Como a las siete de la tarde comieron todos juntos en el comedor. Como siempre, Kazuhiko se quedó embobado admirando el hermoso rostro de Naoko y gracias a eso, Kain le puso poderosos puñetazos en las costillas. La cosa se calentó cuando empezaron a luchar a patadas por debajo de la mesa y Mito los saco del comedor. Ellos se quedaron sin comida y parados mirando el patio. Tuvieron que permanecer callados, ya que un clon de Mito los estaba vigilando. Así se quedaron a hasta las ocho y media de la noche, cuando la Aoi vino a buscar a Kazuhiko y se lo llevo a su casa.
En ese momento del día, las sombras eran largas y el sol emitía un color naranja.
Kain creo una gran muralla de tierra en el patio, de tres metros de alto por cinco de largo y un metro de espesor. Después creo a cinco serpientes de agua, todas con delicados diseños de escamas y cuerpos traslucidos. Las cinco se apoyaron en sus cuerpos y levantaron sus cabezas, como si estuvieran mirando a Kain. Este último mantuvo el control de las entidades y les ordeno con el indicé de la mano izquierda que atacaran. Las serpientes se dieron media vuelta con dirección hacia la muralla y comenzaron a reptar a gran velocidad. Adicional a eso, Kain fue modificando su estructura y moviendo la parte exterior del cuerpo como si fuera un remolino para darles capacidad de perforación. Esto imprimió de más fuerza y velocidad a las serpientes. Así que cuando saltaron y se estrellaron contra el muro, los perforaron por una decena de centímetros hasta quedarse sin fuerza de perforación y desvanecerse.
Kain quedo mirando la muralla y analizo sus propias serpientes. Estas eran la manifestación del elemento, con una estructura moldeada por el chakra y la conciencia llenada por la energía natural. De todos sus años creado serpientes, Kain entendió algo. La energía natural puede dar vida a las cosas, solo necesitan la estructura básica como organismo vivo y cualquier cosa puede andar por la tierra. Eso quiere decir que, si el cuerpo fuera similar al de un león, se movería y actuaría de esa forma. Ya que la energía natural solo llena un espacio (cuerpo físico) y este se comporta de acuerdo con su necesidad. En el caso de Kain, él prefiere crear serpientes porque son sigilosas y aterradoras. Si debe tener un arma, debe ser una que los demás teman, pensó. Ya que como dijo su tío Hashirama hace muchos años, incluso entre los shinobis, es raro encontrar a un criador de serpientes.
-Mm, interesante- dijo una voz fría y apática a espaldas de Kain.
Kain se dio la vuelta para ver quién era y al ver el cabello gris y ojos frios, dio un gran salto y en cuanto toco la tierra, se puso en guardia.
-¿Cómo haces para que parezca que tienen vida?- pregunto Tobirama, cruzo los brazos y miró a Kain a los ojos
-¿De qué hablas?- preguntó Kain moviendo su chakra lentamente y tomando control del entorno. Al mismo tiempo, estaba preocupado por haber sido incapaz de detectarlo. Se empezó a mover hacia la derecha y dejo a un clon de sello en su lugar -es solo el truco de un niño-
Tobirama negó y realizo una seguidilla de sello -Suiton- dijo con voz fría -Suiryudan no jutsu-. Entonces emergió de la tierra una masa de agua. Después la masa de agua comenzó a ascender como si se estuviera enroscando alrededor de su cuerpo y ascendiendo hasta formar un cuerpo alargado y posarse sobre la cabeza de Tobirama. La figura tomo la forma de un wrym, una subcaclase de dragón similar a una serpiente, y voló con dirección al clon de Kain. Este último tuvo que dar un rápido paso hacia el lado y evitar por los pelos el ataque. El dragón de agua paso de largo y se estrelló de forma violenta contra la muralla que había hecho Kain, destrozándola en pedazos
-Cómo podrás ver, mi técnica carece de conciencia. Sin embargo, tus serpientes parecen estar vivas y entenderte a la perfección-
El Kain real empezó traspirar frío del puro miedo y trato de mantener el control de su genjutsu. Miraba la casa y al parecer, nadie se había percatado del intercambio. Estaba apretando los puños y rogando porque viniera luego su maestra o su tío, pero nadie venía.
