Apócrifo - Gods land - Capítulo 78

De camino a la casa, Isabel le pidió una frazada a Kain y este se la paso, después arroparon a la muchacha y siguieron avanzando. Durante todo el camino, Isabel llevo a la niña entre sus brazos y jamás se apartó de ella por más de diez centímetros. Kain no sabía porque estaba tan sobreprotectora con la niña, pero la dejo ser ya que estaba a la defensiva. Al mismo tiempo, Kain fue escaneando los alrededores por si alguien los seguía, pero fue innecesario.

Una vez que llegaron a la casa, fueron recibidos por Elrond y Mikoto, la cual quedo sorprendida ante la visión de la niña. Tenía el cabello rubio, con unas grandes orejas peludas que sobresalían de la cabeza, una mirada asustadiza y los ojos de un color esmeralda. Por otro lado, tenía manchas de tierra en su rostro y demostraba desnutrición.

-¿Cómo podría ser posible?- se preguntó Mikoto en voz baja mientras se tapaba la boca en una impresión de incredulidad.

-¿De qué se trata, Mikoto?- pregunto Kain

-Bueno, Danna-sama, en mi tierra natal existe un clan de sacerdotes de la raza zorro. Son los terratenientes de grandes extensiones de tierra y a las chicas de la familia se les considera santas. Al verla, me cuesta creer que haya viajado hasta estas tierras-

-No viajo- respondió Kain -la compraron y la trajeron en una jaula-

-Debe haber algún error, eso es imposible. Es, es como que tomaran al descendiente de dios y lo crucificaran, es imposible-

-Bueno, pues tienes que creerlo, así la encontramos. Ayuda a Isabel a cuidar de ella, no sé qué le pasa pero actúa extraño-

Tanto Kain y Mikoto miraron a Isabel que en ese momento estaba arrodillada frente a la niña y le hablaba en un tono amable mientras le peinaba el cabello. La niña solo miraba a Isabel, pero al parecer no entendía nada de lo que le decía.

-Ayúdala- dijo Kain

-No se preocupe, déjelo en mis manos- respondió Mikoto -sin embargo, no actúa extraña, danna-sama. Lo que pasa es que usted es hombre y nunca entenderá los sentimientos de una madre-

Después de eso, Mikoto dejo a Kain y se dirigió a donde estaba Isabel y la niña. Kain soltó un suspiro y escucho a Mikoto hablar en su lengua natal. La niña reacciono girando su rostro en dirección a Mikoto mientras que sus orejas se tensaban en una posición de alerta. Después de mirar a Mikoto a los ojos, la niña sonrió y le hablo en el mismo lenguaje mientras hacia una reverencia al más puro estilo de la isla del sol naciente. Después de intercambiar algunas palabras, Isabel y Mikoto se llevaron a la niña y los únicos que quedaron en la entrada de la casa fueron Elrond y Kain.

-¿Cómo estas muchacho?- pregunto Kain

-Bien, padre- respondió Elrond -¿Qué paso?-

-Es una larga historia-

-No te preocupes, tengo bastante tiempo-

Kain sonrió, le hizo el gesto con la mano para que lo siguiera y se dirigió a la sala de estar. Una vez que llego, se dejó caer sobre uno de los sillones y Elrond lo imito en el sillón del frente.

-Si tu madre te viera, te regañaría- dijo Kain

-Lo mismo digo- respondió Elrond con una sonrisa

-¿Oh? Chico listo, no ataques a tu padre, de lo contrario tu viejo te ignorara cuando necesites ayuda-

-No hay problema, me puedo defender por mi cuenta-

Kain tomo uno de los cojines del sillón y se lo lanzo a Elrond atinándole en toda la cara. El niño tomo el mismo cojín y se lo tiro de vuelta pero Kain fue más rápido y lo esquivo mientras se reía. Por otro lado, Elrond se sobo la nariz.

