Rouxi apenas podía levantarse por las mañana, su cuerpo se sentía pesado y apenas sentía las piernas. Cada movimiento que daba le generaba un gran dolor, con todo la fuerza de voluntad que pudo juntar, logro sentarse sobre la cama.
La noche fue bestial, su cadera apenas pudo soportarlo, incluso su virginidad anal fue robada, una vez que recuerda eso, su cara se sonroja de la furia y la vergüenza, nunca pensó que haría algo tan pervertido en su vida, siempre fue una dama recatada, no tenía idea como termino gimiendo como puta en celo.
Y de la lujuria de los recuerdos, al enojo, estaba acostumbrada a que la trataran con delicadeza, esto fue un giro en 180 grados para ella, además de que fue muy humillante, su orgullo fue herido. No dejaría que León se escapara así de fácil, tenía que buscar una forma de vengarse y cobrar la deuda.
Lo único que podía hacer por ahora, es esperar a que trabaje para ella y molestarlo, luego pensara en mejores maneras de vengarse.
Con un suspiro interno, Rouxi se levantó de la cama e intento arreglarse, primero tuvo que aplicar una loción a su zona íntima, estaba muy roja por la fricción, apenas podía cerrar las piernas, se preguntaba como llegaría al trabajo.
Minutos después, ya estaba completamente vestida, las ojeras y las marcas rojas fueron ocultadas por el maquillaje, si la vieran otras personas, perdería la cara, sus empleadas ya no la respetarían. No olvidemos que el mundo es muy cruel con las mujeres promiscuas.
Rouxi bajo las escaleras y miro al comedor, todos los integrantes de la familia desayunaban, solo faltaba ella. Rouxi negó con la cabeza, su hambre era voraz, pero no podía ir a comer con ellos, no era tonta, y estaba segura de que todos en la casa la escucharon en la noche.
No tenía idea de como enfrentarlos, la vergüenza era demasiada. Y la culpa de todo, era el hombre que comía como si nada pasara, con Lanlan en su regazo, por un segundo sonrió cuando vio a la niña, pero cuando vio a León, su sonrisa desapareció al instante, ahora rechinaba los dientes de lo enojada que estaba.
¡Ya verás León!, no te dejaré ir fácilmente, ¡hmph! Me aseguraré de llevarte a todas esas reuniones aburridas, te obligaré a espantar a todos mis pretendientes, y..., y ya veremos. Pensó Rouxi, un poco indecisa con como castigar a León, todavía era su esposo, y su madre es un amor de persona.
Lástima para Rouxi, su partida fue notada por León, y por todos, como no escuchar a la chica que murmulla y mira intensamente a su marido, Rouxi no paso por desapercibida.
-"¡Rouxi!, mi esposa, ven y siéntate a comer, no puedes ir al trabajo con el estómago vacío" Dijo León como un esposo cariñoso, preocupado por el bienestar de su esposa.
-"Tengo prisa, además no es asunto suyo." Se quejó Rouxi, no se dejaría engañar por esa fachada de niño bueno, si fuera un buen esposo, no la haría sufrir tanto durante la noche.
León rio entre dientes, y continuo convenciéndola.
-"¡Ven a comer!, es necesario para recuperar energía, ese ejército nuestro fue demasiado agotador, si no comes, puedes desmayarte."
Y de quien es la culpa, grito internamente.
Rouxi tomo lo primero que vio en su bolso y se lanzó a León, no podía aguantar su sonrisa pícara y su mirada lujuriosa, aunque luego se arrepintió, ya que Lanlan descansaba sobre su regazo, fue bueno que León tuviera buenos reflejos y lo tomara en el aire.
León acarició la cabeza de Lanlan, que comía como un cerdito, y dijo lastimosamente.
-"Rouxi, que cruel eres, ¿acaso quieres lastimar a tu marido?"
-"¡Tú...!" Grito enojada ante la amenaza implícita de León.
-"Basta, Rouxi, siéntate, sé cómo te sientes, y si, todos escuchamos, pero es normal, son una pareja casada y tú toda una mujer. Y como tal, deja de avergonzarte, ahora siéntate y come con nosotros, o te desmayaras en el trabajo."
