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Arameo

Muy lejos en un desierto cubierto por nubes, había una mujer llamada Samaria la cual se encontró con varios agujeros debajo de la nieve que caía del cielo en un gran muro al lado de un lago congelado.

Se trataba de la entrada a una serie de túneles debajo de la arena cubierta por nieve.

Al investigar un poco mas, la mujer encontró una gran cueva la cual estaba llena de agujeros con letras desconocidas, la mujer tuvo curiosidad y se adentro mas en ese lugar.

Mientras mas avanzaba, mas agujeros del tamaño de una persona y agujeros del tamaño de un bebe recién nacido empezaban a aparecer.

Los agujeros del tamaño de una persona eran entradas a las casas de los habitantes de ahí, la mujer extrañada se dio cuenta de que no habían personas, observando un poco mas, vio la posición en la que estaban los objetos y los muebles de esos lugares.

La mayoría eran rocas partidas en varios trozos esparcidas por el suelo cerca de mas agujeros pequeños los cuales tenían marcas de liquido negras por todos lados.

Todo lo demás eran dibujos en la pared con personas viviendo en paz al rededor de Khorhoi, un gusano rojo capaz de rociar un ácido corrosivo que acabaría con la vida de aquel que lo tocara.

Según los murales, ellos pensaban que el era un tipo de dios que necesitaba sacrificios para seguir durmiendo, y no estaban del todo mal.

Se dice que Khorhoi dormía durante todo el año, y solo se despertaba en verano, cuando mas calor hacia.

El sacrificio se llevaba a cabo en el lugar mas seco de ahí, por alguna razón Khorhoi prefería dormir en ese lugar.

La mujer siguió caminando, en busca de algo.

Paso por un gran laberinto iluminado por cristales azules y verdes, camino por un gran puente que cruzaba por un rió subterráneo el cual tenia habitaciones en los bordes llenas de plantas.

Al final del puente estaba una gran construcción parecida a un castillo, esta indico el fin del viaje.

La mujer supo al instante que es lo que estaba buscando.

Ella entro al castillo y busco entre todas las habitaciones hasta que dio con eso.

Era un niño llorando en silencio.

Entonces a la mujer le creció una cola roja muy larga que desprendía un olor a quemado y producía un liquido viscoso, su cabello amarillo empezó a tornarse rojo y se acerco lentamente al niño.

Antes de que alguno de los dos se diera cuenta, fueron cubiertos por completo y desaparecieron junto al desierto.