Con la llegada del verano, muchas cosas cambiaron en la vida de todos. Para empezar Victoria estableció una compañía, la cual sería dirigida por ella y su hermano. Ya a estas alturas el trigo y el polvo de corazón de drake estaba vendido. Eso había generado una ganancia de cuatro millones de notas reales de Millis. Victoria estaba feliz en muchos sentidos, podía de forma literal nadar en dinero, pero una vez que llego a este punto, se dedicó a pensar en cuál sería su siguiente paso. Pensó y pensó durante días, le pidió consejos a todo el mundo y al final llego a pensar en establecer una industria. Se dividiría en tres áreas; química, de transporte y comercio. Primero empezarían solo comerciando los productos de la temporada, no se meterían de lleno en ningún producto e irían investigando hasta donde podían llegar. El peligro estaba presente en todo momento, ya que los mismos clérigos tenían familiares en el gobierno y podrían generarle problemas. Así que antes de que Kain se ponga a cortar cabezas, era mejor avanzar con pies de plomo.
-¿No eres un poco exagerada?- pregunto Kain
-No lo creo- respondió Victoria -te conozco y sé que si esos viejos nos hacen las cosas difíciles, los empezaras a limpiar-
Con eso dicho, Victoria empezó a asistir a comidas, a tener reuniones y a trabajar como un adicto. Al final del día Kain tenía que raptarla de su trabajo para que vaya a descansar. Pero una vez que Victoria tocaba su cama, se daba cuenta de lo cansada que estaba. La empresa que creo Victoria se llamó "Dragonroad" y estaba dividida en noventa por ciento de Kain, cinco por ciento para Victoria y cinco para Robert. Las metas para el año se habían establecido con; hacerse un nombre, que los conozcan los comerciantes, que los conozcan los productores y participar en el mercado según la temporada. La idea química se estaba fraguando, pero para eso necesitaban la ayuda de Kain. Este último empezó a revisar cada planta que se pudo encontrar, las empezó a mesclar y le prometió a Victoria que para finales del otoño le tendría por lo menos dos posiciones que le darían mucho dinero. Así que todo bien, Victoria estaba feliz y lo demostró de varias maneras. Solo Kain lo supo y lo probo.
Ahora claro, esa fue la parte sencilla. Victoria con el tiempo se volvió estricta con las reuniones. Obligo a Kain a asistir una vez a la semana. ¿Su argumento? "esta es tu empresa, tienes que saber en qué se gasta el dinero". Así que Kain tuvo que asistir a las aburridas reuniones. Todo el mundo pensara que una reunión con tu esposa podría terminar en una suculenta experiencia, pero no, no fue así. Varias veces Kain se terminó durmiendo y siendo regañado por Victoria. Y aunque se quiso escapar en varias ocasiones, nunca le dieron ese privilegio. Eran las reuniones o ser regañado en la oficina y en la casa.
Dejando eso fuera, Kain le estuvo enseñando artes marciales a Tatsumi y Haruki. Ambos padre e hijo, son personas muy talentosas en el estilo dios del norte. Su fuerza actual solo llega al rey y al santo respectivamente. Tatsumi comento que no esperaba mejor mas que esto, pero según sus propias palabras, Haruki llegara más lejos que él. Cuando este último escuchaba a su padre elogiarlo, siempre contestaba rascándose la cabeza. Una vez dicho esto, Kain los empezó a entrenar en el Jeet Kune do. Los días designados para esto fueron los lunes, miércoles y viernes, siempre en las mañanas. Claro, hubiera sido peligroso para Tatsumi y Haruki tener las clases después de las reuniones de Kain y Victoria. A lo mejor, no se habrían podido levantar en una semana. Después de un mes de clases, ambos alumnos veían con respeto a Kain. Les había abierto los ojos a un mar de posibilidades. Tanto que le empezaron a pedir más clases, pero Kain no acepto. Se había comprometido con la abuela Mamiko, pero eso no quiere decir que iba a dejar sus propios asuntos de lado. Dejando eso a un lado, al mes de haber comenzado las clases, Kain recibió tres problemáticos discípulos. Kazuhiro, Maaya y la abuela Mamiko. Que en especial, esta última estaba encantada con los conceptos que les enseño a su hijo y a su nieto. Así que la anciana también se unió a las clases.
