webnovel

Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · Fantasi
Peringkat tidak cukup
503 Chs

Conferencia Para Conquistar el Ayuntamiento. Parte3

Ricardo frunció el ceño y tomó el espejo, que reflejaba a Hetaro y a Tivey, sentados uno al lado del otro. Los dos hermanos también se agarraban el pecho con dolor.

_Ricardo: Uste'es son idiotas. En serio, son idiotas de remate.

_Hetaro: Pero, al pensar que este es el dolor de mi hermana… sentir juntos el mismo dolor me hace un poco feliz.

Al ser asignados para ayudar en el daño sufrido por su hermana, los dos hermanos sufrieron el mismo daño grave.

Al ver que Hetaro y Tivey se tumbaban uno al lado del otro en su refugio, Ricardo suspiró profundamente y agarró su machete.

Entonces:

_Ricardo: …Lo que significa, que má' nos vale actuar pronto. Si no, será en vano.

Ricardo susurró con una voz muy profunda que emanaba sentimientos profundos. Ya nadie sería capaz de detenerlo.

_Anastasia: Envía a los Cormillo de Hierro para que aseguren la calle que lleva hasta er Ayuntamiento; después lo ideal sería enviar a los mejores para asartar dicho edificio e intentar conquistarlo de una taca'a. Hasta ahora, los enemigos han si'o un hombre enorme y una mujer derga'a. Y después de ellos, Lujuria.

_Subaru: Aquí, los mejores son Garfiel y Ricardo. Y después Wilhelm-san y Julius.

_Crusch: …Yo también iré.

Esas palabras las pronunció Crusch, que se había recogido el pelo en una coleta.

Estando de pie con la espada en la mano, se quitó la falda de su vestido, revelando que debajo llevaba puesto una armadura adecuada para la batalla y que le llegaba hasta las rodillas.

_Subaru: Crusch-san, cuando dices que tú también irás, ¿quieres decir que puedes luchar?

_Crusch: Aunque no soy tan fuerte como antes, Wilhelm me ha estado enseñando. Además, puedo usar mi Protección Divina de la "Lectura del viento". No pretendo ser una carga.

Antes de perder sus recuerdos, Crusch tenía tanto poder que su presencia había marcado la diferencia en la batalla contra la Ballena Blanca. Sin embargo, Subaru desconocía cuán fuerte era la actual amnésica Crusch.

En el fondo, Subaru pensaba que su nueva feminidad había disminuido su ferocidad para luchar.

_Wilhelm: La destreza con la espada de Crusch-sama no ha menguado. Como mínimo, puedo asegurar eso.

Las palabras de Wilhelm borraron el último resquicio de incomodidad de Subaru. El viejo espadachín asintió con la cabeza, mirando a través del espejo a su líder.

_Wilhelm: Sin embargo, por favor vaya con cuidado. Se lo imploro; priorice su propia seguridad.

_Crusch: Es la obligación de la nobleza el llevar la carga y derramar sangre en lugar de la gente. Si gente inocente solloza, entonces los escudaré. Lucharé, Wilhelm.

_Wilhelm: …Hay que ver. Pero le ofrezco mi espada precisamente por cosas como ésta.

Ante la lealtad de Wilhelm, Crusch habló con decisión. Ferris levantó la mano mientras miraba con admiración patente en su rostro.

_Ferris: ¡Ey, ey! ¡Ferri-chan también! ¡Si Crusch-sama va a luchar, entonces permita que Ferri-chan también le acompañe! ¡Por favor!

_Crusch: Ferris, has ido de un refugio a otro para usar magia curativa a quienes lo necesitaban. Me alegra mucho que quieras acompañarme; pero no deberías perder de vista el campo de batalla en el que tienes que luchar.

_Ferris: Ngh…

Silenciado de esa manera, Ferris inclinó la cabeza buscando alguna manera de convencerla; pero no encontró ninguna, ya que Crusch tenía razón, así que finalmente se rindió con ojos llorosos.

_Ferris: Wil-jii. Protege a Crusch-sama cueste lo que cueste. Cueste lo que cueste, ¿vale?

