Capítulo 4 - David y Goliat

Mientras Tytos y Carmen estaban en la biblioteca, esta ultima le comento -maestro, en el almuerzo volví a sentir ese sabor metálico-

Tytos suspiro.

Durante los pasados dos años los han intentado envenenar. No todos los días pero por lo menos una vez al mes. Tytos piensa que lo mas probable es que sea con la habitualidad en que la reina se acuerda de él. Hace dos años atrás, cuando Tytos mato a los soldados del rey, Lord Tywin le prohibió venir a Cersei. Como resultado Jaime no se lo tomo bien, se fue a desembarco del rey y no ha vuelto a Roca Casterly. Por otro lado, el hombrecillo sigue jugando en los burdeles. A veces se pierde por meses, viajando de aquí para allá. Cuando llega a Roca Casterly, le trae algunos libros a Tytos, conversa un poco, molesta otro tanto a Carmen y después desaparece hasta pillarlo borracho durmiendo en las calles.

Cuando Tytos estaba metido en sus pensamientos, alguien golpeo la puerta y entro sin esperar una respuesta. El hombrecillo entro mostrando una sonrisa y cojeando. Tytos levanto las cejas y le pregunto -¿Qué te paso Tyrion?-

-Nada muchacho, ¿tienes un poco de vino?- pregunto Tyrion

-Si el viejo supiera que traigo vino a la biblioteca, me echaría en el acto-

-Buen punto. Hola mi amiga de grandes tetas-

Carmen se tapo con las manos y movió su torso tratando de ocultarlo. Ella estaba molesta, cada vez que se ven, este tipo siempre le dice lo mismo, pensó que no tenía la más mínima delicadeza.

Tytos suspiro y le dio una fría mirada -Tyrion, esta es la ultima vez que te advierto, la próxima vez te pateare-

-Vamos, son solo palabras de cariño- levanto los hombros y se sentó al lado de Tytos -¿Qué lees?-

-Un poco de mitología. El valle de los Valar y El Templo Helado, no es de esta tierra-

-¿Por qué lees mitología? Te creía un hombre mas culto-

Tytos lo miro como a un idiota y suspiro -mira, supuestamente bajo el trono de hierro, en las catacumbas, hay esqueletos de dragones. Ahora ¿están ilógico pensar que existen?-

Tyrion asintió y le quito el libro. Era la señal de que quería algo. Tytos lo miro molesto y le pregunto -¿Qué quieres? No te prestare mas dinero-

-Oye, te he devuelto cada moneda. Un Lann…- dijo Tyrion, pero no alcanzo a terminar la frase

-Ya lo sé "Un Lannister siempre paga sus deudas" ahora dime ¿Qué quieres?-

Tyrion quedo con las palabras en al boca. Por lo general esas palabras le servirían para que todo el mundo le preste atención. Pero parece que no funcionaban en su hermano menor. Tyrion junto los labios como degustando algo y dijo -vamos a desembarco del rey, al torneo anual-

-¿Por qué?- Tytos cruzo sus brazos y con su diestra sostuvo su mentón. Por lo general este tipo no viene para nada bueno. Bueno, de vez en cuando lo hace, pero por lo general no lo es.

-Vamos a apostar, eres bueno peleando y yo tengo oro que quiero multiplicar, te daré una parte- respondió Tyrion

-50 y 50-

-Ochenta y veinte-

-¿No crees que eres un poco descarado?-

Tyrion iba a decir algo, pero se callo y después se paso las manos por la cara, sonrió y dijo -tu hermano necesita mucho dinero ¿no me puedes ayudar?-

Tytos suspiro y respondió -ok, te ayudare, cuarenta y sesenta-

Tyrion se arrodillo y le dijo con las manos juntas como si estuviera rezando -treinta y setenta, no te puedo dar mas-

Tytos soltó un gran suspiro, retomo su libro y lo abrió en la pagina que había quedado -Ok. ¿Cuándo nos vamos?-

-En dos semanas-

-Ok, nos vemos en ese momento-

-¿No eres un poco frio? Podríamos salir a beber algo, tu sabes, como buenos hermanos-

-¿Y quién pagara? ¿mi buen hermano?-

Tyrion recibió esa mirada y se congelo, supo que ya lo había fastidiado bastante. ¿Por qué su hermano tenía que sacar la mirada del viejo?, esos ojos lazuli lo aterraban.

-Ok, ok, me voy, no tienes para que mirarme de esa manera-.

