Debido a que las razones de Otto para hacer esto eran todavía un nudo dentro del pecho de Subaru.
_Otto: Sé honesto, Natsuki-san, ¿qué piensas del Margrave Mathers?
_Subaru: ¿De Roswaal?
Mientras Subaru se sumía en el silencio, Otto planteó esta pregunta. Por algún motivo, sonaba relevante para el tema en cuestión y a la vez, era algo irrelevante. Por un momento, Subaru meditó la pregunta.
_Subaru: Bueno… Creo que definitivamente no podemos bajar la guardia con ese tipo. No después de todo lo que pasó hace un año. Aunque, ahora que sus metas son más claras, y asumiendo que no han cambiado, no lo veo como una amenaza inmediata. De hecho, ahora que nos entendemos mutuamente, me siento como un cómplice.
_Otto: Yo no confío en el Margrave Mathers en absoluto.
Otto dijo eso, señalando lo ingenuo que era el pensamiento de Subaru. Al oír esto, Subaru abrió los ojos ante la brusquedad de esa declaración.
_Otto: Mencionaste lo que pasó hace un año. Sí, es verdad. Pero él ha estado conspirando desde antes de lo sucedido en el Santuario. Emilia-sama y tú parecen ser terriblemente indulgentes con eso.
_Subaru: …No es que lo hayamos perdonado. Todo lo que ese sujeto hace me da ganas de gritar "Qué demonios―", y aún sigo enojadísimo. Sin embargo, la realidad es que necesitamos la ayuda de ese bastardo. Así que no hay mucho que podamos hacer. Emilia piensa lo mismo.
_Otto: Eso es ser indulgente… Aunque no estoy diciendo que sea algo malo.
Otto lanzó una impaciente mirada a Subaru, transmitiendo su urgencia. En otras palabras, Otto le estaba diciendo que no era lo suficientemente cauteloso. En efecto, Subaru sabía que era algo de lo que tenía que estar al pendiente; sin embargo,
_Otto: Está bien. La manera en que ustedes dos lo manejan está bien. No hay que cambiarlo. Ya que yo me encargaré de las medidas necesarias.
_Subaru: ¿Medidas?
_Otto: Como el Ministro de Asuntos Internos, he tenido bastantes oportunidades de interactuar con el Margrave Mathers. Por lo que he podido observar durante el último año, no he advertido ningún signo de confabulación o comportamientos extraños. Aunque eso no signifique que no haya establecido sus planes antes. Podría haber puesto fácilmente alguna clase de activación retardada.
_Subaru: …
Subaru cerró la boca. Había entendido las precauciones y el recelo de Otto. Tenía muchas razones para desconfiar de Roswaal. Sólo eran las consecuencias naturales de las acciones de ese hombre, sean buenas o malas. Aunque, en este caso, la mayoría eran malas.
_Otto: Si él sigue cada palabra del Libro de la Sabiduría y cree que predice el futuro, entonces un vistazo al libro nos dejará saber todo lo que está planeando. De esa manera, podemos tomar las medidas necesarias para evitar cualquier traición en el futuro.
_Subaru: Estás diciendo que quieres restaurar ese libro… ¿porque no confías en Roswaal?
_Otto: …Todo lo contrario. Es precisamente porque no quiero desconfiar de mis aliados que debo asegurarme. Por lo menos, quiero garantizar que ningún infortunio vaya a suceder. Así que conservé el Libro de la Sabiduría con la esperanza de restaurarlo... Me disculpo por no haberlo consultado contigo antes.
Otto inclinó su cabeza en señal de disculpa.
Sin embargo, frente a él, Subaru sentía que no tenía derecho a decirle nada, así que se mantuvo callado.
Las inquietudes de Otto y las acciones que tomó para resolverlas――Eran cosas que Subaru y Emilia debieron notar. En realidad, los problemas que se tomó para hacer esto fueron totalmente por el bien de Subaru y Emilia.
Ahora que se dio cuenta de cómo Otto había estado ayudándolo silenciosamente, Subaru se sintió simultáneamente avergonzado, arrepentido e incrédulo de no haberse dado cuenta de esto.
¿Por qué Otto haría esto? ¿Porque somos amigos?
_Otto: De todos modos, no te diré el por qué. Es bastante aburrido.
Como si hubiera leído la mente de Subaru, Otto contestó.