-Bonita demostración- dijo el clon, tratando de mantener la atención de Tobirama. También sudaba frío, sabía que si moría solo se convertiría en una nube de humo blanco y volvería a su forma de sello. Pero ver la cabeza de un dragón pasar cerca de tu cabeza, casi arrancándotela, era una experiencia única.
-Gracias, lo mismo digo- dijo Tobirama mirando hacia tras y notando que todo detrás de sus espaldas estaba en blanco -siempre es bueno recordar cómo es un buen genjutsu. Si no fuera porque mantienes esta pared en mi espalda, me sería imposible notar la diferencia- miró al clon y se dio unos golpecitos en la sien -incluso mientras hablo contigo, me cuesta mucho mantener mi mente y mi atención lejos de tu imagen. Incluso estoy tratando de liberarme de tu genjutsu haciendo circular mi chakra y no puedo. Tienes mi reconocimiento. Sin embargo- su mirada se puso fría, acercó su mano a la bolsa que llevaba en la espalda, a la altura de la cintura y saco un kunai de tres puntas. En la empuñadura llevaba un largo sello Uzumaki modificado. De repente lo tomo y lo lanzo, clavándolo en el suelo, por detrás del clon. Entonces apareció al instante detrás del clon y le tomo la cabeza con ambas manos, para luego torcerle el cuello. El clon se desvaneció en una nube de humo blanco, pero Tobirama no pudo sentir ningún cambio en el genjutsu y mostro una pequeña sonrisa.
-Aun no te puedo percibir, tienes mi admiración. Eres solo un niño y ya puedes mantener la calma a este nivel. Se nota que eres nieto de esa mujer. Solo Naori Uchiha y otras pocas personas contadas con mi mano derecha, me han hecho sentir este nivel incomodidad. Sin embargo, todas las cosas tienen que acabar-
Tobirama levantó el kunai de tres puntas y se lo iba a lanzar en la dirección en donde su atención estaba siendo apartada. El genjutsu era impecable, el flujo del chakra y el control de la atención del oponente, todo era perfecto. Sin embargo, ese era su mayor error, ya que delataba la posición del dueño de la técnica. Era como si estuviera gritando su posición diciendo "No mires aquí, que esta es mi posición". No obstante, justo cuando Tobirama iba a lanzar el kunai, alguien lo interrumpió.
-¿Qué haces Tobirama?- grito Mito Uzumaki en un tono amenazante. Para ella, Tobirama iba a lanzar un kunai en dirección a Kain, pero para Tobirama solo era una apuesta que según sus cálculos lo iba a dejar cerca del niño. Si Kain se asustaba, perdería el control del genjutsu y estaría a su merced.
-Hermana- dijo Tobirama bajando el kunai, tuvo la intención de lanzarlo de nuevo e intentar llegar hasta donde tenía planeado, pero luchar con la persona que le enseño a confeccionar sellos sería una estupidez. Nadie siente mejor la activación de un sello que un maestro de sellos. Tobirama había calculado mal y erro al calcular la distancia de percepción de Mito. Dentro de su mente hizo una nota mental de buscar más datos referentes a un maestro de sellos. Mito Uzumaki era la única en toda Konoha, así que sería difícil practicar con otros sujetos. Sin embargo, este pequeño intercambio le enseño mucho. Al final, guardo el kunai en su bolsa y continuo -solo estaba mirando como tu discípulo entrenaba. Pero ya ves, es un niño irrespetuoso que lo primero que intenta es ponerme en un genjutsu. Así que le estaba dando una pequeña lección-
Tobirama quedo mirando a Mito a los ojos mientras ella se acercaba. Dentro de todo, Tobirama solo planeaba ver hasta donde llegaban las habilidades del niño. Ya que, si lo mataba ahora, podía correr el riesgo de enojar a esta loca. Si mataba al niño, su hermano lo odiaría, pero trataría de mantener el estatus quo en pos de la estabilidad de la villa. Pero una Uzumaki, una Uzumaki nunca. Tobirama ya imaginaba a Mito persiguiéndolo como si de ello dependiera su vida. Golpeando y destrozándolo todo, perdiendo el juicio y dejando libre a esa cosa que trajo el demonio Uchiha. Por ahora, debería esperar a tener una buena ocasión y cuando se dé la oportunidad, matarlo sin que nadie se dé cuenta. Eso sería lo mejor para la villa.
