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Capitulo I y II

No hace mucho tiempo, llegué a este extraño mundo.

No recuerdo mucho de mi vida antes de despertar.

Intenté levantarme pero no me era posible.

-¡aaaaa vamos, por qué mi cuerpo no reacciona.Llevo aquí 5 días sin poder hacer nada.!

He intentado pedir ayuda pero no puedo ni siquiera hablar o emitir algún sonido; esto es muy desesperante.

Despues de decirme eso a mí misma escuché el sonido de unas puertas abrirse y tras de eso el pisar de una persona.

Por el sonido que emitía podría tratarse de una persona muy alta la cual poco a poco se acercaba más al lugar en donde yo recidia.

En mi interior nació un sentimiento de esperanza y alegría pero con forme más se acercaba a mi, empezaron a surgir sentimientos de miedo y desconfianza ya que no sabía si está persona era el causante de mi inmovilidad y me haría daño.

Aún con este sentir no podía desperdiciar está oportunidad de que me ayudaran.

Así que con todas mis fuerzas empezé a tratar de gritar o moverme para que pudiera ayudarme está persona o ser. Pero a pesar de mis intentos por captar su atención, no pude ni moverme.

Después de un pequeño rato él o ella, dejó una caja cerca de mis manos y empezó a acomodar lo que parecían ser una especie de tocado y a quitar collares, pulseras y aretes para ponerme unos nuevos.

Poco tiempo después, empeze a escuchar que está persona se alejaba de nuevo y junto con ella se marchaba mi oportunidad de ser auxiliada.

Resignada a que el sonido de sus pisadas de él o ella desaparecieran tras el sonido de las puerta sentí como regresaba y mientras besaba mis manos el hablo.

-Mi señora, sé que algún día despertará de este terrible sueño.

Yo... en verdad deseo poder verla sonreir y que me pueda abrazar de nuevo. -

Era la voz de un hombre que me dedicaba esas palabras con un sentimiento desbordante de tristeza y melancolía.

Mis manos que antes eran frías ahora eran calidas gracias al tacto de este hombre y en cuestión de segundos pude sentir el calor de este hombre el cual lloraba sobre mi pecho.

No entendía el por qué este hombre lloraba sobre mi y era mucho más confuso para mí el querer consolarlo pero no podía moverme; aquel hombre lloró sobre mi cuerpo durante mucho tiempo, estaba feliz de poder tener a alguien cerca pero a la vez triste por no poder moverme. El hombre se marchó pero no sin antes plantar un beso sobre mi frente dejándome una vez más en esta terrible soledad.

CAPITULO II

Ha pasado un mes desde que estoy en este lugar.

Hoy la luz del sol caía sobre mi rostro, en este día ya no sentía tanto frío como en días anteriores.

Aquél hombre que había estado conmigo la última vez me visitaba cada tres días, sus visitas me llenaban de alegría pero a la vez sentía tristeza.

Cómo de costumbre, yo intentaba moverme o tan siquiera abrir los ojos para saber un poco de mi entorno.

Y estando tan cerca de poder abrir mis ojos escuché el ruido de una ventana rompiéndose y junto con ella un olor muy diferente al del hombre que me visitaba cada 3 días.

Las pisadas de esta nueva persona eran más livianas y se dirigían hacia donde yo me encontraba; sin tardar demasiado está persona ya se encontraba sentada a lado mío. Apenas me pude dar cuenta de su presencia y volví a sentir mucho miedo ya que nadie más me había visitado y no sabía las intenciones de este ser.

Él acerco su mano a mi rostro para poder tocarme y yo me moría de miedo ya que no sabía que hacer, él sin dejar de acariciar mi rostro tomo mi mano y en el dorso de esta plantó un beso cual parecía ser eterno.

Intenté una vez más abrir mis ojos para poder ver qué es lo que pasaba y de quién se trataba para que cuando yo pudiese dominar el habla decirle al hombre que me cuidaba ¿Cómo era la persona que tal vez intentaba atentar contra mi vida? pero entonces...

-Señorita...se que no puedo pedirle nada ya que yo fui quien le causó este enorme daño pero si puede escucharme, en verdad, yo lo siento mucho.

Así que por favor despierta...-

Estas palabras detonaban en ellas casi los mismos sentimientos de mi cuidador pero, con un ligero toque de arrepentimiento, desesperación y angustia.

El no dejaba de abrazarme con fuerza, no había pasado como una hora cuando escuché el sonido y detecte el aroma tan familiar de mi cuidador y junto a él; más pisadas y el ruido de más gente la cual decía a gritos:

"Deja en paz a nuestra señora, por favor no te la lleves, ya has hecho demaciado daño déjala en paz, ¿No te es suficiente con arrebatarnos su sonrisa?, Vete de una vez del imperio tú no perteneces a aquí ni a ningún lado, en ningún lugar del mundo serás aceptado, has dañado a nuestra señora, incluso si ella aún estuviese con nosotros ella no te perdonaría ni aunque ella despertase y tú pagarás por el daño causado, nuestro señor Ares debió haberte matado y también los 11 reyes debieron haberte torturado, no debiste ser apoyado, tú nunca debiste ser amado y protegido por nuestra señorita, ¿Es así como pagas su bondad?."

Esas frases me alertaron aún más y con desesperación intenté moverme de nuevo, intentando huir de aquel hombre.