Mundo Shinobi - PGM - 134

Después de salir de la capital de Keishi, Kain avanzó saltando de árbol en árbol con dirección a Konoha. Entre las sombras y haces de luz que traspasaban el follaje, se respiraba la tranquilidad. Sin embargo, cada cierto tiempo se veía el movimiento de algunos shinobis avanzando con dirección a la frontera. Algunos se detenían para ver quien se acercaba a la aldea de Konoha, pero al ver a Kain, seguían adelante sin preguntar nada.

Kain continúo avanzando entre las ramas y notando que a medida que se acercaba a Konoha, los árboles se volvían más altos y gruesos, como si algo diferente los alimentará. Al mismo tiempo, los animales se volvían más rápidos, inteligentes y feroces; ni comparación con los animales que vivían alrededor de la capital. Entonces, mientras Kain avanzaba, se producían preguntas en su mente:

¿Qué es el chakra? ¿Quién lo creo? ¿Por qué algunos lo tienen y otros no? Esto último era bastante curioso, porque se podría responder como una deficiencia en el cuerpo. Sin embargo, dichos casos que se presentan como una enfermedad, son contados con los dedos de la mano dentro de la población. Sin embargo, dentro de la información estadística recogida por Konoha, solo un 40% de la población tiene acceso al chakra. Eso quiere decir que el resto nació y no tiene ninguna posibilidad de obtenerlo de forma natural ¿Eso quiere decir que los shinobis no son humanos?

Después de varias horas de avanzar por los bosques, Kain pudo ver a lo lejos las grandes puertas de entrada a la villa. Konoha estaba resguardada, lo cual le producía cierto alivio. No obstante, unos mil metros antes de llegar a los portones, dos sombras lo interceptaron. Una de las sombras emitió un brillo filoso y lanzó un corte. Kain de forma instintiva saco un kunai de su manga y lo bloqueo. Al mismo tiempo, él se vio impulsado al suelo, cayendo sobre sus pies y escuchando una voz femenina que gritaba:

-Katon, Goukakyuu no jutsu-

Kain sintió el calor acercarse a su cuerpo y él sin mirar, dio varios saltos en pirueta hacia atrás. Cayó a cinco metros de una bola de fuego que golpeo la tierra dejando un cráter y miró a sus dos "enemigos".

-¿Qué les pasa?- pregunto Kain frunciendo el ceño

Las dos personas paradas delante de él eran Akane y Sakumo, ambos tenían cara de pocos amigos. Ninguno respondió; Akane saco dos kunais de su bolsa y activo su sharingan hasta el segundo tomoe. Sakumo tomo su espada con ambas manos y la lleno de su chakra tipo viento.

-Si no me dicen me voy a enojar- añadió Kain

No obstante, Sakumo y Akane solo se lanzaron de frente y lucharon. Kain fue leyendo sus movimientos y prediciendo sus patrones. Cada corte, cada golpe, cada puñalada, fue bloqueada o evadida. No obstante, esto solo enfureció a Sakumo y Akane, quienes aumentaron el flujo de su chakra y atacaron con todas sus fuerzas. Kain ni siquiera los atacaba y mucho menos ocupaba sus genjutsus para detenerlos.

La lucha termino cuando Kain junto sus manos y del suelo aparecieron sus serpientes de agua. Sakumo y Akane se vieron rodeados por más de 30 serpientes de escamas relucientes como el cristal.

-¡No es justo!- dijo Akane entre jadeos al verse sobrepasada

-¿Qué no es justo, idiota?- pregunto Kain enojado. Guardo su kunai dentro de su manga y lo metió dentro de uno de los sellos. Después se cruzó de brazos y miró a Sakumo y Akane.

-¿Por qué tú sí y nosotros no?- preguntó Sakumo entre jadeos -yo demostré mi fuerza, cumplí una misión de alto rango con éxito. Sin embargo, tenemos que quedarnos en Konoha como el resto de los debiluchos-

Kain cerró los ojos y dio dos aplausos al aire. Al instante siguiente las serpientes de agua se desvanecieron dejando manchones de humedad sobre la tierra. Kain hizo una mueca incomoda y avanzó hasta Sakumo. Este último lo miraba como a un enemigo, apretó el agarre sobre su espada y mantuvo su rostro malhumorado. Sin embargo, Kain continúo avanzando y Sakumo jamás lo ataco. Kain llegó frente a Sakumo, puso su mano sobre la hoja de la espada y la bajo con suavidad. Sakumo aún seguía molesto, pero se calmó. Kain después miró a Akane y ella bufo hacia un lado en un gesto de indignación.