-o-
Hoy era un día soleado y tocaba reunión en la empresa. Para Kain esto no significaba nada bueno, así que pensó sin descanso en cómo podía saltarse esta azarosa tarea. De repente cayo en la cuenta de que desde qué llego a Millis, no ha pasado un tiempo a solas con Victoria. Ella por lo general está ocupada y cuando tienen tiempo es en la noche. Claro, eso no es un tiempo a solas, ya que por lo general; Kain, Lilia y Victoria comparten la misma cama. Así que si Kain comienza con Victoria o con Lilia, una de ellas comparte y han llegado a tener escandalosas posiciones. Pero el hecho es que Kain no ha tenido una buena conversación con Victoria en semanas. Ni hablar de salir a comer o pasear. Así que tratando de matar dos pájaros de un solo tiro, se hizo el ánimo, espolea a su caballo y lo apuró para que llegue lo antes posible a la oficina.
Cuando Kain llego a un edificio alargado, al más puro estilo de Millis ¡blanco!. Se detuvo y entro por la entrada de los carruajes. Llevo al caballo al establo y lo amarro. Después entro a la empresa y las cinco personas que trabajaban ahí lo saludaron. Kain les devolvió el gesto, pero no se detuvo en ningún momento. Su camino estaba hecho y su objetivo designado, así que nadie lo podría detener. Por lo tanto, siguió avanzando por las escaleras, llego al segundo piso y después siguió subiendo hasta el tercero. Al final del pasillo dio la vuelta y abrió la puerta. Ahí estaba su graciosa damisela, sentada en una silla y apoyada sobre una pila de libros que tenían notas y registros de ingresos y egresos. Su rostro se veía en calma, pero las ojeras bajo sus ojos se notaban más negras y sus labios derramaban saliva sobre su brazo derecho. Kain cerró la puerta con el más absoluto cuidado, camino hasta su damisela y se sentó frente a ella. Kain pensó en Victoria y se sintió mal por querer escapar de todo esto. Ella se esforzaba demasiado, tanto que Kain pensó en obligarla a trabajar menos, pero ¿Victoria aceptaría?. Kain negó y se dijo a sí mismo -lo más probable es que no-
Kain estuvo esperando desde las nueve de la mañana, hasta las diez y veinte minutos. Mientras pasaba la hora fue retirando uno a uno los libros, inspeccionando las notas y corrigiendo algunas estimaciones matemáticas. Después escribió algo en las notas y una vez que termino, trato de despertar a Victoria. -Vicky, Vicky- dejó y le acarició el cabello. Ella susurro algunas cosas que hicieron a Kain sonreír. Después abrió los ojos y se los refregó con el dorso de la mano.
-¿Cuánto tiempo llevó dormida?- pregunto Victoria
-No lo sé- le dijo Kain mientras emitía una sonrisa -cuando llegue, ya estabas dormida-
-¿Y los libros?- empezó Victoria a revisar la mesa y de repente cayo en la cuenta de que estaban todos bajo la mano derecha de Kain. Ella lo miro y le pregunto -¿los leíste?-
-Por supuesto-
Victoria un poco sonrojada agacho la mirada y le pregunto -¿lo he hecho bien?-
-Como siempre- respondió Kain -no tienes que estar tan preocupada. Sé que tratas de ser lo más sería posible con los negocios y por eso confió en ti. No te preocupes, si algún día hay perdidas, solo tengo que cobrármelas- le dijo Kain mientras hacía una mirada sugerente.
