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Capitulo VI

-Despierta, mi dulce estrella-

Era la voz de aquel hombre tan dulce la que me despertaba.

Al parecer me quedé dormida entre sus brazos.

- Quién....es?-

pregunte aún estando soñolienta mientras me acomodaba para intentar volver a dormir.

-Soy yo, mi hermosa estrella-

Respondió entre risas mientras acariciaba mi rostro.

-Soy Evan, al parecer aún tienes sueño. Dejare que duermas un poco más, después de eso tendrás que comer. Me preocupa que te saltes tus comidas-

Al terminar de decirme esto, él me arropaba y dejaba un beso en mi frente antes de irse.

Es muy dulce, Dije para mí misma; esto era tan diferente de lo que estaba acostumbrada a pasar durante mis días con Ares y el conflicto del pueblo con Orus.

(Espero que Orus se encuentre bien, antes de desmayarme el fue golpeado muchas veces. Eso sucedió antes de de conocer a Evan).

No sé cuantos días han pasado pero al parecer los suficientes para que Evan al verme despertar se viese aliviado.

Si no recuerdo mal, Orus tenía planeado llevarme lejos de Ares y del la gente del lugar en donde me encontraba confinada pero...aún no entiendo por qué era tan odiado y por qué todos ellos estaban tan impactados de verme despertar pero, lo que más me causa curiosidad es la causa de que no pudiese hablar ni moverme.

Cuando la gente intentaba abrir las puertas que Orus había bloqueado, recuerdo que ellos gritaron hacerca de que Orus era el responsable de mi "Sueño Eterno" y al parecer aparte de Orus y Ares habían 11 personas en gran posición política que están conectadas conmigo.

Aún así.... aunque tenga relación alguna con ellos, no sé nada de este mundo.

Si esto continúa, tal vez me meta en un gran conflicto político que podría llegar a la guerra entre estos reinos, por ahora no sé cómo fue que Evan me trajo a este paraíso.

Él dijo que me dejaria dormir un poco más de tiempo así que debería de aprovecharlo para poder salir de este lugar para evitar meterlo en un conflicto.

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Así es como decidí alejarme de Evan para evitar involucrarlo pero, antes de marcharme decidí dejar una nota agradeciendo de su hospitalidad y despidiéndome de él.

Después de eso, he estado viajando por tres meses.

-Este lugar es muy hermoso, a pesar de lo mucho que he estado caminando no paro de sorprenderme con las maravillosas vistas que me ofrece. No solo eso, su flora y fauna es muy increíble al parecer en este lugar no reciden especies peligrosas y gracias a ello he podido viajar sin ninguna preocupación.

He encontrado un río justo a tiempo de que anochesca y aún cuento con mucha comida del día anterior, así que solo me falta prender una fogata y establecer un lugar para dormir.

-Aun no puedo creer que esta sea la realidad, no entiendo cómo es que a pesar de que he caminado demasiado no he podido ver señales de otro ser humano.

Tal vez si sigo caminando pueda encontrar algún pueblo o aldea.-

Con esto en mente me fui a dormir en lo alto del árbol más fuerte que encontré, el cielo estrellado era sin duda alguna muy precioso y a pesar de que el sol no estaba... Las estrellas iluminaban con belleza la noche.

No pasó mucho tiempo para que me quedara dormida esperando que el día de mañana tal vez pueda encontrar a alguien que me pueda explicar quien soy yo en realidad.

A la mañana siguiente retome mi camino en busca de civilización pero de la nada empezó a llover fuertemente lo cual me obligó a buscar refugio para evitar enfermarme.

Después de un rato de correr y buscar una cueva y algo de madera para encender una fogata para mantenerme caliente.

Decidí descansar mientras esperaba que la lluvia se calmara un poco para buscar algo de comer pero, mis esperanzas acerca de que la lluvia parara se esfumaban conforme pasaba el tiempo.

Al anochecer la temperatura era muy baja y con mi ropa aún mojada por la lluvia no sabia si podría sobrevivir al día siguiente.

Mi cuerpo sentía mucho frío pero yo sudaba mucho, sin medicina o alguien que cuidara de mi era muy probable que no pudiera pasar la noche.

Intentado mantenerme conciente y alerta en caso de cualquier amenaza mordí mi mano con la fuerza necesaria para que el dolor me mantuviera despierta.