Viendo que los dos tortolitos no iban a dejar de pelear, Lían entro en escena, si seguían así, Rouxi terminaría desmayada de lo enojada que se pondría, no quería ver eso, Rouxi le recordaba a su yo del pasado, ganando cierto grado de empatía por la chica.
Rouxi se cruzó de brazos y resopló enojada, al final, hizo caso. No quería desmayarse en el camino, más cuando es la que maneja, tener un accidente de tránsito no es buena idea, por su vida y la de los demás.
-"¡Lanlan!, modales, debes saludar por las mañanas."
Lanlan dejo de comer, sus ojitos claros observaron a su nueva madre, algo curiosa y expectante, varias migas se acumulaban en sus cachetes y boca, tragaba como un agujero negro.
-"¿Hm?, hola madre Rouxi." Dijo con la cabeza inclinada, todavía acostumbrándose a la sensación de tener una madre.
Rouxi se llevó la Mano al pecho y sus ojos brillaron de la emoción, no esperaba esas palabras, ser madre era un nuevo viaje para ella, y le agradaba.
-"Co-como dijiste."
-"¿Hola?" Respondió Lanlan, sacando una risa de los demás.
-"No, lo otro." Dijo Rouxi, acercado su cara a Lanlan, su respiración era un poco pesada, parecía una mujer pervertida.
-"¿Madre Rouxi?"
Rouxi no duda más, y abrazo a Lanlan entre sus pechos enormes, León miro con envidia, pero cuando recordó la noche anterior, se le pasó, disfruto de esos pechos como si fuera un bebe.
-"¡Que linda!"
Lanlan se quedó quieta entre esos dos melones, su respiración se agotaba cada segundo, León tuvo que actuar ante que se ahogara.
-"La vas a matar." Amonestó León.
-"¡Ah!, lo lamento, ¿estás bien?" Dijo en pánico, tocando a Lanlan por todos lados, esperando no lastimarla por su fuerte abrazo.
Lanlan asintió y siguió comiendo como si nada, León miro a la chica, y se preguntó como no mato a nadie todavía, le sorprendió el control sobre su fuerza, más cuando es solo una niña, si la chica jugara con otros niños de su edad, los mataría de una simple bofetada.
Lanlan tiene una fuerza aterradora, y un apetito voraz, su cuerpo no es el de un humano normal. Es un semidiós, por lo que entendió León.
Rouxi se sentó y empezó a comer, miraba a Lanlan de vez en cuando, intentando olvidar la noche anterior. Pero, su querida hija dijo lo contrario.
-"Madre Rouxi, no deberías hacer ejerció en la noche, gritas mucho y apenas pude dormir"
La mesa quedó en silencio un segundo, hasta que León se puso a reír, si no supiera que es hija de Yang Cheng, creería que es suya con lo pícara que es. Wang Ma se tapó la boca y se fue a la cocina, conociendo Rouxi, entre más personas estén, más vergüenza pasará.
En cuanto a Lían, ella solo miraba desde el costado, ya tendría tiempo para decirle algunas cosas a Rouxi, para su futuro
Rouxi se tomó su tiempo, todavía anonadada por la pregunta. No pudo evitar mirar con enojo a León, quería matarlo y cotarlo en cientos de pedacitos, tuvo que aguantarse las ganas y responder a Lanlan, salir de la situación incómoda en la que estaba.
-"Lanlan..., no te preocupes, no volverá a suceder, ¿no es así León?"
-"Ya veremos."
León ignoró la amenaza implícita, eso de no volver a tocarla, ¡pura mentira!. Rouxi nunca olvidara lo que paso anoche, y a medida que pase el tiempo, no podrá aguantar liberar sus deseos más oscuros, la lujuria se acumulara en su cuerpo y tendrá que liberarla.
Empezará masturbándose, tocando su cuerpo y experimentado, nada de eso le traerá satisfacción, su única opción, será recurrir a León, dejar su orgullo de lado, y rogar a su marido por un poco de amor. León lo sabía, por eso no estaba apurado.
-"León, hoy ve a la compañía, te asignaré un puesto de trabajo"
Rouxi sonrió con satisfacción, nada mejor que tener a su marido bajo a su mando, le da cierto grado de dominio sobre él, o eso piensa ella.
-"No tengo tiempo, tengo que terminar los papeles de adopción."
