Por lo general, una vez que conoces un piso, no debería tomarte más de un día completarlo. Sobre todo si vas acompañado por toda una dotación de aventureros. Pero desde el piso treinta y cinco en adelante, todo se volvió más complicado. Por lo menos, Kain puede decir que han gastado alrededor de una semana tratando de llegar al piso 37. Por otro lado, desde el punto de vista de los herreros ha sido una semana terrible. Ellos como grupo no han tenido pérdidas. Sin embargo, han visto a otros sufrirlas. Ayer fue la última. Murieron diez aventureros de la familia Zeus y antes de eso, fueron veinte de la familia Hera. Algunos se conocían. Eran muchachos y muchachas con sueños de grandeza, pobres como ellos solos, regateaban hasta una piedra de afilar, pero en fin, eran buenas personas o eso decían sus conocidos. Según Víctor, este año las perdidas han sido mínimas. El año anterior, en el mismo piso, ya habían perdido más de cien aventureros. Por supuesto, eran novatos, todos de nivel 2 o 3. La mayoría no alcanzaba a llevar ni un año en sus familias. Los capitanes sentían las perdidas, pero no se detendrían, nadie lo haría. Todos sabían los riesgos de venir y nadie fue obligado, así que nunca detuvieron la marcha hasta el piso cuarenta, donde fueron repelidos. Para esa fecha ya se les habían acabado las provisiones, así que tuvieron que volver a la superficie.
-Es duro el oficio- comento Kain mientras revisaba los alrededor. Ahora iban bajando por una cueva iluminada por cristales. Aparte de piedra y tierra, no había nada mas.
Víctor a su lado, respondió -sí-. Era consciente de los peligros que significaba ser aventurero ¿Cuántas tumbas de amigos tiene que ir a visitar cada año? ¿treinta?¿cuarenta?
A diferencia de otras veces, Kain y Víctor iban por delante del grupo de herreros. Todos iban sucios y apestaban. Una, porque no había agua y otra, porque el medio ambiente no se los permitía. Tomarse un baño en medio de estos pisos sería un suicidio, solo un loco o un necio lo intentaría. Así que Kain iba por delante esta vez, evitando que el olor le golpeara de frente. Su trabajo era el mismo, proteger a los herreros. Así que seguía escaneando la zona. De vez en cuando, algún monstruo oportunista los atacaba, pero era superado con facilidad.
Mientras proseguía la marcha, Kain le pregunto a Víctor -¿Cómo es el piso 37?
Víctor torno los ojos, como si estuviera haciendo memoria y le dijo -es un lugar difícil. Si las cosas van bien, la expedición continuara, si no, llegamos hasta aquí-
Kain levanto la ceja y lo miró a los ojos -¿tan difícil es?- pregunto -me dijeron que el viaje era hasta el piso 40-
-Así debería ser- respondió Víctor con su voz rasposa -pero han habido ocasiones en donde las cosas no salen bien. A lo mejor un ataque furtivo, alguien enfermo, alguien que se adelanta demasiado o alguien poco precavido. No sabría decir quien tiene la culpa, pero ha pasado. Para mi decima expedición, paso algo así. Rómulo e Irene todavía no eran los capitanes en esa época. Los titulares murieron peleando contra el jefe del piso. Después de eso, mis amigos tuvieron que tomar a sus familias y volver de alguna manera. Llevaban muchos heridos, casi no les quedaba alimento y más encima, tenían que proteger a los herreros-
-Así que por eso, todos los años se produce una gran mortandad de aventureros-
-Así es. Los veteranos que lograron escapar de las familias Zeus y Hera, le pusieron un apodo al calabozo. ¿Lo haz escuchado antes?-. Kain negó y Víctor continuo -el matadero. Donde los novatos van como ovejas a su muerte. ¿Haz visto alguna vez como degüellan a una oveja?-
Kain asintió mientras miraba a los aventureros. Iban unos veinte metros por delante. Se veían cansados, pero llenos de expectativas. Como si fueran felices a enfrentar su muerte. Kain murmuro -no ponen resistencia. Mientras están paradas con su cuello extendido sobre un cuenco, les cortan el cuello y se desangran. No pelean, no se defienden-
-Así es- contesto Víctor. Él ya está curtido contra esas cosas, pero los novatos no. Puede que los qué sobrevivan, huyan de Orario
De repente, un clamor lleno de júbilo se escuchó más adelante, por donde iba la elite. A medida que avanzaban, la luz del piso 37 iba iluminando la cueva. Una vez que estuvieron fuera, llegaron a un risco que descendía en zigzag hasta alcanzar base del piso. A lo lejos se veía una enorme montaña tan grande como un castillo. Se dividía en cinco pisos y en su cima, podías ver algo grande y rectangular, como un trono. El viento silbaba desde esta altura, pero nadie le dio mucha importancia. Todos los ojos estaban puestos en la montaña.