No obstante, Victoria no se rio y le dijo -no bromees, es mucho dinero lo que estamos trabajando. No es tan simple como pagarlo con mi cuerpo-
-Era solo una broma- el dijo Kain
-Para mí no es solo una broma- respondió Victoria en un tono fuerte
-Ok, lo siento. Fui un poco infantil-
-Lo siento también. Últimamente he estado estresada. Todavía no puedo encontrar un producto que me dé suficiente ganancia. Así que sigo esperando los avances en tu investigación. Por otro lado, lo único que hemos hecho es intercambiar dinero por dinero y lo poco que ganamos. Lo hemos estado pagando en transporte, sueldos y gastos para seguir funcionando. No sirvo para esto- dijo Victoria mientras se ponía a llorar. Derramo grandes lágrimas y cuando sintió la cálida mano de Kain, se lanzó contra su pecho y siguió llorando. Al final de media hora de llanto se separó de Kain, mientras aún mantenía sus ojos hinchados de tanto llorar. Se pasó un pañuelo para limpiarse las lágrimas y después miro a Kain -no te, preocupes querido, no te defraudare-
-Pase lo que pase no me defraudaras-
-Pero-
-Esta bien ¿esta Robert?-
-Sí, él debería haber vuelto de ver a unos clientes-
-Bien, espérame aquí-
Kain fue a la oficina de Robert y le pidió que por hoy se preocupara de la empresa. Algunas cosas iban a cambiar y le dijo que si no había nada urgente, cerrara temprano y fuera a ver a Clarisse. Robert iba a preguntar la razón, pero viendo lo serió que estaba Kain, acepto. Después de todo, él también tenía algunas deudas pendientes con su mujer. Así que una vez arreglado esto, Kain volvió a la sala de reuniones y le dijo a Victoria -vamos, acompáñame a un lugar-
Victoria se puso sería y le respondió -pero tengo cosas que hacer-
-Por hoy no, déjalo, Robert se ocupara de cerrar, es una orden de tu jefe-
-Kain, no estoy jugando-
-Yo tampoco Victoria, así que sígueme-
Entonces Victoria fue a devolver todos sus libros a su oficina y camino con un rostro malhumorado. Los cinco trabajadores vieron "Al señor y a la señora" con malos rostros y se asustaron. Así que tratando de no ganarse entre medio de una pelea, volaron a buscar algo que hacer. Kain los ignoro y Victoria ni siquiera se dio cuenta. Una vez que salieron del edificio, caminaron a los establos, se subieron al caballo y galoparon sin que nadie los interrumpiera.
-o-
Ya era el medio día y Victoria y Kain llegaron a la playa. Era un remoto sector de no más de cien metros de largo. Quedaba bajo un pequeño precipicio de diez metros. Para poder llegar, tenías que bajar por uno de los costados del precipicio, entrar a una cueva y salir a la pequeña playa. Era un lugar deshabitado, donde nadie los molestaría mientras veían el suave oleaje. Una vez abajo, dejaron al caballo a sus anchas. Kain coloco una sombrilla, una mesa y dos sillas, todo acorde a estilo de Millis, blanco. Victoria lo miro algo molesta, se sentó de mala manera y miro hacia otro lado, como diciéndole "estoy aquí porque me trajiste, no porque quiera". A lo que Kain lo único que pudo hacer es suspirar. Después de eso, saco algunos platos fríos, postres y vino y los coloco sobre la mesa.
-Vamos, come- dijo Kain mientras la invitaba, pero Victoria cruzo sus brazos, poso su pierna izquierda sobre la derecha y miro hacía otro lado. Kain suspiro de nuevo y abrió una botella de vino. Sirvió dos copas y empezó a degustar algunos de los platos. Victoria lo miro, su estómago hizo un leve gruñido, que ella misma espero que Kain no haya escuchado. Tentada por la comida, tomo un tenedor y empezó a probar los postres. Una vez que probo el primero, siguió con el segundo, después probo la comida y bebió un poco de vino. Ya después de media hora de comida, tenía un rostro contento y comía con completa alegría. Pero todo duro hasta que Kain le pregunto -¿Cómo te sientes?-
Entonces Victoria se congelo, ella se limpió los dedos con un pañuelo, lo apretó en su mano y le dijo -no, no, no me siento bien. Yo pensé que sería como cuando era niña y me embarque en mi viaje de negocios. Sin embargo todo fue muy diferente. Ahora la presión de perder el dinero, el miedo a que me estafen y la agonía de no saber en que invertir me tienen cansada-
-Está bien- dijo Kain estirando su mano y posándola sobre la de ella -te apoyare en todo lo que hagas, sé que a lo mejor en algún momento te equivocaras, pero eso es parte de aprender. Si es necesario empezaremos las veces que haya que empezar. Emprenderemos de nuevo y no nos equivocaremos en lo mismo. Así que tranquila, el dinero lo puedo volver a recuperar, pero si esto te está haciendo infeliz, es mejor que lo dejes. Yo sé que te gusta hacer negocios, pero primero, tienes que ser feliz-. Victoria asintió varias veces, derramo todas las lágrimas que le quedaban y después de un rato se recuperó.
Después de eso, siguieron comiendo en silencio y llegado el final del banquete. Kain saco de su anillo una pequeña cama, la invito a dormir y bajo el amparo de la sombrilla, durmieron el resto de la tarde.
