--- Pasaremos La noche aquí hoy. Dijo Kyel señalando un paraje llano con arboles altos de ramas frondosas que los cubrirían de una posible lluvia.
John se apoyó contra un tronco y junto suyo se acomodó Johnny.
--¿Está bien?
-- Sí.
Ambos observaban a los soldados acomodar los caballos y la carreta, para después prender una fogata simple.
--- Le doy graci~-….
--- No lo diga. No se adelante… igual usted no me conoce.
--- Está molesto por lo de " Trovador".
--- No, no, no estoy molesto con usted. Es solo que no tengo idea de nada de lo que está pasando, igual usted ya lo dijo… tengo el cerebro frito.
---¡Ah! , me escuchó..?. Entonces también sabrá que piensan que usted es un noble, quizás uno de esos excéntricos que le da por recorrer el mundo para llegar a sentirse más…
---¿Altruista? John terminó su frase.
--- ¿Altru qué? Cada vez que escuchaba una palabra rara y/o nueva Johnny rascaba su cabeza.
--- ¿Generoso?. John le ayudó
--- Sí, de esos nobles que se llenan la boca diciendo que entienden a la gente…
--- No, no lo soy.
Johnny lo miro de arriba abajo, con cierta incredulidad pues la apariencia de John distaba de ser la de un simple campesino.
--- ¿Así?, ¿sin más? ¿Así de fácil? "No lo soy" dice usted. ¿Entonces qué es?
--- Pues usted ya lo sabe, soy un gandul, un trovador. Sonrió con gracia.
--- Jajajaja ¿cómo no? …mmm... solo le advierto que puede ser cualquier cosa que diga, menos un ser maldito hijo de Avalon.
Johnny se levantó para ayudar a Kyel quien lo llamaba.
John detuvo su sonrisa, tocó su tabique y labio y sobó estos con su pulgar e índice. Pensó profundamente y vagamente se forzó a sí mismo a reconstruir todas sus memorias.
Desde niño había tenido curiosidad por los cuentos que narraban actos heroicos, escenas de dioses que se compadecían de los seres humanos pero así mismo castigaban estos cuando provocaban su ira. Su madre adoptiva, quien realmente podría ser considerada altruista, solía leerle por las noches cuentos y leyendas del mundo, las narraciones le provocaban diversas emociones y su pasión por ello lo convirtió con el tiempo en un amante de la literatura y la historia.
No obstante no era el típico estereotipo de lector, ese que se desdibuja entre los libros junto a un estado físico insignificante , por el contrario en John había una chispa de energía inagotable, era muy raro que sintiera cansancio, por eso a medida que creció consideraba valioso y necesario buscar relajarse y disfrutar también los estados que quietud y pasividad.
Al igual que todo niño solía ser muy activo, correr, saltar, jugar por aquí por allá explorando de manera temeraria todo lo que le rodeaba. Vivía al máximo su espíritu de libertad, además su familia no lo retenía, cada sensación despertaba en él múltiples emociones, tocarlo todo, experimentarlo todo era sencillamente maravilloso.
John tocó su ceja mientras fruncía el ceño durante sus memorias, palmó su cabeza como si buscara algo, pero todo se sentía suave y normal.
De niño una vez sus padres pasaron por un susto horrible, como lo dejaban jugar a sus anchas John había trepado un árbol lo más alto que pudo, al escuchar a su madre quien lo llamaba él se distrajo y cayó de cabeza contra el suelo, cualquier persona a tal altura se habría quebrado, el grito desgarrador de su madre se vio opacado ante su mirada atónita luego de que él solo se levantará como si nada con una cortada profunda en su frente.
Fue llevado de urgencias a la clínica mientras pensaba que todo era un drama de su madre, la sangre era escandalosa pero no era para tanto. Una vez allí su padre lo recibió y lo atendió el mismo, lo revisó y le hizo unos cuantos puntos de manera delicada, igual la cicatriz sería inminente, era profunda y la zona tendía a fruncirse demasiado evitando que no quedara huella. Pero no pasaron ni un par de días para que no quedará nada allí, su padre se sorprendió al ver que los puntos se había caído solos y la piel estaba perfecta, por mejor médico que fuera eso era imposible, al inicio atribuyó eso a que él era un niño y de pequeños su recuperación era más rápida, luego solo consideró que John era especial pues por más que se raspara olastimara se recuperaba rápidamente sin marca alguna.
John tocó su mentón y labio nuevamente para sentir que tan hinchado estaba del golpe, pero no, ya no había nada, estaba todo perfecto.
