Kain dejo a Akina y Jin con un clon de madera mientras realizaban los entrenamientos.
El clon verdadero, Kain, camino hacia una esquina en donde estaba Ishin, abuelo de Akina y Jin. El hombre de más de cincuenta años estaba de pie, con las manos en los bolsillos y observando a sus nietos. Llevaba ropa oscura, el cabello rubio, delgado y peinado hacia atrás. Los ojos azules con una mirada analítica.
—¿Cómo está Ishin?— preguntó Kain con un tono de voz que reflejaba energía
Ishin miró a Kain, sonrió y le respondió —bien ¿Y usted? Muchas gracias por sus esfuerzos—
Kain llegó al lado de Ishin y observó el campo de prácticas —a los demás no les parece lo mismo— dijo
Ishin miró a Kain y continúo mirando el campo de practica —dudo que ellos puedan entender al hombre más inteligente del mundo— dijo con una sonrisa en los labios —así lo reconocieron. Usted es bastante joven y talentoso ¿No?—
Kain observó a Ishin, mostró una pequeña sonrisa y le dijo —algo así, me lo dicen a menudo—
Ishin soltó una risita —me lo imagino, sobre todo las jovencitas— dijo
—También— respondió Kain y soltó una risita —más tarde voy a reunirme con los shinobis dispuestos a aprender ninjutsu medico ¿Le interesa?—
—No lo creo, no soy esa clase de médico— dijo Ishin, le dio una ligera mirada a Kain y volvió a mirar a sus nietos —en ese aspecto soy más parecido a los médicos civiles. Como se puede ver, el resto de los shinobis me evitan—
—Los tiempos cambian, lo que importa es la intención. Si le interesa, puede unirse a nosotros. Se dará cuenta que yo tengo implementado muchos de los conocimientos de los civiles al procedimiento—
Ishin miró a Kain, alto, de cabello blanco y ojos azules. Él mostró una pequeña sonrisa y le dijo —si me permite decirlo, su pensamiento es bastante revolucionario—
—Algo así, pero eso no importa—
—¿No le importa?—
—No, lo importante es salvar la mayor cantidad de personas posibles ¿No lo cree?—
—Como médico, debo darle toda la razón, pero si fuera shinobi, no sé si su educación se desvío en algún punto—
—¿Usted cree que seguimos viviendo en la era de los estados combatientes?—
—No me malentienda, señor— dijo Ishin, mostró una pequeña sonrisa y miró a Kain a la cara —es solo el pensamiento anticuado de un viejo. Digo las cosas por lo que veo. La gente normalmente lo llama experiencia—
—¿Acaso no cree en que esta época se prolongará y evolucionará?—
—Creo en el ser humano, en el shinobi y sobre todo en sus hábitos ¿Usted cree que esta época perdurara para siempre?—
—No lo creo, es nuestra naturaleza, pero está en mis manos poder extender este periodo de crecimiento y hacerlo durar lo más posible. Puede que en el futuro haya guerras, pero no serán como las que libraron nuestros antepasados—
—Claro— dijo Ishin con una sonrisa burlona —lo harán con palos y piedras—
Kain entendió el punto y la visión fatalista del futuro. No lo contradijo ni lo afirmo, después de todo, era la visión de un hombre que se enfrenta a diario a la naturaleza de la humanidad. Incluso si él era médico, el resto de los shinobis no lo miraban como un igual. A Kain le daba un poco la sensación de Tadashi en el distrito Uchiha ¿Qué pasaría si ellos conocieran la terrible técnica que había desarrollado este hombre y había trasmitido a sus nietos? ¿Ellos lo mirarían igual?