-o-
Cuando el aire de la playa se comenzó a colocar demasiado frio, Victoria abrió sus ojos y vio el cielo azul que la saludaba. Ella estaba sobre una cama y Kain la abrazaba por la espalda mientras dormía. Ella sonrió, poso sus pequeñas manos, sobre las grandes de Kain. Se las acaricio, se dio la vuelta y se escondió en su pecho. Nunca había sentido que Kain fuera tan grande, pero ahora parecía enorme. Ella acercó su labios y le dio un beso. Lo parpados de Kain se agitaron y abrió sus ojos. Victoria sonrió con dulzura y Kain le devolvió el gesto. Ella le dio otro beso y Kain se lo devolvió, los besos se empezaron a hacer más apasionados y cuando Kain empezó a pasar sus manos, por debajo de la falda de Victoria, ella lo detuvo y le dijo -podría venir alguien-
-No lo creo- respondió Kain con una mirada atrevida
-Pero ¿y si vienen?-
-Nadie va a venir- dijo Kain mientras se levantó y se sacó la camisa. Victoria algo más acomplejada, se quitó su vestido y se recostó sobre la cama. Kain se posiciono sobre ella y la comenzó a besar. Sus manos se movían entre los delgados brazos de Victoria y sus suaves piernas. Victoria comenzó a respirar con más intensidad, movió sus manos tratando de tomar la virilidad de Kain y la comenzó a masajear. Kain por otra parte le comía la boca, bajo por el cuello, saboreo los generosos senos e hizo todo el camino hasta la vulva. Cuando le saco la ropa interior, Victoria lo miraba con una mirada febril. Kain sonrió y le empezó a besar el pubis hasta llegar al pequeño clítoris que estaba escondido bajo la piel. Kain hacia gemir a Victoria cada vez que pasaba la lengua. Ella apretaba la cabeza de Kain y la trataba de restregar contra su vagina. Se sentía tan bien, se sentía tan plena. Hoy el sexo parecía más estimulante que otros días. De repente arqueo su cuello, cerro sus ojos y sintió que todo el mundo daba vueltas mientras dejaba escapar un fuerte gemido. Ella movía su cabeza de lado a lado mientras ese increíble sentimiento reverberaba por su cuerpo, hasta que se apagó y quedo sin fuerzas.
-Kain- dijo Victoria con una voz cansada -ven, ven a mi-
Kain se movió, llego hasta los tiernos labios de Victoria y la beso. Una, dos, tres veces, sin parar, compartiendo sus leguas, disfrutando este momento. Hasta que Kain la miro con unos ojos llenos de deseo. Ella asintió y él entro en ella. Fue un sentimiento húmedo y cálido a la vez. Ella arqueaba sus piernas y trataba de retenerlo, mientras él se movía en una movimiento horizontal, con los ojos cerrados mientras saboreaba esta placida sensación. Sentía como Victoria lo estaba estrujando, lo apretaba y lo trataba de envolver. Kain abrió los ojos y la beso en los labios. Movía sus caderas y le refregaba el clítoris tratando de estimularla.
-o-
Cuando llego la noche, Kain y Victoria aún estaban acostados sobre la cama. El cielo se había oscurecido, pero en el horizonte aún se veían los últimos rayos del sol. Las gaviotas graznaban a la distancia, se escuchaba una gran cantidad de ellas pero nunca se acercaron a donde estaba Kain y Victoria. Por otro lado, ellos estaban despiertos, escuchaban el suave oleaje del mar y miraban el cielo, mientras estaban tomados de la mano. De repente Victoria tirito y le dijo -vamos, se está empezando a enfriar-
-Vamos- le respondió Kain mientras sonreía, le dio un beso y se levantó para empezar a buscar su ropa. Mientras se colocaba la camisa se dio cuenta de que ahora la marea había subido y solo estaban a tres metros de ella. Después se puso su pantalón, sus botas y empezó a buscar al caballo. Victoria también se preparó y una vez que Kain volvió con el caballo, recogieron las cosas y se subieron a él. El viaje fue lento, sin apuro. Iban viendo la costa, las gaviotas que aun eran visibles. Se contaban por cientos y en los puertos que estaban a unos cuantos kilómetros, se veían aún más aglomeradas.