Víctor dijo -allá es donde esta la muerte. Este año debería ser menos peligroso. Mas fácil con un aventurero de nivel siete, pero cualquier cosa puede pasar- le palmeo el hombro a Kain y continuo -contamos contigo-
Kain sonrió y sin apartar la mirada de la montaña, comento -no te preocupes, sino los puedo salvar, al menos llevare sus cadáveres-
-o-
Una vez que llegaron a la montaña, se encontraron con pisos similares a un coliseo, con un palco imperial, una galería y una arena. Los novatos empezaron a probar su suerte en los pisos inferiores. Pudieron subir los dos primeros, pero ese fue su límite. De ahí en adelante, fue el turno de los aventureros de rango medio, entre los niveles 4 y 5. De igual manera, pudieron subir dos pisos con el respaldo de los novatos, aunque claro, no quedaron indemnes. Veinte personas murieron. Esta vez, todos de la familia Zeus. Reduciendo el número de aventureros a 250. Para Rómulo este era un buen numero en consideración con sus pérdidas de años anteriores, estaban más que bien.
El problema vino en el quinto piso, la familia Hera, solo tenía un nivel 6, Irene, la capitana. El resto de su elite, eran diez nivel 5 y por supuesto, sus futuros remplazos, el trio de idiotas. Así que bajo el mando de Rómulo, toda la elite de la familia Hera fue absorbida por su grupo. En total, treinta personas con un nivel superior a 5 (exceptuando por el trio) se dirigieron al quinto piso. Mientras tanto, el resto de los aventureros y herreros esperarían en el coliseo del cuarto piso.
-Jason, Odiseo, Aquiles, vengan- dijo Kain a gran voz.
Jason quedo mirando a Rómulo e Irene, esperando su aprobación. Kain podía ser su maestro, pero aquí tenía a sus superiores. Por supuesto, ninguno de los capitanes se opusieron. La elite de la familia Zeus les dio una mirada de disgusto. No les agradaba Kain y nada que tuviera que ver con él. Sin embargo, eran unos cobardes. En cuanto Kain les dio una mirada, movieron su rostro hacia otro lado. Kain los ignoro y espero al trio de idiotas.
-Tomen- dijo Kain, extendiendo tres amuletos -¿preguntaron que hacia el jefe del piso?-. Los tres negaron y Kain les dio un coscorrón a cada uno -¡son unos idiotas!- rugió -Información, maldita sea, información. Quien tenga la información puede dominar el campo de batalla ¿Cómo vas a luchar contra un enemigo al que desconoces?¿Qué les dije hace años?- Kain estaba indignado. Hace muchos años les dijo que estudiaran a los monstruos, que aprendieran sobre la flora y la fauna. Kain les dio la espalda y les dijo -no mueran. Si mueren se acabó, pero si vuelven, pueden corregir sus errores. Ahora vayan, y por el amor a lo que más aman en la vida, pregúntenle a Irene o a Rómulo por el monstruo. Pregunten por los tipos de ataque y cómo funciona el enemigo-
El trio de idiotas se fueron cabizbajos. El resto de la familia Zeus los miraba con una sonrisa burlona. La familia Hera hacia lo mismo, pero dejaron sus tontas sonrisas cuando Rómulo dijo con una poderosa voz -¿de qué se ríen?. Ustedes también están en las mismas condiciones. Es nuestro error no informarles y su error no preguntar. De los treinta que vamos a luchar, quince de ustedes nunca han luchado contra el monstruo Udaeus. Así que no se rían, montón de idiotas-
Kain negó desde la distancia, todo el grupo de treinta aventureros volvió y se reunieron en un lugar a unos diez metros. Comenzaron a conversar sobre el monstruo Udaeus y a relatar sus experiencias. Kain los ignoro y volvió con los herreros. En medio de eso, Víctor se acercó y le pregunto -¿puedes, puedes apoyar a la elite?-
Kain negó y le devolvió la pregunta -¿Y quién los protegerá a ustedes? ¿Quién protegerá a los más de cien aventureros que están aquí? Todos usted son débiles y si se aparece un monstruo fuerte, morirá más de la mitad. Déjalos que afronten este reto, puede que el futuro cambie después de esta lucha-
-o-
Todo el grupo remanente llevaban más de tres horas esperando. Algunos ocuparon la oportunidad para dormir, otros para conversar. Algunos querían ir a ver cómo les estaba yendo al grupo de elite, pero nadie se atrevió a subir al último piso. De vez en cuando venía alguno que otro monstruo, uno que se coló por las escaleras que daban al quinto piso, pero Kain lo mataba con un ademan de su mano. Invocaba un poderoso dardo que destrozaba al monstruo. Tanto el remanente de la familia Zeus y la familia Hera entendieron porque lo contrataron. Un muchacho de la familia Zeus se acercó. Se veía débil, tenía un tono de tes pálida, un cuerpo delgado y una mirada inocente. Camino hasta donde estaba Kain, casi a la entrada que daba a las escaleras. Kain Había montado una mesa y una silla, comía y bebía mientras vigilaba.