-"Necesitas ayuda, no, solo tu firma, te los llevaré en la tarde." Pregunto muy servicial, olvidando sus pensamientos anteriores. León se pregunta como podía cambiar la cara tan fácilmente, digna de una fría CEO.
-"No creo que sea tan rápido..."
-"Tengo algunos contactos y ellos me ayudarán a facilitar todo."
Rouxi miro desdeñosamente a León, ella dudaba de la capacidad de su marido, para ella, León era un simple aprovechador, ¿qué influencia tendría un hombre, que necesita el dinero de su esposa para vivir?, lo más probable es que ninguna.
-"Rouxi, confía en él." Dijo Lían, ganándose un asentimiento rápido de Rouxi, ella confiaba en su suegra.
-"Bien, lleva este celular contigo, te llamaré más tarde."
Recién se acordó que nunca le había dicho sobre su trabajo a León, por eso el teléfono, para darle información y su fachada de matrimonio perfecto no se caiga, necesitaba tener un escudo, por ahora, además será divertido ver la cara que pondrá León, cuando vea que es una persona muy importante.
Terminada la comida, Rouxi se marchó, no sin antes despedirse de su nueva hija. Mientras se iba, cojeaba y mantenía las piernas un poco abiertas, cada paso era una tortura, León que la veía desde atrás, soltó una pequeña carcajada.
Rouxi noto esto, pero se quedó callada, pronto sería su nueva jefa, no le agrada usar su posición para intimidar a la gente, ¡pero León se lo merecía!, incluso pensó que lo disfrutaría mucho, lo que no sabía, es que dejaría entrar un lobo muy malo a su empresa, uno que casa a diestra y siniestras, sin tapujo alguno.
Lían se levantó y siguió a Rouxi, le dio un poco de pena y le daría una mano, León no le importo, tenía otros asuntos que atender.
Una vez dentro del auto, Rouxi estaba lista para partir, hasta que la detuvo un golpe en el vidrio, viendo quien era, abrió la puerta del auto que estaba con seguro.
-"Madre, en que puedo ayudarla." Rouxi pregunto con respeto, adora mucho a su suegra, a diferencia de otras mujeres.
Para ella, Lían es una gran mujer, tiene un aura maternal y confiable, rezuma elegancia, cada acto que hacía parecía hecho por la realeza, nada comparado a su hijo poco fiable, no le entraba en la cabeza de que León saliera de ella, es demasiado difícil pensarlo, incluso llego a pensar que su esposo es adoptado.
¿Y a León le importaban los pensamientos de Rouxi?, claro que no, pronto la chica rogara por él, pero se tomara su tiempo, la domara poco a poco.
-"Tuviste una noche apasionante, tengo que decir que mi hijo, es experto en esa área, bueno, no vengo a burlarme de ti, vengo a darte esto."
Lian sacó una botella roja, muy pequeña, una poción de curación menor, Rouxi se quedó mirando el frasco, no sabía que había dentro del frasco, parecía una mezcla de sangre con salsa.
-"¿Es...?"
-"Bébelo, es una bebida curativa, quitará todos tus dolores, confía en mí, no eres la primera chica que termina así, siempre llevo uno de esos, además, debo decir que eres fuerte, algunas terminaron sin poder caminar, y otras con esguince de cadera."
Rouxi se quedó con la boca abierta, no esperaba esa información, y mucho menos que la relación madre e hijo fuera tan abierta, que no tuvieran miedo de hablar de temas sexuales, y con lo que decía ella, compartía incluso los detalles íntimos.
Se preguntaba si León le hablara de eso a Lían, su rostro se puso rojo de la vergüenza de solo imaginarlo.
Dejando el tema de lado, Rouxi bebió la botella hasta el fondo, el líquido era dulce, alejado de la amargura de los buenos medicamentos, parecía más una bebida deportiva. Rouxi se sorprendió, con cada sorbo que ingresaba por su garganta, su cuerpo se calentaba.
Podía sentir una energía que llenaba su mente y cuerpo, la fatiga desaparecía y el ardor en sus piernas ya no estaba, en cosa de segundos volvió a nacer, al principio lo dudaba, incluso pensaba que era una clase de analgésico para el dolor, uno bastante fuerte.
-"¿Por qué me siento tan bien?"
Lían sonrió misteriosamente.
