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Mundo de almas

Al pasar a través de la puerta, Shin se encontró en una terraza con una vista a una gran plaza llena de miles de personas que gritaban con miradas emocionadas en su rostro.

"¿Eh?"

Shin miro hacia atrás y vio una habitación decorada con muebles de lujo en lugar del pasillo donde había estado hace apenas unos minutos.

Volviendo a mirar a la multitud decenas de metros por debajo de él, Shin no pudo evitar notar que las personas parecían estar celebrando algún tipo de evento.

Entre todas las miles de personas había muchos tipos distintos de razas, algunas que Shin ya conocía pero también había personas con rasgos desconocidos para él.

Elfos, Varums, Enanos, Humanos y muchas otras razas exóticas, incluso había demonios entre la multitud. Pero a ninguna de las personas parecía importarles las diferentes razas junto a ellas y solo celebraban con emoción.

"¿Qué harías con todas las vidas de esas personas si estuvieran en tus manos?"

Shin escucho una voz gruesa detrás suyo pero no se giró para mirar a quien pertenecía.

Pero no porque no pudo, fue porque simplemente no quiso.

Esa voz le hizo sentir algo que nunca antes había sentido, le hizo sentir terror.

"Responde"

El hombre lo instigo a responder rápido pero Shin ni siquiera había logrado pensar en la pregunta del hombre y estaba paralizado viendo a la multitud celebrar.

"Y-yo, no lo sé"

Eso fue lo único que pudo pensar Shin en responder rápidamente.

"Mala primera respuesta" la voz del hombre pareció acercarse y el corazón de Shin comenzó a acelerarse con cada paso que escuchaba.

"Si todos ellos estuvieran dispuestos a seguirte hasta la muerte, ¿Qué harías?"

Esta vez el hombre no lo había tomado desprevenido por lo que Shin comenzó a pensar una respuesta a la pregunta del hombre tratando de ignorar el sentimiento que estaba comenzando a arraigarse dentro de su corazón.

Shin continúo mirando a la multitud pensando en alguna respuesta pero nada se le vino a la mente.

Nunca había dirigido a un grupo de personas, menos a miles de ellos. Por lo que no sabía que responder.

Sin embargo Shin no quiso volver a responder con un no se.

"Y-yo…lo aceptaría"

La voz del hombre que ya estaba tan solo a un par de metros resonó en la cabeza de Shin.

"Segunda mala respuesta"

Al escuchar la opinión del hombre sobre su respuesta, las piernas de Shin comenzaron a fallar pero el hombre lo sujeto del hombro y le impidió derrumbarse sobre sí mismo.

"Si todo estuviera en tu contra, ¿Qué harías?"

Las preguntas del hombre eran demasiado abstractas para responder de manera concreta, pero esta última pregunta se sintió diferente para Shin.

Esta vez Shin no tuvo que esforzarse en pensarlo demasiado ya que no era la primera vez que se hacia esa pregunta a sí mismo.

"Lo mismo que siempre hago" respondió desde el fondo de su corazón.

El hombre se quedó unos segundos en silencio antes de preguntar:

"¿Y qué seria eso?"

"Encontrar una forma de superarlo"

El hombre soltó el hombro de Shin quien tuvo que agarrarse de la baranda de la terraza para no caerse.

"Regular tercera respuesta"

Esta vez la conclusión del hombre fue diferente a las dos primeras respuestas he incluso la presión hacia Shin había bajado…aunque fue un cambio mínimo.

En un momento Shin sintió que todo el terror que estaba sintiendo desapareció y se giró para poder mirar finalmente al dueño de la voz.

Sin embargo al mirar atrás suyo vio a Milena que lo miraba con la misma mirada fría y a Leon que aún lo miraba fijamente con seriedad.

"¿Qué fue eso?"

***

A las afueras de la ciudad, en un claro dentro de un bosque, estaba Shin sentado sobre un tronco mirando el cadáver de un lobo negro que yacía frente a él.

"Sigo sin entenderlo, ¿Como es posible que exista este lugar?"

Había pasado un mes desde que había despertado en el castillo y había ocurrido esa sesión de preguntas con el hombre de la voz aterradora.

"Bueno, tampoco es como si nadie estuviera seguro de que es exactamente de esa manera"

Ahora estaba junto a Leon hablando tranquilamente en el bosque.

"Así que solo son suposiciones por parte de…¿De quién?"

Leon miro en dirección hacia el castillo y respondió con algo de orgullo en su voz.