-Eso es trampa, estábamos jugando- se quejó Elrond

-Eso te pasa por atacarme a traición, muchacho-

-Papá ¿Qué paso con esa niña?-

-¿Oh? ¿Ya no son suficientes todas esas chicas de la familia Astrea?-

Elrond se puso colorado y le dijo mientras agachaba la cabeza -no somos así. Solo somos amigos e incluso si pasara algo, Ekaterina no lo permitiría-

Kain soltó una risita, recogió el cojín del suelo y se lo volvió a tirar. Sin embargo, Elrond lo esquivo esta vez y Kain continuo -no seas ansioso, muchacho- dijo con una amplia sonrisa -recuerda que eres inexperto y esas chicas son mayores. Conócelas bien y después lánzate al amor-

-Sí, papá, lo tendré en cuenta-

-Pequeño bribón, solo pensé que estabas fanfarroneando pero ¿es verdad que estas atacando por ese lado?-

-Eso, es, eso no es así-

Kain soltó un suspiro y le dijo -muchacho, tu viejo tiene muchísimos más años de los que tú piensas, conversa conmigo. Si es serio, te hablare serio. Pero si te estas jactando de tonteras, no esperes que me quede indiferente y no me burle de ti. Ahora, dime ¿Quién es?-

-Lady Astrea- dijo Elrond en un murmullo

Kain levantó la ceja y le pregunto de nuevo -¿Quién?-

-Lady Astrea-

Kain se congelo y torno los ojos hacia la derecha recordando a la hermosa diosa de cabello color nuez. Después miró a Elrond y le dijo -esto amerita que tengamos una charla de hombre a hombre. Pero primero que todo, vamos a corroborar: ¿esto es serió o solo son tus delirios de mocoso precoz?-

Elrond negó, se levantó del sillón y camino hasta Kain. Entonces se acercó al oído y le susurro -ya hemos dormido juntos y nos hemos besado-

Kain miró a Elrond sorprendido y le pregunto -¿Beso de niños o de adulto?-

-En la boca-

-¿Con lengua?-

Elrond se puso rojo como un tomate y asintió. Después volvió a su asiento y se abrió la camisa mientras se abanicaba con la mano.

Por su parte, Kain sonrió con un poco de incredulidad, pero conociendo el arrastre que tenía su hijo, era posible -mañana vamos a tomar unos tragos- dijo -tu viejo invita, ahí me cuentas todo-

-¿Por qué no ahora?- pregunto Elrond

Kain frunció el ceño y le dijo -¡tarado! aprende a ser más cauteloso-

A los segundos después entro Isabel y se congelo cuando los vio conversando. Por alguna razón sintió la atmosfera extraña y miró a Kain como si fuera el tipo más malo de Orario -¿Qué le estas enseñando a mi hijo?- pregunto

Kain miró a Elrond y le dio una mirada sugestiva, como diciendo "te lo dije". Kain era cauteloso de dos cosas en la vida, una era de los dioses y otra del instinto de las mujeres, era casi brujería.

-No le enseño nada, amor- dijo Kain -solo estaba invitando a Elrond a beber conmigo-

-Nada de licor- dijo Isabel en un tono firme -Elrond ni siquiera ha llegado a la mayoría de edad. No le pegues tus malos hábitos-

-Ok, solo jugo para el niño-

-Tú también, no quiero que bebas como si no hubiera un mañana en frente del niño-

-Ok, lo que tu digas-

Isabel le dio una mirada inquisitiva, pero Kain miró para otro lado e Isabel supo que no podría sacarle más información. Después miró a Elrond y le dijo -hijo, ve a tu habitación, tengo algo que hablar con tu padre-

-Sí, mamá- respondió Elrond, se levantó del asiento y paso por al lado de ella, le dio un beso en la mejilla y abandono la sala de estar.

Por otro lado, Isabel se sentó dónde antes estuvo Elrond y miró a Kain a los ojos.

Kain por la sola expresión, supo que es lo que quería, pero la dejo decirlo de su propia boca.

-¿Qué vamos a hacer con la niña?- pregunto Isabel

Kain levantó la ceja algo confundido, saco una botella de su anillo y dos copas. Las sirvió y le acercó una a Isabel, dejándosela en su lado de la mesa de centro. Después se sentó, probo el vino y le dijo de manera relajada -¿Dejarla trabajar como sirvienta?-

-Kain Dragonroad- dijo Isabel en un tono amenazante -es una niña más joven que Elrond ¿Cómo puedes ser un desalmado sin corazón?-

Kain torno los ojos al techo en un gesto de fastidio y le dijo -entonces decídelo tú, para que me preguntas si no te gustan mis respuestas-

-Kain-

-Ok, ok, ella se puede quedar. Decide tú que es lo que va a hacer-

-¿No vendrá esa gente a reclamarla?-

-Tranquila, Ishtar es estúpida, pero nunca tanto. Me conoce de esa vez en la asamblea de los dioses. Jamás buscaría antagonizarme. Por otro lado, la niña va a tener que permanecer dentro de la casa hasta que adquiera cierto nivel de habilidad-

-Me parece sensato- respondió Isabel. Entonces se puso de pie y camino hasta Kain para sentarse en su regazo y quitarle la copa. Después le dio un largo trago a la copa y acercó sus labios a los de Kain. Este último solo compartió ese beso caliente y entendió la señal.

