Capítulo 30 – Convirtiéndome en mago

El silencio dentro del comedor era abismal. Incluso las chicas empezaron a sentir el ambiente pesado. Intenté romper esta atmosfera entablando una conversación. Sin embargo, la princesa me ignoró múltiples veces.

Sintiendo que esto no iba para ningún lado decidí aplicar una conversación indirecta.

-  Camila mañana saldré a cazar temprano. Traeré nuevas presas para que las cocines. El conejo te quedó delicioso.

Intenté dibujar una sonrisa en mi rostro lo cual hizo temblar un poco a Camila. El miedo era evidente en su rostro. Aun así, contestó.

-  Muchas gracias. Prepararé platos de su agrado mi lord. 

Luego de ello empezamos a hablar sobre Lena que se quedaría en la mansión como guardia de la princesa. Hoy me estorbó demasiado así que quería ir solo. 

Hablé de diferentes temas domésticos pero la princesa no se inmutó con nada de lo que dijera.  Esta perra era tan fría como el hielo. No era inmerecida su fama como la gema del reino. La cena terminó sin siquiera dirigir una sola palabra a su anfitrión. Se notaba el desdén que sentía por mí y el territorio.

-  Hoy no es necesario que me atiendan en la noche. 

Esas palabras sorprendieron un poco a la princesa. Sin embargo, las chicas no se inmutaron y se inclinaron levemente.

-  La tasa de corrupción se ha incrementado hasta el 6%.

Vaya. Parece que la princesa fue afectada por esa frase. Sin decir nada la princesa se levantó y se fue. 

Yo también hice lo mismo y me encerré en mi habitación. Era hora de alcanzar el primer círculo. Mis reservas de mana aumentaron gracias a mi aumento en la inteligencia. Por lo que sentía que estaba a un paso de alcanzar el nivel.

El juego era realmente cruel para el jugador, pero solo ahora lo vi como una ventaja. Podía saltarme todo y empezar con una base sólida. Ahora conocía todo el camino para alcanzar el noveno círculo. Solo necesitaba tiempo y recursos. 

Me senté en posición de loto sobre mi cama y comencé a meditar. Mis manos realizaron sellos budistas con sus manos y las energías elementales que flotaban a mi alrededor empezaron a ingresar directamente a mi cuerpo a través de los poros.

La energía fue purificada inmediatamente y cada célula de mi cuerpo vibró en éxtasis. Este sentimiento era único y no importaba cuantas veces haya entrado en este estado mi reacción siempre era la misma. Esta técnica era mucho más potente que las anteriores que allá practicado. Por lo que esta sensación se amplificó mucho.

Mi corazón empezó a palpitar y dejó su estado inactivo sintiendo la anticipación de algo grande.

La energía alrededor de la mansión fue completamente engullida por mí. Incluso la princesa una persona entrenada sintió la abrupta caída en la densidad de la energía elemental.

En su habitación se encontraba con una sirvienta la cual dijo.

-  Señorita. Al parecer hay una bestia muy poderosa en la zona. ¿Quiere que investigué esta anomalía?

La princesa cerró su libro y dijo.

-  No es necesario. Ese no es nuestro problema. De todas formas, acepté venir a este pobre lugar solo por mi cuarto hermano.

La sirvienta suspiró y dijo.

-  Como ordene.

La princesa había venido a petición de su cuarto hermano. Al ser el menor era el menos probable de heredar el trono. Alejandra solo decidió ayudarlo debido a que compartían a la misma madre. 

Sin esa conexión ella ni siquiera habría puesto un pie en estas tierras.

De vuelta en la habitación de Merlín 

La energía entraba frenéticamente en mi cuerpo sin detenerse. Incluso la energía de luz parecía ser más activa que la última vez que entraba a regañadientes. Ahora podía sentir una breve conexión fugaz con mi entorno. 

Este sentimiento era mágico. Se parecía mucho a la visión mágica pero más profunda. Era misterioso. Podía sentir vagamente todo lo que me rodeaba. Desde las sillas, el escritorio, la cama, el closet e incluso una hormiga que andaba por la pared. 

Finalmente, la energía que parecía una cascada se detuvo. Mi corazón había producido muchos hilos de energía iridiscentes que se encontraron y fusionaron envolviéndolo completamente. 

La energía había formado un anillo que orbita mi corazón marcando así mi llegada al primer círculo.

Mi cuerpo empezó a temblar y un dolor abrumador me asaltó. 

-  ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

Cada fibra muscular en mi cuerpo se contrajo múltiples veces obligándome a dar vueltas en la cama hasta que caí al suelo. Mis huesos se hacían polvo y se reconstruían. Mi visión se ponía negra y mis oídos podían escuchar todo mil veces más. 

Esto era insoportable. Incluso mi piel ardía como si estuviera en un horno. No podía aguantar. En el juego nunca me había sucedido antes. El dolor era parte del juego y podía sentirlo completamente igual a la realidad. 

La primera vez que me convertí en mago nunca sentí esto. Era algo armonioso y adictivo, no doloroso. En esta situación solo pude apretar los dientes y aguantar hasta que esto pasara.