—¿Cuál es su opinión de mis nietos?— preguntó Ishin
Kain le dio una ligera mirada, el anciano sonreía de forma amigable, pero su mirada era aguda. Kain lo pensó un poco y respondió —promedio, irán a los exámenes chunin y llegaran hasta la ronda intelectual, puede que un poco más allá, pero eso será todo—
Ishin entrecerró los ojos, pero soltó una risita —no hay nada que hacerle— dijo —ellos querían ser shinobis como sus padres, pero no pertenecemos a un clan de renombre. Ellos solo pueden optar al entrenamiento básico. Sin embargo, antes de seguir más allá, me gustaría preguntarle ¿En serio son tan seguros los exámenes chunin?—
—Esa es mi intención— dijo Kain con seguridad —si yo no garantizara el orden y la seguridad, nunca hubiera permitido este evento. Es, en muchos sentidos, llamar a los problemas—
—Señor, si le soy sincero, su invitación a los exámenes chunin nos tomó a todos desprevenidos. En serio— Ishin señalo con la mano derecha en un movimiento de izquierda a derecha como si señalara a todo el mundo —como puede ver, no hay shinobis de grandes clanes. Por eso también se nos permitió participar—
—Me lo imagino, Ishin. La gente todavía no puede creer— dijo Kain con una sonrisa en los labios, observó a los genin realizar sus entrenamientos —¿pero te digo algo? Aquí entre nos, ellos se están perdiendo una gran oportunidad, un evento como ningún otro en la historia—
Ishin soltó una risita —señor, lo estoy esperando— dijo
Kain asintió sin añadir más.
Después de una hora, Ishin vio a Onoki acercarse a ellos y realizo una profunda reverencia —Tsuchikage-sama— dijo
—Ishin, espero que Kain no te haya estado contando sus locuras— dijo Onoki de buen humor
—Oh no, para nada, Tsuchikage-sama— dijo Ishin y enderezó su espalda, pero siguió mirando al suelo —al contrario, él me ilumino con visión de un futuro que jamás podría haber imaginado—
Onoki asintió, a gusto por las palabras de Ishin y su actitud reverente. Onoki miró a Kain y le dijo —los shinobis se reunieron—
—Entiendo, dejemos a los niños entrenando— dijo Kain
Onoki asintió y miró hacia un grupo de shinobis, él les hizo el gesto con la mano y ellos se acercaron a paso rápido. Ellos se arrodillaron delante de Onoki y agacharon la cabeza. Onoki les dio un par de órdenes y ellos se retiraron.
Onoki miró a Kain y le dijo —por aquí—
Kain asintió, le dio una breve mirada a Ishin y le preguntó —¿Por qué no nos acompañas?—
Ishin pensó que la invitación de Kain solo era cordialidad a un hombre mayor. Así que esta pregunta lo tomo desprevenido, pero él supo mantener la calma y mostró una sonrisa cordial —muchas gracias por su consideración, iré con mucho gusto— dijo
Kain asintió y camino junto a Onoki por delante de Ishin. Este último los siguió en silencio, un metro por detrás de ellos. El resto de los shinobis los quedaban mirando, sobre todo a Ishin como si ese lugar no fuera para él.
Kain también noto las miradas, era la misma sensación que trasmitían los genin al grupo de Akina y Jin. Sin embargo, diferente de los niños que parecían ansiosos e impulsivos, Ishin estaba tranquilo y los miraba a los ojos. Sorprendentemente, los shinobis apartaban la mirada a los pocos segundos de hacer contacto visual.
—Todo está preparado— dijo Onoki
—Eso es bueno, lo importante es la gente— dijo Kain
Onoki puso una pequeña mueca de incomodidad. Kain lo notó, pero no dijo nada, él lo entendió. No importa lo que pase, Kain no podía ser popular en todos lados, sobre todo considerando los daños colaterales de la anterior guerra. Kain hizo explotar las bases shinobi con la técnica de arañas explosivas del viejo Ichikawa. Eso debió generar muchas bajas. Seguramente, toda la gente que estaba en la fortaleza era gente que no había sufrido pérdidas por la anterior guerra. Aunque esto solo era una suposición.
Por su parte, Ishin estaba mirando la espalda del joven shinobi. El cabello largo y blanco tapaba lo que deberían ser dos símbolos. Ishin no los podía distinguir, pero los miraba. Tenía curiosidad por lo que había hecho Kain y como lo tomaría el resto. En cierto sentido, trajeron a los shinobis médicos con una mentalidad abierta, pero incluso ellos, renegaban de la medicina que practicaban los civiles.
Kain, Onoki e Ishin avanzaron a lo que era un edificio nuevo con forma de pagoda. Ellos se detuvieron frente al edificio de cuatro pisos. Frente al edificio estaban los shinobis que iban a aprender ninjutsu médico. Todos jóvenes, de aspecto humilde y poca confianza. Había algunos que parecían saber algo, un par de viejos con el cabello cano y la piel arrugada, pero una pésima actitud se reflejaba en su rostro.
