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Capítulo 86

GABRIELA

Estaba sentada en el banco que había dentro del calabozo cuando aparece Santi que acaba por apoyarse en la pared.

-Se te ve muy tranquila.

-Ahora lo estoy.

-Esto no tenía porqué haber acabado así Gabriela, si no la….

-Estabas haciendo tu trabajo, y yo estaba defendiendo a mi hija. Los dos estábamos haciendo lo que debíamos.

-No deberías de estar aquí dentro por haberle dado un golpe a esa tipa la verdad.

-No pasa nada, de verdad Santi, entiendo que tuvieras que hacerlo. No estoy enfadada por eso.

-Me vas a hacer un favor Gabriela, y te lo pido por favor.

-El que quieras, solo dilo.

-Si te pasa algo otra vez con esa tipa, me avisas, no importa que sea algo pequeño, pero me avisas y estaré allí para ayudarte o lo que sea que necesites.

-Gracias Santi, solo espero que no sea necesario recurrir a eso.

-Pues por lo que dijo creo que vasa a tener que hacerlo.

-Ya iremos viendo como se dan las cosas, de momento dejémoslas como están y dime si Carlos ha llamado para que me enterase de cómo estaba Ana.

-No exactamente, pero tienes visita.

- ¿Qué?

En ese momento aparece Marcos con cara de preocupación y se para al lado de la puerta del calabozo junto a Santi, que pronto se va por donde había venido hace un par de minutos.

- ¿Se puede saber que estás haciendo aquí Marcos?

-Eso es lo que te debería de preguntar yo, como es que acabaste encerrada aquí y como se te ocurrió marcharte del hospital sin que te revisasen.

-Tenía que resolver algo importante.

- ¿Y mereció la pena hacer eso para acabar aquí encerrada?

-Pues sí, mereció la pena.

-No me puedo creer que acabases aquí metida.

-Pues lo estoy, pero ahora dime que ni Alex ni nadie se ha enterado.

-Para tu suerte no, pero nosotros si que lo hemos hecho.

- ¿Tú también estás aquí?

-Claro que iba a estar aquí, pero dime que lo del mensaje no es verdad.

-Yo sigo sin entender de lo que hablas Carlota.

-Gabriela, responde por favor.

- ¿Por qué te piensas que estoy aquí metida?

-Es que lo sabía. Por eso os marchasteis tú y Carlos ¿verdad?

-Exactamente, por eso nos marchamos.

-Chicas ¿me podéis explicar lo que está pasando?

-Básicamente eso se responde a que Paula envenenó a tu hermana y por eso está en el hospital.

- ¿Quéeee? ¿Por qué no me lo dijisteis antes?

-Porque no lo veía necesario que lo supieras.

- ¿Cómo coño sabe tu número de teléfono?

-No tengo ni la menor idea. Pero dime como está Ana.

-Ahora está genial. Estaba preguntando por ti antes de que viniéramos para acá. Debiste de haber pensado en ella antes de hacer lo que hiciste.

-Y es lo que estaba pensando. Esa zorra se atrevió a ponerle un dedo encima a mi niña Marcos, tú hermana, no lo iba a dejar pasar, así como así.

-Chica, te tienes tomado en serio el rol de madre.

- ¿Por qué te piensas que mi padre decidió hacerla tutora legal de ella? Sabría que estaría bien cuidada por Gabriela.

-Dejando eso de lado, ��Estáis seguros que Alex no se enteró de esto?

-No por nosotros al menos, en cuanto Carlos nos lo dijo salimos para acá, pero te aseguro amiga que se enterará y acabará por aparecer aquí.

-No debería de enterarse de esto, no quiero que se avergüence.

- ¿De verdad piensas que se va a avergonzar? Estas equivocada si piensas que va a hacer eso.

- ¿Y que pasa si lo hace?

-No digas tonterías Gabriela. Te juro que a veces no puedo con tus inseguridades, sobre todo en el tema Alex. Pero para que te quede claro, ese chico te ama más que a nada en el mundo, y por muchas estupideces hagas como tú dices, estará ahí para ti, para serte sincera, yo busco a mi Alex en la vida, pero o da aparecido.

- ¿Te has enamorado del novio de tu mejor amiga Carlota?

-No, no, no. No lo malinterpretéis. Le tengo aprecio al chico, pero no hasta el punto de estar enamorada de él. A lo que me refiero a que es detallista, está siempre que lo necesitas contigo, te ama y todo lo que se busca en una persona. Tienes suerte de haber encontrado a uno de los pocos hombres que son así en el mundo, por no decir que es el único que queda así. Bueno, está Marcos también, pero deben de ser los únicos que quedan y los tienes a los dos babeando por ti.

-Oye, que yo no babeo por Gabriela, es mi hermana. Eso que se lo dijeras a Carlos tendría todo el sentido, pero no a mí.

