¿Quién podría haber recogido uno de los Libros de la Sabiduría cuando se quemaron?
El que estaba en la Biblioteca Prohibida sin duda ya estaba perdido: ardió junto con la Biblioteca Prohibida y la mansión.
Pero, ¿qué había del libro de Roswaal? Escuché que Ram lo quemó con magia… pero entonces sus cenizas deberían haber quedado esparcidas y enterradas bajo la nieve de la magia de Emilia.
Si quedaron restos de él después de quemarse, y además tuviera la capacidad de regenerarse… entonces cabe la posibilidad de que alguien pudiera haberse hecho con él, pero…
_Subaru: Si alguien lo hubiera traído aquí, sería alguien de mi facción, y cualquiera de ellos me lo habría dicho. Por lo tanto, tengo la certeza de que el Libro de la Sabiduría no está en esta ciudad.
_Anastasia: Ya veo; entonces no le daré má' vuertas. No necesito preocuparme musho por un libro der que no sé na'a.
«Certeza». —aunque Subaru dijo eso, tal vez sus sentimientos se acercaban más a "querer creer".
Sin embargo, Anastasia no abordó ese punto, ni tampoco tenía la intención de indagar más sobre los detalles del Libro de la Sabiduría. Sino que—
_Anastasia: Entonces, las siguientes demandas vienen de Codicia y Lujuria. Simple y directo, no hay absolutamente na'a que varga la pena discutir sobre lo que dijeron; pero…
_Subaru: Ellos… no. No son distintos de Glotonería e Ira. Así que, ¿qué pasó? ¿Qué dijeron?
Capella de la Lujuria y Regulus de la Codicia eran quienes peor impresión habían causado a Subaru.
Justo antes de encontrarse con Capella, Regulus había secuestrado a Emilia; así que Subaru albergaba emociones muy negativas respecto a él.
Tanto el aspecto nuevo que tenía su pierna derecha como no tener noticias acerca de cómo estaba Emilia preocupaban de tal manera a Subaru que sentía una opresión en el pecho.
_Anastasia: Espero que no te molestes musho cuando te lo diga.
_Subaru: Depende de lo que digas.
Subaru respondió inmediatamente a la incómoda introducción de Anastasia al tema.
Con una expresión de "si tú lo dices…", Anastasia suspiró como si se hubiera resignado.
_Anastasia: La demanda de Lujuria no era iguar a las de los demá', y parece ser una simple burla. Decía algo así como "envíen a veinte parejas de hombres y mujeres que se amen a la torre de control. —No serán lastimados bajo ninguna circunstancia".
_Subaru: ¡Esa perra mentirosa! ¡¿Que no serán lastimados?! ¡¿Acaso se le olvidó que fue ella quien convirtió gente en moscas y dragones por puro placer?!
Como era de esperarse, Subaru se enfureció al escuchar las malignas demandas de Capella.
"Veinte parejas que se amen"— tan solo pensar en lo que les haría ese monstruo que predicaba un amor asqueroso era aterrador.
_Anastasia: Por lo que entendí, esa arzobispa no considera que cambiar la forma de arguien cuente como "lastimar". "No lastimaré a nadie~" se acerca má' a lo que dijo exactamente; casi pu'e sentir como si la hubiera esta'o viendo hablar. En fin, la úrtima demanda es de Codicia…
_Subaru: …
Subaru decidió permanecer en silencio, esperando enojado a que Anastasia continuara.
Sin embargo, al ver esa actitud, a Anastasia le pareció complicado continuar, dudando durante demasiado tiempo.
Y entonces,
_Echidna: La demanda del hombre que se hace llamar Codicia fue "deseo celebrar una boda con mi prometida de cabello plateado; por lo que, durante los preparativos de la boda, ¡no me interrumpan!".
_Anastasia: Echidna…
_Echidna: Ana parecía estar teniendo dificultades para decirlo, así que espero que haya estado bien de mi parte el continuar.
En lugar de la titubeante Anastasia, el zorro blanco que resguardaba su cuello respondió primero.
No obstante, el intercambio de pensamientos que se estaba produciendo entre ellas dos era completamente ignorado por Subaru ahora mismo.
—Celebrar una boda con su prometida de cabello plateado.
Era obvio quién sería la prometida de Regulus de la Codicia.
_Subaru: —¡Y UNA MIERDA, HIJO DE PERRA!
La explosión de furia de Subaru era completamente razonable.
Anastasia no pudo evitar fruncir el ceño, y el pelo del zorro blanco se levantó por completo.
Así de puro y directo era el enfado de Subaru.
En su mente, la imagen de un hombre de cabello blanco tomó forma.
Ese hombre, de poder e ignorancia sobrenaturales, había capturado a Emilia e insistido en que su único valor yacía en su rostro.
Pero ese poderoso hombre no era más que un tipo terriblemente mal de la cabeza. ¿Qué clase de sinsentido estaba escupiendo ahora?
_Subaru: ¡¿Dicen que quieren a Beatrice, el Libro de la Sabiduría y a Emilia?! ¡JA! ¡El Culto de la Bruja no le va a poner ni un dedo encima a ninguno de los tres! ¡Les mostraré lo que pasa por ponerse a jugar con sus estúpidas demandas!
