Mundo Shinobi - Resultados - 229

Kain llevó a Naomi, Okita y Ozamu a la torre en el centro de la recamara subterránea. Ellos levantaron la vista y vieron que la torre se extendía cuarenta metros de ancho por treinta metros de alto. La bordearon por la derecha hasta llegar a una puerta metálica y Kain realizo un sello de tigre con la mano izquierda mientras que con la derecha sostenía la linterna de luz verdosa. La puerta hizo un clic y se abrió un centímetro hacia adentro. Kain la empujo y la luz verdosa ilumino todo en su interior dejando ver muchos estantes con repisas.

—Pasen— dijo Kain.

Naomi, Okita y Ozamu entraron a la torre y Kain los siguió mientras cerraba la puerta. Entonces, con la luz verdosa, vieron que había muchos estantes hechos de piedra en el centro de la gran habitación donde habían colocado rocas de minerales sin procesar. También había mesas a los costados de las murallas, pero que de momento estaban vacías.

Kain se movió hacia una caja empotrada en la pared, a la izquierda de la puerta y la abrió. Coloco su mano en el interior de la caja y toco una barra de minera de chakra en el centro de la caja. Después canalizo un tercio de su chakra y al instante siguiente, se prendieron las luces y ventiladores.

Naomi, Okita y Ozamu miraron las instalaciones y se quedaron sorprendidos al ver la luz tan clara y limpia. Una que no parpadeaba cuando los cables de alta tensión se movían ni que emitía una luz amarillenta y sucia a través de las bombillas.

—¡Kain-kun!— exclamo Naomi mirando una enorme piedra verde del tamaño de la cabeza de un niño —¿e, e, e, e, esto es?—

—Sí, es una esmeralda— dijo Kain

Ozamu y Okita empezaron a deambular por los estantes en el centro de la habitación y revisaron las etiquetas de los minerales almacenados hasta que sus cerebros dejaron de procesar lo que estaban viendo.

Kain se movió al final de la habitación donde había una escalera de caracol y dijo —vengan, arriba podremos conversar mejor—

Okita, Naomi y Ozamu lo siguieron hasta llegar al segundo piso, donde había una especie de laboratorio con un techo, murallas y piso blanco. Había largas mesas a los costados como para que pudieran trabajar una decena de personas al mismo tiempo. En el centro había una mesa con un mantel celeste y un juego de cinco sillas blancas.

Kain camino hasta la mesa, les ofreció asiento y todos se sentaron.

—Lo siento por no poder ofrecerles nada— dijo Kain sentándose a la cabecera de la mesa —esto lo construí hace un par de días y me esforcé en que se viera lo mejor posible. Así que el equipamiento tendrá que esperar—

Nadie respondió porque se sentían abrumados con lo que le había mostrado Kain. Él los miró con una sonrisa y con su mano derecha sobre la mesa de vidrio, levantó su índice y le dio de golpecitos.

—¿Qué les parece mi idea?— preguntó Kain

Ozamu a su izquierda, agacho la cabeza y miró el mantel celeste sobre la mesa —es irreal— dijo

—Difícil, casi imposible, sensei— respondió Okita

—Solo difícil, pero hay que trabajar mucho— respondió Naomi con seriedad, como diosa de la fortuna de Kain, lo miró a los ojos y preguntó —¿Por dónde empezamos?—

—Espera, espera, espera— dijo Ozamu —yo nunca dije que me uniría. Con Kain-sama tenemos otro proyecto, pero está muy alejado de lo que ahora estoy viendo—

—Yo tampoco lo tengo claro, sensei— dijo Okita con voz suave —yo, soy una kunoichi y si no fuera por usted, ni siquiera sabría ocupar mi chakra. No lo sé, veo difícil que en el futuro dejemos el campo de batalla, sin contar que ahora me siento fuerte. Me dan misiones de alto nivel y soy reconocida por mi destreza. En cierto sentido, no quiero dejar lo que tengo—

—Solo ven el ahora— respondió Kain entrelazando sus manos mientras sonreía. Ellos lo miraron y él continuo —es fácil pensar en el ahora, pero el día de mañana habrá más bocas que alimentar. Ozamu en algún momento tendrá su propia familia y si las cosas progresan, tendrá hijos. En ese caso ¿te gustaría que tu hijo fuera a la guerra?—

Kain vio a Osamu pensando, así que paso a Okita y le preguntó —¿Qué tal Mitsuo? ¿Te gustaría que fuera a la guerra? ¿Te gustaría que tus futuras generaciones tuvieran que poner su vida en peligro para poder ganar dinero?—

Okita agacho la mirada pensando en aquellas palabras.

