhelar a un masoquista, por eso se había enamorado de Baraqiel.

Sin embargo, las personas tienden a sentirse solas cuando no son comprendidas, Baraqiel la aceptaba pero no la comprendía, en realidad nadie podía comprenderla… O eso pensaba hasta que conoció a Alan.

El chico era un sádico innato, su crueldad era tan morbosa y maligna que no había límites para su brutalidad, podía sonreír como un niño inocente mientras aplastaba navíos espaciales con miles de personas dentro.

Era un sádico perfecto porque no era maligno, alguien que hace daño con un corazón sumergido en la maldad solo podía catalogarse como un monstruo sin sentido, solo aquellos que podían causar dolor mientras mantienen un corazón cariñoso podían sostener el título de sádico amoroso.

Lo mejor de todo es que Alan no solo era un sádico, era cariñoso con las niñas, mostraba genuino cuidado, sabía consentir a las personas que le eran cercanas, el orden de sus prioridades mostraba favoritismo por la gente que le gustaba y no por alguna estúpida responsabilidad autoimpuesta, y la cereza del pastel, Alan era un masoquista que podría aceptar la crueldad de una mujer trastornada.

La razón y lógica de Shuri habían estado peleando contra sus nuevos sentimientos.

Ella se decía a sí misma "¡Es solo un niño!", "¡Podría ser tu hijo!", "¡Su mente no está bien, necesita amor y cuidado real!", "¡Ya tiene varias niñas que lo quieren, niñas de su edad!", pero fue en vano.

Después de que ella presencio a Alan penetrar y dominar a Némesis, Shuri ya no pudo engañarse a sí misma.

Ella amaba a su esposo, adoraba a su hija y era feliz con su familia, sin embargo, Shuri, una mujer adulta, casada y madre de una hija de 8 años, estaba enamorada de un niño de 11 años con obvios problemas mentales.

Shuri se odiaba a si misma por sentirse aliviada al reconocer sus propios sentimientos.

Era una sensación agridulce de libertad y culpa que ella odiaba y disfrutaba por igual.

Shuri no sabía que hacer ahora, estaba contenta de que Alan se hubiera ido un tiempo ya que le daría tiempo de ordenar su caótico corazón, si el niño estuviera cerca entonces ni siquiera todos los dioses de todas las mitologías podrían prever lo que ella haría.

'Bueno, al menos parece bastante hábil en la cama… ¡Maldita sea Shuri, deja de ser una jodida shotacon!' Shuri se golpeó la mejilla izquierda con fuerza mientras se recostaba en el sofá de la sala.

El ardor de su mejilla le devolvieron la poca cordura que le quedaba haciendo que solo pudiera suspirar.

Shuri miró a la nada mientras tenía un conflicto interno, su mente decía NO, su coño decía SI, su corazón… ¡Maldita sea su corazón también dice SI! ¡Esto no estaba en el guion!

Como si las fuerzas que rigen al multiverso tuvieran el deseo de pisotear aún más a la lamentable mujer casada, un destello blanco apareció en medio de la sala haciendo que Shuri tuviera un déjà vu.

De entre la luz apareció un alegre niño que estaba siendo abrazado por un grupo de chicas de varias edades.

Afortunadamente la sala era estúpidamente grande por lo que podían estar hasta 1,000 personas en el lugar si se apretaban un poco.

- …

- ¡Mira, encontré más gatitas!

- …

Posiblemente la frase que mejor expresaba el estado de ánimo de Shuri era "quería llorar pero no tenía lágrimas".

Shuri no dijo nada y se acercó a Alan, las 734 chicas con orejas de gato miraban a Shuri con curiosidad, nerviosismo, intriga y sospecha pero se apartaron cuando Alan se dirigió a Shuri con un tono alegre.

- …

Shuri se agachó para estar a la misma altura de Alan.

El niño estaba limpio y sin heridas, Alan podía curarse ya que había logrado replicar parte del poder curativo de Asia pero siempre olvidaba reparar su ropa o limpiar la suciedad así que al verlo limpio significaba que Alan no se metió en alguna pelea absurda, eso o el pequeño lunático había destruido a sus enemigos antes de que pudieran responder.

Con un suspiro de alivio Shuri sonrió al pequeño alborotador.

- Me alegro de que estés bien.

Ella no lo noto, pero su tono de voz no era el que se usaba con un niño sino con un amante, esto hizo que el ejercito de chicas gato mirara con expresiones extrañas que variaban entre la curiosidad, una sensación juguetona, complicidad y ¿Celos? ¿Enserio?

Alan miró a la mujer y vio que había una marca de golpe en su mejilla izquierda.

- ¿Alguien te hizo daño?

