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Capitulo 16: encuentra

Zatara y su grupo tuvieron que ir a un ritmo de trote para avanzar lo que se lograra en el día, en la noche acampaban en lugares cerrados, Danfang hacia guardia junto a Coollback, Zatara iba a cazar lo necesario, cada uno turnando cada cosa cada noche, solo que Coollback tendía a exagerar un poco cuando le tocaba cazar, asi como Danfang que traía apenas lo necesario.

Los que protegían, no podían salir de donde estaban hasta que fuera seguro.

—Bien, ya solo falta un poco más para llegar, pero siento que terminara en la misma situación que en esa ciudad— dijo Zatara mirando el mapa

—Podria decirse que eso aumentará más que antes— dijo Merza también revisando el mapa—, no hay otro puerto disponible para pasar, al que iremos mañana abrirá para transportar gente e insumos para este país y comercio para los demás

Iridi estaba haciendo algo con la rama de un palo al tallarla con una navaja.

—¿Intentas hacer una estaca o algo así?— pregunto Danfang al verla

—¿Eh? No, solo no me gusta estar sin hacer nada, siempre tengo que estar en movimiento o si no, podría estresarme más rapido— dijo ella moviendo el cuchillo

—¿Quieres que te enseñe a hacer armas y cosas con la madera?

—¿Enserio?

Danfang asintió y ella estaba muy emocionada.

Merza vio eso de lejos, solo expreso su leve disgusto con un pequeño resoplido.

—¿Entonces no quieres que hagan nada?— cuestionó Coollback que lo habían escuchado

—Solo quiero que se ocupen de su propia seguridad

—De eso nos ocupamos nosotros, deberías al menos dejarlos ser un poco mientras llegamos

Merza miró más a Iridi, su hermano por otra parte estaba con esos dos, también veía como Danfang cortaba una gran vara para darle forma, era algo tranquilo ver algo así, solo que Merza no lo sentía así.

—Merza... bien merecido — susurró Danfang

Zatara por su parte estaba haciendo guardia encima la copa de un árbol, confiaba en sus habilidades para saber si algo se aproximaba, aunque también desconfiaba de las mismas por qué sabía que no tenía, compensando eso con las trampas puestas en dónde podrían emboscarlos.

En todos sus dedos tenía varios hilos delgados de plástico conectados a alarmas en ciertos lugares de aquella área donde uno podría estar oculto.

En sus brazos tenían otros hilos un poco más gruesos, estos cubrían todo su músculo de cada uno, eran muchos, además que eran las trampas que había puesto, los delegados solo eran los avisos, si se rompía uno, sabría dónde ocurrió y que hilo de su antebrazo cortar.

Las demás noches solo eran cosas menores, conejos, lobos normales o incluso una vez cayó un oso, pero por accidente, así que estaba dormitando, queriendo descansar, pero en el límite del sueño sintió algo, fue un tirón fuerte de su dedo medio en su mano izquierda, seguido del dedo índice en la derecha, eso le quitó el sueño de golpe.

—Noroeste, veinte metros, sur, treinta y cinco...

Bajo enseguida del árbol, acomodándose de un modo que los hilos no tuvieran interferencia con ninguna otra rama.

»Danfang, Coollback, no los alarmen, trataré de encargarme de esto, si no puedo, ayúdenme

Sabía que podían escucharla, era una de sus ventajas en la comunicación, ellos escucharían lo que pasaba.

»Suspira… respira… suspira~~~

Sintió el vibrar de un hilo de sus antebrazos, lo corto con las uñas y lo jalo, no escucho ruido, pero el hilo se cortó del otro extremo pues lo sintió flojo, lo que significaba que había resultado.

Enseguida más hilos de sus dedos se tensaron, tomó otros más de sus brazos que estaban vibrando y jalo uno a uno haciendo una danza extraña para quien no notara los hilos, algunos cortándose enseguida, otros aún tensos, lo último que significaba que algunos la habían librado.

Cuando sintió que eran menos hilos, sujetó el resto a un lazo que había amarrado del árbol donde estaba, después se fue de ahí, cada vez que se tensaba uno, este era soltado al instante por el nudo sencillo y frágil que les hizo.

Corrió hacia un área próxima abierta, se colocó ahí y espero un poco más mientras estaba acostada en el suelo, espero, espero… hasta que…

—!Escuadron tres, seis, veinte y ocho, están fuera, necesitamos refuerzos¡, !esto es una locura, no sé que clase de trampas fueron esas, pero han mermado mucho a nuestras unidades¡

Escuchó eso estando inmóvil.