Carmen bajo su guardia una vez que se fue Tyrion y se acerco -Maestro ¿Por qué todavía se molesta en escucharlo?-. Esta niña con sus maravillosos rizos naranja y su pequeño rostro, se volvía mas bella cada día. Tytos le apretó la nariz con su pulgar y su índice. Ella por otro lado, se aparto y frunció el ceño. Tytos la miro con una sonrisa y le dijo -uno no elige a la familia, lamentablemente- y siguió leyendo.

-o-

Carmen estaba entrenando como todas las mañanas. Ya no se cansa y desmaya como antes. Sus movimientos son afilados y sus estocadas decisivas. Habían pasado las dos semanas, pero aun rondaban por su cabeza las palabras de su maestro. Se detuvo y miro al océano. Podía entender la razón detrás de sus palabras, pero no podía entender cómo se molestaba con semejante persona.

-¿Qué pasa?¿esa es tu nueva forma de desmayarte?- pregunto Tytos mientras iba caminando por una pasillo que daba al patio

Carmen se recupero y grito molesta -¡Ya no me desmayo!- se dio la vuelta y lo vio entrar al patio

Tytos soltó una risita, Carmen lo contemplo y se acerco. A unos centímetros de distancia lo siguió mirando y él le dijo -nos vamos en dos horas. No te canses entrenando-

Carmen lo abrazo y oculto su rostro en el pecho de Tytos. Sintió su aroma y asintió. Pensó que este era su lugar, con la persona que siempre le enseñaba cosas y le ayudaba a crecer. Últimamente se pregunta ¿Cuándo él la va a tomar?. Vio ese acto muchas veces dentro del castillo y afuera, a donde ella vivía antes. Carmen no tenía ningún problema, pero era intrigante ¿Por qué él no la había tocado? Se preguntaba.

Por otro lado, Tytos la abrazo y suspiro pensando en su largo viaje.

-o-

Tytos miraba el movimiento del océano mientras viajaba en una nave mercante. El sol se estaba asomando y él sentía el viento en todo su pecho. Sin más ganas de dormir, había salido a dar una vuelta vestido solo con un pantalón y botas. A lo lejos se podía ver unas enormes murallas y un castillo sobre una montaña. El sonido de unos pasos lo distrajeron del hermoso paisaje.

-¿Qué haces tan temprano Tyrion? No creo estés madrugando- dijo Tytos

-Noup- respondió Tyrion medio borracho -recién me voy a dormir-

Tytos negó con su cabeza y le advirtió -si no te vas luego, no te quedara tiempo para dormir-

-Dime, ¿puedo dormir con tu protegida?, sus senos pueden ser una buena almohada-

Tytos lazo una carcajada al cielo -si ella no te mata en el proceso, adelante-

Tyrion lo pensó y negó con la cabeza -me voy, buenas noches-.

El barco se mecía y no ayudaba a un borracho a mantener su dignidad. Tyrion se dio varios golpes y caídas y al final cayo dormido sobre un montículo de cuerdas. Tytos negó y se pregunto ¿Qué será de este hombre cuando muera su padre? ¿Quién lo alimentara y adonde se cobijara?. Soltó un profunda exhalación y siguió mirando el vasto océano.

En sus constantes búsquedas, Tytos miro los mapas y se pregunto ¿Adonde estará El Valle de los Valar?. Su segadora de almas es una débil hoja espectral, pero si la alimenta con algunos espíritus superiores podría fortalecerse. Raziel salió al baile y se esfumo cuando recordó que había desaparecido. Tytos se evaluó así mismo y se encontró débil, pensó que en estos momentos podría morir con facilidad.

Una vez más lo interrumpieron unos pasos y al darse la vuelta, vio a una niña muy pálida y enfermiza. Daba la impresión de que sus rizos naranjas la acompañaban en el estado de animo. Parecían carentes de su brillo habitual y su hermoso color. Carmen como una persona que no ha viajado nunca, se sentía sobrepasada por la sensación de viajar en barco. Los primeros treinta días vomito sin parar y después de eso solo eran los mareos. Hoy se sentía mejor pensando que llegarían pronto a su destino. Se afirmo cómo pudo entre el vaivén del barco y alcanzo a su maestro. Por alguna razón el calor que emitía la hacía sentir mejor.

-¿Ya te sientes mejor?- pregunto Tytos y ella volvió a sus sentidos, camino hasta el borde del barco y vomito. Tytos le acaricio la espalda y la acompaño durante una hora. La niña se recuperaba y después seguía vomitando, parece que los viajes por mar estaban vetados para ella. Carmen tomo un pañuelo y se limpio la boca, miro a su maestro algo avergonzada, pero este le acaricio el rostro y le dijo -Ve a descansar, llegaremos en un par de horas y esto terminara-. Ella asintió y se fue al camarote. Tytos la vio y después de que se fue, dejo de pensar en la muchacha. Se concentro en su ultima pista del valle de los Valar. Al parecer los Stark tenían algo único en sus tierras, pero el miedo a los salvajes los había apartado de tal existencia.

