Mundo Shinobi - Chunin - 299

Después de la comida, Kain y Mito se fueron a la habitación de Kain y fueron a la sección de la biblioteca. En estos momentos ellos estaban sentados, con varios libros y pergaminos abiertos sobre la mesa mientras eran rodeados por estantes de libros. Mito vestía su túnica blanca y ordenaba su cabello rojo en dos moños en la parte posterior alta de la nuca. Ella miraba a Kain llena de expectativas.

Por un lado, estaba el rostro de Kain, elegante igual que el de su madre, pero con una forma cuadrada, pómulos pronunciados y una barbilla marcada. El cabello blanco hasta los hombros, ojos azules que parecían fríos. Una nariz gruesa, pero con una terminación fina en la punta. Y para finalizar, un sexy arco de cupido que destacaba sobre unos labios gruesos.

Por otro lado, estaba el muchacho intelectual que ha cumplido los sueños de Mito. Siempre dispuesto a aprender, con una mente ágil y abierta a las nuevas ideas. Lleno de curiosidad e ingenio para innovar y tomar algo tan antiguo como los sellos Uzumaki y mezclarlo para lograr algo nuevo.

Mito miró al techo y por alguna razón dijo —luces— al instante siguiente la luz se apagó e interrumpió la lectura de Kain. Este último miró al techo y dijo —luces— y la luz se volvió a encender.

Kain miró a Mito mientras sostenía el pergamino y le dijo —sensei, estoy leyendo, no se ponga a jugar con la luz—

—Sí, sí, pero qué serio— respondió Mito con una amplia sonrisa y unos ojos verdes que destellaban con diversión. Ni en un millón de años, se imaginó que el pequeño que trajo a casa hace más de diez años, se iba a convertir en su discípulo e iba a cumplir sus sueños más brutales. Ella tomo una profunda respiración y se imaginaba como su padre estaría de loco si aun estuviera vivo y le presentara a Kain. Seguro que lo trataría de retener en su nación y lo tomaría bajo su tutela.

Por otro lado, Kain quedó mirando a Mito por unos segundos y notó que, por su mirada, ella estaba soñando despierta. Lo que le hizo negar con la cabeza y dirigir su mirada al pergamino que tenía entre las manos.

Los Uzumaki eran uno de los grandes clanes shinobi que habían alcanzado la cima de la fuerza y como resultado de eso, habían creado su propio país en una larga isla al Este de la nación del Fuego. Diferente de la mayoría de los clanes shinobis, sus sellos podían realizar diferentes tipos de tareas. Sin embargo, lo más importante fue que ellos llegaron al nivel espiritual y alcanzaron el pináculo de las técnicas de sellado cuando crearon el fuuinjutsu Cadenas de Adamantita.

Para poder lograr tal jutsu, el usuario tenía que pasar por un entrenamiento espiritual y al final conectar su chakra directamente con su alma para poder darle la forma de las cadenas. Esto dejo a Kain congelado, mirando al vacío y preguntándose como lo habían logrado. Para él no era extraño que los Uzumaki supieran de la fuerza del alma. Después de todo, con su increíble vitalidad, ellos tomaban su chakra, lo condensaban adquiriendo la fuerza del alma y lo usaban para crear sellos.

Según el pergamino, una unidad de fuerza del alma era equivalente a cien unidades de chakra. Para entenderlo claramente, un genin tiene cincuenta unidades de chakra, mientras un chunin que ha alcanzado la madures tiene ciento cincuenta unidades de chakra.

En ese caso, para realizar un sello que pueda almacenar todo lo que hay en una habitación de doce metros cuadrados por dos metros de alto, se necesita una unidad de fuerza del alma. Esto a su vez indica porque la mayoría de las personas no podían realizar sellos Uzumaki. Ya que lograr el sello más básico requería 2/3 del chakra de un chunin. Al mismo tiempo, con todo su chakra, un chunin puede lanzar 10 bolas de fuego del tamaño de un adulto. Eso quiere decir que un sello de almacenamiento equivale a seis bolas de fuego. Un gasto excesivo y para nada eficiente.

No obstante, dentro de tanto calculo, lo que le interesaba saber a Kain, era como los Uzumaki alcanzaron dicho conocimiento. Hasta el momento, Kain sabe que la fuerza del alma genera una influencia sobre el chakra y por eso existen los kekkei genkai. Sin embargo, eso lo tuvo que aprender a través de experimentos hasta que pudo replicar el chakra del tipo madera.

Por otro lado, en este mundo nadie ocupa la fuerza del alma como tal, al igual que aquel mundo de las almas, donde solo tenían mana.

Mito capto la mirada de Kain y mostro una amplia sonrisa —¿Encontraste algo interesante?— preguntó divertida. Siempre que Kain pusiera esa cara seria mirando a la nada, era porque se había dado cuenta de algo importante.

Kain miró a Mito a los ojos y preguntó —¿Cómo los Uzumaki pueden saber que existe un alma? Y también ¿Cómo pueden estar tan seguros de cuanto equivale una unidad de alma en comparación con el chakra?—

—No lo sé— respondió Mito levantando los hombros con indiferencia, ella curvo la comisura de los labios hacia arriba y dijo —cuando yo leí estos pergaminos, el clan Uzumaki tenía más de quinientos años de existencia. De esa época a este momento, han pasado décadas. Solo sé, que es el legado de mis ancestros, así que trátalo con cariño—

—Vamos, sensei— dijo Kain con el ceño fruncido —su padre debe haberle dicho algo—

Mito hizo una mueca incomoda y respondió —ok, en ese caso ¿Explícame como los Uchihas saben cómo utilizar sus ojos?—

—Eso es…— dijo Kain mirando en otra dirección y repasando en su mente todos los manuscritos que le hizo leer su abuela. Sin embargo, no encontraba ninguna fuente de origen.

