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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Komik
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Mundo Shinobi - Cambio - capítulo 42

A dos días del cumpleaños de Kain, aun en verano. Kain deicidio salir a dar una vuelta por Konoha como tantas veces. Ya había sido advertido por todo el mundo que tuviera cuidado. Mientras mantuviera un bajo perfil sin generar ningún alboroto, podía seguir saliendo. De lo contrario, quedaría restringido a los terrenos propiedad de Hashirama. Así que se vistió como siempre, kimono verde pasto, sandalias de madera y un haori blanco. Parecía un pequeño señor feudal caminando por las humildes calles alrededor de la casa. La gente por estos lugares se vestía simple, a lo sumo deberían tener uno o dos conjuntos de ropa. Se veían trabajados y con la piel tostada gracias a las largas jornadas de trabajo bajo el sol. Kain caminaba por los caminos de tierra, acercándose a los sembradíos y mirando como la gente trabajaba. Gracias a sus ropas, la gente lo saludaba con una reverencia. Solo la gente importante dentro de la villa podía vestir tan elegante.

Kain continúo deambulando, con el sol sobre su cabeza y llamando la atención. Sus ropas eran hermosas, de primera calidad, pero sus hermosos ojos y su cabello destacaba por sobre la multitud. Incluso había algunas mujeres mayores de origen civil que se acercaban y le ofrecían adoptarlo. Lo llenaban de elogios y le decían que era demasiado lindo. Kain solo se sonrojaba y les decía que ya tenía su propia familia. Las chicas solo se reían y lo encontraban aún más tierno y maravilloso.

Por otro lado, mientras Kain avanzaba por las pobladas calles de Konoha, un escuadrón de cuatro shinobis lo seguía. Su capitán les había dado la orden de seguir al niño a donde fuera. El hecho es que dos de ellos estaban aburridos y uno de ellos estaba cabreado. Solo el joven Hiruzen Sarutobi seguía la orden de buena gana. Le parecía misterioso vigilar a este niño, pero si lo que le había dicho su padre es verdad, el niño merecía ser vigilado. Sharingan con 6 años, ¡qué cosas! Exclamo. La mayoría de los clanes sabían poco de los ojos mágicos, pero tenían algunas nociones. La mayor parte del fuerte del clan Uchiha, se componía de adultos con dos tomoes. Si alguno activaba su tercer tomoe sería considerado un anciano y pasaría a formar parte del concilio y si alguien lograba activar el misterioso Mangekyo, tendría una autoridad similar a la del patriarca. Bueno, al menos antes era así. Ahora, con las reformas del clan, nadie sabe si aun corren estas reglas.

El hecho importante es que un niño había activado el sharingan a una edad temprana, y si lo que le dijo su padre es verdad, puede utilizar hasta el tercer tomoe. Eso lo hace alguien asombroso y un imán para los otros shinobis. Si por algún descuido se logra colar un shinobi habilidoso y matar al niño para quitarle sus ojos, sería algo demasiado malo.

Hiruzen miró a Kain desde lo alto de un árbol y abrió su libro bingo. Un cuaderno de caza recompensas que manejan las aldeas con el valor de ciertos fugitivos. Dentro del libro también hay objetos valorados de decenas de millones de ryo (la moneda común). Hiruzen mantuvo el contacto visual mientras ojeaba página a página y por fin encontró lo que buscaba. Casi se cae del árbol.

-Un ojo con el sharingan despierto cien millones del ryo, por cada tomoe adicional se le sumaran cien millones- dijo Hiruzen sin poder creer lo que estaba leyendo. Mantuvo el libro en su mano izquierda mientras que con la derecha se agarraba la frente tratando de soportar el impacto.

-¿Qué haces, Sarutobi?- dijo su compañera llamada Koharu, del otro lado del tronco, de pie sobre una gruesa rama. Tenía el cabello oscuro arreglando en un moño con un palillo metálico entre cruzado.

-Mirando de nuevo el libro bingo lo más probable- dijo un muchacho llamado danzo. Tenía el pelo pincho y una cicatriz en forma de X en el mentón. Estaba una rama por encima de Hiruzen, pero sin siquiera mirarlo ya suponía lo que estaba haciendo. Danzo era observador y dentro de la misma semana, pudo ver a Hiruzen revisar el libro muchas veces. Sin embargo, lo encontró lógico, ya que, el libro contenía mucha información interesante -¿Estas consultando cuánto vale un sharingan?- pregunto sin quitarle los ojos de encima a Kain. El niño se había detenido frente a una plantación de arroz y por algún motivo, los miraba durante un largo rato. Era extraño.

