Capitulo VII

Aún despierta intenté cubrirme con una manta que me lleve antes de separarme de Evan pero, aún así, no conseguía entrar en calor.

Mientras el tiempo fluía, el frío aumentaba pero aún así no me quería dar por vencida.

Intenté luchar contra el frío sin embargo poco a poco me sentía más cansada , sabía que tal vez así acabaría mi vida pero cuando creí que sería mi fin; logre escuchar como alguien se acercaba a la cueva y una voz muy familiar sonó con más claridad, era Evan quien me buscaba muy preocupado casi entrando en desesperación.

No sabía cómo él actuaría ya que básicamente decidí separarme de él para no arrastrarlo a un conflicto mayor pero sin decirle la razón de mi despedida .

Cuando él me encontró, sus ojos reflejaban irá que rápidamente paso a ser preocupación.

Sabía que en algún momento tendríamos que encontrarnos pero, jamás imaginé que sería tan pronto y de está forma.

Al instante en que nuestras miradas se cruzaron en mi interior logre sentir una gran paz, la cual jugo en mi contra ya que me desmaye por el agotamiento.

Lo último que pude ver fue a Evan cargandome entre sus fuertes y cálidos brazos.

Durante unos instantes una oscuridad profunda me rodeo; al principio creí que lo que más temía había sucedido pero de la nada un dulce aroma apareció y con forme avanzaba para detectarlo este se intensifica como si me estuviera guiando a algún lugar... tal vez se trataba de la salida.

Cuando ese pensamiento llegó a mi mente decidí aumentar la velocidad de mis pasos y cuando menos lo noté, yo ya estaba corriendo.

Así la pasé durante media hora, ya agotada tome un pequeño descanso para poder continuar y al alzar mi vista ví delante de mí una puerta muy hermosa; la cual estaba decorada con varias flores de distintos colores y formas.

Al cruzarla pude ver el pecho desnudo de Evan , este era calido y fuerte a demás el sonido del latir de su corazón era relájante.

Por un momento en mi cabeza solo había pensamientos sobre la belleza de Evan:

Su rostro era tan angelical, sus facciones eran bellas en todo sentido, su cuerpo era fuerte y su forma de ser era hermosa...no podía encontrar ningún defecto en él.

Y de nuevo, la culpa volvió a invadirme.

Si no estuviese en una situación en la que implica ponerlo en riesgo, yo...nunca lo hubiese dejado atrás para poder protegerlo.

De la nada pude sentir como una cálida y delicada mano acariciaba mi mejilla y con voz suave y gentil Evan me dijo.

"No llores, mi dulce estrella ...yo siempre estaré a tú lado, todo estará bien"

¿Llorar? , ¿yo estaba llorando?, cuando al fin lo noté, ya era demasiado tarde.

Mis lágrimas fluían con rapidez por mis mejillas y poco a poco empapaban aquella mano que me tocaba con ternura y delicadeza.

En ese instante mi mirada se dirigió al rostro de Evan, no sabía si estaba triste por haberlo dejado atrás pero lo que más deseaba en ese momento era poder ver su rostro y ser perdonada por él.

Ahora mismo solo buscaba su perdón y consuelo.

A pesar del tiempo que estube separado de él y del antigüo mundo que no recuerdo, intenté ser fuerte y enfrentarlo pero cuando al fin retome conciencia solo me perdí más y más conforme pasaba el tiempo y seguía temerosa del mundo que ahora era desconocido para mí.

Sin dudarlo más, abracé a Evan con todas mis fuerzas y llore sobre su pecho pidiéndole perdón por haberlo dejado.

Tal vez Evan me apartaría ya que no estaría dispuesto a perdonarme pero, nunca creí estar tan equivocada ya que él, me abrazo con fuerza y me dijo aliviado:

" Yo siempre te amare, nunca dudes de ello"