En cada distrito de la ciudad de Priestella había 25 refugios, haciendo un total de 100.
Siguiendo la sugerencia de Al de empezar la búsqueda desde el Distrito Uno, donde sería más probable encontrar a Priscilla, el grupo de tres avanzaba tan cuidadosamente como podía para evitar cualquier posible enfrentamiento.
_Al: Aun así, ¿no estamos exagerando un poco? Tenemos al coleguita con nosotros, así que no hay razón para estar tan asustados, colega.
_Subaru: No es que esté siendo demasiado precavido. Nuestra fuerza es limitada y nos enfrentamos a un enemigo muy formidable, así que no podemos bajar la guardia ni por un segundo. Además, debemos preocuparnos no sólo del enemigo, sino también de no exaltar a la gente.
Aunque Subaru no había estado de acuerdo con Anastasia en el Ayuntamiento, no podía ignorar la posibilidad de que la ansiedad del pueblo se intensificara y convirtiera en violencia. Por eso su plan era patrullar los refugios para reclutar luchadores capaces y, al mismo tiempo, verificar la situación y evitar que el pánico se expandiera.
_Al: Vale vale, entendido… Bueno, no me molesta escoger la ruta más segura. Ya que, si llegáramos a meternos en una pelea, únicamente podríamos contar con nuestro coleguita.
_Subaru: …Lo has dicho muchas veces, pero… ¿estás seguro de que no puedes luchar? Quiero decir, lograste llegar a salvo al Ayuntamiento, ¿no?
_Al: Si tuviera que escoger entre "Puedo luchar" y "No puedo luchar", diría que puedo. Pero eso es sólo dentro de los límites humanos. Si tengo que ir en contra de gente sobrehumana, acabaría muerto en menos que canta un gallo como un esbirro de segunda. No no no, eso sería demasiado temerario.
Al agitó su brazo derecho en señal de impotencia, haciendo chirriar las bisagras de su casco.
Aunque no estaba muy de acuerdo con esa actitud, Subaru podía entender a qué se debía. Había barreras que él nunca podría sobrepasar.
Quizás el cuerpo de quienes nacían en este mundo estaba hecho de algo diferente que les permitía sobrevivir; porque, sin importar cuán duro entrenara, Subaru jamás podría mirar a Julius o Garfiel —y mucho menos a Reinhard— y pensar "Definitivamente los alcanzaré algún día".
_Subaru: Pero esa no es razón para no pelear, ¿cierto?
_Al: ¿No lo es? Creo que no tener oportunidad de ganar es razón más que suficiente para no pelear. Pero sí, supongo que es diferente si requiere dejar atrás algo importante... pero yo no soy ese tipo de personaje.
_Subaru: …
_Al: No te molestes, colega. Tus grandiosos ideales están muy bien… pero no son para mí; eso es todo. Uy.
Con ambos habiendo tomado su decisión, sería inútil continuar esta discusión. Viendo que Subaru guardaba silencio, Al se disculpó por arruinar el ambiente— pero entonces, Al notó algo que lo hizo levantar el rostro. Ahora él miraba hacia donde aterrizó Garfiel, que regresaba de haber explorado el camino adelante.
Casi sin hacer sonido, con brazos y piernas sobre el suelo, Garfiel arrugó su rostro.
_Garfiel: No lo sé… no hay nada en las tres calles más adelante. Hay tanto silencio que da repelús. 'Stán vacías, pero eso lo hace todavía más sospechoso.
Garfiel olisqueó el aire, como si sintiera que algo andaba mal.
Querían evitar un combate, pero no encontrar nada de lo que habían esperado era incluso más preocupante. Era una sensación inquietante, pero éste no era momento de dudar.
_Subaru: Es problemático, pero no hay otra opción. El refugio está justo delante. Por ahora, iremos allí rápidamente. El camino es seguro, ¿verdad?
_Garfiel: Ni los ojos ni la nariz de mi asombroso ser 'stán captando nada. Maldición, 'sto es 'xtraño.
Rascando su corto cabello rubio, Garfiel pateó el suelo con frustración.
Subaru asintió, mientras que Al se encogió de hombros, sin objeción alguna.
Habían pasado quince minutos desde que salieron del Ayuntamiento, pero contrario a lo que habían imaginado, habían avanzado sin encontrar problema alguno. Habían estado preparados para, en el peor de los casos, encontrar las calles llenas de miembros del Culto. No sería una exageración decir que estaban decepcionados.
_Al: Estoy algo sorprendido, pero parece que el Culto de la Bruja no trajo consigo muchos seguidores a este ataque, ¿no?
Mientras corrían, Al miró a su alrededor mientras hablaba sobre la situación; y entonces Subaru le miró.
_Subaru: ¿Qué te hace pensar eso?
_Al: Simple: porque parece que no tienen gente suficiente para vigilar. A ti también te lo parece, ¿no, colega? En comparación con cuán eficientes fueron capturando todos los puntos claves de la ciudad, están descuidando mucho sus defensas. Y también por cómo están dejando que la resistencia haga lo que le plazca. Si de verdad quieren que se cumplan sus demandas, no lo habrían hecho de esta manera.
_Subaru: Supongo que, para asegurar que sus demandas se cumplan, sería más seguro cerrar el paso a las áreas. Entonces, debe haber un motivo por el que no lo hayan hecho. ¿Qué es lo que buscan conseguir con esto?
_Al: No sé nada sobre eso… Aunque, bueno, si tuviera que adivinar…
Al había estado a punto de abandonar el tema, pero viendo a Subaru dirigirle una mirada severa, Al hizo lo que debió haber sido una sonrisa amarga bajo su casco y, luego de pensarlo por un momento,
_Al: Les da igual que se cumplan o no sus demandas, ¿no crees?