Al haber sido derrotado por el sonriente Otto, Subaru dio un gran suspiro.
_Subaru: ¿Sabes? De alguna manera, parece que todos los que me rodean siempre están intentando ayudarme, incluido tú.
_Otto: Puede ser. ¿Pero no era precisamente eso lo que pedías en tu transmisión anterior, Natsuki-san? Y, en todo caso, también pienso que así está bien.
Otto se rascó la cabeza, mientras que Subaru chasqueó la lengua y bajó los hombros, un poco avergonzado por sus contemplaciones.
_Subaru: Entiendo. Estoy a favor sobre el libro. Aunque el problema es que esos imbéciles siguen buscándolo. Entonces, ¿qué haremos exactamente?
_Otto: Independientemente de si ha sido restaurado con éxito o no, creo que es mejor que lo recuperemos. Hay una gran probabilidad de que el Maestro Dartz salga lastimado, y preferiría evitarlo.
_Subaru: Pero vamos a atacar simultáneamente las cuatro Torres de Control. No tenemos fuerzas de sobra para eso.
_Otto: Aunque no sea un combatiente, puedo arreglármelas perfectamente si viajo a través de los canales. Puede que no lo parezca, pero para que lo sepas, cautivar animales, como dragones de agua, es uno de mis puntos fuertes principales.
Poniendo su mano al lado de su boca, Otto debía estar alardeando de su Protección Divina de Lenguaje del Alma. En efecto, cuando se trataba de huir, la Protección Divina de Otto sería muy útil. Además, las principales fuerzas del enemigo estaban concentradas en las Torres de Control. Asumiendo que no trajeron ningún lacayo extra del Culto de la Bruja, Otto no debería estar en mucho peligro.
_Otto: Más que preocuparte por mí, deberías concentrarte sobre los equipos de asalto. Tienes que salvar a Emilia-sama, después de todo. Es una gran responsabilidad.
_Subaru: Entendido. Yo mismo tomaré la cabeza de ese imbécil avaricioso.
Ese monstruo de pelo blanco que se llevó a Emilia cruzó por su mente. Eso, y el hecho de que era un Arzobispo del Pecado, significaba que era un enemigo que debía ser derrotado.
_Otto: ¿Regresamos? Ya deberían de estar terminando la explicación.
Al ver que Subaru estaba revigorizado, Otto giró la cabeza hacia la sala de conferencias. Pero, al mismo tiempo que Subaru asintió y estaba a punto de ingresar con él,
_??????: Subaru-dono.
Se detuvo al oír que lo llamaban desde la escalera. No había duda de a quién pertenecía esa voz. La persona que estaba arriba, mirándolo con sus severas pupilas azules――era Wilhelm.
_Subaru: Otto, adelántate.
_Otto: Bien. Continuaremos esto después.
Otto regresó a la sala de conferencias mientras Subaru subía las escaleras para encontrarse con Wilhelm, quien lo esperaba en el nivel superior.
Tan pronto como estuvieron a la misma altura, Wilhelm le hizo una leve reverencia con la cabeza.
_Wilhelm: Perdón por no unirme a la reunión. Me disculpo por el inconveniente.
_Subaru: Dada la situación actual, nadie te culparía, Wilhelm-san. Por cierto… ¿cómo está Crusch-san?
Le dijeron que no estaba bien. O más bien que no sólo no estaba bien, sino que estaba en un estado terrible. Como mujer, probablemente tampoco querría que nadie más la viera así. Pensando en el lamentable estado de su pierna, podía imaginar el daño que Crusch debió sufrir. Y sólo ese pensamiento le hizo arrepentirse de haberlo imaginado.
Ante la pregunta de Subaru, Wilhelm bajó la mirada ligeramente.
_Wilhelm: Crusch-sama pidió hablar con usted, Subaru-dono. ¿Le importaría acompañarme?
_Subaru: ¿Crusch-san lo pidió? Sí, por supuesto que iré, pero… ¿es apropiado?
_Wilhelm: Es lo que ella desea. Aunque a Ferris no le hará ninguna gracia.
_Subaru: …Supongo que no.
Ferris probablemente tendría algunas amargas palabras para decirle a Subaru. Después de todo, los únicos que se enfrentaron a Capella en el último piso del Ayuntamiento fueron Subaru y Crusch, sólo Subaru pudo haberla protegido.
