Una semana después de haberse enterado de que el viejo Orochi era su real abuelo, vino el cumpleaños de Kain. Todos estaban reunidos en el comedor. Al final de la mesa, estaba la anciana Naori con el viejo Orochi a su derecha y el viejo Kazuto a su izquierda. Mientras el viejo Kazuto elogiaba la belleza y el cabello de Naori, el viejo Orochi lo miraba con rostro de pocos amigos. Por su parte, Naori solo mantenía un rostro imperturbable mientras bebía té verde, como si fuera una emperatriz rodeada por sus pretendientes. Hashirama se sentaba frente de los viejos, ofreciendo sake y algunos comentarios amigables, tratando de evitar que Orochi y Kazuto se agarraran a golpes.
Por otro lado, Naoko tenía una animada conversación con Aoi y al mismo tiempo, Kain conversaba con Kazuhiko y Kaoru.
Alguien llamo a la puerta y Hashirama fue a abrir. Kain siguió conversando con Kazuhiko y Kaoru, pero agudizo sus oídos para captar quien era.
-Oh, decidiste escuchar a tu padre- dijo Hashirama feliz, le dio un caluroso abrazo a alguien y después abrazo a otra persona.
-Abuelito- dijo una voz infantil. Kain intuyo que era una niña. Ya la conocía, era Tsunade, la nieta de Hashirama y Mito que de vez en cuando los venía a ver. El padre de Tsunade se llamaba Minoru Senju y al igual que su tío, Tobirama, repelía a los Uchihas. Como consecuencia de ello, hizo llorar varias veces a Mito por los comentarios que decía de Kain. Ahora, después de años de discusiones, Mito ya había dejado de insistir en que conociera a Kain. Aunque Minoru Senju solo participo en los últimos años de los Estados Combatientes, era un claro ejemplo de la antigua educación shinobi. Mientras él fuera Senju, ningún Uchiha sería una buena persona.
-Solo lo hago porque eres mi padre- dijo Minoru Senju de mala gana
Hashirama se quedó callado por un largo rato y después le respondió -no digas eso, hijo. Los tiempos están cambiando. Si tan solo vieras a Kain y a sus amigos. No puedes seguir pensando de la misma manera para siempre-
-Un Uchiha jamás podrá sentir lo que es la "Voluntad del Fuego"-
-¿Qué es eso?- preguntó Hashirama
-Kain- dijo Naori desde el fondo de la mesa, desconcentrando a Kain de la conversación que tenía Hashirama con Minoru -es de mala educación escuchar-
Kain miró a su abuela e hizo una sonrisa amigable. Naori soltó un suspiro y negó.
Kain miró a Kazuhiko y le preguntó -Oye Kazu ¿Qué es la voluntad del fuego?-
-Ni idea- respondió Kazuhiko, tomo una galleta de la mesa y se la echo a la boca
-Yo sé, Kain-sama- dijo Kaoru con una gran sonrisa y levantando su mano como si estuviera en medio de una clase de la academia -es la voluntad de proteger Konoha. Todos los que nacimos en Konoha somos una gran familia y debemos proteger nuestra aldea con todas nuestras fuerzas-
Kain y Kazuhiko la quedaron mirando y fruncieron el ceño. Kaoru se preocupó un poco por la seriedad puesta, pero al instante siguiente se le olvido.
-Miren a quien traje- dijo Hashirama entrando al comedor. Cargaba en sus brazos a una pequeña niña rubia de unos cuatro años.
-Tsuna-chan- grito Kaoru y se levantó para ir a verla.
-Kaoru-nee- dijo la pequeña Tsunade y miró a su abuelo -bájame abuelito- y comenzó a retorcerse para zafarse de los brazos de su abuelo. Hashirama la bajo al suelo y Tsunade camino hasta Kaoru. Ambas se tomaron de la mano y caminaron hasta Kazuhiko y Kain.
-Hola, Kazu- dijo Tsunade al mismo tiempo que movía su mano derecha de lado a lado, como forma de saludo. Después miró a Kain con el ceño fruncido y dijo medio enojada, pero con las mejillas ruborizadas -hola, Uchiha-
-Princesa Tsunade, debe llamarme Kazuhiko o Kazuhiko-san. Esa la forma correcta de referirse a los otros- dijo Kazuhiko
Sin embargo, Tsunade nunca le respondió y solo miraba a Kain como si estuviera enojada con él.
-Hola Tsuna- dijo Kain con una sonrisa amigable. Soltó un suspiro y pensó que, a lo mejor, la estupidez se estaba propagando. Ese tipo Minoru, lo más probable es que le haya dicho a Tsunade que lo llame por su apellido, como si fuera una especie de insulto. Como consecuencia de eso, Naori al fondo de la mesa, frunció el ceño al escuchar a la niña. Después miró hacia otro lado y trato de ignorar las viejas rivalidades.