Kain miró a Onoki y este asintió como si le estuviera dando su permiso, Kain miró a los shinobis, eran dieciséis en total —muchas gracias, por venir— dijo mientras pasaba una ventisca agitando su cabello —antes de comenzar, déjenme hacer algunas modificaciones para que podamos hablar el mismo idioma—
Kain dijo —activa unidades de apoyo, desmantela el edificio y construye un consultorio, Modelo A1—
—Oye, Kain— dijo Onoki, él se había esforzado por construir la pagoda y que el lugar quedara lo más presentable posible.
—Tranquilo, viejo amigo— dijo Kain —después de que termine me lo agradecerás—
Onoki frunció el ceño, pero en lugar de quejarse, asintió con seriedad y miró las unidades de apoyo. Él y el resto fueron testigos de la magia provocada por los pequeños diamantes. En tan solo media hora el edificio con forma de pagoda fue desmantelado como si nunca hubiera existido. La siguiente media hora un edificio blanco, con grandes ventanales, emergió desde el suelo. Tenía dos subterráneos donde estaban los quirófanos y el resto era el vestíbulo y las salas de consulta. Fue un cambio abismal desde la ostentosa pagoda al edificio de aire ordenado y limpio que resaltaba con una arquitectura moderna.
Kain se acercó al edificio y miró a Onoki para que él lo siguiera. No estaba impresionado por el diseño, pero por la facilidad con que esos pequeños diamantes construyeron algo tan elaborado. Con razón el daimio y los nobles estaban vuelto locos e insistiendo a Kain para que él les entregara la tecnología. Por supuesto, él entendió de inmediato que eso nunca debía ocurrir. Si los shinobis eran peligrosos y poseían el poder desde siempre, un grupo de personas que nunca han tenido un poder real, serían más peligrosos todavía.
—Kain— dijo Onoki mientras seguía a Kain
—¿Qué sucede?— preguntó Kain dándole una breve mirada a Onoki. Él miró los alrededores y alzó la voz —por favor, acompáñennos—
El resto de los shinobis que estaban congelados, asintió y los siguió como si fuera un grupo sin voluntad.
—Con respecto a los diamantes— dijo Onoki
—¿Eso de nuevo?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios
—No lo puedo ignorar, además, dado tu poco sentido de la modestia, debo insistir ¿Tienes un plan para proteger los diamantes?—
—Recuerdo haberte dicho que sí, uno sutil, con un poco de caos, pero lo justo y necesario—
—Yo, no me importaría si es un poco más caótico. Solo asegúrate de que esas cosas no terminen en malas manos—
—A todo esto ¿No lo quieres tú?—
—Yo ¿Para qué?— preguntó Onoki, realmente preocupado por la pregunta —no sabría cómo utilizarlo. Es, es como si pudiera fabricar una lista de deseos, pero no sabría darle el uso adecuado. Me volvería loco. Es mejor que conserves esas cosas para ti—
—No pensé que hubieras pensado tan profundamente en el tema— dijo Kain con una sonrisa significativa
—Tonto, puedo ser duro de cabeza, pero no soy idiota— dijo Onoki como si estuviera ofendido, pero se ruborizo y continuo —también me hago preguntas, pero con respecto a esos pequeños diamantes, no tengo una opinión precisa—
—Lo correcto sería decir que no tienes una buena opinión ¿Verdad?—
—Mm— respondió Onoki con seriedad y en un gesto simple
Kain sonrió, no era el único. Kain le había hecho la misma pregunta a Shamon, Gengetsu, Jin y Hiruzen. Lamentablemente, solo su estúpido amigo de toda la vida había respondido de forma impulsiva e irreflexiva. Como dijo Onoki, solo tenía una lista de deseos, pero no sabría ocupar la tecnología de las unidades de apoyo de forma objetiva y eficiente. Para empezar ¿Cómo se utiliza? ¿Qué hace? ¿Algún jutsu o conexión espiritual? Así de grande era la incógnita en la mente de todos. A sus ojos, las unidades de apoyo eran más un artefacto esotérico que algo tecnología.