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Cap24: Consecuencias

En la sala de espera, el ambiente era una mezcla de alivio y ansiedad. Minato, Nonoe y Yasuke, los tres del orfanato, se encontraban sentados juntos, compartiendo sus experiencias recientes. Minato, con su habitual entusiasmo, narraba con detalle cómo había enfrentado a un chunin por su cuenta.

—¡Y entonces, usé el kunai para crear una distracción! —exclamaba Minato, sus ojos brillando con la emoción del recuerdo. —¡Nunca pensé que podría enfrentarme a un chunin solo!

Nonoe, con una sonrisa amable, compartió su propia historia.

—Nosotras también tuvimos nuestra parte de acción —dijo. —Aunque fue bastante aterrador, logramos salir de ello. Gracias a Kushina.

Yasuke, sentado tranquilamente, escuchaba y asentía a sus relatos. Aunque aparentaba estar calmado, en su interior, estaba preocupado por las posibles consecuencias de sus acciones y las de sus amigos.

Mientras tanto, en la habitación contigua, la matrona Nora se despertaba lentamente. Tsunade, que había estado supervisando su recuperación, le informó sobre los eventos recientes.

—Ha sido un día caótico, pero tus niños han mostrado una valentía increíble —le explicó Tsunade con un tono de respeto.

Nora, aún recuperándose del shock y la debilidad, asimilaba la información con una mezcla de preocupación y orgullo.

—Siempre supe que eran especiales —respondió Nora, su voz débil pero llena de cariño.

De vuelta en la sala de espera, Yasuke finalmente habló, compartiendo su experiencia en el tratamiento de Nora.

—Fue una situación difícil, pero aprendí mucho —dijo, su voz revelando su seriedad. —Aunque todavía me preocupa si tomamos la decisión correcta.

Minato le dio una palmada en la espalda, intentando animarlo.

—Lo hiciste genial, Yasuke. Todos lo hicimos. Juntos, somos un gran equipo.

Nonoe asintió, su expresión reflejando un sentimiento similar.

—Sí, juntos podemos enfrentar cualquier desafío.

La conversación en la sala de espera continuó, con cada uno reflexionando sobre los eventos del día y lo que significaban para ellos como individuos y como un grupo unido.

En una esquina del hospital, Shikaku era reprendido por su madre, quien le agarraba la oreja y le regañaba con firmeza. Su expresión era una mezcla de arrepentimiento y molestia, típica de un joven atrapado en una travesura.

—¡Ay, mamá, duele!

—¡Eso te pasa por meterte en problemas! Con tu personalidad perezosa.¿No puedes quedarte quieto?

Mikoto, por su parte, se encontraba recibiendo una suave amonestación de su abuela. Aunque las palabras eran gentiles, la decepción era evidente en los ojos de la anciana, lo que hacía que Mikoto bajara la mirada, sintiéndose culpable.

— Mikoto, me preocupas cuando haces estas cosas.

— Lo siento, abuela. No quise causar problemas.

Tsume estaba frente a un hombre robusto y musculoso, con el cabello despeinado y marcas faciales debajo de sus ojos que se asemejaban a colmillos. Llevaba un chaleco que dejaba al descubierto sus músculos y unos guantes desgastados, complementados con pantalones básicos de combate y sandalias ninja. A su lado, un esbelto y grande perro negro y marrón, con puntiagudas orejas y salvajes colmillos, lo acompañaba.

—Veo que todavía eres un cachorro que hay que sacar de problemas, hablaremos en casa—El hombre, que era su padre, le dijo a Tsume

—Sí, papá...—respondió Tsume temblorosa

Luego, se dio la vuelta y se fue, con el perro siguiéndolo, llevando a Tsume cuidadosamente por el cuello de su camisa.

Choza, por otro lado, lloraba mientras su madre lo castigaba sin chucherías por una semana.

—¡Nada de dulces por una semana!

— ¡Pero mamá! — intento reducir la amonestación Chouza

Su padre, a un lado, silbaba intentando no ser incluido en la reprimenda.

Mientras tanto, Inoichi y su madre conversaban sobre lo peculiares que eran sus amigos, con una mezcla de preocupación y diversión. La madre de Inoichi, aunque preocupada, no podía evitar sonreír ante las aventuras de su hijo.

—Tus amigos son un caso especial, ¿eh, Inoichi?

—Son únicos, mamá. Pero son buenos amigos, de los que no abandonan a un compañero

El la anterior sala de espera, se había decidido que por seguridad del paciente solo podría recibir una única visita al mismo tiempo, primero paso Nonoe, posteriormente Minato y finalmente Yasuke.