-"Es un secreto comercial, pero no te preocupes, ahora que eres parte de la familia, te diré varios de nuestros secretos, pero no ahora, tienes que ir a trabajar"
El corazón de Rouxi se apretó un poco, Lían era muy cariños con ella, incluso se tomaría el tiempo para contarle sobre su familia y sus secretos, aparto la cara por la culpa, su matrimonio era falso, pero aun así, Lían demostró quererla, no sabía que decir.
Lo único que podía hacer, es devolver ese cariño, y ver que pasa en el futuro. Cuando se entere de que su matrimonio es fallo, ¿ella la odiara?, ¿la despreciara?, espera a que no, porque le agrada mucho.
Lían, notando los cambios de expresiones de su nueva hija, no dijo nada, pudo decir lo que reflexionaba, pero no se preocupó mucho, conociendo a León, esa chica caerá rendida a sus pies.
-"¡Oh!, pequeña Rouxi, un concejo, León puede parecer un gatito inofensivo, pero está lejos de eso, cuando se enoja, no queras ser el receptor de esa rabia. Aunque, León es bastante paciente, más cuando se trata de sus mujeres, eso si, no exageres."
-"Gracias..."
-"Esa mirada lo dice todo, seguro quieres vengarte por lo que te hizo, puedes hacerlo, solo no vayas tan lejos." Dijo Lían poco preocupada por León, lo conoce bien, y sabe que no tiene rival en el universo.
Después de escuchar lo que Lían dijo, Rouxi asintió con una sonrisa genuina, si hubiera un beta cerca, se desmayaría de lo linda que se veía.
-"Y una última cosa, ahora que eres su esposa, nadie, pero nadie puede intimidarte, si alguien te molesta, ve y díselo a León, aunque no lo parezca, es el hombre más confiable del mundo, eso es todo."
Una vez terminado su conversación, Lían abrazo a Rouxi y se despidió deseándole buen viaje, Rouxi encendió el auto, y se fue pensando en las palabras de su suegra, al parecer, confiaba mucho en su hijo, y no entendía por qué.
Sacudiendo la cabeza, condujo con cuidado, pronto verá que tan confiable es su nuevo esposo, cuando se enfrente a sus pretendientes.
León se acercó a su madre con Lanlan sobre sus hombros, la chica no se despegaba de él, rodeaba la cabeza de León con sus brazos regordetes. La niña tenía un poco de sobrepeso, a León no le importaba, pronto adelgazaría, solo tenía que buscar una forma de que gaste su energía.
Si fuera más grande, tenía un gran ejercicio en mente, lástima que no es un lolicon.
-"Llévatela a dar una vuelta, tengo algunas cosas que hacer, bien Lanlan, te quedaras con tu abuelita."
Lanlan se bajó a regañadientes, adoraba mucho a su nuevo padre, y no quería separarse.
-"abuela…"Gruño Lían, no era tan vieja.
León sonrió y acaricio la cabeza de Lanlan antes de irse, Lían lo vio irse, y pensó que debería hacer.
Ahora que lo recuerdo, León me pidió que me acercara a esa mujer madura, hmmm, según la información que me dio y que recopilaron sus sombras, suele viajar al orfanato los viernes de cada inicio de mes, coincidencia, hoy es ese día.
Con eso en mente, Lían tomo a su nieta y fue al orfanato, esperaba toparse con la mujer, de no ser así, tendría que pensar otra manera, una que no fuera tan obvia
León cerro los ojos y se concentró en su pelirroja favorita, un segundo después, a su lado, apareció una hermosa mujer de pelo rojo, un cuerpo depravado que pone lujurioso a cualquier hombre, la mujer vestía un traje de oficina, parecido al de Rouxi.
-"León, donde estamos."
-"Nuevo mundo, y nuevas aventuras, necesito que hagas algo."
Ágata, que fue convocada, al principio estaba feliz, pero cuando supo que tenía que trabajar, no pudo evitar quejarse.
-"Suspiro, tantas sirvientas y solo me haces trabajar a mí."
León entendía el malhumor de Ágata, tantas chicas y la única que trabaja es ella, lo peor, es que ella es la encargada de supervisar a todas las sirvientas, y no es fácil, todas son complicadas a su manera.