_Subaru: ¿Qu—?
_Al: Si fueran tan importantes, habrían tenido más cuidado con los detalles. Pero creo que tú y yo estamos de acuerdo en que dejaron un agujero tan grande en sus defensas que el viento se cuela fácilmente… Así que no pueden estarse tomando sus demandas seriamente. Si se cumplen, bien. Si no, también estaría bien. Eso es lo que creo que están pensando.
_Subaru: ¿Qué demonios…? ¡Entonces sólo lo hacen para molestarnos!
_Al: Sí, bueno. ¿No es eso lo que siempre hacen?
Subaru se quedó sin habla, y Al respondió con indiferencia. Ante esa última pregunta, Subaru tragó saliva, incapaz de negarlo.
Sólo era para molestarlos.
Considerando lo retorcido que era el Culto, no era cosa de risa. El hecho de que de alguna manera siempre parecían tener ventaja en todo lo que ocurría en este asedio era también un misterio.
Durante el asalto al Ayuntamiento, era casi como si Capella y Alphard hubieran estado esperando para emboscarlos, pero la ausencia de Sirius y Regulus indicaba que no estaban empleando todas sus fuerzas. Lo mismo ocurría con el hecho de que no habían matado a ninguno de los aliados de Subaru.
Y ahora, el hecho de que no estaban haciendo esfuerzo alguno por defender la ciudad que habían capturado sólo demostraba que no estaban tomando las precauciones adecuadas para alcanzar sus supuestos objetivos.
_Garfiel: ¡Capitán! No hagas caso a un tipo como 'ste. Y tú, si sigues llenándole la cabeza al Capitán con ideas raras, aplastaré la tuya, ¿queda claro?
Mientras Subaru se sumía en sus pensamientos, Garfiel le gritó a su lado, y luego movió su fiera mirada hacia Al, que corría junto a él.
_Garfiel: Hablando sin parar toda esa basura incomprensible… ¡Sólo cierra el pico, bastardo que no quiere luchar! ¡No me importa qué carajos 'stán planeando, solo me aseguraré de aplastarlos, machacarlos y mandarlos volando! ¡Eso es todo lo que necesitas saber!
_Al: ¿No crees que estás volviendo a decir algo muy extremo? Admito que creo que soy débil para luchar contra ellos cara a cara, pero no es bueno decir que no importa lo que están planeando. ¿O quieres decir que será más problemático si descubrimos lo que quieren?
_Garfiel: Maldito…
Apretando sus dientes con un estridente sonido, Garfiel se detuvo en seco, derrapando sobre el suelo. Al mismo tiempo, Al también se detuvo, y los dos se miraron mutuamente con mucha tensión en la atmósfera.
Inmediatamente, Subaru se interpuso entre los dos y presionó sus manos contra los tórax de ambos.
_Subaru: ¡Esperen! ¿Qué hacen, chicos? No es momento de pelear entre nosotros, ¿no creen?
_Garfiel: Él no es uno de nosotros, Capitán. Creo que 'ste tipo no es nada bueno. Lo mejor será que acabe con él aquí.
_Al: Evito pelear siempre que puedo, pero no elegiré la ruta pacífica de la no-resistencia contra alguien que quiera mi sangre.
Garfiel hizo crujir sus nudillos, y Al su cuello.
Viendo sus actitudes agresivas, Subaru estaba a punto de explotar de furia.
Sintió una ira hirviente apuñalándolo desde dentro de su pecho que le incitaba a apalear a esos dos a muerte; y entonces—
_Subaru: …Qué raro.
Subaru estaba perplejo por haber estado a punto de perder el juicio inclinándose rápidamente por una respuesta asesina. Se mire como se mire, era demasiado radical; y más todavía teniendo en cuenta que ellos eran sus propios aliados.
Era como si la discusión entre los dos frente a él lo estuviera llevando a la locura.
_Subaru: ¿Acaso…?
Justo cuando Subaru pensó que no podía explicar sus desequilibradas emociones, un escalofrío recorrió su espalda—porque, sin duda, él había sentido esa sensación enfermiza muchas veces anteriormente.
_Subaru: ¡¿Sirius está cerca… y por eso estamos siendo afectados?!
Tensando sus mejillas, se ordenó a sí mismo permanecer consciente mientras miraba a su alrededor. No había indicio de esa psicópata a la vista, ni de su chillona voz; pero esa leve sensación de náusea seguía aposentada sobre su cuerpo.
_Subaru: ¡Ey, Garfiel, Al, deténganse! Respiren hondo, cálmense. Ustedes también han notado lo extraño que es que ambos se odien así de pronto, ¿cierto? Tiene que ser la influencia de Ira. Nos está haciendo perder el control de nuestras emociones.
_Garfiel: ¿Eh? ¿De qué hablas, Capitán? 'Sto es porque 'ste bastardo me 'stá tocando las… no, 'spera.
_Subaru: …
Garfiel sostuvo su cara con la palma de su mano, intentando digerir lo que Subaru había dicho. Meneó lentamente su cabeza, parpadeando varias veces:
_Garfiel: No es broma. Siento como si hasta ahora no hubiera sido yo mismo.
_Subaru: Ese es el poder de Ira. Pero, sólo para confirmar, ¿estás seguro de que no hay enemigos cerca?
_Garfiel: No hay olor, ni rastro de ellos. No puedo haberme 'quivocado. A menos que…
La razón por la que Garfiel estaba tan perturbado por ese pensamiento, era precisamente por lo mucho que confiaba en sus propios sentidos.