Mientras Yasuke estaba dentro de la habitación visitando a Nora, Minato aprovechó la oportunidad para preguntarle a Tsunade, a quien respetaba por su fuerza, si ya estaba listo para graduarse de la academia.

—Tsunade-sama, ¿cree que estoy listo para graduarme de la academia? ¡Incluso derroté a un chunin!

Tsunade, con una sonrisa, respondió de manera inesperada.

—Aún te queda bastante camino, Minato. No te adelantes. —dijo Tsunade, entre risas.

Minato, un poco ofendido, le refutó.

—¡Pero derroté a un chunin!

Tsunade, con una sonrisa sabia, procedió a aclararle varios puntos que sorprendieron a Minato.

—Primero, los chunin a los que te enfrentaste acababan de ascender del examen chunin. Aún no tienen la fuerza de un chunin promedio; más bien, son como genin un poco más fuertes.

Minato, procesando la información, quiso seguir defendiendo su punto.

—Pero, ¿y el hecho de que pude...

Tsunade lo interrumpió suavemente.

—Segundo, ¿usaron algún tipo de jutsu esos chunin?

Minato, pensándolo bien, negó con la cabeza.

—No, que yo recuerde.

—Exacto —continuó Tsunade—. Los chunin probablemente se percataron de que eran estudiantes de la academia y, por lo tanto, civiles. Los ninjas tienen prohibido usar fuerza destructiva y jutsus contra civiles a menos que reciban órdenes directas de sus superiores. Limitaron su fuerza.

Minato escuchaba atentamente, sorprendido por la revelación.

—Tercero, los dos jonin de los equipos estaban presentes y ocultos en el hospital —añadió Tsunade—. Estaban observando cómo sus equipos respondían. Si hubieran notado alguna malicia real en ustedes, habrían intervenido. Pero al identificar que eran solo travesuras, los dejaron actuar.

—No tenía idea...—Se sorprendio Minato que ahora tenia confianza en su sentido sensorial y no había notado nada inusual.

Finalmente, Tsunade señaló hacia una de las ventanas.

—Y por último, un cierto profesor pervertido que puede observar todo lo que sucede en el pueblo ya estaba al tanto desde que tú y Yasuke entraron a escondidas.

Minato se quedó pensativo, asimilando la complejidad del mundo ninja y la cantidad de factores que no había considerado. La conversación con Tsunade fue una valiosa lección sobre las realidades del mundo ninja y el camino que aún le quedaba por recorrer.

—Pero no te desanimes, Minato —dijo Tsunade con una sonrisa cálida—. De hecho, me has impresionado. A diferencia de los demás niños, que provienen de grandes clanes y cuentan con jutsus de familia, tú, que no tienes esas ventajas, has demostrado ser incluso más fuerte en algunos aspectos.

Minato levantó la mirada, sorprendido por las palabras de Tsunade.

—Tu ingenio, inteligencia y sentido de la batalla son excepcionales —continuó Tsunade—. Has usado lo que tienes con creatividad y valentía. Eso es lo que hace a un gran ninja.

Las palabras de Tsunade infundieron en Minato un renovado sentido de propósito y confianza. Aunque todavía le quedaba mucho por aprender, las palabras de una ninja tan respetada como Tsunade significaban mucho para él.

—Así que no te rindas —concluyó Tsunade—. Estoy segura de que, con tiempo y esfuerzo, te convertirás en un ninja increíble.

Minato asintió, su espíritu levantado por las palabras de aliento. Aunque el camino hacia convertirse en un gran ninja era largo y lleno de desafíos, estaba decidido a seguir adelante y hacer todo lo posible para alcanzar su sueño.

Dentro de la habitación

Yasuke y Nora se miraron fijamente, un silencio cargado de significado flotaba entre ellos. Finalmente, Nora desvió su mirada hacia la ventana, contemplando el cielo.

—¿Qué quisiste decir con eso, abuela Nora? —preguntó Yasuke, su voz teñida de desconcierto.

Tras un suspiro pesado, Nora pareció reunir sus pensamientos antes de hablar.

—Te lo digo a ti porque eres el más maduro de los tres, Yasuke —comenzó Nora, su voz reflejando una mezcla de resignación y sinceridad—. Yo odio a los ninjas.

Las palabras de Nora resonaron en la habitación, dejando a Yasuke sorprendido y confundido. La declaración era inesperada, especialmente viniendo de alguien que había cuidado y apoyado a jóvenes aspirantes a ninja.

—Pero abuela, ¿por qué...? —Yasuke intentó indagar más, pero las palabras se le quedaron atascadas en la garganta.

Continuara.....

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