-"Bien, no iras solas, te enviaré con Keiko" Respondió antes pensarlo un segundo, Keiko siempre fue apetitosa, pronto tenía que darle una mordida.
Ágata hizo una mueca molesta con los labios, no le agradaba la chica de pelo blanco y tetas gigantes, su personalidad era bastante retorcida, no bastando con eso, siempre discutían, la chica nunca le hizo caso, solamente obedecía a León.
-"Prefiero ir sola, esa mujer me da escalofrío."
León negó con la cabeza, no estaba de humor para peleas internas, tenían que jugar juntas, y acostumbrarse, ser buenas amigas, eso ayudaría en las aéreas nocturnas, nada peor que tener un trío, con dos mujeres que no se ponen de acuerdo.
-"No, ya te quejaste, asume la responsabilidad y haz tu trabajo."
Ágata se resignó a su destino, León era serio y no lo contradeciría.
-"Bien, dime que debo hacer."
-"Simple, debes buscar una organización dirigida por este hombre, Yang Cheng, ve y elimínala de raíz, no quiero a nadie vivo. Luego de eso, ve por esta mujer, su nombre es Jane, princesa de Gales, es una investigadora muy famosa."
Ágata se cruzó de brazos y asintió con seriedad.
-"Ya le vas a robar su mujer a otro hombre, ¡no esperaba menos de ti!"
-"Gracias"
-"No es un halago."
León la ignoro y respondió.
-"No pienso robarla, ella es mía, es problema es que todavía no lo sabe... ¡Que pasa con esa mirada!, la estoy salvando, ella ama a un hombre que nunca la amara, no hasta que casi la violen, y eso en varios años más. Es mejor que este a mi lado ahora, y que sea feliz, ¿no crees?"
Ágata no sabía qué decir al principio, León era demasiado posesivo, la chica ni siquiera lo conocía y ya era parte de su harem, que más podía decir, que seguir la corriente.
-"No quiero saber como sabes eso, pero te creo."
León no dijo más, cerro los ojos y llamo a su sirvienta de pelo plateado, cuando Keiko llego, miro el lugar con curiosidad, no estaba preocupada, León siempre la llamaba de improviso.
-"Keiko, ve y ayuda a Ágata, no quiero a nadie vivo."
-"Espera, seguro hay más mujeres hermosas, seguro quieres..."
Ágata fue interrumpida por León.
-"Si, no quiero a nadie vivo, y una vez termine esos, busca el lugar donde se esconden los cultivadores, no los asesines, solo avísame"
Ágata asintió con la cabeza, y miro a su compañera, que no le dio una sola mirada, se enfocaba únicamente en León.
-"Bien, eso es todo, las dejo"
Keiko no pudo ni despedirse, lo que la decepciono, luego miro a su compañera, y Ágata la miro a ella.
-"Vamos"
-"Keiko será tu compañera, espero terminemos luego, y déjame a los hombres, yo los mataré a todos, te dejaré al resto."
Ágata se encogió de hombros, conocía la personalidad de la chica, y odiaba a muerte a los hombres, así que no se interpondría en su camino, nada más quería terminar el trabajo, sin iniciar discusiones innecesarias, no quiere que León los amoneste a ambos, es mejor ser recompensando.
Y claro, León da buenas recompensar, pero también, muy buenos castigos, y Ágata lo sabe de primera mano.
Cambio escenario.
La estación de policía era ruidosa como siempre, las personas en su interior iban y venían, dándole un ambiente ruidoso. Contrastando este ambiente ruidoso, se encontraba Cai Yan, sola en la oficina, con una mirada seria y fría como el hielo.
Sus ojos no paraba de ojear el documento frente a ella, una y otra vez lo leía, pensando que se había equivocado, pero no importa cuanto lo leyera, la información no cambiaba.
Imposible, si esto es verdad, significa que Rouxi se entregó voluntariamente, no hay evidencias de droga alguna en su cuerpo. Medio Cai Yan, mirando el análisis de sangre que recibió del laboratorio hace algunos minutos.
Cai Yan no comprendía que paso por la cabeza de Rouxi, al momento de dejarse grabar, y peor, entregarse a un hombre tan vulgar.
Maldita sea, tendré que pagar esa apuesta..., no, no quiero entregar mi pureza a un desgraciado como él, ¡nunca dejaré que me toque! Cai Yan arrugo el documento y lo lanzo al tacho de la basura.
