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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Komik
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Mundo Shinobi - Un comienzo difícil - capítulo 2

Dos semanas después del nacimiento del hijo de Madara, Naori reunió a los ancianos del clan en una gran habitación de su casa. Junto a los venerables, venía el actual maestro del clan. Este último era un joven de unos veinte años, pelo oscuro como la mayoría de los Uchihas, de facciones cuadradas y ojos malhumorados. Vestía un kimono beige con el abanico blanco y rojo de los Uchihas bordado en la espalda. Estaba sentado en un cojín por delante de todos los ancianos y haciendo frente a Naori. Mantenía una actitud firme, con la espalda recta y los brazos cruzados.

Por otro lado, la anciana Naori estaba sentada al fondo de la habitación, con la muralla a sus espaldas y un cuadro con la magnífica caligrafía de Madara Uchiha, en donde decía "Uchiha" en grande. La paciencia y la meditación habían convertido un simple pergamino con tinta en una obra que cualquier guerrero experimentado apreciaría.

Al lado de Naori estaba una joven bella, nariz respingada y rostro ovalado. Su cabello caía como una cascada de seda oscura, hermoso y resplandeciente. Su expresión era suave como una silenciosa primavera, un tanto fría, pero reconfortante para el espíritu y el corazón. Ella tenía los ojos cerrados ya que era ciega de nacimiento. No obstante, nunca debías faltarle el respeto: Una por su procedencia; ya que la anciana a su lado era feroz como un dragón. Por otro lado, por respeto a anterior maestro del clan. Gracias a su fugas unión, era tratada como si fuera una deidad.

-¡¿Cómo que no lo pueden reconocer?!- grito Naori Uchiha en un estado de furia. Apretaba su kimono a la altura de los muslos con los dedos engarrotados. Solo le faltaba un pequeño empujón para que desatara su furia y calcinara a estos perros mal agradecidos, pensó.

-Entiéndalo, Naori-sama- dijo Kotaro Uchiha, el actual maestro del clan. Descruzo sus brazos y mostro sus palmas como si estuviera cargando algo, en señal de sinceridad –la al-aldea cayó en caos, el maestro mato a muchos guerreros importantes. Si reconocemos al niño como uno de los nuestros, toda la aldea caerá sobre nosotros-

-Perro mal agradecido, solo porque eres el actual líder no te da derecho a negar su estado al hijo de nuestro maestro. Él te dio tu posición, lo mejor que puedes hacer es reconocer al niño como un Uchiha y protegerlo-

No obstante, Kotaro negó un tanto resignado y se volvió a cruzar de brazos –no podemos hacer lo que nos pide, la situación del clan ya es bastante precaria como para que busquemos más problemas con los demás-

Al ver una actitud tan temerosa, Naori Uchiha se puso de pie, activo su mangekyo y los miró con una furia animal. El resto de los presenten soltaron gritos de pánico. De los dos ancianos que estaban al final del grupo, más cerca de las puertas correderas, trataron de abrirlas para salir corriendo. El resto como no encontró salida, activo su sharingan mostrando sus ojos rojos con tres puntos negros en su centro. Ojos mágicos los hubieran llamado los extranjeros ignorantes de un modo superficial, pero de igual manera venerarían el poder que había en ellos.

Sin embargo, enfrente del mangekyo sharingan de Naori, era una batalla dispareja como la de un adulto con un niño. Naori fácilmente podría haberlos inducido a todos en una ilusión asesina con el poder de sus ojos, pero ella era una Uchiha, fiel a su clan y a su sangre. Jamás, a menos que traicionaran al clan, los mataría.

Naori respiraba con un ritmo errático mientras los diez ancianos y el patriarca estaban en posición de combate. Algunos habían sacado sus kunais o estaban realizando signos con sus dedos, como una forma de preparación para lanzar una técnica de fuego. No obstante, todo se calmó cuando una suave y delicada mano toco la arrugada de Naori. Esta última miró hacia abajo y vio un rostro sereno como el de la luna.

-Oka-sama- dijo Naoko Uchiha con una voz suave y armónica. Aunque tenía sus ojos cerrados, su ceño fruncido reflejaba su preocupación –sino pueden reconocer a Kain como Uchiha, que así sea. Algún día el tomara su apellido con sus propias manos, es hijo de él, no hay forma de que sea aplacado-

Naori Uchiha asintió con un gesto suave y miró al resto de ancianos junto al actual maestro del clan. Volteó su rostro hacia un lado, desactivo su mangekyo y soltó un suspiro.

-Lo que sea- dijo Naori –ya que ustedes han decidido sobre mi nieto, no esperen su ayuda en el futuro. Es un niño ahora, pero en el futuro…- la anciana hizo una amenazante sonrisa –él es hijo de Madara Uchiha, no lo olviden-

Kotaro junto a los ancianos tiritaron de miedo y recordaron lo salvaje que era el antiguo maestro del clan en el campo de batalla. Ya sea con técnicas de fuego, ilusiones, armas o combate cuerpo a cuerpo, era inigualable. Solo había una persona que podía igualar sus movimientos y él no era Uchiha. No obstante, en su miedo y testarudez, todos le dieron la espalda como si tuvieran la razón y abandonaron la habitación.

Naori Uchiha los quedo mirando, esperando dentro de su corazón que recapacitaran, pero era inútil. Ellos desaparecieron por el pasillo y solo se escuchó la puerta del frontis de la casa al abrirse y cerrarse de golpe.

-Oka-sama no debe desesperarse- dijo Naoko con una pequeña sonrisa encantadora -estoy segura que mi Kain será un gran guerrero. Estoy segura que ellos vendrán delante de él para pedirle que los lidere-

Naori sonrió un tanto cansada y se agacho para abrazar a su hija. La luz de su vida, la cual el destino desestimo dándole una enfermedad imperdonable dentro de un clan cuya fortaleza es la vista y obligándola a vivir en una esquina. No obstante, el destino por fin les sonrió y una noche, el antiguo maestro puso sus ojos en Naoko. Puede que no fuera amor, pero en la mente de Naori el solo hecho de que su hija pudiera traer a este mundo la semilla del mejor guerrero de su clan, era una bendición. Al menos, Naoko nunca expreso tristeza ni mucho menos la desgracia de haber sido tocada.

De repente, ambas escucharon un pequeño llanto, se apartaron la una de la otra y sonrieron.

-Dios santo, ese pequeño rufián tiene unos pulmones de acero- dijo Naori

Naoko soltó una melodiosa risita y se cubrió la boca con la manga de su kimono amarillo en un gesto elegante. Cualquier hombre que la viera quedaría prendado de sus expresiones, eran tan sutiles y encantadoras como las de una princesa. No obstante, Naoko no era una y para su dificultad, solo se podía valer de su madre. Una amiga de Naori la ayudo a tener su hijo, pero carecían de los suficientes recursos como para tener sirvientes. Así que Naoko ladeo su rostro con una expresión serena y le dijo a Naori.

-Oka-sama, necesito alimentar a Kain ¿Puedes llevarme?-

-¿Qué clase de preguntas son esas, niña?- pregunto Naori -sabes que sí-

Entonces ambas se levantaron de sus cojines y caminaron hacia la derecha de la habitación, hasta llegar a una puerta de corredera. Del otro lado se escuchaba un pequeño alborotador llorando por comida. Naori abrió la puerta corredera y guio a Naoko del brazo para que llegara al lado del futon. En donde un bebé de cabello blanco los estaba esperando.

Sip, como dijo Clercho, ser hijo de Madara tiene un montón de problemas. Sin embargo, no todo tiene que ser malo. Mañana lo verán.

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