—A eso se le llama legado. Algo que sabes que funciona, pero no sabes cómo nació— respondió Mito, Kain la miró a los ojos poco convencido, pero Mito no se molestó y continuo —muchas de las cosas que sabe cada clan, son conocimientos a los que se le encontraron su utilidad. Veras, todos los conocimientos empiezan siendo teorías que a veces quedan olvidados en el tiempo. Después algún discípulo curioso lo toma, le encuentra sentido y lo aplica. Una vez que descubren su utilidad, se vuelven parte del conocimiento del clan y se archiva entre las cosas importantes—

—Entiendo— respondió Kain mirando a la mesa y pensando seriamente en ir a la isla donde alguna vez estuvo la nación de Los Remolinos.

—Bien— dijo Mito —¿Entendiste cómo funciona la cadena de adamantita—

Kain la miró a los ojos y asintió —más o menos— dijo —tengo algunas dudas de cómo sacar mi alma y materializarla en una cadena, pero tengo una idea. Si tomo el chakra del alma y lo condenso en una forma de energía más fuerte, podría funcionar como sustituto. Sin embargo, manifestar esa fuerza sería el primer paso y mantener el control sería el segundo paso. El tercer paso sería dominarla—

—Como se esperaba de mi discípulo, ya tienes un plan— respondió Mito con una amplia sonrisa, pero negó con la cabeza —sin embargo, el chakra y la fuerza del alma son dos cosas diferentes, y para que la cadena de adamantita tenga la fuerza restrictiva a nivel físico y espiritual, necesita ser manifestada con la fuerza del alma—

—Eso quiere decir que ¿realmente tengo que manifestar la energía de mi alma?—

—Es un proceso espiritual que a la mayoría de los Uzumaki le toma veinte años, pero confió en que tú lo hagas en dos años—

—Vamos, sensei, no pida lo imposible—

—Kain, no me defraudes— dijo Mito con una expresión seria —a tu sensei le tomo cuatro años, como mi estudiante, tienes que hacerlo en menos tiempo—

—Está bien, sensei, pondré todo de mi parte— respondió Kain con un rostro acomplejado. El cuerpo de un mundo de alto nivel no funcionaba como el cuerpo de un mundo de bajo nivel.

Por ejemplo, si el alma es una luz, el cuerpo de un mundo de bajo nivel, sería una tela delgada, que trasluce la luz con facilidad. Un cuerpo de nivel medio podría traslucir la luz del alma, pero sería semejante a una tela gruesa. Por otro lado, un cuerpo de alto nivel es como un metal sólido, que mantiene la luz y energía dentro del cuerpo. Se puede sentir el calor de la luz en la superficie, pero es difícil manifestarlo fuera del cuerpo. De lo contrario ¿Por qué él estaría aprendiendo jutsus cuando podría realizar la poderosa magia del mundo del alma? La Ira de los Dioses o la Gran Lanza de Luz Solar serían el equivalente a un jutsu de rango S. Solo cabe resaltar que la Gran Lanza de Luz Solar la utilizaban para cazar dragones eternos.

—Por ahora, te enseñare el entrenamiento espiritual y poco a poco vas a ir dominando la técnica—

—Seguro, pero cómo es eso—

—Bueno, hay diferentes formas de entrenamiento espiritual, pero considerando que eres mi discípulo favorito—

—Tú único discípulo— aclaro Kain con una sonrisa burlona, después de todo, Mito no estaba muy entusiasmada de enseñarle a nadie más que fuera Kain; incluso si Tsunade era su nieta o Kiyomi y Nagisa eran Uzumaki.

Mito frunció el ceño y le dio una patada por debajo de la mesa —¿Dijiste algo?— preguntó con el ceño fruncido.

—Nada, sensei, nada— respondió Kain acariciándose la canilla

—Bien, así me gusta. Como eres mi discípulo haremos un entrenamiento especial—

—¿En qué consiste?—

Mito hizo una sonrisa astuta, se levantó de su silla y la apego a la mesa. Después rodeo la mesa y se detuvo al lado de Kain. Ella abrió la silla y se sentó a su lado, mirándolo a los ojos. Kain también la miró a los ojos y pudo decir que ella tenía ganas de besarlo. Entonces Mito acercó su rostro y le beso en los labios.

Una vez que separaron sus labios, Kain sonrió y le preguntó —¿No creo que sea este tipo de entrenamiento?—

Mito le mostro una amplia sonrisa y susurro con voz sensual —es este tipo de entrenamiento—

—¿No serán solo los deseos de sensei?—

—Bueno, quiero sentirme bien, pero también quiero que logremos un desarrollo en la técnica de las Cadenas de Adamantita. Hagamos lo siguiente, durante el día, Kain meditara de la forma en que le enseñare y por las noches, meditaremos los dos juntos—

Kain sonrió, cerró los ojos y agacho la cabeza, apoyándola en el hombro de Mito. No sabía si lo decía en serio o todo era una broma, pero no le desagradaba este tipo de trato. Mito se mantenía joven gracias al sello en su frente, así que su piel se mantenía tersa y su culo grande, redondo y firme. Sus senos eran pequeños, pero al momento de amarse, se podrían solo considerar un complemento.

Kain tomo una profunda respiración, se levantó del hombro de Mito y la miró a los ojos —¿Quieres ir ahora?— preguntó

—No pensaba que fueras un discípulo tan perverso— susurro Mito con voz sexy, le dio un pequeño beso en los labios y después le succiono el inferior —queriendo profanar tan mal el cuerpo de tu sensei y dejar tu deseo en su interior—

—De eso— susurro Kain —no me canso, no importa cuantas veces lo hagamos—