»!Es como si alguien supiera que íbamos a venir, pero es imposible, esto es de alto secreto, nadie que no sea el círculo de nuestro general, sabe sobre esto...

Escuchó más pasos cerca, cuando sintió uno encima, empezó.

Un sonido seco fue escuchado por todos, era de noche, pero la cara de aquel tipo por ver a alguien frente a él de una manera precipitada e inesperada, no tenía precio, no se escucho el primer grito, el único que se escuchó fue del sujeto de solo la mitad de aquel grupo, Zatara seguía moviéndose entre la incertidumbre de todo mundo.

—Veinte segundos de caos

Esquivaba la posible visión de ellos con ayuda de la noche, la desesperación de sus enemigos y los movimientos de su cuerpo por si intentaban contraatacar, hasta que no quedo ninguno, o mejor dicho, solo uno, este había sido visto por ella, más se salvó de estar a punto de morir.

Ella brillando en la vista de el de manera tenue, su cabello moviéndose al aire mientras tenía una postura tranquila, la mirada hacia él y los cuerpos de sus compañeros detrás de ella.

»Los sigo esperando, pero también pueden no seguirme, es solo su elección

Dijo a ese último sobreviviente mientras se adentró al bosque, había aprendido de Roku a no dar más señas sobre ser el responsable de algo que hiciera, para así entendieran el mensaje de no molestar, como el de saber quién los estaba persiguiendo, aunque también comprendía que era algo de doble filo, pero por primera vez, quería intentar algo como esto, más esa emoción no la inundó como deseaba.

Llegó con los demás y se sentó, miró a los hermanos dormir y también a Merza, Coollback y Danfang estaban ahí también, la miraron tranquilos.

—¿Todo bien? ¿No estás herida o algo?— pregunto Danfang con una caja de primeros auxilios

Zatara negó y juntó las rodillas.

— Sentí escalofríos cuando dije eso— dijo Zatara algo aún con adrenalina en su ser y mareada, tal vez por lo mismo

—Siento que la próxima vez intentarán algo diferente que esto, a mi parecer fue una especie de ataque suicida— dijo Coollback—, quiero decir, aún cuando Zatara no los notara, Danfang puede olerlos desde lejos, luego estoy yo que puedo presentir ciertas cosas

—Creo que solamente no se informaron de nosotros, por eso logré tomar demasiada ventaja, es como dice el dicho, "No sueltes todas tus cartas hasta no ver la baraja del otro"

—Pues honestamente esto fue pura suerte— dijo Coollback

—Menos para el otro lado— añadió Danfang

Zatara ya estaba durmiendo cuando ellos dijeron eso, Danfang la tapo con un cobertor, Coollback seguía observando a Zatara mientras ella dormía.

—Que rara humana, me está empezando a agradar

En la mañana siguieron su camino, dejando atrás la estela de policías y un moribundo sobreviviente.

+_+_+_

Lotus suspiró, suspiró como nunca antes, lleno de frustración y felicidad al mismo tiempo, no sabía cómo sentirse al respecto, habían pasado solo dos días después de ese desastroso encuentro, que muchos policías y líderes que se enteraron después, lo tomaron como la más humillante derrota que han recibido de solo una persona.

—¿Cuántos? — pregunto Sergue al mirar a su compañero todo desanimado

— Ocho unidades de diez personas, solo uno sobrevivió, mi hermano

Ni Sergue podía creerlo, pero su impresión no salió a flote, podía sentir que se estaba acostumbrando a las sorpresas que esa mujer podía hacer, Lotus le dió un grupo de hojas con imágenes, ahí vio las trampas que ella puso en aquel lugar, los cuerpos que cayeron y otros que fueron cortados a la mitad.

—Instalo varias trampas, no hay rastro de ella ni la forma en la que las hizo— dijo Lotus

Desde la trampa de hacer agujeros y caer, hasta una muy rápida, ató un par de hilos a dos árboles y un gran tronco, cuando esta se activará, el tronco caería soltando los hilos a una velocidad lo suficiente como para hacer un corte diamante a cualquier desprotegido, la más rara fueron los dardos venenosos, unas esferas que al contacto, explotaban lanzando dardos en todas direcciones, esa última fue la que se llevó más víctimas.

—¿De dónde saco el veneno para eso?— pregunto Sergue

—De los árboles, la sabia, ciertas plantas de ahí y las hojas de algunos árboles, en composta pueden hacer esto, por si lo preguntas, nadie sabía de eso hasta ahora

—Que terrorífico, en serio, que horrible... y todo mundo en dónde vive la cree una idiota

—A ella si, a ese tal Roku... creo que no