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Capítulo 3: Confrontaciones Externas

La tensión que había estado edificando en la Preparatoria Hanseo no se limitaba a los muros de la escuela. Con la creciente atención de pandillas rivales y figuras más oscuras del mundo criminal, Dokgo sabía que los enfrentamientos eran inevitables y que debían manejarse con cautela fuera del entorno escolar para proteger a los estudiantes y la integridad de la institución.

Era un día nublado de otoño, el viento llevaba consigo un presagio de conflicto. Dokgo había recibido información de que miembros de la pandilla de Kang, aquellos que le habían propuesto unirse a ellos, estaban planeando un movimiento decisivo. Esta vez, la confrontación no podría ser contenida dentro de las meras discusiones o demostraciones de poder.

Después de clases, Dokgo se encontró con Hyeon-su y Min-jun en una discreta cafetería cercana, no lejos de Hanseo. Era el lugar ideal para planificar sin atraer demasiada atención.

"Hay informes de que se están agrupando cerca del viejo almacén en el distrito industrial," comentó Hyeon-su, revisando los mensajes en su teléfono.

"Esperan atraernos fuera y alejados de cualquier ayuda inmediata," dedujo Dokgo, su mente analizando rápidamente la situación. "Iremos. Pero en nuestros términos."

Con la estrategia establecida, el trío se dirigió al lugar designado. Dokgo, siempre cauteloso, llevaba consigo solo a sus más confiables compañeros, sabiendo que un grupo más grande podría llamar demasiado la atención o resultar en bajas innecesarias.

Al llegar, la tensión en el aire era palpable. El almacén servía como telón de fondo para lo que claramente sería una confrontación violenta. Kang y varios de sus hombres ya estaban allí, esperando.

"Dokgo, pensé que no vendrías," dijo Kang con una sonrisa arrogante, sus ojos escudriñando el pequeño grupo.

Dokgo no respondió. No había necesidad de palabras; su presencia hablaba por sí sola.

El enfrentamiento comenzó casi de inmediato. Dokgo se movió con una precisión y velocidad que solo alguien de su habilidad podía lograr. Cada golpe que lanzaba estaba cargado con la fuerza acumulada de su entrenamiento intensivo, y el sistema le proporcionaba un análisis constante de sus oponentes, permitiéndole anticipar y contrarrestar sus movimientos.

[Boxeo: Nivel 8 (1200/5000)]

Uno tras otro, los hombres de Kang caían, incapaces de igualar la ferocidad y técnica de Dokgo. Aunque superados en número, la habilidad superior de Dokgo dictaba el flujo de la batalla.

Finalmente, solo quedaba Kang, quien, viendo la derrota de sus hombres, optó por retirarse. "Esto no ha terminado, Dokgo," gritó mientras escapaba.

Con la amenaza inmediata neutralizada, Dokgo y su equipo se retiraron rápidamente del área, conscientes de que la policía pronto se haría presente. Mientras se alejaban, Dokgo reflexionaba sobre el costo de estas batallas. Sabía que cada victoria lo empujaba más profundo en un mundo del que eventualmente tendría que encontrar una salida.

Al regresar a la seguridad relativa de la zona cercana a la escuela, Dokgo sentía tanto el peso de sus responsabilidades como la determinación de proteger a sus compañeros. Estas confrontaciones externas eran un recordatorio de que su lucha estaba lejos de terminar.

Capítulo 9: Repercusiones y Estrategias

Después del enfrentamiento en el distrito industrial, la situación para Dokgo y su pandilla en la Preparatoria Hanseo se volvió más tensa. Aunque habían logrado repeler el ataque de Kang y su grupo, Dokgo sabía que esto solo serviría para intensificar la rivalidad. Ahora más que nunca, tenía que estar alerta y preparar a su equipo para cualquier represalia que pudiera surgir.

En los días siguientes, Dokgo fortaleció las medidas de seguridad, no solo para protegerse a sí mismo sino también para asegurar la seguridad de todos los estudiantes en la escuela. Aumentó las patrullas en áreas clave alrededor de la escuela y organizó entrenamientos más rigurosos para los miembros de su pandilla, asegurándose de que estuvieran listos para defender su territorio.

Una tarde, mientras Dokgo supervisaba un entrenamiento en un gimnasio cercano a la escuela, Ji-eun se le acercó, claramente preocupada. Desde el incidente, había notado un cambio en él; aunque siempre había sido serio y reservado, ahora parecía llevar el peso del mundo en sus hombros.

"Dokgo, ¿puedo hablar contigo un momento?" preguntó Ji-eun, mirándolo con una expresión de sincera preocupación.

Dokgo asintió, señalando a un rincón tranquilo del gimnasio donde podían hablar sin ser interrumpidos. "¿Qué sucede?" preguntó, su voz baja.

