webnovel

Paranoia

Tras las barandas del balcón del costado, algo parecido a una silueta humana se encontraba de pie un tanto inmovilizado. La curiosidad pudo más y a pesar que las gotas de lluvia caían torrencial ente sobre mi, empañado parcialmente mi visión y empapando mi ropa continué avanzando hasta el extremo izquierdo hasta que las barandilla me impidieron ir más allá. de pronto las luces se encendieron y fue allí donde vi la escena más grotesca que haya podido ver en vivo y en directo.

un hombre desnudo con la vista baja, posando una mano en lo que sería un cúmulo de cabellos largos de color rojo oscuro que a su vez se movían vigorosamente de adelante hacia atrás, en un movimiento acompasado. No sabía en qué momento había decidido subirme sobre el macetero que había en la esquina, ni en qué momento había decidido salir solo en camiseta y bragas, pero lo que sí concienticé segundos después fue el hecho de que definitivamente tenía vecinos nuevos y al parecer eran exhibicionistas. con la mirada aún pegada en el acto pecaminoso, decidí salir del trance en el que me encontraba y desaparecer en el acto, cuando de pronto algo crujió bajo mis pies. agarrandome fuertemente de la barandilla, decidí bajar del macetero a medio romper, pero fue allí donde una voz masculina me hizo paralizarme en medio de mi intento de fuga.

Me habían atrapado con la vista en el acto.

-Hey tú, fisgona

si había alguien que haya deseado con todos sus fuerzas en ese momento que el tiempo se estatizara por un minuto, dudaba que haya sido alguien más que yo. porque en ese momento lo único que quería hacer era desaparecer, desvanecerme, pulverizarme o incluso desaparecer por una combustión espontánea. Pero como nada en la vida sale como una quiere de buenas a primeras, pues esta no era la excepción.

El hombre que en ese momento se cerraba la cremallera de los pantalones se acercaba a mí, dejando atrás a la chica de cabello rojo oscuro, que limpiandose la boca con el dorso de la mano me veía totalmente molesta.

-Y... yo... lo... lo siento, no... era mi in... intención haberlos... es... espiado... yo... es solo que...

-¿sabes que espiar es un acto criminal verdad?

-lo sé, y lo siento, en serio

-Bueno que te digo, no es como si esperara demasiado de los vecinos, pero que una en particular me dé la bienvenida fisgonenando sin permiso, y grabandome clandestinamente no crees que es un poco demasiado? - De pronto caí en la cuenta que el celular en mi mano sería una evidencia en mi contra. El había malinterpretado todo, pensaba que era una pervertida. con el corazón en la boca y con un nudo inmmenso en la garganta, di un gran respiro y busqué sus ojos para que de esa manera pueda explicarme mejor y solucionar este malentendido, pero al toparme con su rostro pude distinguir en él cierta familiaridad en su rostro, esos ojos que en este momento estaban escaneandome de cabeza a pies, logrando que la poca confianza que había reunido para enfrentarme a él y explicarlo todo se vayan por el drenaje. De pronto me di cuenta que la camiseta que estaba usando se había transparentado totalmente, dejando a la vista mi ropa interior, que para mi desgracia también era blanca. sin saber que hacer me decanté por lo primero que mis instintos me impulsaba a hacer. escapar como una rata. El macetero, como todo en mi vida, no ayudó, optó por quebrarse en ese preciso momento, dejándome en el suelo aparatosamente tumbada sin sentido en medio del charco de mi propia desgracia.

para ese instante la muerte tampoco habría sido una solución convincente.

cerrando los ojos decidí reptar hacia el interior de mi cada, pensando seriamente en mudarme al día siguiente.