-Yo no sé como es tu hermano en ese sentido. Yo solo puedo hablar desde la experiencia.

-Bueno chicos, si me dejáis pasar soltaré a Gabriela.

-Ya era hora Santi, pensé que no la ibas a soltar. Ya no sé el motivo por el que la metiste aquí.

-Porque es su trabajo Carlota. Me advirtió antes de que lo hiciese.

-Eso es cierto, y debo admitir que quede impresionado cuando me dijo que la podía meter en el calabozo después de haberlo hecho.

-Porque es lo que deberías haber hecho, no iba a dejar que perdieses tu trabajo por culpa mía.

-Por eso no creo que lo fuese a perder, pero tengo buenas noticias si se puede decir así.

- ¿Qué buenas noticias?

-He conseguido que investiguen a Paula.

- ¿Enserio? ¿Cómo lo has conseguido?

-Solo les tuve que entregar el informe que tuve que hacer al estar cuidándote cuando fue de Mónica y todo lo que había visto en base a esa chica, todo lo que escuchaba de vosotras y mis interrogatorios tanto a tus profesores como a los de ella, sobre todo en las otras universidades.

-Gracias Santi, no tengo manera de agradecerte ese favor que me has hecho.

-No es nada mujer, pero ahora te vas a ir derechita al hospital para estar con Ana. Estoy seguro te echara de menos, y no solo ella.

Con eso se aparta y aparece Alex con una pequeña sonrisa en su rostro, pero podía notar que estaba molesto, con todo el derecho del mundo. Tanto los chicos como Santi salieron de allí dejándonos a nosotros solos.

- ¿Nos vamos hermosa?

-Puedo explicarte todo Alex, de verdad.

-No hace falta que me expliques nada, ya me contó Carlos.

No sé por qué, más o menos me lo podía creer. Era de esperar que Alex se enterase de que estaba aquí y supongo que ese era el motivo por el que estaba molesto. Cuando salimos de allí los chicos ya se había ido al hospital junto a Ana y durante el camino a este todo estaba muy silencioso. Ninguno de los dos hablábamos, y la verdad es que era raro que Alex no hablase nada durante todo el camino. Una hora y media más tarde aproximadamente, llegamos al hospital y Alex se iba a dirigir hacia la entrada de este hasta que le cojo del brazo para que deje de andar.

-Sé que debes de estar enfadado por lo que he hecho, y lo entiendo, pero debes entender que lo tenía que hacer. No podía dejar que Paula se saliese con la suya.

-No estoy enfadado, eso lo puedo entender.

- ¿Entonces por qué estás enfadado?

-Enfadado no es la palabra correcta.

- ¿Y cual es la correcta entonces?

-Molesto. Molesto porque de haber estado allí podría haber evitado que estuvieses en el calabozo. Molesto porque hace un par de horas tuviste un ataque de ansiedad bastante grande que te tuvieron que sedar y luego te vas sin decirme nada. Estaba preocupado por lo que te pudiera haber pasado. Me convencí de que estarías bien y luego llega Carlos diciéndome que estabas en el calabozo por haber golpeado a Paula. Yo tenía que estar contigo para haber evitado eso y que te pusieses mal desde el principio, pero decidiste no contármelo y contárselo a Carlos.

-Porque tengo claro que no me dejarías hacer lo que estaba pasando por mi cabeza, y Carlos me daría cierto margen.

-CLARO QUE NO LO HUBIERA PERMITIDO GABRIELA. ESA TIPA PUEDE HACERTE DAÑO DE CUALQUIER FORMA Y NO QUIERO QUE TE PASE NADA.

-Mi vida, escúchame. Siento haberte preocupado, de verdad. Esa no era mi intención para nada, pero estoy bien, más tranquila ahora que al menos pude golpear a esa zorra.

-Lo siento, no era mi intención gritarte, pero es que esa tipa prometió que te haría daño y no quiero que te pase nada.

-No me pasará nada, yo no permitiré eso y tu tampoco, además, parece ser que tanto Sara como Clara le contaron todos mis puntos débiles, estoy segura que es como va a atacarme ahora, por lo que te puedes dejar de preocupar porque me haga algo físicamente, porque es algo que no hará.

-Pero por eso te pondrás mal igualmente.

-Puede ser que me ponga mal, pero con tu presencia mejora todo. Tú eres el que me mantiene en pie ante estas situaciones básicamente, y te quiero Alex, te amo más que a nada en este mundo, por lo que, por favor, deja de estar molesto. Siento lo que hice, pero quiero que cambies esa cara de enfurruñado a una sonrisa que tanto me gustan.

Y al parecer había conseguido que tuviese una sonrisa en esa cara que adoraba ver y acabamos por abrazarnos. Estuvimos así por un par de minutos hasta que empezamos a caminar hacia dentro del hospital.