_Wilhelm: Sí, lo sé. Aunque mi vida peligre… Aunque me convierta en cenizas en el intento, lo haré.

Wilhelm respondió con heroica determinación.

Ricardo agitó suavemente su espada; mientras que Garfiel terminó de curarse a sí mismo y se puso de pie con la espalda apoyada contra la pared.

A través del espejo, Wilhelm se paró con la espada en la cintura, y Julius llevaba el uniforme de caballero tranquilamente.

Éste fue el amanecer de la batalla decisiva — que también incluiría a Natsuki Subaru.

_Subaru: ¡U, gaaahh…!

_Ferris: ¡E-espera Subaru-kyun, ¿qué estás haciendo?!

Apretando la mandíbula con fuerza para soportar el dolor en su pierna derecha, Subaru finalmente se puso de pie.

Ferris, rojo de indignación, golpeó a Subaru en la cabeza, mirando fijamente a su pie, al que aún le faltaba piel y músculo.

_Subaru: ¡Ferris, eso ha dolido!

_Ferris: ¡Pues claro! ¡Ya te dije explícitamente que necesitabas reposar, nyan, ¿por qué demonios eres tan temerario?! Subaru-kyun, ¿acaso tienes una maldición que te obliga a hacer lo contrario de lo que dice Ferri-chan? Que pierdas un pie no tendría ninguna gracia, ¿no crees?

_Subaru: Aunque lo pierda, tengo cosas que hacer. Ferris, tú más que nadie deberías entender cómo me siento. ¿Crees que puedo quedarme aquí obedientemente y esperar los resultados?

_Ferris: …Tsk.

Mientras Subaru insistía, Ferris dudó frunciendo los labios.

Enviando a sus compañeros a un lugar donde la supervivencia era improbable, y luego esperando los resultados. Subaru nunca podría soportar algo así. Él no quería estar aquí tumbado a sabiendas de que, caminando por ahí, se le podría ocurrir una idea inteligente para ayudar a alguien.

_Subaru: Tú puedes luchar de esta manera. Pues yo también debo luchar. Beatrice me protegió, y Emilia está en peligro en las manos de Codicia. En esta situación, ¿en serio me pides que me quede descansando?

_Ferris: …¿Quieres decir que no te arrepentirías de perder tu pie?

_Subaru: Pues claro que me arrepentiría. Pero me arrepentiría aún más de no haber luchado.

_Ferris: Jeh… Entonces, Subaru-kyun también quiere jugar el papel de alguien genial.

Con visible cansancio en su rostro, Ferris se llevó una mano a la frente y soltó un suspiro.

Después de eso, puso una mano en la herida de la pierna de Subaru.

_Ferris: Lo de ahora en adelante, sólo es un alivio temporal.

_Subaru: Alivio… Ah, espera un momento, Ferris-san. La herida duele, así que frotarla así duele duele duele duele… ¿No duele?

Usando las uñas en la herida de Subaru, Ferris destrozó la pierna de Subaru—o eso debería haber ocurrido; pero, en vez de eso, una línea brilló en la herida, terminando el dolor que había estado sacudiéndolo como un cuchillo clavado.

Sorprendido por los efectos de esa magia, Subaru miró a Ferris a la cara.

_Ferris: Es un último recurso.

_Subaru: ¡¿En… En serio?! ¡Pero bueno! ¡Si tenías una magia tan conveniente, deberías haberla usado antes! Bien bien, ¡puedo moverme!

Ferris sacó la lengua hacia Subaru, quien saltó ligeramente con su pierna derecha. Mientras disfrutaba su recién recuperada libertad de movimiento, comenzó a bailar ahí mismo. El dolor ya no era un problema.

Su palma golpeó la herida con una bofetada mientras celebraba el asombroso cambio. Entonces, Subaru miró hacia abajo, sintiendo algo pegajoso y húmedo. Sus manos estaban cubiertas de rojo, y la herida de su pie lucía aún peor.

_Subaru: ¡¿Qué qué qué?! ¡¿No lo habías curado?!