Según hablaban algunos textos, el Valle de los Valar es una puerta que conduce a otras tierras. Incluso sino era una fuente de poder, podría ayudar a Tytos a viajar a diferentes lugares. Reduciendo así travesías que se demorarían años, a solo meses. Ojalá sea algo bueno. El Templo Helado era otro lugar misterioso que estaba en esa tierra deshabitada, al norte del reino, entre hielo y ventarrones. Se pregunto ¿Cuántos secretos más esconderá ese lugar?¿Qué lo habitaba? Y ¿Por qué se creo el gran muro?.

Alguien vino una vez más. Esta vez era el capitán. Un viejo desabrido con un aliento asqueroso y más arrugas que una pasa. No era mala persona, pero a Tytos no le gustaba cómo miraba a su protegida.

-Señor, llegaremos en una hora, por favor vuelva a su camarote, este lugar se volverá movido muy movido-

-Bien, no les estorbare- respondió Tytos

Tytos siguió su camino y tomo a Tyrion que seguía durmiendo sobre las cuerdas. Lo llevo a su camarote y lo tiro sobre la cama. Después camino dos camarotes más allá y entro al suyo. Ahí estaba Carmen, acostada en la cama con un paño húmedo sobre su frente. El aire estaba acido por el vomito en una cubeta cerca de la cama. Ella lo miro y después cerro los ojos. Tytos no se hizo problemas y se sentó en la cama. Le saco el paño de la frente, lo estrujo, lo enjuago en agua y se lo coloco de nuevo. Carmen saco su mano y tomo la de él, pensó que era genial sentirse querida y protegida.

-Maestro ¿Cuándo me vas a tomar?, yo no quiero ser de nadie mas- dijo Carmen con una voz cansada

Tytos se rio y le dijo -no creo que sea el momento adecuado para hablar de eso y mucho menos en este estado-

Ella se sonrojo y oculto su rostro bajo las sabanas. Se le había olvidado que estaba hediondo, no se había bañado y su estado no era el mejor. Tytos le acaricio la cabeza y le dijo -no es necesario correr, tenemos toda la vida por delante-. Carmen lo escucho y asintió con un leve rubor en las mejillas. Muchos de sus pensamientos corrieron salvajes y tomo una determinación.

-o-

Al llegar a Desembarco del Rey, Tyrion desapareció. Nadie sabe a dónde fue, pero Tytos apuesta a que se fue a divertir. Por otro lado, todas las cosas fueron descargadas y Tytos hizo su camino hasta una linda mansión que había sido preparada por su hermano.

Al día siguiente Tytos y Carmen fueron a ver al rey y a pagar sus respetos, pero este no estaba y solo había un viejo de rostro duro como las piedras para recibirlos, un tal Arryn. Solo le tomo unos minutos y todo el tramite estuvo hecho. Varios hombres miraban con codicia a Carmen, pero ella no les presto atención y camino. A sus catorce años era hermosa, sus rizos naranjos le daban un encanto único y su cuerpo a pesar de que estaba cubierto por una armadura, dejaba ver sus pronunciadas curvas. Tytos les dio una mirada a los admiradores y ellos no insistieron mas. Caminaron hasta salir del castillo y montaron en sus caballos.

Cuando llegaron al centro de la ciudad, encontraron varios locales en donde alimentaban a los nobles y otros en dónde les ofrecían compañía. Ambos fueron a comer a uno de estos locales y disfrutaron hasta que un joven vino a molestar a Carmen.

-Jovencita ¿Por qué no vienes conmigo? Soy el tercer hermano del regente de aguas dulces- dijo un joven desabrido, vistiendo con un pantalón y chaqueta café. Parecía un espantapájaros con los flacucho que era.

Carmen lo ignoro y siguió comiendo. El joven no se fue y se sentó en una silla al lado de Carmen, ignorando por completo a Tytos. Este ultimo le dio una mirada molesta y el joven sonrió y siguió mirando a Carmen. Tytos suspiro y le dio una patada enviándolo a volar. El joven cayo a unos tres metros mas allá escupiendo sangre.