-Ambos son mis amigos, los atesoró como lo más precioso en mi vida- dijo Kain con voz reconciliadora -por ninguna razón les permitiría ir al campo de batalla, así como así. Al menos, deberían estar preparados para aguantar el ataque de un jounin experimentado-

-Pero…- protesto Akane

Kain levantó su mano para que ella esperara a que él terminara -pero esto va mucho más allá de mis deseos. Son el legado de mi tío. Si ustedes van a la guerra, Konoha habrá perdido su razón de ser. Además, Akane quiere dejar de ser shinobi ¿o no?-

-Eres injusto- dijo Akane agachando la mirada con ojos llenos de lágrima -eres mi otouto, pero te comportas de manera arrogante-

Kain se acercó a Akane y la abrazo, ella también lo abrazo y lloró. Sakumo también puso un rostro triste mientras sus ojos se volvían acuosos. No era como si ellos no entendieran porque Kain sí y ellos no. Kain era fuerte y habilidoso. Ellos tenían la fuerza, pero carecían de la experiencia y habilidad para lidiar contra un jounin experimentado. La misión de alto rango salió bien, pero fue gracias a la ayuda que les proporciono Kain a través de Kaoru. No obstante, ellos encontraban injusto que su amigo, menor que ellos, fuera a la guerra y ellos no. Si ellos pudieran ir a la guerra, se preocuparían de que nada le pasará a Kain.

Kain se apartó de Akane y dijo con una sonrisa -ustedes son realmente idiotas-

Akane y Sakumo quedaron congelados por un momento y después fruncieron el ceño.

-Es cierto que no irán a la guerra, pero su habilidad es necesaria en otro lado- dijo Kain, dejando a Sakumo y Akane sin palabras. Kain sonrió y les hizo el gesto para que lo siguieran.

Una vez que Kain y sus amigos entraron a Konoha, fueron a ver a Okita, en el distrito Ino-Shika-Cho. Una vez que llegaron tienda con una larga vitrina en el frente, llamaron. Okita vino, abrió la puerta y los dejo entrar. Después se sentaron a la mesa los cuatro y Kain les explicó la situación.

La guerra no solo cambiaría la posición de las personas dentro de Konoha, también lo haría dentro de la capital. En este momento, con una dotación de nobles reducida y un daimio sin poder, se estaban creando dos facciones dentro de la capital. La facción conservadora, representada por el daimio y sus dos nietos. Y, la facción revolucionaria, representada por la hija del daimio y su yerno, Minoru Senju. La primera facción buscaba asegurar la sucesión de Yahiko como el futuro daimio, mientras la segunda insinuaba que el muchacho no estaba apto y debería designar a alguien mucho más capacitado. El desbalance estaba en que la mayoría de los nobles apoyaban a la hija del daimio y a Minoru, mientras que solo el daimio y sus fuerzas personales apoyaban a Yahiko.

-Ahí es donde entramos nosotros- dijo Akane

-Sí, ahí es donde entran ustedes- respondió Kain -Sakumo protegerá a Yahiko y lo ayudará a mejorar como shinobi. Akane protegerá a Kasumi y Okita protegerá a la amiga de Kasumi, Murasaki-

-¿Por qué Sakumo al futuro daimio y yo a una niña tonta?- pregunto Akane mientras miraba a Sakumo con molestia

-Kasumi también es importante. Si muere Yahiko, ella es la segunda en la línea de sucesión. Además, diferente de Yahiko que solo tiene habilidad como shinobi, Kasumi conoce de política, economía, conexiones y roce social. Si hubiera alguien calificado para daimio, ese sería ella-

-No estoy contenta, pero ni modo-

Kain soltó un suspiro y continuo -la situación en la capital está delicada. Tobirama ha dado su permiso para que Minoru y Yahiko se enfrenten por el trono. El que sobreviva a esta lucha será el próximo daimio-

Sakumo soltó un suspiro y comentó -pensé que habías dicho que nos querías lejos del peligro-

-Si puedes resistir el ataque de un kage y vivir para contarlo, cambiemos de lugar-

-Ugh-

-Sensei- dijo Okita -¿Esto quiere decir que ellos se enfrentaran en un duelo algún día en específico?-

Kain negó -Tobirama puede haber dado su permiso para que ellos se enfrenten como una forma de separar el trigo de la maleza, pero eso no quiere decir que él les haya dicho esto. El permite el enfrentamiento, pero ellos tienen que buscar la manera de enfrentarse y sobrevivir. Ustedes se preocuparán de protegerlos de las influencias externas. Sin embargo, si hay un duelo de habilidades o un juego político, ustedes deberán quedarse al margen. Ese tipo quiere hacer un Kodoku-