Un poco mayor, sus padres tuvieron que confesarle que era adoptado luego de una reunión familiar desafortunada, un primo lleno de envidia se lo arrojó a la cara en pleno diciembre.
--John el adoptado…
La frase resonó por la habitación tanto que todos los presentes escucharon aquello con pena, el vino nunca le supo tan amargo a sus padres, quienes no pudieron esconder lo incomoda de las miradas expectantes de sus familiares y amigos.
La mirada de John se posó en sus padres cuyos rostros no pudieron negarlo. Fue extraño, pues aunque sintió que algo suyo se desacomodó por dentro, también sintió que eso explicaba muchas cosas. Aunque su padre y madre eran amables, comprensivos y buenas personas, él los veía más como unos cuidadores, unos amigos, no sentía un deseo profundo de apegó, sonaba cruel pero estar o no estar no significaba gran cosa en la relación entre ellos.
Adicionalmente la apariencia de sus padres era promedio, aunque eran un poco agraciados él simplemente sobresalía más, quizá esa fue la envidia de su odioso primo.
Pero su apariencia solo era lo superficial, internamente tenía una capacidad asombrosa para comprender y asimilar todo rápidamente, no era un genio, pero si era muy inteligente, las clases le parecían aburridas pues con los primeros minutos ya le quedaba todo claro no necesitaba desgastarse estudiando para rendir académicamente, los apuntes a veces eran innecesarios solo era necesario leer atentamente o prestar atención, no le gustaba sobresalir por ello, así que mantenía mejor un bajo perfil.
--- Tomé. Se acerco Johnny con una bebida
John parapadeó varias veces.
--- Gra~ ... gracias.
---- Parece que hoy habrá duendes en el cielo.
John lo miró y frunció el ceño, lo tomó fuera de base hasta que reaccionó.
--- Debe ser divertido de ver. Le respondió John expectante
--- Sí, si se fija bien ya empezó.
--- Sí , ya lo noté.
Así estaba, sobre las nubes de una posible tormenta, unas columnas eléctricas rojizas de apenas milisegundos iluminaban el cielo copiosamente, esos eran los duendes.
--- Va a hacer frio, tomé, cúbrase.-- Le tiró una capa y volvió a alejarse.
John en serio lo había notado, podía percibir las nubes cargadas de energía que relampagueaban hasta en la misma esencia de su propio ser. Desde pequeño se inquietaba y sentía como esa electricidad se concentra en su cuerpo y lo rodeaba con recelo.
Se cubrió y continuó en lo que estaba mientras su cuerpo hormigueaba.
Regresó a la memoria de ese día infeliz.
Esa misma noche sus padres hablaron con él, le mencionaron que en sus papeles de adopción no figuraba ninguna familia, no había nadie, que sencillamente él fue abandonado recién nacido y lo encontraron en una reserva forestal cercana a la ciudad. Lo extraño es que el guardabosques no daba cuenta de lo que escuchó y vio, pues solo encontró un bebé en una zona tan alejada de la civilización en plena noche de tormenta, era totalmente increíble pues a nadie le era permitido ingresar allí y no era normal.
La policía investigó sobre el hecho pero pronto desistieron al igual que los diarios locales que habían hablado del tema haciendo analogías ridículas con las historias de Rómulo y Remo, Tarzan y demás locuras.
John quería conocer más al respecto, pero fue como si le dijeran, eres especial, no importa que haya pasado, igual te amamos. Simple, así no más, sin traumas, finalmente una familia amorosa lo había acogido y llevado al extranjero. Prefirió no preguntar más y aceptar todo como vino. Igual el odioso de su primo fue reprendido y lo castigaron retirándole los obsequios recibidos. Su cara fue tan fea como su aspecto, John solo le dijo al oído
--- Que bueno no compartir ningún gen de tu horrenda apariencia.
Obvio que fueron las palabras de un niño dolido y ardido. Pero sintió un fresquito que al menos le ayudo a pasar el sin sabor y el mal rato.
Por supuesto, era popular por su apariencia pero así mismo esta generaba un aura de superioridad que alejaba a las personas por miedo a que se sintieran feos e inferiores. Era ambiguo pues muchos pensarían que estaba rodeado de gente pero más bien era un imaginario colectivo, todos querían hablar con él pero pocos quienes considerar realmente amigos. En la secundaria paso de ser el señor bajo perfil al señor simpatía.
Así mismo las niñas solían perseguirlo y observarlo de lejos entre risas ocultas, aquellas más osadas se acercaban a él con miradas, voces y actitudes insinuantes, chicas con extrema confianza que ronroneaban como gatas para intentar tocarlo, John sonreía amablemente, pues sentía cierto afecto por la humanidad pero no lo suficiente como para dejarse llevar de la manera que ellas querían.