"Estoy preocupada por ti," admitió Ji-eun. "Todo esto... la violencia y los constantes enfrentamientos... ¿Es realmente la única manera? ¿No hay otra forma de manejar estas cosas?"

Dokgo miró a Ji-eun, apreciando su preocupación. "En este mundo, la fuerza es a menudo la única lengua que algunos entienden," explicó. "Pero entiendo tus preocupaciones. No es la vida que quiero para siempre."

Ji-eun tomó su mano, un gesto raro de cercanía. "Solo quiero asegurarme de que no pierdas de vista quién eres realmente, a pesar de todo lo que debes enfrentar."

Dokgo asintió, agradecido por su apoyo. "Haré lo mejor que pueda," prometió, aunque sabía que las soluciones no eran simples.

La conversación fue interrumpida por la llegada de Hyeon-su, quien traía noticias urgentes. "Dokgo, necesitas ver esto," dijo, mostrándole su teléfono. En la pantalla, había imágenes de cámaras de seguridad que mostraban a grupos de hombres desconocidos merodeando cerca de la escuela, claramente vigilando el lugar.

"Kang no está retrocediendo," observó Dokgo, su mente analizando rápidamente las opciones. "Necesitamos estar preparados para cualquier cosa. Incrementa la vigilancia, y asegúrate de que todos estén alerta."

Mientras se preparaban para las próximas dificultades, Dokgo sentía la presión de su liderazgo más que nunca. Sabía que cada decisión que tomara no solo afectaría su vida, sino la de todos aquellos bajo su protección. La batalla en el distrito industrial había sido solo un preludio de lo que estaba por venir.

Esa noche, mientras Dokgo se entrenaba solo en el gimnasio, su determinación se fortalecía. Cada golpe que daba al saco de boxeo no solo era un testamento de su habilidad física, sino también un recordatorio del compromiso que había hecho para proteger a su pandilla y a su escuela, sin importar el costo personal.

A medida que la amenaza de Kang y su organización criminal se intensificaba, Dokgo se enfrentaba a la necesidad de expandir su influencia y recursos. La única forma de asegurar suficiente poder para enfrentar el desafío que se avecinaba era formando una alianza más fuerte y consolidada, incluso si eso significaba tomar el control de la pandilla de otra preparatoria.

Consolidación de Poder

Dokgo sabía que la Preparatoria Dongjin era la clave. A pesar de ser históricamente rivales, las circunstancias requerían medidas drásticas. Si podía unir a Hanseo y Dongjin bajo su liderazgo, tendría suficientes recursos humanos y tácticos para repeler cualquier incursión de Kang.

Organizó una reunión con el líder de la pandilla de Dongjin, Minho, un joven astuto que había mantenido su poder a través de la cautela más que de la confrontación abierta. El encuentro tuvo lugar en un lugar neutral, una vieja fábrica desocupada donde los ecos de sus pasos resonaban en las paredes silenciosas.

"Minho," comenzó Dokgo, su voz firme y directa, "la situación ha cambiado. Kang y sus hombres son una amenaza no solo para Hanseo sino para todas las escuelas de la zona. Necesitamos unir fuerzas."

Minho, escéptico al principio, escuchaba mientras Dokgo delineaba no solo los riesgos de enfrentar a Kang por separado sino también los beneficios de una alianza. "Juntos, podemos proteger nuestras escuelas y asegurarnos de que nuestras pandillas no solo sobrevivan, sino que prosperen."

Después de intensas negociaciones, Minho accedió. La promesa de apoyo mutuo y el entendimiento de que la unión hacía la fuerza fueron suficientes para sellar su acuerdo. Los detalles se acordaron, las estrategias se ajustaron, y una nueva alianza se forjó.

La Batalla Definitiva

Con su nuevo poder combinado, Dokgo preparó a sus hombres para la confrontación inevitable. El lugar escogido para el enfrentamiento no fue una coincidencia; eligieron una zona alejada, un antiguo complejo industrial que ofrecía tanto visibilidad como la capacidad de controlar el entorno.

La noche de la batalla, Dokgo y sus aliados llegaron preparados. Kang y su grupo aparecieron, confiados y amenazadores, bajoestimando la preparación y el nuevo alcance de la alianza de Dokgo.

La batalla fue intensa. Dokgo lideró con el ejemplo, cada movimiento suyo era una demostración de poder y técnica refinada. Utilizaba su habilidad para anticipar y reaccionar, dirigida por el sistema que ahora mostraba su máximo potencial.

[Boxeo: Nivel 9 (2500/6000)]

Los hombres de Kang, aunque numerosos y bien armados, no estaban preparados para la coordinación y la fuerza bruta de la alianza Hanseo-Dongjin. Uno tras otro, los combatientes de Kang caían o retrocedían, desmoralizados y superados.

Finalmente, solo quedaba Kang, enfrentándose a Dokgo en el corazón del complejo industrial. La lucha fue feroz, un verdadero choque de voluntades. Pero la determinación de Dokgo, alimentada por su deseo de proteger a los suyos y poner fin a la amenaza, lo llevó a superar a Kang.