-Sabes- le dijo Kain -quisiera montar mi viejo negocio de joyas-
-¿Por qué?- pregunto Victoria -¿No te pagaron lo suficiente por matar al dragón?-
-Sí, pero quisiera dejarle algo a mi hermano. A lo mejor, ahora que es joven no lo quiere, pero puede que con el tiempo necesite dinero. Sobre todo cuando tenga hijos. Lo trabajare un tiempo y lo dividiré todo entre él y yo-
-¿Y si él?- le pregunto Victoria en un tono dudoso
-¿Y si él no lo quiere?, Entonces se lo dejare a mis sobrinos. Quiero hacer algo por mi hermano-
-¿Por qué lo quieres ayudar? Él ya se ha negado-
-No lo sé, siempre he querido compartir todas mis cosas con él. Es un sentimiento que llevó en mi corazón, pero por alguna razón, él no lo acepta. A veces pienso que mi hermano no me quiere. Que me odia, a lo mejor me envidia, a lo mejor no le caigo bien-
-No creo que sea eso, querido. A lo mejor es como dijo tu madre, él es solo una persona de bajo perfil, como el resto de los elfos-
-Ojala sea eso-
-o-
Después de resolver algunos problemas con los tiempos de trabajo, Victoria decidió contratar a alguien que la ayudara. Para eso contrato a su cuñada, Clarisse. Que según Robert, él la había pensado en contratar primero, pero Victoria se negó en ese momento. Después de todo, su hermano es un hombre, así que ella aposto que él pensaría con su entrepierna. Así que según Victoria estaba bien que ella la contratara, fin del asunto. Después de aclarado los puntos, Victoria entreno a Clarisse durante un mes para que la pudiera ayudar. La muchacha lo hizo bien y se quedó con el puesto. A Kain le agrado esta nueva contratación, ya que podía tener más tiempo con Victoria. Sobre todo los viernes, que ella se retiraba temprano e iba junto con Kain y Lilia a la playa. Por supuesto, la dosis de la primera vez se repitió, con una buena comida, una charla y hacer el amor. Hubieran invitado a Catalina también, pero esta última era más tímida y todavía no había dado ese paso.
Hablando de Catalina; ella lleva una actitud activa pero cobarde en la relación. Se besa, comparte, fuma y bebe con Kain. Andan gran parte del tiempo juntos. Dado que ella aparte de hacer algunos encargos para su tía, no hace mucho más. Es una fuerza bastante poderosa, pero como es medio cobarde no hace cacerías de bestias, ni anda atrapando bandidos. Así que todo lo que hace es vivir de allegada con su tía y gastarse todo lo que gana en fumar y beber. A veces le dice a Kain que ella no le conviene. Pero él la toma entre sus brazos, la besa apasionadamente y le dice que le gusta. Ella se sonroja, lo besa y le dice que también le gusta. Que le gusta que sean amigos, que tengan cosas en común, que no la juzgue por cómo se viste. Que le gusta su cabello y sus ojos. Ella le dice que tiene un poco de miedo, pero de seguro, de seguro cruzara la línea con él. Sin embargo le advierte, que en el momento en que lo haga, más vale que esté preparado. Una vez que eso pase, ella no lo dejara. Kain cuando la escucha, sonríe, suelta una risita juguetona y le dice que él también no la dejara.