No obstante, durante su vida escolar circulaba en el ambiente la idea de que él era un gran conquistador experimentado a su corta edad.
<¿Dónde estás?>
Ya cuando cumplió 15 años, comenzó a experimentar unos sueños que lo transportaban a un mismo y recurrente lugar, una cabaña modesta pero acogedora, allí él lograba relajar toda su energía acumulada mientras observaba directamente el fuego ondeante amarillo, naranja y azul de una chimenea. Era sencillamente hipnótico y tranquilizador.
Todo cambió el día que alguien más ingresó allí. Era la presencia tímida de una jovencita. Por primera vez sintió curiosidad por la apariencia delicada de una niña. Su cabello largo negro y brillante, era muy llamativo y rompía las llamas coloridas del ambiente.
Mirarla de reojo no bastó para que su curiosidad despertará al tiempo con sus necesidades. Lo que aquella chica de los sueños le provocaba no se comparaba con las chicas que lo perseguían. Igual ella parecía no querer mirarlo, mientras él en cada oportunidad recorría sus facciones.
Pasados un par de años, la televisión y el cine irrumpían su cabeza con escenas de todo tipo que documentaban relativamente bien la figura femenina y sus adornos. Curioso y decidió, tomó valor para permitir que una compañera de la escuela hiciera con él a su antojo, John solo quería saber más de esa emoción que por las noches le ardía el cuerpo.
La chica lo arrastró a un cuarto de aseo del colegio. Él solo la miraba analizando el comportamiento de ella, los ojos de la joven brillaban con fuerza, sus mejillas se tornaron coloradas y su voz se hacía más melosa.
--- Me gustas
Lo tomó de la corbata de su uniforme y lo jaló hacia ella para decírselo cerca al oído, John escuchó atento pero sus palabras no le produjeron nada fuera de lo normal, más bien se sintió sorprendido de cómo ella lo había tomado y algo incomodo por el vaho caliente en el lóbulo de su oreja.
--- ¿No quieres besarme?
John subió una ceja, pues si había ido con ella hasta allí es porque era el plan ¿no?, dejó que ella continuará
--- Si no lo haces tú, lo haré yo
¿Por qué no? se decía él como si intentará convencerse y tomarla, pero algo no cuadraba, pues se estaba incomodando un poco. La miró bien y aunque era agraciada no encontraba esa chispa de ignición. Conocía la respuesta, de pensar que sería allí con esa muchacha, ya no le llamaba la atención, masculló y giro los ojos, luego se irguió, acomodó su uniforme y le dijo.
--- Tal vez en otra ocasión. Abrió la puerta y salió tranquilamente sin voltear atrás.
No vio la cara de la chica pero alcanzó a sentirse un poco mal por ella, pero no lo suficiente por él si lo hubiera hecho. Respiró aburrido pero a su vez aliviado. Igual rumores ya corrían, era otra más para su lista, ¿de qué? ¿Huh? igual para su lista.
Llegó ansioso a casa , cumplió sus deberes y se fue a dormir temprano, quería soñar y desahogarse allí. Esa noche fue en vano, nada ocurrió, fue una hoja en blanco. Aprendió que entre más obsesionará con ello menos lograría el efecto, menos la vería.
Con el tiempo logró contenerse y racionalizar mejor las cosas, notó que no era normal, que sería raro mencionar aquellas fijaciones y alucinaciones, pero lo que si era incontrolable era no reconocer que en sus sueños habían ciertos cambios en su apariencia.
Cuando recorría su mundo de ensueño el reflejo que proyectaba él en los objetos no mostraba su imagen primaria, los reflejos de una piel blanca, brillante y traslucida , el vapor y las chispas que irradiaba, un cabello largo y blanco, lo único normal eran sus ojos azules pero debajo de ellos se rasgaba una lágrima negra … a veces llegaba a sorprenderse al mismo tiempo que a asustarse un poco… esa sensación de poseer un alter ego, otro yo lo perturbaba, pero siempre lograba tranquilizarse una vez se encontraba con aquella dama que lo relajaba y a su vez lo inquietaba a niveles insospechables.
Era una sensación dual, pues encontraba una paz perturbadoramente placentera.
A medida que se cuestionaba sus intereses personales y lecturas que leía lo llevaron a adentrarse más en historias medievales y leyendas celtas y escandinavas. Visitando una librería halló un libro de curiosa apariencia e insignias , muy viejo por cierto, de gran valor.
