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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Komik
Peringkat tidak cukup
935 Chs

Apócrifo - Gods land - Capítulo 68

Marcus y Elrond estaban caminando por las calles del mercado Orario. Ya llevaban más de media hora lejos de su padre y la única compañía que tenían era la multitud que los rodeaba y al peludo ponpon. No obstante, aunque solo fuera un cachorro, Elrond se estaba cansando de cargarlo. Ambos niños miraban como pasaban los gigantes cubriendo la luz del sol, a veces pasándolos a llevar y otras veces dándoles miradas suspicaces. Al mismo tiempo, ambos niños destacaban mucho, no solo porque fueran jóvenes, sino porque eran demasiado hermosos para ser niños de la calle. Uno era un elfo de raza pura, con una cabello esmeralda y una mirada tierna. El otro era en apariencia un humano pelirrojo y mirada desafiante. El último miembro del grupo también se destacaba al igual que sus acompañantes por su ternura. Un cachorro golden retriever que iba colgando de los brazos del elfo.

Todo esto paso porque en la mañana, cuando Kain converso el asuntó de traerle un perro a Marcus, Hephaestus se negó y en último caso, le dijo que podían compartir a ponpon. En ese momento, Marcus asintió cabizbajo y Hephaestus lo abrazo para decirle que era demasiada responsabilidad. Marcus solo asintió como si hubiera entendido el punto. No obstante, cuando su padre lo llevo de paseo junto a su hermano menor, Marcus tomo la determinación de ir a buscar él mismo a su mascota. Pensó que si lo conseguía por su propia cuenta, nadie le podría decir que no lo tuviera. Así que convenció a Elrond de que lo acompañara. Esperaron a que su padre se concentrara en otra cosa y en un movimiento furtivo, ambos escaparon. Ahora ya llevaban más de treinta minutos en las calles de Orario y empezaban a sentir que había sido mala idea.

-¿Por qué no volvemos?- le pregunto Elrond con los ojos vidriosos y apunto de llorar.

Marcus negó y le dijo en un tono serió -si conseguimos un cachorro, mamá me va a permitir tener mi propio perro-

-Pero podemos compartir a ponpon-

-No seas cobarde Elron-

-Está bien- respondió Elrond con un puchero -¿Adónde vamos?-

-No hay perritos en la calle, vamos a los callejones-

Elrond asintió y bajo a ponpon para que caminara. Por su parte, Marcus le tendió la mano a su hermano y este se la tomo. De esa manera, los dos se aventuraron a un callejón apartado de la vista del público. Ambos iban muertos de miedo mientras ponpon los seguía a la cola. No obstante, a diferencia de Elrond que si lo demostraba, Marcus tenía una mirada decidida y firme, muy atípica para un niño de cinco años. Era la confianza de haber sido reconocido como alguien inteligente, tanto su padre como su madre se lo habían dicho. "Eres muy inteligente, Marcus" le dijeron cada vez que hizo algo para satisfacer su propia curiosidad. Todas eran cosas pequeñas, que él mismo encontró que eran insignificantes, pero quería saber que pasaba al final. Quería saber a dónde caminaban las hormiguitas que caminaban por el bosque. Quería saber cuánto se demoraba una araña en tejer su telaraña. Quería saber porque su madre siempre lo mantenía lejos de las cosas afiladas. Quería entender porque este año comenzaron a vivir lejos de su otra familia. Quería saber y para eso, comenzó a preguntar y a experimentar. Rompió muchas cosas, pero en cada situación él se explicó y lo alabaron por tener curiosidad. De ahí que se sintiera inteligente, porque cada vez que hizo algo, lo hizo con el fin de saber, de entender el mundo que lo rodeaba. También de esos experimentos saco su idea de encontrar a su perro por su cuenta, ya que cada vez que hacia un experimento, su madre lo regañaba, pero cuando empezó a comprar su propios materiales con su dinero de bolsillo, ya no lo regañaron tanto.