Kain se quedó callado dejándolos digerir la idea y después de un minuto continuo —ya lo dije, esto es un proyecto a largo plazo. No veremos los resultados mañana o pasado mañana, ni la semana que viene ni el próximo mes. Esto es un trabajo a largo, largo plazo y cuando este todo establecido, posiblemente seamos más viejos que nuestros padres. Sin embargo, hay un gran valor en apostar por el futuro y jugarnos nuestros cuellos.

Ozamu y Okita siguieron abrumados por las palabras, lo que dejo a Kain un poco cabizbajo pensando en lo débiles que actuaban sin que él les hubiera pedido algo. Rayos, ni siquiera les había explicado su plan. No obstante, Naomi a su derecha puso su mano sobre la de él y sonrió. Lo que alivio algo el corazón de Kain.

—Bueno, por ahora no decidan nada— dijo Kain soltando un suspiro —con respecto a nuestro proyecto, Osamu. Esto es parte integral, ya que de alguna manera debemos obtener los recursos. Confió en ustedes y si en el futuro tienen ganas de unirse a mí, los recibiré con los brazos abiertos. Por ahora, lo que necesito de Ozamu sí o sí, es que me informe del movimiento interno de los Uchihas y maneje los rumores que rondan por Konoha. Además, necesito que me hagas un perfil de Mana Uchiha, sus movimientos y cuáles son sus tendencias. Si va a criar a sus hijos como tontos, habrá que hacer algo al respecto—

Ozamu levantó su rostro y miró a Kain —está bien— respondió

—De Okita— dijo Kain —necesito que seas la guardaespaldas y secretaria de Naomi. Ella me ayudará en las negociaciones y gestionará los recursos—

—¿Y mi trabajo en Konoha?— preguntó Okita sorprendida

—Seguirá existiendo hasta que los altos funcionarios se pongan estúpidos y quieran cobrar más de la cuenta por tus servicios de guardaespaldas. Se te pagara mensualmente como si hicieras una misión de rango B y tendrás horarios, festivos y bonos por horas extras. No tolerare un "no". De lo contrario, tendré que hablar con Saru y presionar para que solo te den trabajos de atrapar gatos—

—Sensei, eso es injusto— protesto Okita

—Bueno, uno tiene que ser injusto cuando la gente no sabe lo que le conviene. Créeme, vas a estar cien veces mejor conmigo y Naomi que haciendo misiones peligrosas—

—Pero yo quiero ser kunoichi—

—Y lo seguirás siendo. Con el tiempo, Naomi va a mover mucho dinero, por lo cual la atacaran personas peligrosas. Así que prepárate, porque haré valer cada ryo que te pague—

—Sensei malo— dijo Okita como una niña mimada

—Lo siento, pero a través de ti, Naomi, Akane y yo les mostraremos a los shinobis que hay una vida más allá de la guerra—

Okita asintió poco convencida y enojada con Kain por lo autoritario que fue, pero se sintió con pocas posibilidades de discutir.

Como las cosas no salieron como Kain esperaba, solo mantuvo la conversación durante media hora más y salieron de la mina de mineral de chakra. No sacaba nada de contarle a Osamu y Okita lo genial que era su proyecto si, aunque les mostro la mina, los recursos, la invención y su poder, aun no querían participar de su proyecto.

Una vez que volvieron a la casa de Kain, Okita y Osamu escoltaron a Naomi a su casa. Kain en un estado desanimado, paso de su habitación a la que antes pertenecía a su abuela y madre, vio que todo estaba más limpio que de costumbre y pensó que de seguro Tsubaki estaba ayudando a limpiar la casa por mientras que encontraba un trabajo. Kain atravesó la habitación, abrió la puerta corredera que daba al patio trasero y se sentó en el pasillo que pasaba por detrás de la habitación.

