Capítulo 30: El Secreto de Mu Wanrou

Aaron no respondía y simplemente agachó la cabeza para meditar. Ella, la joven prometida de la familia Mu, era la futura esposa del CEO. ¿Por qué no podría revisar las cosas de su futuro marido? Por consiguiente, sin decir ni una palabra más, retiró el sello y sacó cuidadosamente los documentos.

Aaron era la mano derecha de Mu Yazhe, por lo que se esperaba que fuera de fiar en todo lo que hacía e investigar a una ciudadana común era realmente una tarea simple. Llevó a cabo una investigación exhaustiva en sólo un día y trajo todo a la oficina de Mu Yazhe. No obstante, no esperaba encontrarse con Mu Wanrou. Frente a ella, él era un mero subordinado, naturalmente, no podía negarle nada y no le impidió que revisara los documentos.

La información recopilada era muy completa. La gran pila de documentos contenía tanto imágenes como información.

Mu Wanrou los hojeó todos. Desde los antecedentes familiares de la persona y el instituto en el que la persona se había graduado, hasta el currículum de la persona en cuestión, todo estaba enumerado allí.

Al principio, estaba confundida. Claramente, se trataba de una chica normal y ella no podía entender por qué ordenaría una investigación sobre su identidad. Sin embargo, cuanta más información leía, más insegura se sentía.

—¡¿Yun Shishi?!

Tenía una vaga impresión de reconocer ese nombre, pero sus recuerdos estaban algo difusos, hasta que llegó a una página y su expresión inmediatamente cambió.

¡Resultó que esa chica era la que había alquilado su vientre hacía seis años atrás! No era de extrañar que el nombre le resultara algo familiar. Hace seis años, Mu Yazhe y ella se comprometieron, pero los exámenes médicos revelaron que ella era infértil. Esta chica había sido elegida personalmente por el abuelo Mu como madre sustituta.

Mu Wanrou estaba un poco recelosa, incluso preocupada. No podía comprender por qué Mu Yazhe quería investigar a esta chica. En estos documentos se afirmaba que Yun Shishi tenía también un hijo de seis años, llamado Yun Tianyou.

Yun Tianyou… Seis años… La misma edad que Yichen.

Mu Wanrou entrecerró lentamente los ojos. Todavía recordaba que, en ese entonces, la madre sustituta había concebido un par de gemelos idénticos. Sin embargo, debido al parto prematuro y al hecho de que el gemelo mayor había absorbido todos los nutrientes de la madre, cuando el gemelo menor nació, ya no respiraba y se anunció su muerte.

De repente, tuvo un mal presentimiento y procedió a repasar seriamente unas cuantas páginas más, llegando a la información concerniente a Yun Tianyou. Cuando llegó al final del informe, sus palmas estaban húmedas mientras su corazón ardía con rabia.

En el expediente, vio otro juego de fotografías. Las sacó apresuradamente y las revisó una a una. Las pocas fotografías que vio mostraban a un chico guapo, con el fondo de un jardín de infantes. Parecía que todas las fotos fueron tomadas ahí. Los delicados rasgos del niño, su atractivo perfil y su apariencia similar a la del Pequeño Yichen confirmaron todas sus sospechas de una sola vez.

Inmediatamente, su agarre se apretó, y arrugó la fotografía.

¡Mu Wanrou se mordió el labio inferior con dureza!

¿Podría ser que el niño no hubiese muerto en ese entonces?

¿Y que, durante estos seis años, esa mujer hubiese escondido a ese niño?

Mu Wanrou se puso nerviosa al instante y capas de hielo cubrieron su corazón.

¿Cuál era exactamente la intención de esa mujer llamada Yun Shishi? El niño claramente no nació muerto, así que, ¿por qué no dijo nada? ¿Quizás, ella quería usar sus derechos de custodia de ese niño para reclamar una compensación de los Mu?

Quizás…¡Sus ambiciones fueran más allá de eso y pudiese tener la intención de usar al niño como moneda de cambio para poner un pie en el Grupo Mu!

Después de todo, ¡ella era la madre biológica de los dos niños!

En cuanto a ella, mientras era la joven señorita de la familia Mu y futura esposa del CEO del Grupo Mu, ¡no tenía nada que ver con los dos hijos!

Desde la antigüedad, las madres siempre habían tenido éxito en elevar sus estatus a través de sus hijos. ¡Esto era más evidente en los casos de familias adineradas!