The Great Gatsby

Parecía que su madre no le contó a Jack sobre haber encontrado a Andrew en esa fiesta privada. Pam le pregunto que hacia afuera, cuestionamiento al cual el niño solo respondió mintiendo, solo dijo que salió por un momento y luego se perdió por los pasillos. La mujer rubia no le creyó del todo, sabía que era buen mentiroso, no porque lo haya descubierto mintiendo, sino por las veces en que su esposo le pidió que mintiese, se le hacía tan fácil recordar e interpretar las mentiras que; ella casi las toma por verdades

De todas formas, aunque junto con su esposo eran padres emocionalmente ausentes; ella por tener una actitud de eterno adolescente y Jack por no importarle lo suficiente. Pam se sintió obligado a darle un castigo, aunque esa decisión tuvo más que ver con la forma en que su madre en Nebraska la regañó diciendo que los niños necesitaban límites, eso fue hace unos meses, en un viaje familiar al que Jack no quiso ir .

Andrew recuerda mucho del viaje, pero sobre todo recuerda a la hermana menor de su madre, una rubia inquieta y marimacha de 10 años que lo tiro cuando intentaba montar una vaca de la granja de sus abuelos maternos, ella no se convirtió en su miembro favorito de esa familia, menos aún cuando comenzó a llamarlo enano comparándolo con su hermano de 7 años. De todas formas, el pastel de vaca, como llamó su abuelo a la historia, en gran medida era culpa de Jackie, con 2 años le dijo que no sería capaz de montar una, ese fue toda la motivación que Andy necesito.

Al final; tuvo que darse 3 baños, quemar esa ropa y no pudo comer en la mesa con el resto de la familia. El viaje no fue de su agrado, al terminarlo obtuvo grandes recuerdos: un conjunto de ropa quemado, un apodo que; la escasa coherencia hablante Jackie inventó, una fobia a las vacaciones y una némesis rubia de 10 años. No hay que decir que no quería volver a visitar ese lado de la familia, del lado paterno por lo menos sabía que su abuelo lo adoraba, aunque era molesto cuando le decía pequeño Noah o Noah Jr.

-Tendrás que vigilar a Lin, no importa que Rosa los esté vigilando, tendrás que estar en todo momento junto a ella- Lin era el otro nombre grabado de Jackie, era uno que rara vez se usaba, solo en privado debido a que su padre no quería que confundieran a su hija con una asiática, Andrew no sabía porque, pero sentía que lo que había dicho su padre era incorrecto.

- ¡Dibujó! - Se distrajo recordando tanto el anterior viaje familiar como el otro nombre cariñoso de Jackie- ¿Estas prestando atención? – Pregunto la antigua modelo y actual madre.

-Si.

-¿Qué dije?

- No abrazar a Rosita en Público.

- ¡No! Quiero decir; nunca hagas eso, pero no.

- No darle las gracias a los meseros cuando traen la comida.

- Tampoco era eso, pero sabes porque no hay que hacerlo ¿Verdad?

- Les da un falso sentido de validez, el cual no merecen o serian ricos como nosotros.

- Ese es mi niño- dijo apretándole los cachetes- ¿De que estábamos hablando?- Preguntó llevándose los dedos a la barbilla, iba a apoyar el brazo en la mesa en la que aún se encontraba desayunando, pero rápidamente grabó las clases de etiqueta que aprendió de duras formas con su agencia de modelos.

- Decías que Rosita merecía un aumento de sueldo porque estuvo despierta todo lo que duró el viaje- Mintió rápidamente, le guiño rápidamente un ojo a la niñera/ sirvienta, acción que está repitió disimuladamente mientras le limpiaba el mentón cubierto de avena a Jackie.

-Oh es cierto- se voltio hacia la empleada- Querida te has esforzado mucho, no sé qué pasaría de no tenerte.

- Tus hijos morirían de inanición- Susurro entre dientes, de forma en que fue casi inaudible, Andrew solo pudo entender lo que dijo debido a que siempre ha tenido un oído más desarrollado que las demás personas, cosa no muy beneficiosa cuando había un bebé en casa.

- ¿Qué dijiste?

