webnovel

Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Komik
Peringkat tidak cukup
935 Chs

Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 341

Kain miraba a la insolente princesa de la nación del Fuego que lo miraba con resentimiento porque él no era su perrito faldero. Ella era desvergonzada y altanera cuando joven, pero los años la habían hecho empeorar, aunque la habían vuelto más hermosa y sensual.

—¿De qué necesitas hablar, Kasumi?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios.

Kasumi llevaba el cabello oscuro largo y suelto hasta la mitad de la espalda. A los lados de su rostro caían los mechones de cabello y el resto caía por su espalda. De piel lechosa, rostro ovalado y ojos almendrados. Tenía el iris rojo como parte del linaje del daimio, bastante hermosa y mirada fuerte. Una mujer sensual que ocupaba el kimono suelto en la parte superior exponiendo sus hombros y generando un escote donde dejaba ver parte de sus senos. El kimono purpura con estampados de flores y un obi rojo ceñido a la cintura.

Kasumi miró a Kain mientras fruncia los labios y le dijo —no me has venido a ver Kain ¿No te importa que me vaya a casar con otro? Eres un amante bastante descortés—

—Creo que las cosas entre nosotros dos están bastante claras desde el principio. Yo no soy la persona que tú buscas y tú no eres el tipo de mujer que yo espero para compartir mi vida. Una cosa es el sexo y otra cosa es el amor—

Kasumi frunció el ceño y le dijo —siempre eres tan frio, te odio— y miró para otro lado. Ella miró a Kain de soslayo para ver como reaccionaba, pero él solo la seguía mirando y evaluando. Igual de frio que Naomi, ambos eran el uno para el otro, pensó. Kasumi sintió que los ojos le quemaban como si fuera a llorar, pero de alguna manera logro retener sus lágrimas y continuo —necesito ayuda con una cosa—

—¿Qué cosa?— preguntó Kain con una sonrisa astuta

—Que mates a mi futuro marido—

Kain soltó una risita por lo bajo y la miró a los ojos mientras sonreía —es una petición un tanto rara— dijo

—Kain, es una anciano gordo y asqueroso—

—Un anciano que tú elegiste. Sin contar que es uno de los nobles más influyentes de la nación de la Tierra. Además, matarlo a él no te dará libertad. Todavía tienes que lidiar con su familia—

—Con él será más que suficiente, sé que te interesan los contactos y llegar a lugares donde la fuerza bruta no puede alcanzar—

—Mmm, ahora estás hablando mi idioma, pero tengo un mejor plan ¿Qué tal si destruimos a toda su familia?—

Kasumi abrió los ojos amplios, sonrió de forma coqueta y camino como una gata hasta Kain. Apoyo sus manos en el pecho de Kain y se apegó a él. Lo miró hacia arriba y lo comenzó a besar en el cuello —cuéntame— susurro.

Kain abrazó a Kasumi, era un pequeño engendro del mal egoísta y haría lo que sea para alcanzar sus metas. Era un cómplice perfecto que entendía la utilidad de dar y recibir —te conozco Kasumi, sabía que me ibas a pedir algo así. Sin embargo, la familia a la que te quieres unir es rival político de uno de mis futuros socios comerciales. El señor Sato quiere eliminarlos por las buenas, pero eso requerirá recabar información—

—¿Eso cómo me afecta?—

—Te afecta en el sentido que tienes que demorar un poco la boda. Una vez que debilitemos la posición de los Kato, ellos desearan la unión contigo al punto de que el viejo no te podrá forzar a nada. Entonces tú llevaras a dos personas de mi confianza para que ellas hagan el espionaje ¿Entendido?—

—¿Qué más?—

—Por ahora es eso ¿Lo puedes hacer?—

Kasumi sonrió fascinada con la mirada fría de Kain y asintió. Ella se levantó como si fuera una serpiente que se mueve por el pecho de Kain. Se arrodillo y le tomo el rostro con suavidad. Le beso una mejilla con sensualidad y sonrió de forma cómplice. Ella le iba a dar un beso en los labios, pero Kain apartó su rostro y la quedó mirando a los ojos.