_Wilhelm: Si Ferris dice algo irrespetuoso, no lo tome en cuenta, por favor. Y si es posible, perdónelo. En el fondo, él lo comprende. Es sólo que está enfrentándose a sentimientos que no puede procesar.
_Subaru: Ver a la persona más importante para él sufrir… Puedo entender por qué quiere maldecir a todos a su alrededor, aunque sea sólo para distraerse de su preocupación.
Si desahogar su rabia puede aliviar algo de su dolor, ¿quién podría culparlo? Y así, Subaru estaba preparado para asumir algunos de sus insultos también.
_Wilhelm: Por aquí.
Sin comentar la respuesta de Subaru, Wilhelm lo condujo hacia el lugar donde Crusch estaba esperando. Tic, tac, el ritmo regular de sus pasos resonó por el pasillo. Y en el camino,
_Wilhelm: Hay algo más que necesito decirle, Subaru-dono.
_Subaru: ¿De qué se trata? ¿Es algo que no tiene nada que ver con Crusch-san?
_Wilhelm: Es sobre los dos espadachines que acompañan a los Arzobispos del Pecado.
Sin darse cuenta, contuvo el aliento.
Debería haber sido tan obvio, ¿cómo dejó pasar eso? La herida de Mimi, que no se puede cerrar, infligida por la «Protección Divina del Dios de la Muerte». Las verdaderas identidades de esos extraordinarios espadachines deberían――
_Wilhelm: Uno de ellos es Kurgan de los "Ocho Brazos". Un formidable espadachín quien fue general del Imperio Vollachia, un hombre que debería haber muerto hace más de una década.
_Subaru: ¿Un hombre que… debería haber muerto? Mmm, Wilhelm-san―
_Wilhelm: ―Y el otro…
Wilhelm interrumpió a Subaru justo antes de que pudiera hacer su pregunta. Detuvo sus pasos y Subaru también lo hizo. Entonces, Wilhelm le dio la espalda a Subaru y se hundió en un silencio momentáneo. Subaru dio un paso adelante para mirar el perfil de Wilhelm――pero inmediatamente se arrepintió. No debería haberlo visto.
_Wilhelm: ――El otro, es el Santo de la Espada de la generación anterior, Thearesia Van Astrea. Mi esposa… quien se suponía que había muerto luchando contra la Ballena Blanca hace quince años.
_Subaru: …
El hecho de que haya podido mantener su voz tan firme debía ser un ejemplo de la fuerza de su voluntad. Pero cuando Subaru vio la desgarradora agonía que retorció la expresión de Wilhelm, toda esa impresión se desvaneció.
Mordiéndose los labios, con la rabia y la pena entrelazadas en sus ojos, una pasión enloquecida contorsionó su arrugado rostro hasta volverlo irreconocible――bastó un solo vistazo a esa expresión para percibir con claridad todas sus emociones.
_Subaru: ¿Tu esposa… y el general del Imperio? A menos que… ¿sigan vivos...?
_Wilhelm: Si eso fuera… no, es imposible. Aunque sea mi esposa o Kurgan, ambos están muertos. Eso no se puede revertir. Los muertos no pueden revivir, pero pueden ser profanados.
_Subaru: Si están muertos, entonces... ¿es algo como la nigromancia?
La nigromancia ―la magia que manipula a los muertos― es bastante común en los universos ficticios. Obviamente, en lo que respecta a la ficción, la magia que puede devolver a los muertos a la vida también es bastante común. Aunque, nada tan conveniente existe en este mundo. Eso era algo que Subaru había llegado a comprender dolorosamente en los años y meses que había pasado aquí.
_Wilhelm: Los maleficios que manipulan la muerte están prohibidos. No obstante, hubo una vez un ser que realmente los usó. En la guerra demihumana ―la guerra civil en Lugnica entre humanos y demihumanos de hace algunas décadas― ella fue uno de los tres enemigos del Reino, asociada con los demihumanos.
_Subaru: ¿Los tres enemigos del Reino…?
_Wilhelm: El héroe demihumano, Libre Fermi. El gran estratega, Valga Cromwell. Y…
Después de detenerse un momento,
_Wilhelm: La bruja, Sphinx. La abominable existencia que, sin pestañear, derramó cruelmente la sangre de humanos y demihumanos por igual. La única Bruja, además de Satella, cuyo nombre permanece en la historia del Reino.