De repente pasaron por al lado de un hombre que estaba durmiendo en una posición medio desparramada, sentado en el suelo y apoyado en la pared. Andaba descalzo, con los pies sucios y llenos de cicatrices. Por otro lado, sus pantalones estaban llenos de parches y en la parte de arriba, solo llevaba una chaqueta roñosa. En su cara lo único que destacaba era una barba sucia y descuidada.

Elrond y Marcus pasaron sin molestar al hombre, pero ponpon comenzó a olerlo y le lamio un dedo de los pies. El hombre gruño al sentir al cachorro y movió sus pies de lado a lado. Ponpon encontró que eso era un juego, así que le mordió el pie como lo hacía con Kain, cosa que tampoco le cayó en gracia al vagabundo y estiro su pie para patear al cachorro. Ponpon dejo salir un grito de dolor y fue corriendo hasta Elrond. Este último lo recogió y lo cobijo una vez más en sus brazos. Gracias a eso, ponpon le comenzó a lamer la cara y se sintió más seguro.

Por otro lado, tanto Elrond como Marcus estuvieron aliviados de que el vagabundo no despertara. Así que tomaron al cachorro y siguieron caminando por el callejón.

A medida que se adentraron, la luz del sol se reducía y la cantidad de vagabundos aumentaban. Todos estaban en la misma posición que el primero, sentados en el suelo y apoyados en las paredes del callejón. Por otro lado, el suelo y las construcciones se deterioraban mientras que la basura permanecía apilada. Gracias a eso, se generaban pequeñas posas de agua pútrida que Elrond y Marcus trataron de evitar con todas sus fuerzas.

-Hola- le dijo una mujer de aspecto lamentable y esquelético

Elrond y Marcus reaccionaron apretando el agarre de sus manos y ponpon ladro un par de veces. Retrocedieron un paso y la mujer se acercó a la vez.

-No me tengan miedo- les dijo -solo quiero saber que hacen un par de angelitos aquí-

Elrond miró al suelo y Marcus negó con la cabeza manteniendo siempre el contacto visual. Después tiró del brazos de Elrond y lo hizo caminar sin nunca perder de vista a la mujer. Sin embargo, cuando pensó que se alejaba de los problemas, choco contra algo y Elrond contra él. Los dos cayeron al suelo y levantaron la mirada para ver a un gigante tan gordo que dudaron de que pueda pasar por una puerta. El gigante estaba calvo y tenía un bigote grueso mientras que su barriga destacaba sobresaliendo por debajo de la polera.

-Ven acá- dijo el gigante y estiro su enorme mano para tomar a Marcus del brazo. No obstante, en ese momento, Elrond se asustó tanto que grito un poderoso "NO" y desde la tierra salieron numerosas raices que apresaron al gordo y a todo aquel que estuviera alrededor. Entonces Marcus se asustó, pero entendiendo que era el momento, tomo a Elrond y a ponpon en sus brazos y los tironeo para salir corriendo. De esa manera, se introdujeron aún más en los callejones y se alejaron de toda esa gente.

Siguieron corriendo por los callejones hasta llegar a una casa a medio derruida y se metieron en ella. El lugar estaba oscuro y solo pasaba un haz de luz por un orificio del techo. Gracias a eso se podía ver el polvo en el aire y la ausencia de muebles, con las tablas del piso y las murallas carcomidas por las termitas. No obstante, parecía deshabitado, así que Marcus y Elrond se tomaron un respiro. Por su parte, ponpon no parecía captar el sentimiento del momento, así que fue soltado y solo se dedicó a oler por todos lados mientras meneaba la cola de lado a lado.

Marcus asomo sus ojos por un orificio en la muralla que daba a la calle y observo por si alguien los seguía. Elrond se ganó a su lado y también echo una mirada. Aliviados de que no se veían personas transitando por ese lugar, soltaron un suspiro de alivio. Sin embargo, ahora su problema era otro, se habían perdido y no sabían cómo contactar a su padre.