No le importó gastar sus ahorros y pedir algo más prestado para hacérselo suyo. Rogó al vendedor pues era solo de exhibición y el precio que le había dado insinuaba que no quería venderlo. Igual a John no le importó, importunó al librero por semanas, le ganó por persistencia y agotamiento. En fin, el vendedor era un viejito que mantenía su pequeña tienda con amor, al ver a ese chico así se dio cuenta que en mejores manos no podía dejar ese libro, decidió finalmente vendérselo eso sí bien caro, para que lo valorará como un tesoro. A veces a la gente que le dan algo regalado realmente no lo valora, esa era su forma de pensar.
John quien solo había visto fragmentos de la portada pues la vitrina no dejaba ver mucho de su interior, lo llevó corriendo a casa, se puso unos guantes, lo desempolvo un poco y comenzó a ver sus páginas.
Letras confusas, dibujos caricaturescos y horrendos de criaturas fantásticas hasta que llegó a una imagen en particular, un ser alado de piel brillante , y cabellos largos blanco plata elevándose al cielo con una criatura en brazos…
Quedó con la boca abierta, soltó la hoja, esa imagen jamás antes vista no era nada más y nada menos que su alter ego de los sueños , se atravesó la idea en su mente de que eso era él… era él.
Desde allí se puso en la tarea de estudiar antiguas lenguas celtas, no era sencillo no muchos conocían de eso y tendría que entrar a la universidad apropiada, además muchas de ellas fueron prohibidas debido a sus condiciones paganas y con el paso del tiempo se perdieron varios de sus significados. Era una gran empresa pero no imposible para alguien que aprendía rápidamente.
Diariamente luchaba por gastar la cantidad de energía que tenía y que le hormigueaba el cuerpo, necesitaba mantenerse ocupado, en movimiento, se levantaba temprano y feliz para correr unos kilómetros, hacer algo de ejercicio muscular, practicar Parkour, estudiar, ir de aquí y allá, tan solo verlo era agotador, parecía una maquina de energía inagotable. Dormía porque tenía sus razones no porque lo considerara muy necesario.
Sus sueños a los pocos años maduraron junto con él, el tacto era cada vez más real que la sensación delicada de la piel de ella llegaba a frústralo, no quería echar a perder esa emoción y decidió cultivarla, regarla poco a poco hasta que pudiera recoger el fruto.
Cuando uso su boca por primera vez y palpó su erizada piel, su mente estalló. Los muy educativos documentales de adolescentes curiosos y pervertidos que había visto con sus amigos le dieron a entender que le sobraba teoría y lo que necesitaba era practica, y que allí muy seguramente se graduaría. Poco a poco y con cada avance se levantaba erguido en las mañanas.
Insistió a sus padres que le dijeran exactamente su país de nacimiento. Bueno , ellos lo tomaron con tranquilidad pues muchos de los niños adoptados sentían en una parte de sus vidas el deseo de encontrar a sus padres biológicos o sencillamente conocer sus orígenes, era solo cuestión de tiempo para que John los bombardeará con preguntas, más bien se había tardado.
Logró averiguarlo, pero John se sintió algo culpable, era lejos como para hacer un viaje solo de ida y vuelta, lo reconsideró en silencio y empezó a planear como lo haría, que excusa tomaría y eso requeriría de planeación y cierta independencia y decidió ser paciente. Parece ser que ese era el adjetivo que mejor lo definía.
Aprendió más del libro que tenía, logró descifrar algunos nombres que pudo relacionar con las Nornas escandinavas pero a su vez era una locura pues entrelazaba elementos y seres celtas.
En su búsqueda de símbolos que le permitieran reconocer más el contenido del libro, alguna vez encontró un objeto en un evento donde fue invitado su padre, el honorable médico cirujano. Este objeto era un dije cuyas letras pertenecían a un alfabeto antiguo, una extraña pieza que no desentonaba en aquel evento que parecía más una venta de garaje de gente rica.
--- ¿Te gusta? Es un Trisquel
John había leído acerca de ellos pero no había visto uno, definitivamente ese era real, la elegante señora que se lo mostraba irradiaba la confianza y la sabiduría en lo que estaba ofreciendo.
El Trisquel con sus tres partes circulares unidas en un punto central era un emblema de los druidas, este elemento les representaba la evolución y el crecimiento, haciendo que tanto el cuerpo como el espíritu fueran un sistema compacto de conexión espiritual.
--- Sabías que el Trisquel representa un equilibrio absoluto, significa perfección y este trasciende en sus tres círculos el espiral de la vida, las etapas del ser humano, la niñez, la madurez y la vejez , es decir son el pasado, el presente y el futuro. Es más como un talismán. ¿No te interesa?