Mientras ellos están sentados en la terraza del primer piso, bajo el árbol de cerezos, Kain sirve otra ronda de vino y le dice -¿Por qué no me enseñas magia?-
-¿No sabes ya?- le pregunto Catalina mientras ponía un rostro confundido
-Sé, pero mi magia es diferente del sistema tradicional. Así que le pido a Catalina, la reina de fuego y viento que me enseñe-
-Bueno, pero tienes que saber que soy estricta-
-¿Tanto como tu tía?-
Catalina se rio a carcajadas y le dijo -no, nunca tanto ¿Cuándo quieres que comencemos?-
-Tengo libre los martes, jueves y sábado-
-Hoy es lunes y te veo libre-
-Oh, eso es porque Victoria me dijo que encontró un producto estrella, así que me dijo que hoy no tenía tiempo para reuniones conmigo-
-Cambiado por un objeto ¿celoso?-
-Para nada, estoy feliz por ella. En la mañana resplandecía, me dijo que tenía grandes planes para hacer negocios. Ahora lo único que espero es que no sea como cuando nos conocimos y vendió las joyas-
-¿Esa vez que desperdigo tu información?-
-¿Te contaron?-
-Sí. Sinceramente no sé como lo aguantaste, si hubiera sido yo, no la dejo entrar mas a mi tienda-
-Hay que tener paciencia. En esa época Victoria era una niña que todavía no llegaba a pensar en nada mas allá de lo que le enseñaron-
-Puede ser. Bien, mañana comenzamos las clases, espero que estés preparado-
Así que las clases de magia tradicional comenzaron el segundo martes desde que comenzó el verano. Catalina como una joven instruida con los mejores profesores, era metódica con su enseñanza y Kain no pudo hacer magia hasta un mes desde que comenzó a aprender. La teoría fue intensa, una base casi imposible de omitir, según Catalina. Pero al final le dijo a Kain que solo quería hacerlo sufrir como ella sufrió en aquella época. Cuando Catalina era pequeña y llevaba el apellido Forlí, sus hermanos le enseñaron todo tipo de cosas, como a escupir y decir palabrotas. Como ella era la única mujer entre los hermanos, ellos lo hallaron lindo, pero cuando Catalina creció, ya no les hizo tanta gracias. Al final, los profesores se quejaban con los padres y estos disciplinaban a Catalina. Ella a su vez, culpaba a sus hermanos, pero como ellos ya eran adultos, nadie les decía nada. Así que la época de enseñanza de Catalina fue dura, larga, aburrida y tediosa. Lo único bueno de todo eso, fue que descubrieron que Catalina tenía talento para la magia. Así que solo por eso, la madre de Catalina no la envió a un convento.
Por otro lado, una vez que murió su tonto amigo, su madre trato de buscarle pretendientes, pero todos los tipos salían espantados. Después de todo, de acuerdo a los cánones de la nobleza, una mujer debería ser educada, con un habla refinado, gestos pequeños, elegantes y sin vicios. Todo lo que Catalina no era. Además, cuando ella siguió investigando la muerte de su amigo y se vengó. Como resultado, sus padres la echaron de la casa y con eso ya perdió todas sus posibilidades de casarse.
-¿Y porque no te fuiste a otro continente?- le pregunto Kain
-Porque me daba miedo- contesto Catalina -puedo ser una rey de fuego y viento, pero no soy invencible. Ya sabes, un mago tiene una gran capacidad ofensiva, pero de cerca es inútil. Mas aun yo, que no he hecho ningún entrenamiento físico en años-
-Entiendo-
-Bien, ahora deja de hacer preguntas de mierda y concéntrate en lo que haces-
Volviendo a la historia, Catalina fue acogida por su tía, que a pesar de ser una vieja cascarrabias, la ayudo un montón. Todo el mundo pensaría que su tía la quiere por su poder mágico. Sin embargo, la vieja jamás la ha obligado a algo y todas las cosas que le pide, siempre son más un encargo que una tarea. Ninguna ha sido peligrosa y todas son trabajos apartados del combate. Por eso Catalina la quiere mucho, después de todo, ni su madre la trato tan suave cuando vivió bajo el mismo techo. Su madre pensaba en enviarla como una maga, a lo mejor a hacer trabajos con los caballeros y otras cosas. Así que su madre no es la peor persona, pero no está entre las personas que más quiere.
-¡Hombre, se te da bien esto!- exclamo Catalina
-Gracias, pero no están difícil- el respondió Kain
-¡Maldito! Cualquier mago avanzado te golpearía hasta que le sangraran los puños si te oye decir eso. Yo estuve dos años tratando de generar putas balas de agua-
-Eras niña en esa época, yo tengo veinte-
-¿Y? mucha gente solo llega a avanzado o santo a una edad tardía-
-Los niveles están sobreestimados. En una guerra vale la pena, pero en un combate uno a uno, los hechizos están mal enfocados. Por eso los magos se ven tan vulnerables-
-Puede ser. Del santo en adelante te clasifican por la capacidad de generar magias que afecten el clima. Por ejemplo para el agua tienes que generar una tormenta o similar-
-¡Qué idiotez! Seguramente con eso puedes vencer a santo de la espada que esta a dos metros de ti-
-Bueno, por eso los magos tienen a un montón de personas cuidándolos y los mantiene en la retaguardia. Ahora sigue-
-o-
A mediados del verano, Kain ya podía manejar los cuatro elementos al nivel de un santo, aunque claro, no se lo tomo muy en serio. Los hechizos de los magos eran buenos al nivel de guerra, para hacer daño de área. Sin embargo, para pelear contra alguien, necesitaban hechizos como la flecha del alma, la lanza relámpago y similares. Pero dejando eso aun lado, Kain empezó a pensar en nuevas formas de aplicar la magia. Estuvo toda una tarde sentado en el jardín sin encontrar respuesta, hasta que Catalina se sentó frente a él y golpeo la mesa sacándolo de sus pensamientos.