En ese momento del día el cielo estaba despejado con algunas nubes blancas. La brisa llevaba la humedad del pasto que, sin los ataques de Mito, había crecido varios centímetros a lo largo de todo el patio. Kain estaba en el extremo izquierdo de la casa mientras que, en el extremo derecho, estaban Tsunade y Kiyomi jugando a atraparse. Kain las miró con alegría porque podían jugar de manera tan despreocupada, pero frunció el ceño porque Tsunade ocupaba chakra para impulsarse cuando Kiyomi la iba a atrapar. Kain supuso que como fue una princesa y de la alta nobleza, no estaba acostumbrada a perder ni a jugar para divertirse con otros; ella tenía que ganar sí o sí. Lo cual no le hizo mucho gracias a Kain y sintió pena por Kiyomi.

Kain tomo una profunda respiración, miró el pasto del patio y pensó que pronto debería sacar la guadaña y empezar a cortar el pasto para que quedara a una altura uniforme. No obstante, pese a que el día estaba tan agradable, Kain recordó lo poco convencido que estaban Okita y Osamu y se desanimó. Apoyo su mano derecha en el suave y lizo piso de madera. Poco a poco su postura se fue desarmando hasta que cayó acostado de lado, con el codo apoyado en el piso de madera y su mano derecha levantada y aguantando su rostro. No obstante, llego el momento en donde se sintió más cansado y se recostó en el suelo mientras miraba el techo que cubría todo el pasillo que pasaba por detrás de la casa. Vio algunas telarañas entre las vigas y un poco de tierra acumulada, pero nada de eso le importo.

Kain cerró los ojos y se quedó tendido en el suelo, relajando cada parte de su cuerpo hasta que por fin le vino el sueño.

—Kain-sama no debería dormir a la intemperie— dijo una voz suave, amable y confiable

Kain abrió los ojos y vio a la hermosa mujer con el cabello rojo. Ella lo miraba desde el lado derecho mientras sonreía con amabilidad. Hoy vestía un kimono café oscuro con un delantal blanco atado a la cintura. No obstante, por muy simple que fuera su confección, no menguaba su belleza, ni la ternura de su mirada o sus prominentes senos.

Sin embargo, hoy Kain no tenía mente para la hermosa figura de Tsubaki, ella podía ser la musa que despertó su mente a lo sexual, pero hoy se sentía desmotivado por la reacción de sus amigos. Solo podía pensar en una pregunta ¿Estoy equivocado? Era como si la guerra hubiera sido un problema pasajero y al terminar, solo quedara seguir viviendo de la misma manera que antes. Sin cambiar, sin mejorar, sin hacer algo para evitar que ese "problema" se repita de nuevo.

—Lo siento, pero haz como que no has visto nada— respondió Kain cubriendo su rostro con su antebrazo y cerrando los ojos.

Tsubaki hizo una mueca incomoda y se sentó a un lado de Kain, le tomo la cabeza y la apoyo sobre su regazo. Entonces ella le peino los cabellos blancos con suavidad.

—No hay necesidad de que hagas eso, Tsubaki-san— dijo Kain quitando su antebrazo mirándola hacia arriba

—No hay necesidad de que un niño se estrese, pero aquí está Kain-sama, pensando en algo— respondió Tsubaki —¿Cuál sería su problema?—

—No te puedo decir, pero te puedo contar que estoy un poco desanimado. Quiero hacer algo, pero mis amigos no parecen motivados—

—En ese caso, Kain-sama debería empezar a moverse y una vez que se vean los primeros resultados, volver a intentarlo. Entonces será atractivo—

—Yo ya soy atractivo— dijo Kain con una sonrisa

Tsubaki se llevó la mano a la boca y soltó una melodiosa risita —sí, Kain-sama es muy bonito, pero no me refería a ese sentido. Puede que Kain-sama no haya conectado con las emociones de sus amigos y sus aspiraciones. Primero tienen que confiar en usted, después confiar en su idea y, por último, tienen que confiar en el respaldo de lo que ya ha hecho. Las emociones son lo más importante Kain-sama al momento de confiar—

Kain quedó mirando ese rostro amable y esos ojos esmeralda. Asintió y dijo —me preocupare de los sentimientos, son lo más importante—

Tsubaki asintió y por dentro se preocupó por Kain. Ella había hablado con Naoko y Mito, ambas estaban orgullosas de él. Ellas le contaron lo habilidoso que era el niño y lo prometedor que era su futuro, pero, sobre todo, que había heredado la preocupación del Dios Shinobi por los demás.