Con Kang derrotado y sus fuerzas dispersas, la victoria fue clara pero costosa. Mientras Dokgo miraba a su alrededor, a los rostros cansados pero aliviados de sus compañeros, sabía que esta batalla era solo una parte de la guerra continua que enfrentaría en su vida. Sin embargo, por ahora, habían ganado un respiro crucial y demostrado que juntos eran una fuerza formidable.

Consecuencias y Reflexión

Después de la batalla, mientras Dokgo caminaba por los pasillos tranquilos de Hanseo, reflexionaba sobre las consecuencias de su liderazgo y las decisiones tomadas. Sabía que cada acción traía consigo una reacción y que el camino que había elegido estaba lleno de desafíos constantes. Sin embargo, estaba decidido a seguir adelante, fortalecido por las alianzas y las victorias, y siempre consciente del costo que cada una de estas victorias llevaba consigo

Con la victoria sobre la amenaza de Kang y su organización, Dokgo y la Preparatoria Hanseo disfrutaron de un período de relativa calma. Sin embargo, la vida en la escuela nunca está libre de desafíos, y el inicio de un nuevo año académico trajo consigo nuevos estudiantes, algunos de los cuales llegaron con sus propias reputaciones y ambiciones.

Nuevos Comienzos

Era el comienzo del año escolar, y Dokgo, ahora entrando a su último año en Hanseo, se encontraba en una posición que combinaba respeto y autoridad con la responsabilidad inherente de mantener el orden. Su cumpleaños número 18 lo había marcado no solo en términos de edad sino también como un hito en su carrera como líder de la pandilla de la escuela.

Durante la ceremonia de bienvenida, mientras los nuevos estudiantes se reunían en el auditorio, rumores circulaban sobre un par de jóvenes de primer año, provenientes de secundarias conocidas por sus turbulentos ambientes. Estos novatos, Joon-hyuk y Se-min, habían ganado cierta fama en sus respectivas escuelas por su destreza en peleas callejeras y ahora parecían decididos a establecerse en Hanseo de manera similar.

Desafío Abierto

No pasó mucho tiempo antes de que Joon-hyuk y Se-min hicieran su movimiento. Durante el receso, en un área común abarrotada de estudiantes, Joon-hyuk se puso de pie en una mesa, claramente buscando atención.

"¡Escuchen todos!" gritó, su voz resonando con confianza juvenil. "Sé que todos aquí respetan a Dokgo, pero las cosas cambian. ¡Es hora de que la escuela vea qué nuevos talentos podemos ofrecer!"

Se-min, de pie junto a él, asintió, su mirada desafiante escaneando la multitud, buscando a Dokgo.

Dokgo, informado rápidamente por Min-jun, se acercó a la escena con su habitual calma. La multitud se partió para dejarlo pasar, y pronto, estuvo frente a los dos jóvenes.

"Esto no es la secundaria," dijo Dokgo, su voz baja y controlada, suficiente para silenciar el murmullo de la multitud. "Hanseo tiene sus tradiciones. Si quieren ser parte de esto, tienen que aprender a respetarlas."

Joon-hyuk saltó de la mesa, su energía casi palpable. "¿Y si queremos cambiar esas tradiciones? ¿Qué tal si te retamos, aquí y ahora?"

Dokgo miró a los jóvenes desafiantes, luego a la multitud de estudiantes que observaban, muchos de los cuales eran miembros más jóvenes de su pandilla, mirando para ver cómo manejaría esta situación.

"Una pelea no determina quién lidera," respondió Dokgo. "Pero si insisten en probarse a sí mismos, no será aquí donde otros puedan resultar heridos."

La Lección

El enfrentamiento se trasladó a un viejo campo de deportes detrás de la escuela, un lugar donde las peleas podrían llevarse a cabo sin interrupciones. Dokgo enfrentó primero a Joon-hyuk. A pesar de la ferocidad y la velocidad del joven, la experiencia y la técnica de Dokgo eran superiores. Con movimientos precisos y controlados, no solo evitó golpes, sino que respondió con suficiente fuerza para subyugar a Joon-hyuk sin causarle daño grave. Se-min, al ver la rápida derrota de su amigo, optó por no continuar el desafío.

"Esto no es sobre ganar o perder," dijo Dokgo, ayudando a Joon-hyuk a levantarse. "Es sobre saber cuándo luchar y por qué. Si quieren respeto, trabajen por él. Protejan a sus compañeros, no los pongan en peligro."

La lección fue clara, y mientras los estudiantes dispersaban, murmuraciones de aprobación y renovado respeto por Dokgo llenaban el aire. Joon-hyuk y Se-min, aunque humillados, también ganaron algo ese día: un entendimiento de lo que realmente significaba ser parte de Hanseo bajo el liderazgo de Dokgo.