Carmen detuvo su tenedor y le reprocho a Tytos -¡Maestro! ¿no te podrías haber esperado? Ahora no voy a poder terminar mi comida-

-Lo siento- respondió Tytos con cierto cansancio -pero no te preocupes, si pasa algo me haré cargo-

-Te odiare si me botan la comida como la ultima vez-

El joven se levanto como pudo y camino cojeando hasta un grupo que estaba mas allá. Tytos les dedico una mirada llena de molestia. Esta gente no entiende qué no tiene poder y solo abusan de sus conexiones. Parece que no importa en qué mundo o que lugar este, siempre se topara con los mismos tontos.

Un viejo se acerco para lidiar con Tytos. Parecía que estaba al final de sus días. Llevaba puesta una armadura que le quedaba holgada y apenas se podía, vino acompañado de cinco guerreros. Tytos los miro y no les dio importancia. El viejo chispeo los dedos y los cinco guerreros se acercaron a Tytos. Este ultimo los miro raro y les pregunto.

-Viejo ¿no vas a preguntar quién soy?-

-Solo eres un pequeño mercenario, un noble costearía un mejor equipamiento-

Tytos estallo en carcajadas y Carmen que estaba bebiendo vino, lo escupió. Ambos se rieron y el viejo no se lo tomo a bien. Tytos se limpio las lagrimas y le dijo -viejo, debes estar senil y enfermo de la vista. Mi abuelo fue una quinta generación de herrero y yo vendo espadas por mas de cien monedas de oro. Vete o te matare a ti y a tu gente-

El viejo miro los ojos lazuli del niño y le pregunto en un tono despectivo -¿Quién es tu padre?-

-Tywin Lannister-

El viejo frunció el ceño y le dio un golpe en la cabeza al muchacho que los vino a molestar. Se fue sin dar más problemas.

Tytos miro a Carmen comer y le dijo -¿ves? Lo arregle sin tener que pelear-

-Gracias maestro- y Carmen siguió comiendo como si le fueran a quitar la comida.

En la tarde pasearon por el mercado, ella lo tomo del brazo y visitaron varios lugares. Tytos se quedaba pegado revisando diferentes tipos de metales y Carmen lo jalaba del brazo para que siguieran avanzando.

Cuando llego la noche, un niño se acerco mendigando a la pareja. Carmen le iba a dar una moneda de oro, pero fue detenida por Tytos. Él le enseño que sería peligroso y que era mejor pasarle una moneda de cobre. El niño les agradeció y salió corriendo. No obstante, por alguna razón Carmen se preocupo y lo siguió. Tytos le dijo que no fuera pero ella no escucho y continuo su camino.

Cuando llegaron a un lugar apartado de las calles principales, entre medio de los callejones, habían varios niños reunidos alrededor de un pozo. Uno de los niños miro a Carmen y se acerco pidiéndole una limosna, otro niño también hizo mismo. Cuando ella saco su bolsa para darles una moneda de cobre a cada uno, uno de los niños saco un puñal y trato de apuñalarla en el estomago. No lo logro. Tytos apareció en ese momento y lo intercepto. Después de eso, le permitió a Carmen darles una moneda de cobre a cada uno y se la llevo.

-¡Te he dicho muchas veces que tengas cuidado!- dijo Tytos en un tono fuerte

-Lo siento maestro, pero ellos…- respondió Carmen entre llantos

-Ya lo sé, ¡pero no toda la gente están buena como tú!-

Carmen se detuvo y un par de lagrimas cayeron por sus mejillas. Tytos se restregó la frente y soltó una exhalación al cielo. Después de eso, Carmen camino en silencio y no dijo nada, pero siguió pensando en los niños y cómo tuvieron que crecer para tener tales instintos. Ni siquiera cuando ella vivía en los barrios bajos había tal clase de niños. Tytos camino detrás de ella cuidando de que no se cayera o chocara por un descuido. Ver a estos niños acerco a Carmen a su pasado y se perdió en sus pensamientos. Cuando llegaron a los caballos, Carmen se quiso subir al suyo pero Tytos la detuvo y la obligo a subirse al de él. Los dos caballos caminaron lento y Carmen ocultaba su rostro en la espalda de su maestro.

-o-

Una semana paso desde el incidente y Carmen permaneció en su habitación, solo bajo a comer porque Tytos se lo ordeno, pero ella no tenía ánimos. A menos que su maestro le ordenara hacer algo, ella no haría nada.

Toc, toc, sonó la puerta del dormitorio. Tytos busco a Carmen para entrenar y ella no respondía. Él sintió la presencia de su aprendiz, pero ella estaba acostada en su cama sin responder.