_Ferris: Nunca dije que lo había curado, nyan. Sólo pregunté si no te arrepentirías de perder tu pie. Ferri-chan únicamente eliminó la sensibilidad de tu pierna derecha. Mientras tengas cuidado y no lo fuerces, no te quedarás cojo de por vida.

Mientras Subaru seguía sorprendido por el sangrado de su pierna, Ferris curó de nuevo con magia su pierna derecha y la vendó de nuevo.

Era similar a la anestesia, pero sin sentir adormecimiento muscular. Aparte de no tener sensibilidad, las acciones de su pierna derecha eran casi normales.

Sin embargo, el dolor en sí mismo era una necesidad para evitar destruir el propio cuerpo. Por conveniencia, esas sensaciones habían sido revocadas ahora, pero eso tenía un precio.

_Ferris: Como era de esperar, has vuelto a forzarte. Estoy seguro de que, cuando nos reunamos de nuevo, tendrás secuelas. ¡Con suerte, nyan, serán poco importantes si vas con cuidado!

_Subaru: …Entendido. Me has ayudado mucho, te lo agradezco.

_Ferris: …Definitivamente, Subaru-kyun, vas a ignorar las palabras de Ferri-chan, ¿eh?

Ferris suspiró mientras Subaru reexaminaba su propia pierna y asentía con la cabeza.

Aunque a Subaru le gustaría decir algo como "Yo nunca haría algo así", dependiendo de la situación, no podría prometer que cumpliría con Ferris.

Incapaz de hacer ninguna promesa, Subaru sólo pudo agradecerle una vez más a Ferris antes de ir hacia Garfiel y Ricardo.

_Subaru: Pues eso, que yo también iré. Es inútil tratar de impedírmelo. No creo que sea de mucha ayuda en combate, pero puedo—

_Ricardo: —¿Impe'írtelo? ¿Por qué? Nii-chan, vales por cien personas juntas. Cuento contigo.

_Subaru: —hacer cosas como… ¿eh?

Subaru pensó que lo rechazarían, pero en cambio le dieron la bienvenida al grupo de asalto.

Mientras Subaru se preguntaba qué demonios estaba pasando, el hombre-bestia abrió la boca.

_Ricardo: La Ballena Blanca y Pereza. Ambas veces, pude presenciar por mí mismo lo musho que te esforzabas, nii-chan. Te equivocarías si piensas que sólo Wilhelm ve tu valor. Yo también te consi'ero arguien digno de elogio.

_Subaru: ¿D-de verdad? Vaya, no me lo esperaba.

Inspirado por las palabras de Ricardo, Subaru entró en el grupo sin ningún problema.

Antes de salir del refugio, Subaru se acercó a la cama de Beatrice y tocó suavemente su frente mientras ella dormía tranquilamente.

_Subaru: Beatrice, voy a salir. Te has esforzado demasiado por mi culpa, así que ahora me toca a mí trabajar duro. Los derrotaré y recuperaré a Emilia. Quédate aquí y descansa todo lo que necesites.

_Beatrice: —

No hubo respuesta. Confortado por su pacífica respiración, Subaru se puso de pie.

Mientras tanto, Garfiel y Ricardo le decían cosas a Mimi, quien parecía estar sufriendo mientras yacía inconsciente.

Aunque ella tampoco podía responder, los dos hombres mostraron una expresión opuesta, una fuerte determinación que dedicarían a conquistar un territorio aún desconocido.

_Subaru: Saldremos del refugio y nos reuniremos en el canal de agua grande que lleva hasta el Ayuntamiento. Así que, mucho ánimo para todos.

Antes de su partida, todos intercambiaron miradas, decididos por sus respectivos juramentos, y el fiero ímpetu que los impulsó hacia adelante.

La guerra para liberar a Priestella del yugo del Culto de la Bruja comenzaría con un ataque central contra el Ayuntamiento.

Les aguardaban dos espadachines y la Arzobispa de la Lujuria.

Marcando esos objetivos en sus mentes, los luchadores marcharon hacia el campo de batalla.