En la mansión de Naomi, en la nación del Rayo. Para ser más específico, en la habitación en donde estaba el cuadro pintado de Eliana, emergió un clon verdadero de la pintura.
Este Kain era como los otros: alto, cabello blanco, ojos azules, vestido con un kosode verde pasto, hakama negro y encima un haori blanco. Llevaba sandalias de madera igual que el original. Por supuesto, también iba equipado con un brazalete negro en el antebrazo izquierdo.
La habitación estaba oscura, pero en cuando el clon verdadero puso un pie en el suelo, las luces se encendieron en secuencia hasta que alcanzaron la iluminación optima. Era una habitación amplia con un piso de cerámica color burdeos, paredes y techo blanco, todo de concreto y completamente hermetizado para que nadie, ni siquiera utilizando jutsus como los de Gengetsu para volverse agua o los insectos espías de los Aburame, pudiera entrar. Solo Kain podía autorizar a alguien a entrar o salir.
El clon verdadero, extensión del original gracias a la divinidad asociada al pensamiento múltiple, miró el entorno. La interfaz visual le mostró que no había signos de contaminación exterior o algún signo de infiltración. Solo existían las marcas dejadas por Kain y Naomi cuando entraron al cuadro pintado. Sin embargo, la investigación llegó más profundo y se activaron la visión infrarroja, ultravioleta, detectores de energías como chakra, mana, esencia vital, reiatsu y sus variantes. Nada, lo que dejo al clon verdadero tranquilo.
—Sala de entrenamiento subterráneo, Konoha— dijo Kain (clon verdadero)
Kain desapareció de la mansión y apareció en el campo de entrenamiento subterráneo.
En ese momento eran las dos de la mañana, pero Madara y Tobirama seguían luchando entre sí. Ahora estaba aburridos, ya que no tenían a Kiyomi para enseñarle. Por otro lado, Kain les había dejado claro los límites, así que hicieron uso del suero que les concedía chakra por tiempo limitado. Ninguno temía a la muerte, para ellos, Kain se había vuelto el dios de la muerte ¿Cuántas veces habían sido revividos cada uno? Ya habían perdido la cuenta. Después de todo, a pesar de entrenar, siempre estaban intentando matarse el uno al otro y como no había un límite para las resurrecciones, ninguno se contenía.
Kain vio a Madara y Tobirama cruzar espadas. El primero menos impulsivo que el segundo. Después de todo, Madara tenía la seguridad de poder vencer a Tobirama en donde sea que fuera.
Kain sonrió, como se esperaba del pináculo de los guerreros de este mundo. Kain era hábil, pero las continuas reencarnaciones le habían concedido esa perspicacia. Sin embargo, a Madara nadie le enseño y, aun así, estaba dominando la habilidad de percepción como su segunda naturaleza.
Por su parte, Tobirama plantaba un pequeño sello allá donde se movía y buscaba moverse lo más rápido posible para encontrar una apertura, pero cada vez que atacaba, Madara se movía con sutileza y desviaba sus ataques. Solo cuando Tobirama era impulsivo, Madara lo castigaba con un potente golpe. Sin embargo, Tobirama no era de rendirse y desaparecía en el aire y volvía a aparecer en otro lugar, en una mejor postura que le permitiera recuperar el equilibrio y lanzarse otra vez.
Madara levantó la mano y dijo —un momento—
Tobirama se detuvo, estaba jadeando con el rostro cubierto de sudor y el cabello mojado. Él apretó sus puños conteniendo su intención de querer seguir atacándolo y soltó una exhalación. Él también se dio cuenta y junto a Madara, ambos miraron a Kain, de pie, a treinta metros de ellos.
—Es un poco tarde para jugar— dijo Kain y camino hacia ellos.
Madara y Tobirama se voltearon para mirar a Kain y lo quedaron mirando. Kain los observo, mientras Madara tenía una tenue capa de sudor, Tobirama parecía estar al límite de sus fuerzas. La traspiración perlaba en la nariz y la barbilla. Tobirama llevó su mano a la mochililla en su cintura y sacó un sello de papel. Del sello de papel emergió una toalla blanca y con eso, él se limpió el sudor de la cara.
Kain observó a los dos, reviso los niveles de chakra en cada uno. Tobirama era eficiente, solo había gastado la mitad de su chakra, pero la sorpresa estaba en Madara, quien siempre tuvo problemas para controlar el uso innecesario de chakra. Se estaba volviendo eficiente, era normal, pensó Kain.