- Qué es un placer trabajar con ustedes señora- Dijo Rosa con una falsa sonrisa, una que su madre no capto debido a que vivía en un mundo lleno de ellas, era una modelo que se dejó tragar por la falsa amabilidad como método de supervivencia, aun así, no es una persona inocente, Andrew lo sabía.

- Oh lo sé, pasar de beber agua de lluvia a tener fontanería debió ser un sueño para ti- Ahora esto el niño estaba seguro que no era algo bueno que decir, cuando rosita lo recogía del kindergarten y oía comentarios de las madres que eran acompañadas por otras niñeras; como frijolero/a, espalda mojada, taco o María, ése último apodo en realidad la molestaba, le explico que no todas las mujeres latinas se llamaban así y que esas mujeres lo usaban como insulto. Seria más practico que el chofer de la familia lo recogiera, pero Jack no quería que sus hijos tuvieran un contacto tan cercano con un empleado con el cual no estaban obligados a interactuar. De todos modos, no tenía sentido que tuviera que recogerlo del kindergarten, apenas hace una semana cumplió los 5.

- De todas formas, siento que hay algo que debo decirte Drew- A Pam le gustó mucho llamarlo con ese apodo.

-Lo castigarás – Dijo Jackie antes de que Rosa le metiera rápidamente una cucharada de avena.

-Oh tienes razón, gracias Jacqueline- Le lanzo un beso a la niña de casi 3 años- cuidaras de cerca a tu hermana, Rosa déjalos en la guardería del hotel y puedes tomarte el día- dijo mientras recogía un bolso y abría la puerta- Yo estaré en el spa.

- Enana- Gruño apenas Pam cero la puerta

- ¡Feo! – Gritó la niña

- De acuerdo cálmense, Iré a preparar sus cosas para que los cuidadores puedan atender- Señaló después de limpiar de nueva la boca de Jackie- Ah y Andy cambia de ropa a Jackie- le sonrió al niño con complicidad antes de levantarse para ir a preparar hacer.

Andrew, solo le dio una sonrisa alargada a la bebé que trato de alejarse en su andadera, pero muy pronto fue detenida.

La niñera junto con los 2 niños descendió a la guardería que se encontraba en el piso del lobby, Jackie todo el camino se movía inquieta en su carriola, no le gustó para nada el traje que tenía puesto. Al pasar vieron al Sr Gatsby otras estando rodeadas por un grupo de mujeres, algunas de ellas las habían visto la noche anterior en la fiesta ya las vio cuando apenas llegaron al hotel, recordaba que esas estaban casadas, también noto que las más jóvenes parecían chicas ricas, los brazaletes de oro y collares con joyas las delataban.

-Sr Gatsby ¿Qué hará más tarde? – Preguntó una de las chicas rubias.

- Tendré unas reuniones de negocios y luego quizás vaya a esquiar por la ladera más alejada del hotel- Dijo con una sonrisa que mostraba sus dientes brillantes.

- ¡¿El pico que está a 8 km?! ¡Solo es para profesionales!- Exclamó una de las señoras que al igual que las jóvenes buscaba la atención de Gatsby.

- Claro, disfruto el riesgo y estar alejado de los demás me permitirán concentrarme, aunque a veces es solitario- Dijo el último comentario con tristeza fingida.

- Oh Sr Gatsby, Sr Gatsby, mis amigas y yo podemos acompañarlo, he ganado muchas carreras- El hecho de que no conociese que las competencias de esquí se llevaban a cabo entre torneos y no eran simples carreras le revelaría a cualquier practicante del deporte que ella no sabía nada, Jay Gatsby nunca ha esquiado en su vida, por ello le siguió el juego.

- Eso es increíble, quién sabe, podría terminar enseñándome algo- Le respondió a la castaña quisquillosa que se había ofrecido a acompañarlo, ante el hecho de que invitación había sido aceptada las chicas y sus tres amigas soltaron chillidos, e intentaron tomarlo de sus brazos para alejarlo del resto de la competencia femenina- Pero esperen aun no puedo ir con ustedes- Protestó suavemente, entonces vio a una joven mujer latina con 2 niños, uno de ellos estaba en un cochecito y estaba usando un horrible pijama de sapo en un color lima

Al otro niño si lo reconoció, era el estafador que le había robado 1.000 dólares, hizo contacto visual y el mocoso sacó el fajo de billetes de 100 para empezar a abanicarse con él. Ese descaro le recordaba mucho a el mismo de joven, aunque claro ese descaro lo tenia con 16 años- Señoritas me encantaría ir con ustedes, pero debo cuidar de mi ahijado- Dijo señalando en su dirección con la copa de champán que tenía en la mano , para después acercarse a los niños.