Alan inclino la cabeza con confusión como un niño curioso pero los anillos mágicos rojos que aparecieron detrás de él explicaban que si Shuri decía un nombre, esa persona tendría la experiencia más miserable en este mundo (universo).

Shuri sintió que una sensación esponjosa crecía en su pecho al ver el comportamiento de Alan.

Siguiendo sus deseos, su cuerpo se movió antes de que su cerebro procesara la estupidez que estaba haciendo.

Las chicas gato detrás de Alan abrieron mucho los ojos al ver como la mujer madura de cabello negro sujetaba al niño y lo besaba apasionadamente.

Alan no comprendía que estaba ocurriendo pero no pensaba rechazar el agradable beso de una sexy mujer madura.

Alan movió una mano detrás de la cabeza de Shuri para sujetarla mientras su otra mano se movía al pecho de la mujer y comenzó a masajearlo.

Shuri sintió que una corriente eléctrica atravesaba su cuerpo mientras sus piernas temblaban, el mocoso era realmente bueno besando.

A Shuri ya no le importaban las complejidades de tener una brújula moral o un pensamiento racional, su cuerpo sabía lo que deseaba y su estúpido corazón era su cómplice.

Mientras esa cosa lejana llamada cordura se perdía en el camino de la vida, Shuri comenzaba a ceder a sus deseos mientras su cuerpo se calentaba.

No le podría importar menos que el ejercito felino tuviera una expresión de incredulidad y celo.

- ¡¿Volvió Alan?!

'¡Maldita sea, solo un poco más!' Shuri maldijo en su mente con la poca racionalidad que le quedaba.

El grito de Erza sonó desde lejos por lo que Shuri supo que la había cagado… Bueno, ella podría retomar el asunto para después- ¡No, ella no podía permitir que se repitiera, fue solo un momento de debilidad!

Shuri se separó de Alan antes de una enloquecida Erza entrara a la sala justo a tiempo para evitar la bala de cañón pelirroja que impactó contra Alan.

- ¡¡Maldito idiota, deberías haberte quedado para que pueda golpearte!!

Erza comenzó a sacudir a Alan como un muñeco de trapo pero se detuvo al sentir que una gran cantidad de intenciones asesinas se dirigían a ella.

- ¡¿Cómo te atreves a atacar a nuestro salvador nya?!

- ¡¡Maldita nadie puede atacar al salvador nya!!

- ¡¡Suelta a salvador-sama nya!!

- …

Erza miró inexpresivamente al ejercito felino antes de gritar con horror.

- ¡¡Se están multiplicando, maldita gata ladrona, trajo refuerzos!!

Llámalo instinto pero Erza estaba segura de que Kuroka tenía la culpa de la aparición del ejercito nya nya.

Kuroka, Némesis, Shirone, Asia y Akeno también llegaron a la sala y miraron de manera extraña a Kuroka al pensar que la gatita negra realmente había convocado un ejército.

Kuroka solo soltó un suspiro ya que parecía ser su turno de ser la persona madura y racional en este zoológico, ¿O sería mejor llamarlo exhibición de gatos? Lo que sea.

Este papel normalmente pertenencia a Shuri pero la mujer parecía totalmente distraída por alguna razón que Kuroka realmente deseaba no saber.

Los instintos felinos de Kuroka le dijeron estaba por comenzar un drama aún más ridículo que el provocado por Némesis, especialmente por el olor que venía del cuerpo de Shuri, la mujer no solo parecía estar celo, el olor de Alan parecía venir de su rostro, más específicamente sus labios.

'Ah, espero estar equivocada nya, me no pagan lo suficiente para esto nya.' Resignándose a su destino, Kuroka decidió interrogar al culpable más obvio de esto.

Después de que Alan pudo recuperarse del mareo causado por las sacudidas de Erza, comenzó a explicar la situación.

- Bueno todo comenzó cuando empecé a vivir con Sera-chan.

- ¿Quién nya?

- Serafall Leviatan, una de las Cuatro Grandes Satanes y la protagonista de Miracle ☆ Levia-tan, le gusta que le diga Sera-chan.

- … Ah, esto va a ser problemático nya.

Kuroka comenzó a replantearse si valía la pena limpiar los desastres de Alan, bueno al menos las cosas nunca se volverían aburridas si lo acompañaba, solo esperaba que su pequeño corazón felino pudiera soportar este caótico viaje por el multiverso.

Ando de buen humor así que pondré un segundo capítulo, también es una disculpa por tener que limitar los próximos capítulos por la falta de tiempo (˘◡˘) Aunque miren el lado positivo, empecé haciendo capítulos de 2,000 palabras y ahora varios pasan de las 4,000 (•◡•) /

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