-CARMEN, ABRE LA PUERTA- dijo Tytos desde el pasillo

TOC, TOC

-CARMEN, SÉ QUE TE SIENTES MAL, PERO NO PUEDES CAMBIAR AL MUNDO. LO MEJOR QUE PUEDES HACER ES AYUDAR Y VIVIR TU VIDA-

Tytos se aburrió y se sentó apoyado en la puerta mientras miraba por las ventanas que daban a un cielo nublando. Unos pasos se escucharon al otro lado de la puerta y Tytos por fin mostro una sonrisa. Carmen abrió de golpe la puerta y Tytos cayo de espalda. Ella estaba en un camisón y cuando él cayo vio todo lo que había debajo. En reacción, ella aplasto con sus manos su camisón y dio varios pasos atrás, protegiéndose de la mirada de su maestro.

Él se rio y ella se puso colorada. Tytos se apoyo en sus manos y se puso de pie. Le dio una mirada amable y le pregunto -¿Por qué todavía estas triste?-

Ella hizo un puchero y abrazo a su maestro. Tytos soltó un suspiro y pensó en que la había protegido demasiado. En este mundo las mujeres se casaban y tienen hijos a una edad temprana. Por otro lado, muchas personas se enfrentaban a todo tipo de males y abusos. Pero esta niña de catorce años se derrumbaba solo con ver la desgracia de unos pocos ¿Qué pasaría si ella supiera la gran mentira que sustenta este sistema feudal?. Él le dio un beso en la frente y le dijo -Carmen, tú no eres dios y no puedes cambiar al mundo-. Ella asintió con pena, pero no lo miro a los ojos. Por otro lado, la humedad en la camisa, le decía a Tytos que la joven derramaba muchas lagrimas. No obstante, todo fue interrumpido por los pasos de una sirvienta que avanzaba por el pasillo. Ella le dijo a Tytos que un noble lo vino a ver.

Tytos sin darse cuenta, beso a Carmen en la boca y esta se congelo. Él le dijo que se lavara y fuera a comer.

Tytos siguió a la sirvienta y cuando llego al primer piso, a una de las tantas salas de reuniones. Vio a un hombre gordo, con ropas orientales, de colores claros y resplandecientes. El hombre hablaba en un tono suave y con acento afeminado. Tytos le ofreció asiento y conversaron durante una hora. Él hombre quería agradecerle por no matar a los niños y haberlos ayudado. Tytos sospecho que los instintos y actitudes de los niños, tenía mucho que ver con este tipo, pensó que fue bueno qué no viniera Carmen.

El hombre hablaba de "sus pajaritos" todo el tiempo, cosa que molesto a Tytos, pero trato de no demostrarlo. Al final el hombre le ofreció su amistad. Tytos por otro lado, solo le pidió que mantuviera a sus pequeños espías alejado de él o él mataría al "maestro de los pajaritos". El hombre después de mirar al joven a los ojos, saco un pañuelo y se limpio el sudor de la frente. Un escalofrío viajo por su espalda y supo que este "joven" hablaba en serio y sería mejor no tomarlo a la ligera. Con una sonrisa afable, se levanto, le agradeció una vez más y se fue tratando de no empeorar su situación.

Tytos miro por las ventanas y contemplo los cielos nublados. Un gran suspiro salió y dijo -todo es un arma en el campo de batalla, pero no esperaba que hubiera gente que utilizara a las criaturas inocentes como tal-

Carmen golpeo varias veces la puerta y como nadie respondió, entro de todos modos. Camino hasta ganarse detrás de su Tytos y lo abrazo por la espalda, se refugio en su calor. Se sentía bien, después de ese beso volvió su apetito y comió lo reglamentario, que son alrededor de tres platos.

Tytos salió de sus pensamientos, se dio la vuelta y le dijo -Carmen, mañana empieza el torneo, ten mucho cuidado y no confíes de nadie-

Ella asintió, le dio un abrazo y parándose sobre la punta de sus pies le dio un pequeño beso. Tytos levanto las cejas y le pregunto -¿y eso?¿de dónde salió?-

Ella se sonrojo y bajando la cabeza le respondió -tu empezaste, ahora no puedes retroceder-

Tytos la abrazo y compartieron ese momento, a pesar de que afuera se avistaban nueves negras.

-o-

Temprano en la madrugada. Tytos se levanto y se baño en una tina de agua fría. El día estaba igual que ayer, un poco nublado y deseó que ojalá se despejara. Hoy empieza el torneo del rey y lo mas probable es que su hermano lo venga a buscar. No se ha aparecido en unos diez días o mas bien, desde que llegaron.

Por otro lado, Carmen se despertó, miro a Tytos que estaba relajado en el agua y lo quiso ir a acompañar. Pero al levantarse sintió un dolor en la entrepierna y cojeo un poco. Tytos la vio y levantándose del agua le dijo -No te esfuerces, te ayudare con eso-.

