Qin Ran estaba en la cocina. Ning Wei puso la tapa en la olla y vio la mano de Qin Ran, fuertemente vendada, cuando giró la cabeza.
—Quédate ahí y no toques el agua —Ning Wei hizo señas y quería que se fuera.
Qin Ran lo pensó y devolvió las verduras que tenía en la mano al tazón de agua. Sin embargo, no se fue y simplemente se apoyó en la puerta entrecerrando los ojos.
Ning Wei pensó en la relación entre Ning Qing y Qin Ran y suspiró por dentro, pero no la obligó a salir.
—Contrataste a alguien para instalar el aire acondicionado aquí, ¿verdad? No es fácil para ti ganar dinero, no lo gastes en mi casa. Aunque no tengo muchas habilidades, aún puedo mantener a mi familia —Ning Wei regañaba y seguía hablando—. Además, no le compres más ropa a Mu Nan.
La última vez en la escuela, la bolsa que Qin Ran había pedido a Mu Nan que trajera estaba llena de ropa nueva para él.
Qin Ran miró la olla humeante y respondió distraídamente.
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