Uno puede tener pequeños destellos de genialidad, pero uno no puede saber cuan bueno se puede volver hasta ver a otro. Las comparaciones son odiosas, pero a veces necesarias. Madara solo tenía a Hashirama, ambos monstruos de chakra que nunca se preocuparon por ser eficientes en el uso del chakra. Solo ocupaban el chakra y forzaban a sus cuerpos a producir más chakra. Sin embargo, al conocer a Kain, Madara entendió en qué dirección podía mejorar. Solo la habilidad de percepción era monstruosa, ahora sabia en todo momento todo lo que pasaba a su alrededor, pero ser eficiente en el uso del chakra le permitiría luchar sin parar.
—Solo es un pequeño entrenamiento, Kain— dijo Madara y se cruzó de brazos mientras lo miraba con una expresión indiferente en su rostro.
Kain mostró una pequeña sonrisa ¿Pequeño entrenamiento? Bueno, eso díselo a Tobirama que parecía estar al final de sus fuerzas, pensó. Sin embargo, no lo dijo y en su lugar, respondió —vengo con una actualización de la nación de Los Remolinos— dijo
Tobirama quedó mirando a Kain, en silencio, observando sus expresiones y, sobre todo, el movimiento del iris. Solo así, él podía saber que Kain los estaba mirando a ellos o a algo más. Era todo un misterio que era lo que miraba, pero Tobirama tenía una certeza. Eso, sea lo que sea, le daba información, puede que provenga de esas pequeñas unidades que parecen diamantes.
Madara bajo los brazos y camino hacia Kain —¿Qué sucede? ¿Esa cosa resurgió? Sabía que algún día pasaría esto— dijo
Kain se quedó tranquilo mirando a su padre, llevaba el cabello largo, negro y desordenado como una gran melena. De apariencia apática y tranquila. Él miró a Tobirama, su expresión no era mejor. Llevaba el cabello gris desordenado y punzante como siempre, pero le había crecido y ahora parecía una mata de cabello. Los ojos eran lo más distintivo, con una mirada afilada.
—Nada ha resurgido, oto-sama— dijo Kain y lo miró a los ojos, Madara asintió y Kain continuo —pero lo que hay es una enorme brecha dimensional del tamaño de Konoha que no sé a dónde conduce—
—¿Quieres que exploremos?— preguntó Tobirama, se detuvo a dos metros de Kain y lo miró a los ojos.
Kain miró a Tobirama y asintió —a buen entendedor, pocas palabras— dijo —sí, quiero que lo exploren y viajen de vuelta. Ya tengo registrados los datos e hice algunas modificaciones a las unidades de apoyo y otros dispositivos para que les den soporte. Su base de operaciones estará en una isla deshabitada cerca de la nación del Agua. Es un lugar abandonado donde aparecen criaturas mortíferas. Así que habrá que hacer primero una buena limpieza—
—Entendido, ya me estaba aburriendo de este lugar— dijo Madara —¿Qué pasa con Setsu?—
—Accedió a cooperar siempre y cuando saquemos a su madre de la brecha dimensional donde está aprisionada— respondió Kain
Tobirama frunció el ceño y se cruzó de brazos —decirte que es un plan arriesgado y que no se puede confiar en esa criatura ¿Serviría de algo?—
Kain lo miró a los ojos y sonrió —¿Qué crees?— preguntó
Tobirama asintió sin responder al comentario de Kain. En su mente, él pensó que Kain seguramente tenía un plan para controlar dicha entidad.
—¿Qué pasa con mi hermano?— preguntó Tobirama —él podría ser de ayuda—
Kain cerró los ojos y negó con la cabeza —todavía se niega— dijo
Tobirama soltó un bufido de desdén y le dijo —si no hubieras estado jugando con su mujer—
—Eso no tiene nada que ver— dijo Madara, ellos se miraron a los ojos intensamente como si realmente se fueran a lanzar a combatir a muerte —tú conoces tan bien a Hashirama como yo. Él no es alguien que se perdone a sí mismo tan fácilmente. Es…estúpidamente duro consigo mismo. Además, por Mito, tú sabes que eso nunca fue viable desde el principio. Ellos fueron unidos por las circunstancias, no por amor—
—¿Tú hablando de amor?—
—Al menos yo ame a mi mujer y mi hijo. No los trate como otro experimento—
—Bonita cosa para alguien que abandono a su familia—
—¡Suficiente!— dijo Kain con un tono de voz firme —su opinión de este asunto es irrelevante. Tío Hashirama decidió algo y eso se hará. A diferencia de él, ustedes no tienen la opción de negarse—
Madara y Tobirama miraron a Kain fijamente y este último les sostuvo la mirada. A pesar de que ambos querían decirle varias cosas, no lo contradijeron, ya que como él dijo, ellos no podían negarse.