-Tsuna- dijo Kaoru -siéntate a mi lado. La tía Mito hizo muchas galletas, comamos-
Tsunade asintió sin apartar la mirada de Kain y después se sentó junto a Kaoru, al lado de Kazuhiko. Por su parte, Kain estaba sentado a la cabecera de la mesa. Por lo general, su tío Hashirama siempre se sentaba en ese lugar, pero por ser su cumpleaños, podía tomar tal honor.
Kazuhiko se acercó un poco más a Kain y le susurro -no lo tomes a mal, hay gente así-
-No me preocupa Tsuna- respondió Kain continuando los susurros -lo que me preocupa es cuánta gente a futuro va a tener la misma actitud contra los Uchihas. No vivo con ellos, pero también soy uno-
Kazuhiko asintió y junto a Kain, siguieron comiendo.
Diez minutos después, llamaron de nuevo a la puerta. Sin embargo, antes de que Hashirama se pudiera poner en pie, Naori le dijo -Hashirama-sama ¿espera más visitas?-
-No, para nada- respondió Hashirama con un rostro confundido
-Entonces, debe ser mi visita- dijo Naori, miró a Kain y continuo -Kain, ve a abrir la puerta-
-Sí, abuelita- dijo Kain y se puso de pie en un gesto rápido. Salió del comedor, camino por el pasillo y después giro a la izquierda. Después camino otros cinco metros hasta llegar a la entrada y al abrir la puerta corredera, se encontró con una hermosa niña.
-Hola- dijo Kain asombrado por el hermoso y tierno rostro ovalado. Tenía el cabello oscuro como la noche, ordenado en un moño y sujetado con un palillo del cual colgaba un adorno en forma de racimo de flores de cerezo. Ahora, lo que más resaltaba en su rostro, eran sus grandes y hermosos ojos purpuras. Eran tan límpidos que parecían hermosas joyas. Su figura era modesta, una niña de unos diez años pensó Kain. Vestía un quimono rojo y un delgado haori purpura que hacía juego con sus ojos. Ambas vestimentas tenían hermosos estampados con hojas de cerezos. Ahora, había algo más que resaltaba en su vestimenta. Unas extrañas sandalias de color purpura, eran parecidas a unas botas, pero sin la punta de los dedos. Kain se agarró el mentón y miró las extrañas sandalias. Hoy por hoy, resaltaban mucho, ya que, por lo general, la gente utilizaba sandalias de madera. Esto era un punto intermedio entre unas botas y algo más. La niña tenía bonitos dedos de los pies, pequeños, limpios, sin ninguna malformación o cicatriz. Uñas bien cuidadas y pintadas de un color natural.
-¿Perdón?- dijo la niña con un tono de voz suave, casi tímida -Kain-sama-
Kain reacciono al llamado y dejo de mirarle los pies. Miró una vez más ese tierno rostro ovalado con grandes ojos purpuras y dijo -lo siento, es primera vez que veo algo así ¿Dónde las compraste?-
La niña se sonrojo y agacho la cabeza en un gesto tierno. Casi como queriendo esconder su barbilla en su pecho. Kain creyó que fue por sus malas palabras.
-Perdón, no me he presentado- dijo Kain -Kain Uchiha, mucho gusto-
La niña levantó su rostro y le dijo con una voz pequeña, suave y acogedora -Akane Uchiha, mucho gusto en conocerlo, Kain-sama-
-Kain está bien, Akane-chan ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Necesitan algo en el clan?-
Akane negó con su cabeza de lado a lado y respondió -para nada, Kain-sama. El otro día vine a presentarme con Naori-sama. Usted había salido, así que por eso no nos vimos. Pero Naori-sama dijo que viniera hoy a su cumpleaños- su voz se hizo más pequeña y continuo -lamento molestarle-
-No me molesta, Akane-chan. Ven, pasa, si la abuela te dijo que podías venir, es que podías venir. Ya debes haber escuchado como es el temperamento de mi abuela-
Akane asintió varias veces, entró y Kain cerró la puerta detrás de ella. Después la condujo por el largo pasillo que conducía hasta el comedor.
-Disculpe, Kain-sama- dijo Akane de camino
-¿Sí?-
-Soy mayor que usted, así que llamarme "chan" es un poco-
-¿No te gusta?-
-No es eso, pero, es que, es un poco…-
-¿Qué tal Akane-san?-
-Sí, yo creo que sí, ahí está bien-
-Ok, Akane-san- dijo Kain -por otro lado ¿Dónde compraste esas sandalias?-
-No son sandalias, son unas zapatillas shinobi. Yo le llamo así-
-¿Las hiciste tú?-
Akane se sonrojo y asintió algo avergonzada.