—¿Entiendes que esto no es gratis?— preguntó Kain

Kasumi asintió con una sonrisa coqueta en los labios.

—¿Entiendes que trabajaras para mí en el futuro?— preguntó Kain

—Eso es lo mejor—

—Sí, es lo mejor para ti. No me importa lo que hagas con tu vida, pero respeta nuestro trato o te haré desaparecer—

—Sí— susurro Kasumi con una sonrisa coqueta.

Kain tomo las manos de Kasumi y la apartó de él. Ella quedó sentada en el tatami y Kain se puso de pie. Kasumi pensaba que Kain quería algo más, ella sonrió y se acercó a Kain, pero este último se dio la vuelta y camino a la salida.

—Kain— dijo Kasumi confundida

Kain miró hacia atrás a Kasumi, sonrió y le respondió —de eso querías hablar ¿Verdad?—

Kasumi asintió con una expresión triste y confundida.

Kain abrió la puerta y continuo —en ese caso, está conversación termino—

—¡Imbécil!— grito Kasumi con todas sus fuerzas, pero Kain no se dio la vuelta para ver lo que pasaba. Solo escucho que algo atravesó la puerta con cuadritos de papel y se estrechó contra una muralla solida generando una quebrazón de cerámica.

Kain negó con la cabeza, no había ganancia en amar o ser fiel a una persona que jugaba por fuera sola y sin previo aviso. Ella tenía su utilidad mientras cumpliera su papel. Por supuesto, este trato no se extendía a cualquiera. Kasumi entendía el concepto de dar y recibir y sabia mantener la regla. Solo habría que ver hasta cuando se mantendría fiel a esta regla.

—Puede que tenga que dormir con ella uno de estos días para complacerla— murmuro Kain con cierto cansancio

Kain camino por el pasillo con dirección a las escaleras para subir al segundo piso. El suelo era de madera barnizado al natural, limpio y lustroso. Las paredes sólidas se intercalaban con las puertas de corredera con cuadritos de papel. Una vez que Kain llegó al segundo piso, camino por el pasillo y se detuvo frente a una puerta corredera.

—Murasaki, soy yo— dijo Kain

—Kain-sama— dijo una voz suave y agradable. Se escucharon unos pasos apurados y se abrió la puerta corredera. Detrás de la puerta apareció una muchacha de largo cabello negro y lizo. Iba vestida con un kimono fucsia y un haori purpura. Ella medía un metro con cincuenta, de aspecto tierno y esbelto. Un rostro ovalado, la piel lechosa y ojos almendrados. Su oficio de escritorio le había dejado ojeras bajo los ojos, pero su rostro seguía siendo tierno. Ella se acercó sin previo aviso y lo abrazó.

Kain le dio un pequeño abrazo y preguntó —¿Me extrañaste mucho?—

—Sí, mucho, mucho— respondió Murasaki, levantó su rostro y lo miró con una hermosa sonrisa. Tenía una boca bonita, grande con labios delgados.

Kain le acaricio la espalda y miró la habitación. Más parecía una biblioteca llena de estantes con libros. Tenía una mesa baja cerca de la ventana y un montón de hojas sueltas escritas. Él miró a la derecha y vio a la gran Reika sentada en el suelo. Ella tenía la espalda apoyada en el estante. Sostenía un libro con su mano derecha y llevaba el pulgar izquierdo a su boca para morderse la uña. Ella estaba tan concentrada en la historia que ni siquiera noto a Kain.

Kain intuyo el tipo de historia que estaba leyendo, las favoritas de Murasaki. Kain miró hacia abajo y vio a la dulce muchacha en sus brazos. A pesar de verse tan tierna y bonita, tenía una mente bastante sucia.

—Ella está leyendo mi nueva novela— dijo Murasaki, se ruborizo y continuo —no es lo que Kain-sama piensa—

—Mmm, te creeré por ahora— respondió Kain, se agacho y le dio un pequeño beso en los labios. Murasaki sonrió con dulzura y se apegó a Kain.