—Desde mañana comenzaran a entrenar y aprender todo lo necesario del dispositivo susano y las unidades de apoyo. En una semana comenzaran la limpieza y en dos semanas entraran a la grieta dimensional ¿Entendido?—
—Sí— respondieron Madara y Tobirama al mismo tiempo.
—Eso es todo, se pueden retirar— dijo Kain
Tobirama se retiró sin más, pero Madara se quedó y espero hasta que Tobirama estuvo lo suficientemente lejos.
—¿Qué tienes planeado para Hashirama?— preguntó Madara
—Eso— dijo Kain un poco complicado
—Vas a hacer algo por él ¿Verdad?— dijo Madara, frunció el ceño —Hashirama puede ser tonto, pero tú sabes que merece una segunda oportunidad. Él no es como yo o Tobirama. Si pudiste dársela a Mito, Hashirama no puede quedar fuera—
—No es lo mismo, oto-sama, pero no te preocupes, tú me conoces— dijo Kain con una sonrisa amable —sabes que siempre tengo algo planeado—
Madara mostró una pequeña sonrisa y asintió —sí, ese es mi muchacho. Si Hashirama se niega, oblígalo, has lo que sea necesario para que tome esa oportunidad. Bueno, tú ya lo conoces—
—Sí— dijo Kain —tengo algo pensado, pero todavía tengo que hablar con cierta persona. Sin embargo, estoy en proceso de concederle a tío su oportunidad. A lo mejor, él se puede perdonar a sí mismo. Como tú dices, él es demasiado duro consigo mismo—
—¿Esa oportunidad será en este mundo?—
—No, me temo que no— dijo Kain y negó con la cabeza
—Veo— susurro Madara y agacho la mirada, pero mostró una pequeña sonrisa y asintió. Él miró a Kain y le dio unas palmaditas en el brazo —¿Dónde has estado últimamente? Hace tiempo que no nos vienes a ver—
—Por aquí y por allá, en general, preparando los exámenes chunin y a los genin que van a participar—
—¿Te molestaría contarme sobre eso?— preguntó Madara
—Para nada— dijo Kain, él llevó su mano al interior de su haori y de un sello sacó una unidad de apoyo —¿Tienes hambre?—
—No, pero te aceptare un poco de sake e inarizushi— dijo Madara
Kain asintió y presiono el ojo de la unidad de apoyo. El ojo se encendió rojo y la pequeña unidad de apoyo levitó. Kain dijo —mesa para dos, dos botellas de sake, copas y dos cajas de inarizushi—
Madara miró el pequeño diamante, lo vio levitar y moverse a tres metros de Kain. El diamante proyecto una luz a través de su ojo y las cosas que solicito Kain se fueron materializando de la nada. Madara pensó que seguro las personas inteligentes eran excepcionales. Podían pensar en utilizar el poder de formas tan creativas, tan provechosas. En cambio, tontos como él solo conocían una forma.
Kain observó la expresión de su padre, Hashirama Senju no era el único que era duro consigo mismo. Sin embargo, Kain no busco darle consuelo a su padre, en su lugar, espero a que la unidad de apoyo terminara de crear las cosas. Una vez que todo estuvo listo, Kain llevó su mano a la espalda de Madara y le dio unas palmaditas —vamos, la comida será lo mejor, solo espéralo. Le pedía a un chef especializado en comida tradicional que preparara los mejores inarizushi— dijo
—¿Y los tenías almacenados?— preguntó Madara
—No, para nada— dijo Kain, ellos caminaron a la mesa y Kain tomo la botella de sake y le sirvió una copa a su padre. Él se la ofreció con las dos manos y Madara la recibió con las manos mientras hacia un leve asentimiento de cabeza. Kain se sirvió una copa y le ofreció un brindis. Madara lo acepto y cada uno bebió de su copa
Kain continuo con la conversación —no los almacene, pero los analice y ahora estamos replicando la comida en su estado optimo—
—Entiendo— respondió Madara y estiro su mano para sacar el saquito de tofu con todo tipo de especias.