-Ten cuidado con lo que haces- dijo Mito parándose entre él y Kain y apuntándolo a la cara con el indicé derecho. Era un palmo más baja que Tobirama, pero eso nunca le quito su ferocidad.
Tobirama casi podía ver el fuego de la furia ardiendo en sus ojos <Malditos Uzumaki> pensó.
-No he hecho nada- dijo Tobirama mirando hacia otro lado -solo vengo a ver a mi hermano-
-Bueno, manda una carta, no te quiero volver a ver en mi casa. Si te llego a ver poner un pie en mis terrenos, te mandaré a la tumba-
Tobirama tomo una profunda respiración y asintió -no malgastare este viaje- dijo cambiando de tema -dile que vaya al municipio de Konoha, los administrativos tienen muchas cosas que preguntarle-
-Está bien, vete- dijo Mito
A lo que Tobirama contesto haciendo un solo sello de mano y desapareciendo al instante.
-¿Como estas Kain?- pregunto Mito preocupada, se acercó al niño y le miró la cara, le abrió el kimono y le reviso si tenía algún corte o herida.
-Estoy bien, maestra- dijo Kain tratando de gesticular una sonrisa, pero sus ojos estaban cargados de miedo. Además de que todo su cuerpo estaba empapado de sudor frio.
Mito lo abrazo apretado y le susurro -que bueno, que bueno-. Después le dio varios besos en sus mejillas y lo cargo en sus brazos para llevarlo a la casa. Mito prefirió guardarse el suceso y solo decirle al resto que Kain necesitaba un baño.
Mito metió a Kain a una gran tina de medio metro de profundidad y le jabono el cabello mientras él estaba sentado, disfrutando del agua tibia.
-¿Cómo supo la maestra que estaba esa persona?- pregunto Kain
Mito siguió jabonándole el cabello y le dijo -sentí la activación de un sello. Con el tiempo también serás capaz de percibir su activación. Es como si alguien abriera un pestillo y generara un molesto clic en tu cabeza-
-¿Por qué ese hombre me odia?- pregunto Kain -¿mi padre también mato a su familia?-
Mito detuvo sus manos y dijo -¿te acuerdas cuando te dije que para la gente común sería difícil vivir con los shinobis?- Kain asintió y Mito continuo -eso también pasa por los métodos de crianza. Solo hace un par de décadas el mundo pudo encontrar la paz y ahora con la alianza que hizo tu tío el año pasado, se detuvieron todas las guerras. El hecho es que muchos clanes crían a sus hijos para odiar a otros clanes rivales. Hay niños que nunca se han visto, pero se odian solo por el simple hecho de llevar un apellido-
Después de eso, Mito le siguió jabonando el cabello blanco.
Kain asintió entendiendo el odio detrás de los ojos de ese tipo y tomo una profunda respiración. Entonces trato de cambiar el tema -¿Cómo es eso de la alianza?- pregunto
-¿Te acuerdas de esa vez que vinieron los kages de otras aldeas?- pregunto Mito, Kain asintió y Mito continuo -esa vez, tu tío obtuvo algunos tesoros y los uso para firmar un tratado de paz. Mientras la gente accediera a la paz, tendrían la oportunidad de comprar esos tesoros-
Kain sonrió y dijo -el tío siempre está pensando en el mundo-
-Sí- dijo Mito con una voz suave, cargada de amor -Hashirama-sama siempre está pensando en las personas-
-¿La maestra quiere que sea como el tío?- pregunto Kain elevando su tierno rostro y mirándola a los ojos.