"Es gracias a Lady Milena que sabemos algo, ya que nadie está dispuesto a investigar"

A lo largo de este mes habían pasado algunas que orientaron a Shin sobre donde estaba.

Después de que se giró y vio que solo estaba Milena y león, se dio cuenta de que todo había pasado en menos de un segundo.

Algo parecido a lo que paso con Rosaria.

Le pregunto que había sucedido a Milena pero la mujer evito responder a su pregunta respondiendo con otras preguntas, por otra parte Leon negó que no tenía idea de que hablaba.

Después de eso lo llevaron de nuevo hasta su habitación donde espero pacientemente hasta que Milena volvió y tuvieran una conversación larga entre ellos.

"¿Entonces se supone que estamos atrapados en este mundo para siempre?" preguntó Shin con escepticismo.

"Si…algo así" respondió Leon con algo de duda en sus palabras.

Según Milena, este lugar no era ni el infierno ni nada parecido. Era un mundo separado de Grigarm, se podría decir que otra dimensión al igual que el mundo del cual Shin venia desde una de las ramas del Axis.

Llegar a este mundo era difícil, casi imposible.

Según Milena, en este mundo no existían los cuerpos físicos, solo las almas podían ingresar a este mundo.

Según lo que Shin le había preguntado a la mujer, cada persona en este lugar había llegado de manera diferente, pero todos eran almas.

La segunda cosa que le dijo la mujer y seguramente la más importante era que en este mundo había tres tipos de personas.

Primero estaban aquellos que sus cuerpos físicos habían muerto fuera de este mundo por lo que solo sus almas estaban con vida en este lugar. Estas personas vivían dentro de la ciudad donde se encontraba el castillo y no podían salir de la gran isla flotante donde se encontraba la ciudad y que también contenía el bosque.

La isla tenía un tipo de barrera que impedía que las almas de aquellos que sus cuerpos estaban muertos se corrompieran ya que aunque solo podían entrar almas a este mundo, las almas eran corrompidas poco a poco.

El segundo tipo de persona que había en este mundo eran los cuales su cuerpo físico aún se encontraba con vida fuera de este mundo, como era el caso de Shin.

Las ventajas de tener un cuerpo con vida era que el alma de esa persona no podía ser corrompida por este mundo, por lo que podían salir de la isla sin problemas…aunque nadie lo hiciera.

Era fácil diferenciar a los dos tipos de personas, ya que los que tenían un cuerpo físico con vida fuera de este mundo tenían una cadena alrededor de su cuello y los demás no.

Aunque las únicas personas que Shin había visto con esta cadena era Milena y…aquella mujer.

"¡Shin, ven aquí ahora mismo!"

Shin sintió escalofríos por todo su cuerpo y detuvo su conversación con Leon que había cambiado su actitud desde el momento que se conocieron hace un mes.

"¡Mierda!" exclamo Shin en voz baja.

Leon lo miro con una mirada de lastima pero no hizo nada más, solo pudo consolarlo mentalmente.

Shin comenzó a mirar a su alrededor buscando la mejor dirección para escapar y ni siquiera se despido de Leon antes de salir corriendo.

Leon vio como Shin desaparecía entre los árboles cuando momentos después aterrizo una mujer pelirroja a su lado.

Leon miro a la mujer y rápidamente hizo una reverencia.

"Lady Silvana"

La mujer miro en cierta dirección con una expresión divertida y después miro a Leon que seguía con la cabeza gacha haciendo la reverencia.

"Dime Leon, ¿Por casualidad has visto a un joven pelinegro y guapo por algún lugar?"

Leon suspiro internamente por la clara mentira de la mujer.

Era obvio que la pelirroja estaba persiguiendo a Shin y sabia hacia donde había ido, y sin embargo había decidido hacerle la pregunta a Leon.

Pero la mujer siempre había sido así desde que Leon la conoció hace cientos de años.

"Si Lady Silvana"

La sonrisa de la mujer creció y preguntó con un tono divertido:

"¿Me podrías señalar hacía que dirección "huyo" ese joven?"

Leon no pasó desapercibido el énfasis que la mujer había usado, pero no le quedo más remedio que señalar hacia cierta dirección.

La mujer se rio suavemente al ver la dirección que había señalado Leon y corrió sin decir nada más.

Leon levanto la mirada y volvió a mirar en la dirección que había huido Shin y por la cual Silvana había ido.

Leon suspiro y se disculpó con Shin aunque este no pudiera escucharlo.

"Lo siento Shin…lo siento por tu mala suerte para atraer ciertos problemas"