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—Solo tengo una petición, cuide a mi hija —dijo Eisheth.
—¿Eh? —Al escuchar las palabras de Eisheth, Nux frunció el ceño confundido. Eisheth leyó rápidamente su expresión y preguntó:
— ¿Qué? ¿No me digas que esta chica no lo discutió contigo antes de decírmelo a mí?
—¡Madre! ¿Cómo puedes decir eso? ¡Por supuesto que he discutido esto con todos! —Aisha intervino rápidamente en su defensa. Luego se giró hacia Nux y preguntó:
— ¿No te dije que me uniría a tu clan?
—Tú... ¿Hablabas en serio sobre eso? —Nux parpadeó sorprendido.
—¡Por supuesto! ¿Crees que puedes escapar de mí? ¡Te dije que te haría mío! —Aisha habló con una sonrisa confiada en su rostro.
Nux y sus mujeres se miraron entre sí. Melia miró a Aisha y no pudo evitar sorprenderse...
'Los demonios... son realmente abiertos, eh...—Murmuró para sí mientras observaba cómo Aisha declaraba abiertamente sus sentimientos.
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