Se quedó quieta en su escritorio, con la mirada fija a la puerta, pensado en como salir de la apuesta que hizo, y como salvar a su amiga, no podía dejar que un idiota arruinara su vida,
La única forma que encontraba, era encerrarlo y crear algunos cargos falsos, para ganar algo de tiempo extra, y buscar una mejor manera de solucionar los problemas.
Cai Yan se estiró sobre el escritorio, su mente era un caos, le dolía la cabeza de solo pensar en lo que vendría. Suspirando con fuerza, Cai Yan estaba lista para levantarse, tenía que salir de la ciudad, no podía encontrarse con León, necesitaba ganar tiempo.
En eso que arreglaba sus cosas, alguien golpea la puerta.
-"¡Adelante!" Grito enojada, haciendo que el hombre detrás de la puerta se asustara un poco.
-"Jefa Cai, un hombre llamado León dice que tiene una cita con usted."
Cai Yan frunció los labios, y se rascó la nuca, la situación era mala, no podía encontrarse con él.
-"¡Dile que no estoy!"
-"¿¡Eh!?, lo siento, ya le dije que estaba presente."
Cai Yan casi lanza su engrapadora a la puerta, no esperaba que fuera tan inútil, ahora que su paradero fue descubierto, no podía escapar."
-"Idiota..., suspiro, déjalo entrar."
El oficial de policía asintió vehemente y se fue, no queriendo molestar más a su jefa, que parecía de muy mal humor. Cai Yan fue al frigobar que estaba en la esquina, y saco una botella de agua, su garganta estaba seca debido al nerviosismo.
Mientras ella bebía agua, la puerta se abrió, mostrando a su adversario, León ingreso como si fuera su propia casa, incluso fue al frigobar y saco una botella con agua, parecía relajado, ignorando la mirada de muerte que le lanzaba Cai Yan.
León sonrió y se sentó, esperando a que Cai Yan terminara sus asuntos.
-"Que haces aquí." Pregunto Cai Yan, sentado en su puesto de jefa de policía.
-"Vengo por la apuesta, y a reclamar mi premio. Y no, no mientas, sé que lo recibiste, tus subordinados son lengua suelta, una monedas y me contaron todo."
Cai Yan trago y digirió las palabras, buscando un indicio de falsedad, no podría creerle fácilmente a un hombre como León.
-"Mentira, mis hombres son fieles, además, no tengo la prueba, tardará otro día."
Al principio pensaba decir semana, pero lo negó de inmediato, sería muy sospechoso.
-"¿Crees que soy idiota?, me ofendes" León negó con la cabeza, bastante decepcionado.
-"Ya lo dije, no han llegado, tardará otro día, si quieres puedes revisar, no lo encontraras" Respondió Cai Yan confiada, entregando una carpeta sobre la mesa, esperando que se tragara la mentira, y dejara de hacer preguntas.
León miró las hojas sobre la mesa, y resoplo, se levantó, dando una corta caminata por la oficina, admirando los trofeos y medallas de Cai Yan, una oficial bastante condecorada, quien diría que pronto estaría sobre él gimiendo y rogando misericordia.
Cai Yan, empezó a sudar, las miradas que le daba León de vez en cuando, le daban un miedo profundo, pero se controló, no mostrando nada en su cara.
-"¿Terminaste de comprobar?, no hay nada más, ahora, si puedes irte, tengo cosas que hacer."
León se encogió de hombros, y fue al basurero, se agachó para recoger la pequeña bola de papel arrugado. Cai Yan abrió los ojos de la sorpresa, ahora recordó que recién habían limpiado, y no había basura en el papelero.
Tragando saliva, contemplo el papel en la mano de León, esperando que no lo abriera.
-"Y esto es..., hmmm, ¿en serio querías mentirme?, ¡decepcionante!, eres una oficial de policía, como puedes ser tan poco sincera."
Cai Yan apretó los dientes, enfurecida se levantó de su asiento y golpeo la mesa con fuerza, lista para abalanzarse contra el hombre frente a ella, ya no era necesario fingir, los dados fueron echados, solo puede avanzar sin miedo y ganar.