Las palabras de la dama se le clavaron a John en el subconsciente, y empezó a hacer las mismas caras que con el vendedor de libros, se obsesionó, lo quería, lo necesitaba.
---¿Cuánto darías por él? Le sugirió la mujer.
No, no, no así no funcionaba, normalmente el vendedor daría un precio y con el comprador acordarían un valor. Pero luego de decir toda esa introducción y hacerlo ver como un objeto valioso en varios sentidos, no sería fácil poner un precio que fuera cómodo para él y que no llegara a ofenderla a ella.
En ese instante una señora de peinado pomposo y rimbombante se metió chismosamente en la conversación, ofreció un precio absurdo para un joven de escuela. La cara de desilusión de John fue sobrecogedora para la dama dueña del artículo.
-- La verdad no tiene precio. Así que toma chico, te lo doy.
John no lo creyó, sus ojos se iluminaron y le agradeció a la mujer con una hermosa sonrisa. La señora no pudo evitar sonrojarse de ver aquel niño tan lindo y atractivo. Y le dio un cumplido.
--- Debes tener cuidado con esa cara tuya muchacho , las niñas no te dejaran en paz.
Le provocaba besarle las manos a esa hermosa señora, bueno no era hermosa, solo que después de darle eso pues la señora irradiaba belleza ante sus ojos.
La chismosa se fue decepcionada y de cierta manera asqueada de ver como la señora del stand le había coqueteado a un jovencito.
--- Ni vergüenza tienen ahora, al menos disimulen. Se alejó decepcionada.
John le consiguió una cadena apropiada y vistió el Trisquel a diario, en ocasiones se quedaba mirándolo por varios minutos.
La leña crujió y John volvió nuevamente a su presente.
instintivamente posó una mano en su torso y sintió allí debajo de su suave camiseta aquel Trisquel.
Por su parte Johnny se le acercó y está vez se acomodó al lado suyo.
--- No va ser fácil, se lo advierto.
John pasó un trago de saliva .
---¿De qué o a qué tengo que prepararme?
--- Mmmm… varias cosas. Como se dio cuenta ahora tiene una nueva ocupación, se convertirá en soldado, los entrenamientos son cansados y la verdad es que no enseñan bien, gritan y gritan pero que uno diga que tienen gran habilidad, no lo sé. Ah…Igual lo mío es el arco. No me gusta el contacto cuerpo a cuerpo, si se da cuenta mi cuerpo es ágil pero no rudo, así que suelo apoyar …
--- ¿En la retaguardia?
-- ¿En la… reta qué? No me joda más con sus palabras rebuscadas, hable normal. Yo apoyo desde atrás. … a usted fijo cuando esté medianamente listo lo podrán al frente, espero sea igual de valiente como lo mostró antes, irle a decir esas cosas a Karman. Pensé que le cortaría el cuello.
--- Tiene razón no lo medí, fui imprudente.
--- Jajaja pero todavía me acuerdo de lo que le dijo… Jajaja…
Jhon también se río, hasta que Johnny terminó su frase
--- Yo de usted me cuidaría … jajaja , con lo bonito que se ve y estos tipos que no han visto mujeres en meses…
Se le quitó la risa de una.
---Yo no parezco una mujer.
--- Jajaja… pues se le ve la piel más delicada que a ellas jajaja. Por cierto , ¿Karman no le pegó en el rostro? No le hizo ni un rasguño. Bueno ¿Qué más da? al menos estamos aquí ¿no?.
Continuo riéndose y John le siguió.
--- Eso creo.
--- Venga, pero es cierto cuando le digo que es mejor que cuide sus palabras , aquí la gente es muy sensible, no todos tomaran sus comentarios con calma, a mí ya me han partido la boca varias veces. Lo dijo con gracia y continuó.
--- Y en relación a usted no faltará el metiche que quiera conocer de donde es. Por otro lado somos una tropa de exterminio, y con lo que vio se puede imaginar que exterminamos. Le voy a ser sincero esta es la hora que no he podido adaptarme, yo le tengo miedo a las brujas--- Le susurró a John intentando esconder su debilidad.
-- Además, ser de Avalon que encontremos , ser de Avalon que… Pasó su dedo pulgar por la garganta mientras hacia un ruido con su boca.
John lo comprendió inmediatamente, no podía por nada en el mundo dejarse ver con ese Trisquel, pero tampoco quería deshacerse de él. Debía ser muy cauteloso, hasta que definitivamente organizara sus pensamientos, descifrara su identidad y planeara que hacer.