-¿En que piensas grandote?- pregunto Catalina
-Pensando en construir nuevas formas de aplicar la magia- respondió Kain
-Lo del combate uno a uno de nuevo ¿ah?-
-Así es-
-Pero tu tienes tu propia magia-
-Sí, pero llama demasiado la atención, es mejor ser discreto-
-También lo creo- dijo Catalina mientras se servía una copa -oye, y si tú me enseñas ahora-
-Es peligroso, no sé que le podría pasar a tu alma-
-¿Es broma?-
-No-
-Oye, yo le creería a cualquiera creyente de Millis si me habla de almas y espíritus, ¿pero tú?. Vamos grandote, no seas tacaño con el conocimiento. Te enseñe lo mío, ahora enséñame lo tuyo-. Kain soltó una carcajada y Catalina cayó en la cuenta de lo mal que sonaba eso. Ella se sonrojo y le grito -maldito pervertido orejas largas, deja de reírte-
-Ok, ok- le respondió Kain mientras se acariciaba la barbilla y reía como un tonto -solo te enseñare lo básico de lo básico, sino pasa nada entonces te enseñare el resto-
-Bien- respondió Catalina entusiasmada
Ese día Kain se asustó como nunca antes. Él le empezó a explicar cómo funcionaba el dardo del alma. Catalina asentía de forma sería. Pasado media hora de la explicación, Catalina lo detuvo y fue a buscar un cuaderno. Una vez que volvió escribió todo lo que dijo Kain, hizo dibujos, esquemas y siguió anotando. Ya para la tarde, fueron a las clases prácticas. Lilia los detuvo para que fueran a comer y una vez que volvieron realmente se dedicaron a hacer magia. Kain tuvo una gran sorpresa cuando después de una hora de intentos, Catalina logro hacer un dardo del alma. Sin embargo no termino bien. El dardo se deshizo y Catalina cayo pálida al suelo. Comenzó a vomitar una gran cantidad de sangre, tanto que Kain lanzó varias veces milagros de sanación uno tras otro. Una vez que Catalina se estabilizo, Kain la acomodo de lado y la comenzó a revisar con su visión espectral. Un grieta se había producido en su alma, como si fuera un recipiente que no pudiera aguantar más presión. Soltó un suspiro de alivio porque se podía reparar, pero entendió una vez más que ese mundo era especial. Que fue imprudente al enseñarle la magia a Ciri en aquel momento y agradeció al destino que ella era especial, de lo contrario su alma no hubiera podido aguantar la presión.
El resto de la tarde Kain paso cuidando de Catalina. Antes de eso rompió todos los apuntes que hizo y creo un sello que borraría las memorias de las últimas horas o por lo menos, todo lo que tenga que ver con la magia del alma. Catalina se despertaría solo recordando que iba aprender magia de él y nada más. Después de eso la contemplo en silencio y medito en aquel mundo. Donde los cuerpos eran débiles, pero resistentes. Donde las almas se convertían en piedras y los cuerpos eran fácilmente influenciados por los elementos. Ese mundo en donde podías perder tu carne y quedar en los puros huesos, pero si te aferrabas a la vida, aun podías subsistir. Que terrible, pero maravilloso mundo.
-Me duele la puta cabeza- mascullo Catalina
-Estas de vuelta- respondió Kain
-Y que lo digas orejas largas. Me duele la cabeza como si hubiera bebido durante toda la noche-
-¿Y lo haz hecho?-
-Un par de veces, pero al otro día es lo bueno ¿Qué me paso?-
-Te enseñe mi magia y terminaste así-
-Maldición ¿Seguro que no me enseñaste a invocar al demonio?. Me duele todo como si me hubieran zarandeado hasta que mi cerebro se convirtiera en jalea-
-No, pero nada de magia para ti-
-Sí, si me va a dejar así, mejor no me enseñes-
-Descansa- le dijo Kain y le paso la mano por los ojos.