-Sí- respondió Hiruzen sin poder creer lo que había visto. Su mareo fue tanto que tuvo que sentarse sobre la rama -son seiscientos millones de ryo vagando por la aldea de manera descuidada-

-¡¿Qué?!- grito otro de sus compañeros, un muchacho llamado Homura. Todo en el gritaba simpleza y lo único que destacaba en su rostro eran sus lentes. Se arreglo la montura de los lentos y pregunto -¿Podríamos hacernos ricos de un solo golpe?-

Hiruzen se asustó y lo miró preocupado, pero su compañero Danzo dijo en un tono serio -detén esos estúpidos pensamientos. Sin contar que el niño está siendo protegido por el hokage, su fuerza es real ¿No has leído los informes? Ninjutsu, taijutsu, genjutsu, técnica de armas. A todos nos podría dar la paliza de nuestra vida. Deja de soñar y concéntrate-

Hiruzen se volvió a poner en pie en la gruesa rama del árbol y complemento -lo que dice Danzo es cierto, además, él también es parte de Konoha-

Danzó frunció el ceño y miró hacia la rama de abajo, donde estaba Hiruzen. Negó con la cabeza y se preguntó como su maestro podía confiar en alguien de manera tan despreocupado. Uchiha era una amenaza dentro de la aldea y a lo único que ayudaba su presencia, era a estar siempre atentos. Esa debería ser la mentalidad y nunca pensar en ellos como aliados.

-El niño se está moviendo- dijo Hiruzen apuntando -ya saben, hay que mantener la distancia. Su rango de percepción son veinte metros-

-Sí- dijeron todos al mismo tiempo

Por su parte, Kain sentía la presencia de los cuatro a sus espaldas sin necesidad de mirarlos. Ellos tenían un control sobre el aura de su chakra tan horrible que parecían petardos reventando a sus espaldas. Kain negó y dijo en un murmullo -¿genin, quizá chunin?- negó con su cabeza al mismo tiempo que sonreía. Desconocía cuales fueran las intenciones de mandar a un grupo de novatos a vigilarlo, pero dentro de todo, le daba lo mismo, ninguno sería una molestia.

Kain camino por las calles aledañas a la avenida principal, alejándose poco a poco de los campos de arroz y adentrándose en distrito Ino-Shika-Cho. Si querías comer bien en Konoha, este era el lugar indicado. Por alguna razón, le daban mucha importancia al comercio de alimentos y tenían muchos restaurantes y tiendas de golosinas. Kain se acercó a un puesto de dangos, una pequeña casa con unas bancas puestas a los lados de la entrada y espero a que saliera el dueño. Este lugar lo descubrió hace poco tiempo, el propietario es un gigante regordete llamado Ooyama. Kain sonrió al pensar que el tipo le hacía honor a su nombre. El hecho es que a diferencia de la mayoría de los shinobis propietarios de tiendas, Ooyama atendió a Kain como a un cliente más.

-Oooh, Kain-kun, viniste de nuevo- dijo una voz amigable por dentro de la casa. De la cortina que separa el interior de la casa con el frontis, salió un tipo de gran estatura y barriga del mismo nivel. Tenía ojos pequeños, una sonrisa amigable y el cabello alborotado.

-Así es, Ooyama-san- dijo Kain sentado en la banca.

Ooyama camino hasta la banca y se sentó del otro lado, asiendo a Kain saltar en el aire.

-Lo siento- dijo Ooyama apenado, sus kilos de más siempre hacían lo mismo con la persona en el otro extremo de la banca.

Kain al instante hizo fluir su chakra de un modo tan suave que parecía una casi imperceptible llovizna. Entonces mantuvo la imagen de la casa, las bancas y la calle de tierra. Atrajo la atención de Oyama en un modo tan suave que ni siquiera se dio cuenta y le dijo dentro del genjutsu -no hay problema, Ooyama-san. Vengo por algunos dangos y té verde-

-Viniste en un buen momento- dijo Ooyama, sin darse cuenta de que estaba en un genjutsu -hace solo un momento mi esposa termino de preparar algunos. Los traigo en seguida-

-Que sean dos brochetas, por favor- dijo Kain aflojando de a poco el flujo de energía y soltando la conciencia Ooyama.

-Claro, claro, gracias por tu patrocinio- respondió el grandote. Se levantó de la banca sin haberse dado cuenta de nada y camino a dentro de la casa.

Kain tomo una profunda respiración y cerró sus ojos para percibir las intenciones. Todos los flujos de chakra estaban normales indicando que nadie capto lo que había hecho. Kain asintió y abrió los ojos.

Ooyama volvió a los pocos minutos trayendo un pocillo con dos brochetas de dangos y una taza de té verde. Entonces, lo depósito en la banca, aun lado de Kain y espero a que el niño sacara las monedas. Kain rebusco en sus mangas y al encontrar las monedas, las saco y se las entrego.

-Muchas gracias- dijo Ooyama en tono amable

-Gracias a ti. Antes de que te vayas ¿te quedan más brochetas de dango? Quiero llevar algunas para mi abuela-

Ooyama sonrió dijo -por supuesto que tengo más ¿Cuántas quieres?-

-Diez brochetas-

-Bien, déjamelo a mí. Las colocaré en una bolsa y te las traigo de inmediato-

Entonces Kain se quedó viendo como pasaba la gente, mirando los puestos y observando los productos que ofrecía la gente. Muchos pasaban mirando a Kain con ojos curiosos. Los shinobis experimentados entre los treinta y cuarenta años podían identificar quien era. Los más jóvenes lo ignoraban y solo lo veían por sus extraños colores de pelo y ojos. No obstante, Kain solo los ignoro y se dedicó a comer sus dangos y a tomar su té.

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