Mito detuvo sus manos y dijo con una sonrisa en los labios -no, quiero que primero que todo, seas feliz. Después de lograr eso, quiero que tengas una familia, tengas hijos, los disfrutes y recién ahí, te preguntes por hacer algo por el mundo. Ya que una vez que tu corazón este rebosante de amor, podrás darle amor al mundo-
Kain asintió con una gran sonrisa y Mito le toco la nariz con el indicé de su mano, dejándole la nariz con jabón. Kain frunció el ceño enojado y ella se rio de su expresión.
Una vez que Mito termino de bañar a Kain, lo vistió para que comiera y por último lo llevo a la habitación de Naori. Sin embargo, diferente de otras veces, Mito lo cargo en sus brazos. Era una costumbre que tenía desde hace años, pero este año lo había dejado de hacer por petición de Naori. Sin embargo, esta vez hizo lo que ella quería y lo llevo a lo largo del pasillo.
Una vez que llegaron frente a la puerta de la habitación de Naori, Mito miró a Kain a los ojos y le dijo -mañana es tu cumpleaños Kain y solo quiero que hagas una cosa, ser feliz ¿entendido?-
Kain asintió y la abrazo. Mito hizo lo mismo y rogó en su corazón, que Kain pueda ser feliz. Que se quede en un mundo aparte en donde la guerra, el odio entre clanes, el orgullo y la violencia no lo alcances.
-Te quiero mucho, Kain- dijo Mito
-Yo también, maestra- respondió Kain
Entonces Mito tomo una profunda respiración y le beso la frente. Luego abrió la puerta de la habitación para encontrar a Naoko y Naori preparando sus futones. Mito bajo a Kain de sus brazos y les ayudo a ordenar las frazadas. Le pregunto a Naori si iba a necesitar algo más, pero ella negó.
-Buenas noches- dijo Mito a todos
-Buenas noches, maestra- dijo Kain, arropándose bajo las tapas de su futon. Aún conservaba la cabecera con la cara de un gato. Ya ni siquiera se preocupaba porque se viera infantil.
-Buenas noches- dijeron Naoko y Naori, a lo que Mito asintió y cerró la puerta corredera. Entonces ella se quedó de pie pensando en muchas cosas y al poco rato negó. Quiso creer que su cuñado Tobirama pensaría las cosas antes de hacer algo irremediable. Después camino a su habitación y pensó en cómo proteger a Kain.
Al día siguiente, Kain se levantó temprano por la mañana igual que todos los días. Compartió con su abuela y su madre. Al mismo tiempo, Mito estuvo corriendo por todos lados, tratando de comprar tal cosa o esa otra cosa que le faltaba para el cumpleaños. Estuvo vuelta loca todo el día y solo en la tarde se pudo tomar un descanso.
Cuando llego el momento, Kain recibió a los invitados en la puerta. Eran bastante pocos, el viejo Orochi, el viejo Kazuto, la señora Aoi y los hermanos Hyuga. Todos fueron puestos a lo largo de una gran mesa de baja estatura. Se sentaron sobre cojines y les sirvieron comida por mientras que llegaban los últimos invitados. Estos provenían de parte de Mito y Hashirama.
Kain abrió la puerta una vez más y vio a un hombre muy similar a Hashirama en apariencia. Salvo que este usaba barba y tenía el cabello corto. En sus brazos llevaba a una pequeña niña rubia que miraba los alrededores. Sin embargo, de repente ella miró a Kain y se sorprendió. Entonces se ruborizo y miró en otra dirección. No obstante, Kain nunca tuvo tiempo para fijarse en su reacción. El hombre lo miraba como si fuera un gusano molesto.