Carmen se recostó al borde de la cama y Tytos saco una crema de su anillo. Camino hasta ella y le aplico la crema en su interior. Carmen sintió un leve picor, adormeció sus partes mas delicadas y ella le dijo mientras miraba el techo -me recuerda a cuando nos conocimos por primera vez. También hiciste lo mismo-

Kain saco un polvo verde de su anillo y le dijo -así es. Esta crema te sanara y este polvo te ayudara a llevar el dolor. También evitara que quedes embarazada-

Ambos se bañaron y vistieron. Cuando llegaron al comedor, descubrieron que Tyrion los estaba esperando. Tenía unas terribles ojeras y apestaba a mar. Tytos podía decir que habían más de tres o cuatro olores corporales en esa ropa. Carmen puso mala cara y se sentó lo más lejos posible.

-Buenos días. Tyrion ¿no crees que apestas?- pregunto Tytos

-Este es el aroma de un hombre- dijo Tyrion oliéndose las axilas

-Vete a bañar o vas solo al torneo-

-Oh vamos, no te quejes, te apuesto a que el rey huele peor-

Tytos soltó una pequeña carcajada e insistió -vete a bañar, no andaré contigo en ese estado-

Tyrion lo miro disconforme y se fue a bañar. Una sirvienta lo acompaño y el hombrecillo le agarro el trasero.

-Maestro ¿Por qué tenemos que ir con él?- pregunto Carmen -a él solo le importa que usted participe en el torneo, no quiere tu compañía-

Tytos negó con su cabeza y se sentó al lado de Carmen. Le sirvieron un plato con comida y comió mientras veía a Carmen poner mala cara. Parece que a su aprendiz realmente le desagradaba Tyrion.

Un golpe sonó en la puerta del comedor y un joven alto y de larga cabellera dorada, entro.

-¿Cómo estas?- pregunto Jaime, vestía la armadura formal de la casa Lannister

-Hola Jaime, tanto tiempo- respondió Tytos haciéndole señas para que se sentara -ven, acompáñanos-

Jaime se sentó al frente, comió un poco y después le pregunto -¿Cómo haz estado?-

-Bien, continuo entrenando y aprendiendo muchas cosas. Después de este torneo voy a ir a ver varios lugares ¿y tú?-

-Sirviendo al rey- respondió Jaime con un rostro que demostraba mucha disconformidad. Tytos pensó que su hermano tenía algunos problemas con su padre, él no sabía porque Jaime no quería ser el heredero y dudaba tanto, pero no ahondo. Todo el mundo tiene sus razones para hacer o no hacer cosas.

Tytos bebió un poco de vino y le pregunto -¿a qué vienes? No creo que sea para ver mi lindo rostro-

Jaime le dio una sonrisa divertida y después se puso serió -no deberías participar en el torneo, es peligroso-

-Nuestra hermana es la reina ¿Qué lugar del reino no es peligroso para mí?-

Jaime lo quedo mirando. Era verdad, sin contar a la niña que lo acompañaba. A su hermana le molestaba la simple presencia de Tytos, para ella era una mancha aun más grande que Tyrion en su linaje Lannister. Al rato después, una vez que Jaime termino su desayuno, se fue.

Una hora mas tarde, cuando todos estuvieron listos, viajaron en sus caballos hasta el castillo y Tyrion hizo todo el tramite para participar en el torneo. Habían muchos hombres y mujeres expectantes de los combates. Por otro lado, muchos de los participantes tenían apodos poderosos como "la montaña" y otros pomposos como "el caballero de las flores".

Algo que no cambio fue Carmen, se sentó en las gradas y muchos hombres se sentaron cerca de ella solo para verla. Ella tuvo que sacar su espada y clavarla en el suelo para que los hombres la dejaran de molestar. Muchas mujeres la miraron con disconformidad y los hombres la desearon. ¿Tytos? Estaba sentado a su lado y se reía de los hombres a su alrededor, porque a pesar de que eran "valerosos caballeros", una mujer con su espada era suficiente para que se escondieran como ratas y ya no insistieran.

El hombre, dueño de los "pajaritos", se acerco y saludo a Tytos. Lo acompaño hasta que llego Tyrion y después se fue. Por otro lado, Tyrion le explico como funcionaba el torneo y cómo pelearían los guerreros. Algunos podían elegir justas, otros luchas con espada o combates cuerpo a cuerpo. Dependía de tu especialidad. Por supuesto, mucha gente esperaba el combate con espadas. Las justas eran emocionantes, pero no se veía la sangre ni la carne. Una vez que los guerreros eran golpeados y ya no se podían parar, eran sacados dentro de sus armaduras y no se vía nada. Si el publico tenía suerte había un poco de sangre.