Marcus se apartó de la muralla y comenzó a caminar en círculos mientras pensaba en cómo salir de este embrollo. Por otro lado, Elrond empezó a hacer pucheros y a derramar lágrimas en silencio. Se paso el dorso de la mano por los ojos para secar sus lágrimas y con voz temblorosa comenzó a llamar a ponpon. El cachorro no venía, así que decidió ir a buscarlo. Se metió por un pasillo con varias habitaciones a los lados, giro hacia la derecha y se metió en la primera habitación. No se veía muy diferente de afuera, solo que había un marco de una cama partida a la mitad. Por otro lado, el aire estaba aún más viciado que afuera, parecía que hubieran tirado tierra en el aire. Salió lo más rápido posible y fue a ver a las otras habitaciones.

No pillaba a ponpon por ningún lado y no entendía porque el cachorro no contestaba. Así que continuo hasta llegar al final del pasillo y se metió en la última habitación, un lugar totalmente oscuro en donde solo el claro pelaje de ponpon destacaba. Por alguna razón, el cachorro movía la cola de lado a lado y estaba lamiendo algo. Elrond no pudo distinguir que estaba comiendo ponpon, pero debe haber sido algo que lo hacía feliz. Así que se acercó y noto un bulto negro apegado a la pared. De ese bulto salía una mano delgada, la cual estaba extendida y sin fuerza. Por otro lado, ponpon solo gemía y le lamía la mano para despertar a la persona.

Elrond se siguió acercando hasta quedar detrás del cachorro y este último levantó la cabeza y le dio un pequeño ladrido. Elrond ignoro a ponpon y se acercó más al bulto, extendió su mano y levantó la tela que lo cubría. Al ver lo que había debajo sus ojos se agradaron y se acercó aún más para mirar más de cerca. La persona que estaba debajo de la tela era un elfo como él y su mamá, pero tenía el cabello rubio. Por otro lado, tenía ojeras y se veía delgada, casi al punto de que lo pómulos de le marcaban.

-Elron- murmuro Marcus desde el pasillo, mientras buscaba a su hermano -Elron, Elron- siguió insistiendo hasta que llego a la última habitación y encontró a su hermano en cuclillas y mirando algo. A su lado estaba ponpon sentado sobre sus patas traseras y meneando su cola.

-¿Qué encontraste?- preguntó Marcus

-Una persona- respondió Elrond sin apartar la mirada -esta dormida y no despierta-

Marcus inspiro del susto y se acercó a paso rápido para sacarlo. Tomo a Elrond de la mano y lo alejo -ven- dijo -puede que esa persona este muerta-

-¿Qué es eso?- preguntó Elrond curioso

-Es, es…- quiso explicar Marcus pero miraba a su hermano a los ojos y lo encontraba demasiado inocente como para enseñarle semejante cosa -otro día te explico- dijo -por ahora, vamos a buscar a papá-

-Pero no podemos dejar a esa persona aquí, está durmiendo y se va a enfermar, es una elfa-

-Digamos que dormirá por mucho tiempo-

-Pero-

-No hay peros, vamos, es por tu bien-

-No me voy a ir, si hay personas malas afuera, le podrían hacer daño-

-Vamos Elron, no insistas-

-Pero esta durmiendo-

-¿Cómo sabes que esta durmiendo?-

-Ella respira así de despacito, así de despacito, muy despacito- trato de expresarse Elrond

Por su parte, Marcus levantó la ceja y fue a ver a la famosa durmiente. En efecto, estaba durmiendo, pero no debe haber sido por el cansancio, sino por la falta de alimento. Marcus recordaba haber escuchado algo que le leyó su sirvienta, pero no se acuerda la palabra.

Al final, Marcus la miró de cerca y dijo -vamos a buscar a papá, él sabrá que hacer. No la podemos cargar y no tenemos alimentos-

-Esta bien, pero hay que volver-

Marcus se puso en pie, miró a su hermano menor con una gran sonrisa y asintió -vamos- dijo -si no papá se va a enojar cuando nos encuentre-

-Por supuesto que me voy a enojar- dijo una voz grave y poderosa. Ambos niños miraron al dintel de la puerta y encontraron a un alto elfo de cabello blanco y ojos serios. Marcus pensó que ninguna excusa lo podría salvar en este momento.