-¿Tu ropa igual?-
-Sí ¿esta fea?- pregunto Akane con una expresión preocupada. Estaba segura de que los colores combinaban y el estampado de hoja de cerezo era acorde a los honores que quería rendir a Naori.
-Para nada, pareces una princesa-
Akane se ruborizo y murmuro -con razón Naori-sama dijo que había que mantener un ojo sobre usted-
-¿Dijiste algo, Akane-san?-
-No, para nada- respondió Akane y siguió a Kain un paso por detrás. Al entrar al comedor, la pareja destaco.
-Vas bien acompañado Kain- dijo Hashirama con una sonrisa picara
Kain le guiño un ojo y le dijo -claro, tío. Ella es Akane Uchiha, la discípula de la abuela-
Naori miró hacia otro lado, Naoko soltó una tierna risita y Hashirama hizo una amplia sonrisa.
-Ya lo sabíamos- dijo Hashirama
-¿Todos? ¿Y cómo nadie me dijo nada?-
-Era sorpresa, Kain- dijo Naori, levantó un poco el mentón para que su rostro tomara una expresión orgullosa y le dijo -sé un buen anfitrión y cuida de ella-
-Sí, abuelita- dijo Kain
Después de eso, guio a Akane hasta Kazuhiko, Kaoru y Tsunade.
-Hola Akane-san- dijo Kazuhiko de buen humor
-Buenas tardes, Hyuga-sama-
-Kazuhiko, está bien, siempre te lo he dicho-
-Pero-
-Soy amigo de Kain, tú eres su amiga, así que todos somos amigos-
Akane se quedó algo preocupada por como referirse a uno de los herederos del clan Hyuga. Al mismo tiempo, el viejo Kazuto le hacia el gesto de "ok" a su nieto. En cierto sentido, estaba orgulloso por como su nieto flirteaba con las chicas lindas. No obstante, Naori lo vio desde el lado y utilizando su dedo pulgar e índice, le pellizco el dorso de la mano. Después dio un bufido y miró indignada hacia otro lado. No podía creer que le estuviera pasando tales conocimientos a su nieto.
Por otro lado, la conversación de los niños continuo.
-Akane-san es una senpai de la academia Ninja. Ella diseña muchas cosas- dijo Kazuhiko -¿Ya viste las zapatillas shinobis, Kain?-
-Sí, son, especiales, por decirlo de alguna manera- dijo Kain -¿Por qué siento que le falta la parte delantera de los dedos y el tobillo?-
-No le falta nada- dijo Akane como si su espíritu combativo se hubiera encendido -es parte del diseño. Aparte de ser cómodas, se adaptan a las necesidades del shinobi común. Las hice con una suela antideslizante y una ventilación. Imagínate correr durante horas. Si las sandalias no tuvieran esa apertura en la sección de los dedos y el tobillo, todo el pie estaría traspirado. Además de que te puedes caer al agua, pero con los orificios, el agua entra, pero no se queda humedeciendo los pies-
Kain y Kazuhiko la quedaron mirando algo asombrados. Era como si la niña tímida de un principio hubiera sido remplazada por una mujer apasionada por su creación.
Al mismo tiempo, Akane noto las reacciones e hizo varias reverencias mientras decía -lo siento, lo siento, me deje llevar-
Sin embargo, antes de que Kain y Kazuhiko pudieran responder. Kaoru se adelantó -a mí me gustan tus dibujos- dijo y se acercó al haori purpura de Akane. Tomo un extremo de la tela y miró los bellos estampados de hojas de cerezos -¿Tú los hiciste?-
-Sí, Kaoru-sama- dijo Akane un poco más relajada
-Kaoru está bien, incluso Kaoru-chan está bien-
-Eeeee, bueno, yo, está bien. Yo lo hice Kaoru-chan ¿Te gusta?-
-Claro que me gustan ¿Me haces uno? ¿Cuánto cuesta?-
-Bueno, yo no sabría, solo lo he hecho para mi…-
De esa manera, las dos niñas junto a Tsunade conversaron sin prestar más atención a Kain o Kazuhiko. Estos dos solo se miraron por un instante y después se dedicaron a comer. Sin embargo, independiente de lo que ellos tomaban por normal, no lo fue en el corazón de los más viejos. Era como si Hashirama, Naori, Orochi y Kazuto respiraran un aire tan puro que sanara sus corazones. El mundo estaba cambiando, el mundo se estaba abriendo paso a un ritmo acelerado y sin necesidad de que nadie intervenga. Las futuras generaciones estaban olvidando las viejas disputas y creciendo como iguales, sin odio o malicia. Al menos, así esperaron todos los que habían crecido en las penurias de los años de los Estados Combatientes. Esperaron que esta generación creciera sana y fuerte.