-¿Qué es eso?- pregunto Sakumo

-Es un ritual, donde metes varios insectos dentro de una caja y la escondes bajo tierra. Al pasar los días, los insectos tendrán hambre y se empezarán a comer entre ellos. Quien sobreviva será el más fuerte y será utilizado para un tipo de magia ritual. En este caso, Tobirama quiere que el más apto sobreviva y gobierne la nación del Fuego. De nada sirven los nobles sin agallas y cómodos en su posición si no tienen el mínimo del sentido de la supervivencia-

-¿Está bien que nos diga esto?- pregunto Okita

-Sí, está bien. Lo que no está bien es que ustedes le cuenten a alguien sobre esto- respondió Kain, chasqueo los dedos y al instante, la habitación donde ellos se reunieron se llenó de diez anbus. Todos ellos vestidos con largas capuchas negras y máscaras de animales -ellos son la fuerza de Raíz, la elite de Tobirama. Ellos se preocuparán de que ninguno de ustedes diga nada de lo que yo les he contado. Deberán mantener la boca cerrada o habrá consecuencias-

-¡Maldito, seguro que fue una trampa todo ese discurso en el bosque!- grito Sakumo apuntándolo con el dedo

Kain puso una sonrisa burlona y dijo -yo no fui quien se jacto de hacer una misión de alto rango-

-Ugh-

Kain soltó una risita, pero luego se puso serio y llevo sus manos a las mangas de su haori blanco. Él saco tres pergaminos y puso uno delante de cada uno de ellos. Los tres tragaron saliva al verlo tan serio.

-Sakumo, Akane y Okita, en estos momentos les doy una misión de rango S con la cual se decidirá el destino de la nación. No lucharan contra un kage o un jounin de elite, pero las tramas, el veneno y las malas intenciones fluyen en grandes cantidades en la capital ¿La aceptan?-

Okita miró a Kain con un rostro serio y asintió -acepto, me has enseñado lo suficiente para ser capaz de luchar contra un jounin, no te defraudaré, sensei-

Kain asintió con una pequeña sonrisa y después miró con seriedad a Akane y Sakumo. Ambos parecían indecisos. Akane estiró su mano para tomar el pergamino, pero detuvo sus dedos a unos centímetros de tocar el pergamino. Miró a Kain a los ojos y él le guiño un ojo. Akane frunció el ceño, entre enojada y segura de que algo había hecho este otouto suyo. Ella no sabía en qué momento Kain se había vuelto tan mañoso. Al final, Akane soltó un suspiro y tomo el pergamino de mala gana.

Sakumo fue el único que quedó mirando a Kain sin prestar atención al pergamino -¿A dónde iras tú?- preguntó

-Al desierto, a negociar con la Aldea Oculta de la Arena- respondió Kain con una sonrisa

-¿Negociar?-

-Sí, negociar, dudo…-

-Kain-sama- dijo uno de los anbus detrás de Kain con una voz suave y femenina -eso es información confidencial. Por favor, haga lo que se le pidió-

-Shiori-chan, te vas a poner vieja si te sigues preocupando por estas cosas- respondió Kain con una sonrisa burlesca

No obstante, Shiori llevando su usual mascara de escarabajo, se acercó a Kain por detrás y le dio un coscorrón. Okita y Akane se taparon la boca y se rieron. Kain solo se acarició la cabeza con una sonrisa en los labios como si el golpe no hubiera sido nada mientras Sakumo miraba al anbu que debería ser imparcial y frio.

-Pero eso- dijo Kain continuando la conversación -iré al desierto. Una vez que solucione los temas en ese lugar, iré a donde hokage-sama me mande-

Sakumo soltó un suspiro y tomo el pergamino. Miró a Kain y le dijo -si muero, vendré a jalarte de los pies todas las noches-

-Trata de no morir, sería un poco desagradable que muestres tu fea cara cuando yo este con mis esposas- respondió Kain. Sakumo sonrió, Kain también, pero después se puso serio y continuo -para mantenerte vivo en la capital necesitaras de dos cosas; 1° mantenerte atento a los pequeños cambios y 2° utilizar tu imaginación para anticipar los ataques. Los seres humanos dominamos el mundo, la naturaleza y el campo de batalla gracias a nuestra imaginación. Sin ella, seríamos como animales-

Kain miró a Sakumo hasta que él asintió y después miró a Okita y Akane hasta que ellas asintieron. Después de eso, la reunión termino y ellos se prepararon para la misión.