Rosa al ver que se acercaba se puso delante de los niños, hizo un movimiento de pie y cerró el puño derecho. Parecía prepararse para una pelea. Para cuando Gatsby se acercó tuvo que alcanzar las manos de forma disimulada para que los espectadores se tragarán el cuento- Te doy 100$ si finges que me conoces- Dijo presurosamente.

- No te dejaría acercarte a mis niños por ninguna suma de dinero- Declaró mientras se cruzaba de brazos.

- Escucha solo quiero alejarme de estas buscadoras de oro- Habló en voz baja, lo curioso es que para un espectador distante parecía una conversación agradable, puesto que Gatsby cubría la reacción de Rosa con su cuerpo y movía los brazos como si tuviera la intención de abrazarla- Vamos conozco a este niño, somos amigos.

-¿Eres amigo de un niño de 5 años? – Pregunto alzando una ceja mientras volvía a preparar el puño.

- Se como suena, pero ayer lo encontré en una la fiesta de las ballenas ricas y decidí cuidarlo hasta que encontré a su madre, el pobre estaba asustado- explicó con una sonrisa.

-¿Es verdad Drew?

- ¿Verdad que somos amigos, campeón? – Iba a inclinarse sobre sus rodillas y acercarse un poco a el niño, pero Rosa se interpuso en su camino.

- Nunca e visto a este hombre en mi vida – Dijo el niño fingiendo miedo y escondiéndose tras la pierna de Rosita.

- Vamos campeón, no le das la espalda a tus amigos- Al ver el gesto de dinero hecho por los dedos del niño solo pudo suspirar- Bien te daré otros 1000$ si le dices a tu niñera que yo fui quien te cuido en la fiesta de los viejos seniles- Al ver que el niño no dijo nada y solo se limitó a inclinar la cabeza hacia adelante con una ceja arqueado en el rostro acompañando todo el movimiento con una sonrisa siniestra en el rostro, solo pudo soltar un bufido- 2,000$ es mi última oferta niño- Dijo extendiéndole un fajo de billetes, entonces Andrew dejó de fingir miedo y saliendo de detrás de rosa le arrebató rápidamente el dinero de la mano al hombre rubio.

-Si, si lo conozco, es el chico al que le vendí el rollo de camarón por mil dólares- Dijo mientras contaba los billetes en el fajo y separaba un billete para pasárselo a la bebé- Toma Jackie, no dirás nada.

-Doble- dijo la niña

-Eso es todo lo que tendrás- dijo el niño aun contando el dinero con el dedo meñique alzado.

-¡Doble!- Alzó la niña la voz.

- Bien, bien, tienes suerte que no tengas billetes más pequeños- Dijo sacando otro billete solo para lamerlo y dárselo a la niña, gesto al que la niña respondió escupiéndole a su hermano y limpiando el billete en su fea pijama verde.

"Estos niños respiran dinero"- Para que un bebé querría el dinero él no lo sabía, solo en el caso de Andrew le costaba imaginar en qué podría gastarlo además de dulces "Estos pequeños cerdos capitalistas podrían ser horribles personas en el futuro"

La reflexión de Jay fue cortada al escuchar un quejido, al fijarse vio que rosa jalaba de la oreja a Andrew- Así que decide hablar con un desconocido, esperaba que fuera uno de tus sueños fantasiosos- Dijo severamente la niñera.

-Au au au, so-solo estas molesta por perder la apuesta, si paso así que me debes 20$- Dijo el niño entre quejidos.

- Tendrás tu dinero, menos la comisión por mi silencio a tus padres

- Papá me felicitaría

- Pero no tu madre, y sabemos que es ella la que puede castigarte en la siguiente salida de compras, tal vez alguien le diga que ahora te gusta la ropa naranja y rosa, y solo por diversión ese alguien también le diga que te gusta la ropa unisex- dijo aun tirando de su oreja- Así que; ¿Cuál es la lección?