-"¡Bastardo!, no creas que eso te da poder sobre mí, no pienso cumplir mi palabra, nunca caeré en las artimañas de un cerdo como tú."
León dio una risa burlona y continuo.
-"Nunca imagine que serías tan agresiva, y poco honesta, suspiro, quería hacerlo por la buena, lástima que la gente no acepte mi buena voluntad."
-"¿Qué harás?, ¡piensas obligarme!" Grito enojada, nunca la habían amenazado, menos en su estación y propia oficina.
-"No, no es necesario, te ofrecerás voluntariamente, o tendré que arruinar la vida de Rouxi, depende de ti, salvara a tu amiga, o a tu pureza."
Cai Yan mostró los caninos, se paró con la espalda recta y enfrento a León.
-"¡Hmph!, nunca te atreverías, Rouxi me contó sobre su trato, dudo que tengas las agallas para arruinarle la vida, y perder el dinero que ganarías."
-"ja, ja, ja, obvio que me atrevería, no me interesa el dinero, lo único que deseo en esta vida, es tener mujeres hermosas a mi disposición."
Cai Yan no se dejó intimidar, creía que León mentía.
-"Nunca me tendrás."
-"Lástima, Rouxi pagará." Amenazó León, Cai Yan se cruzó de brazos y lo miro con enojo.
León sacó su teléfono para buscar el video, Cai Yan noto los actos de León y empezó a entrar en pánico, no se atrevería, ¿cierto?, supuso ella.
-"¡Última oportunidad!, dejaras que tu amiga arruine su vida, o la salvaras."
Cai Yan estaba en una encrucijada, por una parte, estaba su mejor amiga, y por la otra su pureza, que tanto tiempo ha guardado, esperando al hombre indicado.
Mierda, debería ayudarla, ¡tch!, es culpa de Rouxi por caer tan bajo..., pero sigue siendo mi amiga, además, como culparla, su vida es un asco, su padre la odia y la obliga a casarse con un desconocido, su madre murió, nadie la apoya.
Suspiro, y como amiga, tengo que admitir que la deje de lado, me sumí tanto en el trabajo que me olvide de ella, descuidándola, si estuviera a su lado, esto no hubiera pasado..., Rouxi..., mi amiga, yo...
Cai Yan se mordió los labios, y respondió.
-"Lo haré, deja a Rouxi tranquila, aunque..., tengo condiciones, uno, nadie más sabrá lo que haremos, dos, seguirás a Rouxi con su matrimonio hasta que ella diga, y no la acosaras, último, me trataras con cariño, no quiero un bruto en mi primera vez."
Si iba a entregar su primera vez, debía ganar algo a cambio, ayudando un poco más a Rouxi en el camino, y por lo menos, intentar sufrir lo menos posible.
-"Eres bastante exigente, para ser la que está siendo extorsionada."
León sonrió, conocía a Cai Yan, es una mujer fuerte y terca, siempre pone el bien de los demás ante que el suyo, adora a su familia.
-"Y quiero un límite de tiempo... solo una hora."
-"Lo haremos hasta que no pueda pararse más, que dices."
Cai Yan medito en silencio, conociendo la anatomía humana, los hombres durarían a lo más 10 minutos, y no podrían endurecerse en un largo tiempo, de ser así, no tenía como perder, incluso era mejor que una hora.
Incluso llego a pensar en otros medios de hacer que suelte su carga, como usar sus manos, o como último recurso su boca, todo sea por no perder su pureza. Lástima para ella, León no es normal.
-"¡Acepto!, vamos a nuestra casa." Respondió con una sonrisa de suficiencia.
Quizás logro darle un sedante y logro escaparme, incluso puedo lograr incriminarlo, no me gusta esa clase de artimaña, pero este cerdo se lo merece.
-"Para donde vas." León la detuvo del brazo.
-"A casa, vamos en mi auto..., que pasa con esa mirada."
-"¡Jeeee!, quien dijo que volveríamos."
-"¿De qué hablas?"
Cai Yan inclino la cabeza y levanto una ceja, no entendía lo que decía León, hasta que este se acercó y la agarro la cintura. Volver a casa, ¡imposible!, una chica policía en uniforme y en su oficina, es un sueño hecho realidad, el sueño de millones de hombres, no puede dejar que se escape, como hombre, es su deber realizar ese sueño y hacerlo realidad.