Tytos bufo y dijo -parece que no importa en donde estés, el morbo mueve a las personas-

Tyrion le palmeo la espalda y le dijo -así es, así que corta mucho-

Tytos le dio una mirada enojado y Tyrion se alejo. Para Tytos, matar no era un problema, pero algo que aprendió en su vida anterior es a solo matar cuando sea necesario. Todavía se acuerda de Magdalena, cuando le decía que no hiciera justicia por su propia mano.

Tytos suspiro y le dio una ultima mirada -acuérdate de decirme a quien puedo matar. No quiero problemas gratis-

Tyrion levanto una ceja y le dijo -trata de no matar a nadie, aquí hay nobles y muy pocos guerreros errantes. El viejo te defenderá, pero igual será un dolor en el culo-

-Maldigo el momento en el que te escuche-

-Oye, esto será un ganar, ganar-

Tytos ignoro a Tyrion y ya no le presto más atención. Por otro lado, Carmen le tomo la mano y se recostó sobre su hombro. Muchos guerreros le dirigieron una mala mirada, hasta que Tytos les dio una fría mirada y todos agacharon sus cabezas. Por su parte, Tyrion estuvo feliz, no le gustaba sentirse que era el único que le temía a esos ojos. Era su familia, pero este muchacho daba mucho miedo.

-o-

Tytos recién había ganado su décimo novena batalla y Tyrion ya era mas rico que su padre o al menos así se sentía él. Con una amplia sonrisa miraba a su hermano y muchos tipos se le acercaron para alagarlo y hacerse su amigo. Por otro lado, Carmen agitaba su mano y con una gran sonrisa lo esperaba en las galerías.

El rey miraba a Carmen y no le quitaba los ojos de encima. Por otro lado, la reina miraba Tytos y tampoco lo dejaba de mirar, pero no era con la misma intención del rey. Estaba molesta con la niña y con el niño, ya verían. Cuando fueran invitados a una comida, ella tomaría a la niña y se la ofrecería a su marido, a ver si el joven guerrero se pararía tan altanero. Además todavía faltaba esperar a que sobreviviera a su ultimo combate.

-o-

Tytos esperaba en una banca al lado de la arena, cuando vio a Tyrion correr hasta él. Después de darse algunos golpes y caídas, Tyrion llego a donde estaba sentado Tytos. Se acerco al muchacho y le dijo -ten cuidado con el siguiente combate, este tipo esta enfermo de la cabeza-

-¿Quién es?- pregunto Tytos mientras limpiaba su espada con un trapo

-Sir Gregor Clegane-

-¿No es uno de los vasallos del viejo?-

-Sí y no, él escucha a mi hermana-

Tytos asintió y le dijo -no te preocupes, sé que hacer-. Tyrion asintió y vio a su hermano sacar de una bolsa con varias dagas. Se cruzo por el pecho y la cintura varios cinturones con fundas y repartió las dagas por todo su cuerpo. Cuando estuvo listo, reviso cada cuchillo, estos brillaban goteando un liquido pálido y verdoso. Una vez comprobado todo, guardo cada cuchillo en su funda. Después de eso, Tyrion volvió a las gradas y vio toda la lucha acompañado de los hombres que lo adulaban. Pero cuando iba a comenzar el combate, les dijo que se callaran o mandaría a su hermano a silenciarlos.

El gigante y el muchacho se movieron al centro de la arena y desenfundaron sus espadas. Las delgadas espadas de Tytos palidecían en comparación con la masiva espada del gigante. El rey dio un grito y el combate dio comienzo.

El gigante lanzo varios golpes pesados, pero lentos y los fallo todos. El joven se agachaba y se movía de lado a lado esquivando cada golpe, esperando la oportunidad para dar los suyos. Tytos esquivo un golpe horizontal que paso por encima de su cabeza, movió sus espadas y le perforo el hombro derecho a través de las abertura de la armadura. No obstante, a pesar de que la sangre era visible, el gigante no se detuvo. Siguió lanzando golpes cargados de ira.

Por su parte, el rey estaba feliz, se puso de pie y dejo de beber, un combate tan bueno merecía su atención. La reina desde su asiento, apretaba sus manos esperando el momento en que Gregor cortara la cabeza del muchacho. Por otro lado, la muchedumbre se callo y vio cada movimiento como si fuera el ultimo.