- Auch au, no hablar con desconocidos, okey- Rosa finalmente lo soltó y volteo hacia el hombre rubio- ¿Por qué sigues aquí?- Le pregunto ya habiéndose parado después de terminar de tirar de la oreja de Andrew.

- Fingir que me conoces y alejarme de aquí, ya sabes alejarme de esa gente- señaló disimuladamente al grupo de mujeres detrás de él que aún permanecían atentas a sus movimientos.

- ¿Por qué lo haría?

- Vamos le acabo de dar 2.000$ al niño, eso debe servir de algo.

- Lo único para lo que corresponde fue para demostrar que un niño puede timarte.

- Te daré los 100$ que prometí al inicio más otro 300$

- No me sobornarán por menos dinero que el que regalas a un niño- Dijo con una sonrisa burlona.

- ¡Lo gane!- El niño fue ignorado.

Jay Gatsby abrió la boca un poco, esta mujer intentó extorsionarlo- Eso no pasara, 800$ es mi última oferta.

-¡NO QUIEN ERES! – Dijo gritando rosa- ¡NUNCA…!- Gatsby sacó rápidamente otro fajo de dinero, este se vio más gordo que el que le dio al niño, ante esto Rosa alzó una ceja y estuvo apunto de continuar su acto de gritos hecho con un acento mexicano exagerado, sobre todo porque Rosa no era mexicana y había nacido en los ángeles.

Jay solo pudo sacar otro fajo- bien toma.

-Doble o nada.

- No te atrevería a 10.000

- Oh creía que me estabas ofreciendo ya los 10, 000, es una pena parece que no podemos llegar a un acuerdo, y yo que pensaba seguir mintiendo por ti mientras estemos en el hotel- dijo con fingida decepción- Oh bueno, vamos niños- Agarro la mano del niño y empezó a empujar el coche- ¡SEÑORITAS!¡ESTÁ LIBRE!- Gritó mientras se movía lentamente, aunque aún estaba a un metro de Gatsby.

- ¡Tu ganas! 20,000$

- 25 grandes

Jay ahora quería gritar, era alguien de las calles, una persona que hizo su fortuna engañando, extorsionando y eliminando a otros, y aquí está ahora, siendo estafado por una niñera suburbana y los 2 cerdos capitalistas que cuidaba, casi podía sentir como el trío se burlaba de él, si incluso la bebé. Pero la verdad es que estaba dispuesto a pagar un poco más con tal de alejarse de aquellos buscadoras de oro enviados por sus padres, padres con los cuales no podía tener malas relaciones puesto que tenía tratos con algunos, con los que no eran personas que podrían ponerle obstáculos a sus inversiones, así que perder lo que perdería la cantidad que estaba pagando era una más una inversión. Era una cantidad mínima de pérdida comparado con los millones que podría llegar a perder,

-Bien 25 mil- Dijo derrotado.

-Lo ven niños, así es cómo pueden conseguir la mitad de la suma para su educación universitaria, aprovechando las oportunidades- Al ver que las buscadoras de oro se acercaban añadido - ¡Me refería a que está libre para acompañarnos! – Dijo de nuevo con su acento exagerado, casi fingido, solo podía usar ese acento por los viajes familiares que sus padres hacían a su país natal.

-Lo siento, mi inglés no ser mucho bueno- Fingió de forma aún más exagerada.

El grupo de mujeres se alejó no sin soltar mensajes ofensivos:

-Si está en nuestro país debería aprender nuestro idioma

- maldita frijolero

-Por eso solo tenemos sirvientes europeos, los latinos son tan tontos, solo son capaces de aprender un idioma tan fácil como el español- Los comentarios reflejaban sin duda la burbuja social en la que aquellas mujeres se encontraron.

Gatsby solo quería terminar con esto, como persona nacida pobre llegó a toparse con gente con dinero que lo miro hacía abajo, aún recuerda esos momentos, esa es otra de las razones por las que no quería pasar tiempo con esas mujeres, sobre todo con la castaña que se ofreció a esquiar con él, pues esta fue la que soltó el último comentario.

Rosa estaba molesta, quería dejar a los niños en la guardería y luego relajarse con su día libre, tal vez acostarse con los botones guapos del hotel que vio el día de ayer. Le hizo un gesto al hombre rubio para que los siga.

Y así fue como Jay Gatsby en menos de 24 horas perdió cerca de 30,000$.