_Anastasia: …Ya anticipaba una reacción así, pero escusharte decirlo tan claramente de verda' es reconfortante.
Al ver el fervor con el que Subaru dijo eso, Anastasia no pudo evitar sonreír.
Pero no era porque estuviese de buen humor, sino porque ese mismo fervor estaba comenzando a crecer en ella.
_Anastasia: Nuestros espíritus artificiales… Pues yo no tengo intención arguna de entregarles a Echidna. Y me niego a permitir que er Culto de la Bruja me intimi'e. Yo traje a Crusch-san y a Emilia a esta ciuda', y er Culto de la Bruja se atrevió a hacerlas sufrir… ¡Así que no seré capaz de mirarlas a la cara otra vez si no saco a to'os nosotros de ésta!
_Echidna: Qué combativa estás, Ana.
_Anastasia: Y eso es precisamente porque sé cómo igualar er campo de juego pa' que podamo' reclamar la victoria. Ahora mismo no podemo' escapar. Porque nos vamo' a asegurar de aplastar a ese Culto y les haremo' pagar por to'o.
Haciendo cálculos sobre las desgracias, la reputación, las victorias y las pérdidas.
Sus astutas palabras lo disimulaban un poco, pero el espíritu de Anastasia no mostró ni la más mínima señal de querer escapar de la batalla.
A diferencia de Julius, Garfiel, Wilhelm o incluso Ferris, a ella sólo podía criticársele que fuera capaz de decir eso tan a la ligera debido a que todavía no había experimentado de primera mano los horrores de los Arzobispos del Pecado.
No obstante, Subaru no la criticó.
En este momento, había que evitar decir algo que bajara la moral de los aliados. Y más importante que eso, su presencia, por vengativa que pudiera parecer, era indudablemente confiable.
_Anastasia: To'os tienen que 'tar de acuerdo con ese sentimiento, aunque sólo sea un poco. Aunque aún nos farta dar argunos pasos, ¡terminar así es inaceptable! ¡Buscaremo' excusas pa' haber fracasa'o cuando nos manden ar reino de los muertos!
_Subaru: …
_Anastasia: Mientras sigamo' con vida, aún tendremo' oportunida'es. ¡No podemo' abandonar nuestras vidas de ninguna manera! Eso sería demasia'o trágico.
Una gentil sonrisa apareció en el rostro de Anastasia mientras declaraba su voluntad de hierro.
La presión que emanaba de su pequeña y esbelta figura podría hacer olvidar a cualquiera que ella no era ninguna guerrera, que ella no tenía experiencia alguna en exponerse al campo de batalla… aunque eso era incorrecto; ya que ella, de hecho, era una guerrera con miles de batallas en su haber.
Habiendo escogido el ingenio como su campo de batalla, ella era una guerrera muy curtida.
_Anastasia: Ya sea Crusch-san o la gente que perdió su forma humana, si logramo' capturar a Lujuria, ella debería ser capaz de deshacer to'o lo que hizo. Y Natsuki-kun, tu ama'a princesa te fue roba'a. Eso no es argo que pue'as aceptar, ¿verda'?
_Subaru: ¡La duda ofende! ¡Emilia será mi esposa! ¡Le daré una paliza a Glotonería para recuperar los recuerdos de Rem! ¡Encontraré a esa habladora de Sirius y le arrancaré los dientes! ¡Arrastraré a Capella hasta aquí y la obligaré a disculparse y a devolver a todos a la normalidad! ¡Y finalmente los expulsaremos!
_Echidna: Ana y el joven Natsuki están considerando lo imposible como si fuera tarea fácil. Pero es justo eso lo que más me gusta de ustedes.
Al ver que Subaru hacía lo propio ante la agresiva declaración de Anastasia, el zorro blanco asintió con satisfacción.
Gracias a la voluntad de luchar de Anastasia, Subaru olvidó temporalmente la sensación de desilusión que le inundó nada más despertar.
La primera y segunda batalla habían terminado en derrota. Pero aún tenían otra batalla por delante. Nadie moriría, y no dejarían a nadie morir.
Al final, sobrevivirían, victoriosos. Ese sería el triunfo de Subaru y los demás.
_Anastasia: Ricardo 'tá vigilando los alrede'ores, y Joshua 'tá buscando a los demá' niños perdi'os. Debería vorver pronto. Y entonces, nuevamente, tendremo' una auténtica reunión estratégica.
_Subaru: También tendremos que reconfirmar la situación en todos los refugios y en las cercanías de las demás torres de control.
_Anastasia: No se me orvidará. Oye, parece que mi mente ya 'tá vorviendo a funcionar.
Dado que ya habían decidido hacer lo que fuera necesario, sus corazones se llenaron de determinación.
Asintiendo a las palabras de Anastasia, Subaru dirigió su mirada hacia el exterior del Ayuntamiento.
A través de la ventana, sólo podía ver un lado de la ciudad; y en ese paisaje se erigía una de las altas torres de control.
Subaru no sabía si esa era la torre este, oeste, norte o sur.
Así que cada torre podría contener en su interior a Emilia, los recuerdos de Rem, una enemiga jurada, o un detestable monstruo.
—La batalla para salvar a la ciudad y a todos los seres queridos, continúa.