-Señor- dijo el joven aventurero que no debió de tener mas de catorce años
Kain aparto la vista de la entrada que daba a las escaleras, miró al joven y le pregunto -¿Qué necesitas muchacho?-
-Si usted es tan fuerte ¿Por qué no ayuda a la elite?-
-Yo no soy aventurero. No me pagan por luchar contra los monstruos. No soy de ninguna familia. En pocas palabras, no es mi deber-
-Entiendo- dijo el muchacho algo asustando al ver el rostro serio. Asintió y le pregunto de nuevo -¿cree que ya terminaron?-
-Aun no. Están teniendo problemas, pero no creo que vayan a perder-
-¿Como lo sabe?-
-Es la corazonada de un guerrero- mintió Kain. El podía sentir como los amuletos habían sufrido cuatro grandes impactos. Dos provenientes de Aquiles y dos de Jason. Odiseo aun estaba bien. Las paredes no le permitían ver el flujo de la energía. Así que tenía que contentarse con eso. Con el hecho de saber que le quedaba un resguardo mas a sus discípulos. Kain no le siguió prestando mas atención al muchacho y este entendió el mensaje. Así que volvió a su grupo.
Después de eso, paso otra media hora y por fin vino alguien. Fue Aquiles que llevaba a Irene en su espalda. Era un cuadro curioso, en donde un muchacho de metro sesenta llevaba a una mujer de metro ochenta. Mientras que el muchacho tenía una mirada de completo horror, la mujer tenía una sonrisa llena de paz. Kain negó mientas sonreía. Así era el amor, aunque no tuviera ningún futuro. Aunque la mujer, lo más probable es que abandone Orario llevando el hijo de otro, Aquiles aun la amaría. Era ridículo. Era una relación de unos pocos días, pero este muchacho estaba encaprichado con la hermosa amazonas.
-¡Maestro!¡Maestro!- gritaba Aquiles en su desesperación. Corrió hasta Kain y le dijo con un rostro que estaba al borde del llanto -Maestro, por favor, por favor, sálvala. Te lo ruego- y dejo caer un par de lagrimas.
Kain sonrió, tomo a Irene desde la espalda de Aquiles y la recostó sobre el suelo. Aunque la amazona sonreía, respiraba con dificultad. Tenía un enorme agujero en la barriga. Kain le pregunto -¿Cómo te sientes?-
Irene algo casada, abrió los ojos somnolientos y le dijo -bien por ahora. Mi habilidad berserker, me impide sentir dolor, pero, más tarde me dolerá como el demonio-
-Bien, entonces ¿Cuál es el problema?-
-Las pociones no la ayudan, sigue perdiendo sangre- añade Aquiles
Entonces Kain concentro su energía y la cubrió con una luz dorada. Al instante, Irene abrió los ojos en completo asombro. Trataba de pararse, pero rápidamente perdía sus fuerzas y caía golpeándose la cabeza contra el piso. Aquiles la toma entre sus brazos y la miraba lleno de preocupación. Él le dijo -no te muevas, perdiste mucha sangre-
Kain sonríe al ver la escena y le dice -es como dice este rufián. A menos que tengas alguna forma de reponer tu sangre, esta expedición termino para ti-
-¿Tan grave es?- pregunta Rómulo desde la distancia, viene acompañado solo de veinticinco aventureros.
Kain le responde -así es. Debe haber perdido el veinte por ciento de su sangre. Tuvo suerte-
-Ya lo creo- responde Rómulo. Hace su camino hasta Irene y con su usual rostro serio le pregunta -¿Cómo te sientes?-
-Por ahora bien- responde Irene -pero cuando se me pase el efecto de berserker me dolerá-
Rómulo suelta un suspiro. Sabe que fácilmente puede sustituir a Irene sin ningún problema. La cuestión es ¿la familia Hera lo seguirá?. Tienen una mutua cooperación, pero eso no le da la autoridad para comandarlos. Soltó otro suspiro y levantando la mirada, dice -todos. Presten atención. La expedición llega hasta aquí-