—Corta el rollo. ¿Por qué estás aquí? —Huo Chen sacó su teléfono móvil para ver la hora. Sería mejor que llamara a Yang Yang, en lugar de perder el tiempo con esta mujer. Luego dejó el teléfono, pero la pantalla seguía encendida. Usaba una foto de Lu Zhaoyang abrazando al pequeño Huo Xu como pantalla de bloqueo.
Los ojos de Wen He se posaron en el teléfono, pero antes de que ella pudiera verlo claramente, la pantalla del teléfono se quedó oscura.
—Regresa y sé un general de división. El Viejo Jiu y yo podemos encargarnos de los trabajos sucios. Pero después de eso, debes dejarnos en paz y nunca más ponernos en la lista de buscados. ¿Qué te parece? —Wen pensó por un momento y habló sin andarse por las ramas.
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