-¿Realmente quieres tener un hijo, Isabel?- preguntó Kain en un tono serio -vas volver a pasar por lo mismo que la última vez, sin contar que algún día se va a ir de la casa. Yo te puedo acompañar en esta tarea, no hay problema, sabes que te amo, pero no quiero que tu corazón se recienta-

-Al igual que cuando te acepte- susurro Isabel -te ame, me arriesgue y me amaste. No hay problema, mientras estés a mi lado, cualquier dolor podrá ser tolerable-

Después de eso, Kain e Isabel se besaron durante un par de minutos y ella le dijo -ven en media hora, me tengo que preparar-

-Está bien- le dijo Kain y le dio un último beso. Entonces Isabel se levantó y se fue dándole una mirada sugerente.

Por otro lado, Kain se quedó sentado en el sillón, bebiendo vino y recordando como su pequeño rufián se unió a la familia Astrea. Ese día hacia un poco de frio y estaba nublado. Viggo había dejado a Elrond en la casa y se había ido a hacer algo. Por otro lado, la diosa Astrea llego como a eso de las cuatro de la tarde en compañía de Ryu y otras chicas de su familia. Isabel se sorprendió un poco, pero viendo que la diosa venía en son de paz, mantuvo la calma. Después de eso, Isabel invito a entrar a la diosa y a su familia y esperaron a que llegara Kain.

La diosa le explico a Isabel lo que quería, lo cual en pocas palabras era reclutar a Elrond. Así que para eso quería conversar con Kain y pedirle su permiso. Sus intenciones podrían ser muy honorables, pero nunca se atrevería antagonizar a Kain sin motivo alguno, mucho menos ganarse de forma gratuita su lado malo.

Ese día Kain llego como a las cinco de la tarde y en cuanto entro a la casa lo invitaron a sentarse en este mismo sillón en el que estaba sentado ahora. Isabel le presento a la diosa y le explico lo que quería. Dentro de todo, Kain no tenía mucho que opinar. Ryu ya era parte de la familia Astrea como una forma de tantear el terreno para su joven maestro. Así que con su aprobación, la diosa Astrea estaba intentando reclutar a Elrond. Por otro lado, conociendo a Ryu, ella no permitiría que nada le pasara a su joven maestro.

-No tengo ningún problema. Sé que si Elrond elige seguirte no será por ningún tipo de encantamiento ni nada por el estilo. Así que adelante- respondió Kain

-Por supuesto- dijo una de las muchachas de la familia Astrea. Kain la miró y se dio cuenta que tenía un estilo similar al de Mikoto y tenía el cabello de un negro azabache. Vestía un kimono rojo con diseños de flores de cerezos en la parte baja, cerca de los tobillos.

Kain solo pudo sonreír ante tales palabras ingenuas. Él había puesto un sello en Elrond igual que en sus otros hijos, así que no importaba cuan fuerte fueran los encantamientos de los dioses, jamás podrían convencerlo de nada. A lo sumo, podrían darle un dolor de cabeza. Así que con todo dicho, Kain dejo la sala de estar con un simple hasta luego.

-Lo siento, diosa Astrea- dijo Isabel en un tono cordial -mi marido no tiene mucho tacto con las visitas-

-No se preocupe, su aprobación para reclutar al joven Elrond es más que suficiente- respondió la diosa

-Es insolente- dijo la chica asiática

La diosa le dio una mirada llena de reproche y le dijo -cuida tu boca Kaguya, él es alguien que podría tratar a Ottar como a un niño-

Todos en la habitación se quedaron mudos.

-Tiene que ser broma, kami Astrea- dijo Kaguya con una voz temblorosa

-No lo es- dijo Astrea -eres demasiado joven, pero yo lo sé y muchos otros dioses lo saben. Así que guarda tus comentarios, son demasiado ignorantes e irresponsables-

-Pero usted es una diosa-

-Y él es alguien al que los dioses tememos mucho más que a los tres grandes desafíos-

Volviendo al presente y después de tomarse la botella de vino, Kain solo pudo sonreír al recordar esas palabras. Era genial tener un poco de prestigio, te facilitaba muchas cosas.