El gigante tomo distancia, junto su fuerza y lanzo un corte horizontal. Tytos bloqueo juntando sus dos katanas, pero fue enviado a volar y cayo rodando por el suelo. El gigante avanzo para propinarle un golpe vertical, pero Tytos lo esquivo hacia la derecha y una vez que trato de pararse, el gigante lo siguió y le pego un puntapié en el pecho. Una vez que Tytos paro de rodar, el gigante se acerco un vez mas y levanto su espada con ambas manos para dejarla caer sobre Tytos. No obstante, este último utilizando un movimiento rápido, movió su espada derecha y en el choque, cortó la espada del gigante por la mitad. Todo el mundo quedo asombrado, pero la pelea no se detuvo. El gigante siguió atacando con su espada rota. Por otro lado, Tytos tomo distancia y boto sus katanas. Después desenfundo los cuchillos y se lanzo a luchar. Cada vez que evitaba un golpe introducía un puñal en la carne del gigante a través de las aperturas de la armadura. No obstante, solo después de recibir el décimo puñal, el gigante se empezó a ralentizar.

A Tytos le quedaba solo dos cuchillos en ese momento y si esto no funcionaba, lo podrían matar. El gigante tomo lo que quedaba de la espada y trato de asestar su golpe horizontal. Pero Tytos paso por debajo de él y le pateo las rodillas por detrás. El gigante cayo arrodillado y Tytos aprovecho esta oportunidad para parase en un movimiento acrobático y apuñalarlo a la altura del cuello. Sin embargo el gigante no se rindió, se dio la vuelta para propinarle un ultimo manotazo. Tytos cayo al suelo sudando y respirando con dificultad. Por otro lado, el gigante se paro y se acerco a él, pero a mitad de camino se detuvo. Todo el mundo quedo estupefacto. Tytos dio una sonrisa y se paro como pudo. Se acerco al gigante y con sus dos manos lo empujo de frente y el gigante cayo al suelo.

Los gritos de jubilo de las galerías dierón termino al combate..

-o-

Tytos en un estado agotado, camino hasta dónde estaba Carmen y Tyrion. Tyrion lo palmeo un par de veces y Carmen lo ayudo a sentarse. Después de un rato, un guardia vino a buscar a Tytos, pero Tyrion le dijo que no estaba en condiciones de atender a nadie. El guardia le dijo que el rey lo llamaba y Tyrion se mordió los labios y soltó una maldición. Tytos le palmeo la espalda a Tyrion, le dijo que estaba bien. Entonces Tytos se poyo en Carmen y fue a ver al rey.

Tytos llego al palco del rey y lo único que encontró fue a un gordo soso. Dijo algunas palabras, pero no entraron los oídos Tytos. Hasta que la reina en un acto descarado, ofreció a Carmen para que atendiera al rey. A Tytos se le paso todo el cansancio y le dio una mirada de muerte. Nadie dijo nada, nadie se pronunció, pero el mismo rey pudo sentir como una espada le atravesaba la garganta. Tytos se dio la vuelta y se fue con Carmen sin que nadie lo detuviera.

Tyrion se acerco al rey y le dijo -buen rey, no sé si te diste cuenta a quien pertenecen esos ojos-

El rey reacciono y le dijo -sí, esos son los malditos ojos de tu padre-

Entonces Tyrion dejo al rey con sus pensamientos.

La reina a su lado, apretó sus manos con impotencia y dijo -esposo, no te preocupes, puedes tener a la muchacha, nadie te lo impedirá-

Pero el rey bufo con desprecio y le respondió -sí, podría tenerla y ser el siguiente rey loco y ese niño el próximo rey-

-o-

Después del torneo, Tytos paso varios días en la mansión. Le conto a Tyrion a donde iría y que quería ver. El hombrecillo le dijo que se esperara y a lo mejor él lo acompañaría, pero Tytos negó y le dijo que iría solo con Carmen. Tyrion lo bromeo y le dijo que le diera muchos nietos al viejo. Carmen se sonrojo, pero Tytos le dijo que era muy pronto, ella apenas iba alcanzar sus quince años y él sus dieciséis. Eran demasiado jóvenes.

El día de la salida llego. Tytos se despidió de Jaime y Tyrion y se fue en dirección al norte.

Después de eso, avanzaron en sus caballos por las calles de Desembarco del Rey. Iban cubiertos con una capa, conversaban de manera casual y en medio de la conversación, Carmen le hizo un pregunta.

-¿Por qué vamos al norte, maestro?-

-Vamos a buscar algunas ruinas que pueden tener algunas cosas buenas. No te preocupes, nos divertiremos mucho, acuérdame de comprar mejor ropa- dijo Tytos

-¿Se refiere a ropa qué abrigue? he leído que en el norte hace mucho frio-

-Así es-