Catalina sonrió, le agarro la mano, se la paso por el rostro y le dijo -esto se siente bien-
-Mis manos son ásperas-
-Ya lo sé idiota, me refiero a tener a alguien que te cuide. Me podría acostumbrar-
Kain se paró de su asiento y le dio un suave beso en los labios -para eso estamos-
Catalina sonrió y dijo -gracias-
-o-
Catalina descanso durante dos días, en donde no pudo beber y ni fumar; todo le hacía doler la cabeza. Maldijo a Kain varias veces por haberle enseñado magia (de la cual no recordaba nada) pero el solo dolor le hacía maldecirlo. Una vez que volvió a las pistas, solo se dedicó a descansar, nada de trago, nada de fumar y nada de paseos. Según ella se sentía demasiado mal como para mover el cuerpo. Así que estuvo compartiendo con Kain y Lilia durante esos dos días. La pequeña Therese la venía a ver. Conversaban un par de horas y después se iba. Por alguna razón, saludaba a todos en la casa menos a Kain. Pasaba con la cabeza agachada y lo evitaba. Kain le pregunto a las chicas que pasaba, pero ellas solo se reían en silencio y jamás le contaron.
Una vez que se le pasaron todos los síntomas, Catalina volvió a ser la misma, pero por alguna razón. El tabaco y el trago le hacían sentir mal. Así que poco a poco fue disminuyendo las cantidades que consumía. Después de eso, Kain siguió explicándole las teorías del funcionamiento de la magia. No las de ese mundo, pero el flujo de la energía, la imagen y la composición. Esto genero algunos alocados estados del pensamiento en Catalina y al final del verano, ella ya no era una rey de fuego y viento. Ahora era Catalina la emperadora de fuego y viento. Gano tantos seguidores como detractores dentro de Millis, pero al estar vinculada a Kain, poco pudieron hacer. El papa y el Cardenal no se pronunciaron sobre esto, ya que ellos lograron lo que querían y "casaron" a una "muchacha" con Kain. Según ellos, él viviría para siempre en Millis y sería el escudo, así que dentro de todo estaban felices. A su vez, los padres de Catalina la reincorporaron a la familia, pero ya nada era lo mismo. Para Catalina era importante su apellido, pero de volver a tener una relación familiar con su familia, era bastante difícil. Ellos le dieron la espalda en el momento en que más los necesitaba.
-o-
Las reuniones y las clases se siguieron perpetuando en el tiempo. Kain siguió con la magia y para finales del otoño llego al nivel de un rey en los cuatro tipos de magia. Catalina lo llamo monstruo varias veces, pero ya al final era una broma. Por otro lado, siguiendo con los deseos de Kain, querían desarrollar la magia para que fuera viable y un mago pudiera luchar contra un espadachín. En un principio fueron serios, pero con el tiempo se volvió un juego. Así que mientras coqueteaban y se divertían, fueron desarrollando la magia. A Kain no se le ocurrieron nuevas ideas, así que fue tomando las formas y técnicas de la magia de ese mundo. Le quito el componente del alma y la magia de este mundo se volvió más versátil, con componentes ofensivos y defensivos. Ahora como mago podían emitir escudos con el elemento que tuvieran más afinidad. Tomando como ejemplo la "gran barrera mágica" de ese mundo. Kain creo un formación, que podía funcionar tanto en ciento ochenta grados como en trescientos sesenta. También estaban los dardos, que por su rapidez y letalidad, se volvieron los preferidos Kain y Catalina. Eran poderosos, rápidos y consumían poco mana. Catalina se sintió tan segura, que se aventuró a cazar goblins. Cosa que al final del día se arrepintió por el olor, pero estuvo conforme con el resultado. Si luchaba contra alguien, no quedaría expuesta.
Ya cuando estaban próximos a la fecha en la que el Sr Xiao aparecería, Lilia salió con una sorpresa; quería mejorar su estilo del dios del agua. Esto tomo a Kain desprevenido, pero como su mujer quería mejorar, él no se opondría. Así que estuvieron durante una semana entrenando hasta que de repente, apareció el señor Xiao.
-Vaya, vaya, veo que no te quedaste tranquilo- dijo el viejo en su típica ropa blanca tang
-A sido un tiempo viejo- le respondió Kain