-Buenas tardes- dijo Kain, pero el hombre paso sin molestarse en contestar. Se quito las sandalias, las dejo a un lado de la entrada y avanzo por el pasillo ignorando a Kain. Dio vuelta en una esquina y se perdió sin dar respuesta alguna. Kain se quedó parado un tanto sorprendido. Soltó un suspiro y negó con la cabeza. Cerró la puerta corredera y camino de vuelta al comedor. Se sentó al lado de la cabecera de la mesa. Por lo general, ahí se sentaría su maestra, pero como era su cumpleaños, le darían ese privilegio.
Kain comió algunos dangos que había en pocillos y converso con Kazuhiko y Kaoru. Por otro lado, el viejo Kazuto y Orochi se sentaron a los lados de Naori. Los tres conversaban como buenos amigos, pero se notaba que entre los dos viejos había una cierta rivalidad. Sin embargo, ambos se tuvieron que callar cuando Naori les dijo que eran demasiado ruidosos para ser dos ancianos. Por su parte, Naoko conversaba con la señora Aoi y se reían al ver a Kain y Kaoru sentados uno al lado del otro. Kain prefirió ignorar esas risitas misteriosas y divertirse con sus amigos y la comida.
Al poco rato llego Hashirama cargando a la niña rubia que había traído el tipo barbón. Era todo sonrisas y la felicidad llenaba su corazón -queridos amigos- dijo -quiero presentarles a mi princesa-. Se sentó a la cabecera de la mesa y sentó a la niña en su regazo -esta es mi Tsunade ¿Qué tal? Hermosa ¿no?-
Algunos se rieron de la cara de idiota de Hashirama, era un abuelo loco. Por otro lado, los más reservados como la señora Aoi o Naori, elogiaron a la niña. Sin embargo, la niña nunca se molestó en mirar a nadie más que a Kain. Sus ojos y su cabello le parecían misteriosos. Debe haber tenido unos dos años, grandes ojos y cabello rubio como pelusas amarillas claras. Ella estiro su mano regordeta y trato de agarrar a Kain del pelo.
-No, no, no- dijo Hashirama -Tsuna, no- le condujo la mano para que lo hiciera suave y dijo -permiso Kain-
-Está bien, tío- respondió Kain
Hashirama le condujo la pequeña mano a la niña y ella pudo sentir el suave cabello blanco. Entonces ella miró a Kain a los ojos y se ruborizo, para después abrazar a Hashirama y esconder su rostro.
-Es un poco tímida- dijo Hashirama con una sonrisa
-Es bonita, tío- dijo Kain -seremos buenos amigos-
-Sí- dijo Hashirama con una sonrisa melancólica -espero que puedan ser buenos amigos. Ella es Senju, Kain, no le guardes rencores ¿Bien?-
-Nunca, tío. Créame, seremos los mejores amigos del mundo-
-Gracias- dijo Hashirama con una voz suave, le tiritaron los labios por un momento, pero los apretó y sonrió para después dedicarse a comer. Era todo sonrisas mientras sostenía a su nieta en sus brazos y le ofrecía dangos, carne a la parrilla y otros manjares.
Al rato después vino Mito con una n pastel blanco con una enorme frutilla en el centro. Por alguna razón ella tenía los ojos hinchados, pero por respeto, nadie le pregunto al respecto. Ella puso la torta frente a Kain y todos le fueron diciendo sus mejores deseos. Cada palabra que dijeron todos los presentes, lleno a Kain de felicidad, incluso si fue por pura cortesía. Si algo le enseño la vida en esta aldea llamada Konoha, es que uno tiene que agradecer y ser feliz con cada persona que te tiene en estima. Ya que, en este mundo, existe gente como Tobirama o el tipo barbón que odian a otros solo por haber nacido en un lado diferente de la calle. Después de decir sus mejores deseos, Kain escucho a Mito susurrarle a Hashirama que el tipo barbón, llamado Minoru, se había ido por los típicos motivos de un Senju y un Uchiha; un tigre y un oso no pueden habitar la misma montaña.