Kain tomo una profunda respiración y avanzó con Murasaki pegada a él. Cerró la puerta y continuo hasta detenerse delante del escritorio. Murasaki lo soltó y fue al escritorio, reunió los papeles regados y los organizo de forma rápida. Después volvió con Kain y se los tendió. Este último tomo los documentos y los leyó a grandes rasgos. Era sobre el personaje que invento Murasaki inspirado en Kain, aunque ya no tenía ese trasfondo tan oscuro como en sus primeras historias.

—Eres la luna galante que ilumina mi camino. Eres el fuego inmortal que lo consume todo— murmuro Kain, miró a Murasaki mientras ella lo miraba con las manos juntas, como si estuviera rezando. Kain mostro una pequeña sonrisa y le dijo —gracias—

Murasaki sonrió complacida y Kain continúo leyendo lo que había inventado ella. Kain fue al estante de la derecha, se sentó a tres metros de Reika y comenzó a leer. Al mismo tiempo, Murasaki se agacho y se sentó entre las piernas de Kain, con la espalda pegada al pecho. Como ella era pequeña, Kain podía leer sin que obstaculizara su rango de visión.

Media hora después, Kain termino de leer las hojas que le entrego Murasaki, algo asombrado del talento literario de esta pequeña escritora. Él miró hacia abajo y noto que ella dormía en sus brazos. En muchos sentidos, era más como una imouto que una novia o algo más. A ella le encantaba escribir y vivía recluida gracias a la ayuda de Kasumi y Kain. Sin embargo, la existencia de Murasaki no era tan simple y Kain no le ponía tanta atención porque fuera bonita. Ella era el remanente de la humanidad, de la verdadera humanidad. En un mundo donde existía gente con y sin chakra, Murasaki tenía mana. Una forma más primitiva y antigua de energía. Ella era la piedra angular de la última pregunta trascendental que se hizo Kain ¿Qué le sucedió a la humanidad? ¿Qué paso para que desarrollaran Chakra?

Kain llevó su mano derecha a la manga izquierda, busco entre los sellos internos y sacó lo que buscaba. Vástago apareció en su mano derecha y Kain presiono el ojo del pequeño diamante gris. El ojo emitió un brillo rojo y comenzó a levitar.

—Vástago— dijo Kain, miró a un lado y noto que Reika seguía leyendo absorta en el libro que le paso Murasaki. Vaya guardaespaldas, pensó Kain, pero en lugar de enojarse, sonrió. Después miró a Vástago y continuo —realiza escáner completo y envía los datos a Guardián para que los procese—

—Entendido— respondió la voz de un joven noble, educado y frio

—¿Necesitas estar frente al objetivo?— preguntó Kain

—No señor—

—En ese caso, escóndete en el último nivel del estante, entre los libros. Una vez que termines con el escáner, busca un mejor lugar para esconderte. Todavía no es momento para que la gente te conozca. En caso de emergencia puedes solicitar a Guardián que te transfiera a las instalaciones en Konoha—

—Sí, señor—

Kain tomo a Murasaki y la recostó en el tatami. Se quito el haori, lo doblo y lo ocupo como una cabecera para que Murasaki siguiera durmiendo. Al mismo tiempo, Vástago levito hasta la parte alta del estante y se escondió entre los libros. Murasaki siguió durmiendo mientras Reika leía la novela. No parecía consciente de la existencia de Vástago. Su aura era suave de color purpura como su cabello. Se podría decir que ella estaba prácticamente en trance con ese libro. Quizá que cosa escribió Murasaki que le fascino tanto a Reika.

Una vez todo establecido, Kain acercó su mano derecha al libro de Reika y le dio unos golpecitos. Reika dio un respingo y lo miró asustada. Una vez que vio a Kain, soltó un suspiro de alivio y dijo —Kain-sama, casi me mata del susto—

—Bueno, para ser mi guardaespaldas, eres bastante engreída para regañarme—

—Yo— dijo Reika con las mejillas ruborizadas, agacho la mirada y continuo —lo siento, es que, es que…— ella levantó la mirada y agito el libro —esto es demasiado bueno—