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Piloto: El inicio de todo.

. . .

Un mar inmenso de oscuridad, esas eran las únicas palabras con las que podía describir lo que estaba frente a mí, o mejor dicho, lo que no lo estaba.

". . ."

Traté de musitar alguna palabra, pero mí boca no se movía. Gire mí cabeza tratando de encontrar algo que existiera en esa vasta oscuridad, pero mis fútiles intentos fueron recompensados con nada más que negrura.

Esperé, ni siquiera podía entender el movimiento del tiempo. Sin nada para usar como base, fácilmente podrían haber pasado horas, días, meses.

Pero aún así, no desesperé.

A pesar de no saber qué es lo que movía con ferocidad mí mente, fui capaz de soportar la privación de mis sentidos, aunque a duras penas.

Segundo tras segundo, traté de capturar alguna sensación o sonido, pero nada parecía existir en este espacio.

"❏▊❐▩▃❏❐▩▊"

Palabras más allá de mí comprensión resonaron en el espacio, rasgandolo y haciéndolo temblar. La misteriosa oscuridad comenzó a rodear mí cuerpo, aferrándose a mí ser, volviéndose un escudo. No pude descifrar el porqué de esa acción hasta el siguiente momento.

Allí estaba, una mano aún más oscura que la oscuridad del espacio, pero brillaba más intensamente que las estrellas. La mano cortaba su alrededor mientras se acercaba peligrosamente.

Muerte, muerte, muerte, muerte, muerte.

La mano no desistió en su movimiento linear, parecía que la oscuridad era incapaz de detenerla, pues está estaba penetrando la armadura que había sido elaborada por la oscuridad. Rompió la única defensa que tenía, y se acercó a mí ser, intenté alejarme con todas mis fuerzas, pero nuevamente terminé encadenado a mí posición.

Cerré los ojos, tratando de negar la vista de aquella mano destructora, mi mente comenzó a imaginar un escenario frente a mí, uno que reconocía como la palma de mí mano.

Re:zero.

La novela que lo había inspirado a seguir adelante, aquella que lo había conmovido y alegrado, a la vez que entristecido y deprimido. El recuerdo cobró vividez, quizás por la experiencia cercana a la muerte que estaba teniendo, sea como sea, lo que estaba viendo no era más que un efímero recuerdo, uno que terminaría en el momento que aquella mano consiguiera llegar a mí.

"Mami, ¿por qué ese caballero está parado mirando a la nada?" Preguntó una niña a su madre, antes de que la silenciará con un dedo para seguir su camino, ajena completamente a mí persona.

Sonreí ante esa interacción, definitivamente estaba haciendo un buen trabajo para imaginar eso, puede que se deba a que siempre estaba soñando en que haría si estuviera en el lugar del infame Subaru. Era obvio que terminaría cediendo ante la primera muerte, pero me gustaba imaginarme intentando y sobrepasando mis límites como él.

". . ."

"¿. . .?"

Era extraño, a pesar de lo mucho que esperaría mirando el paisaje, mí final nunca llegaba. Con la idea de que quizás había entrado en un estado similar a un coma, trate de golpear un poco mis mejillas, esperando despertarme.

Pero como si un dios superior se estuviera burlando de mí, la conciencia que pensé había perdido nunca volvió en sí, en cambio, un dolor agudo salió de mis rojas mejillas.

"Esto es... imposible..."

Miré detenidamente mí alrededor, diversas personas pasaban centradas en su mundo, algunas tenían cestas con comida, otras tenían ropajes en sus manos, pero lo que más destacaba era las gigantes lagartijas que se usaban como carruaje, y los no tan grandes lagartos que caminaban a dos patas, como si fueran humanos.

Suspiré, calmando mí agitada mente. Definitivamente había algo sospechoso en esto, pero luego habrá tiempo para centrarse en eso.

"Lo primero que debo hacer es... el puesto de frutas."

Copiando los primeros movimientos de Subaru, me dirigí hacia el vendedor cuya tienda parecía desierta, lo cual probablemente se debía a su cara aterradora y las diversas cicatrices que adornaban su rostro.

"Hey, tenemos frutas a la venta." Me dirigió la palabra apenas vio que me acercaba, su tono no contenía mucha amistosidad por lo que decidí mantenerlo breve.

"Eh... ¿Cuánto por esta fruta? Parece una fruta de dragón... ¿¡Me va a dar poderes?!" Traté de imitar el tono divertido y bromista del protagonista, solo para ser recibido con una mirada compleja.

El vendedor no respondió con palabras, simplemente apunto a un pequeño cartel que exponía el nombre y precio de las frutas, o eso suponía pues la escritura difería completamente con la que sabía.

Aunque pude discernir algunas partes de esa escritura, da vergüenza admitirlo, pero dediqué cierta parte de mí tiempo para comprender el idioma ficticio de Re:zero.

"Ya veo, ya veo... 100 Enel por esta fruta que se llama..."

Frené mis palabras una vez vi los símbolos que sí pude descifrar.

"¿En serio se llama fruta papa?" Supongo que mí cara habrá tenido una mueca de sorpresa gigante, pues el vendedor llevó una mano hacia su frente, acariciándola lentamente.

"¿Vas a comprar algo?" Cómo dándome un ultimátum, utilizó su aterradora apariencia para alejarme de su tienda y terminar mí estúpido acto.

Sin embargo, mí cuerpo no respondió ante su intimidación, la única razón que vino a mí mente era el encuentro con la mano destructora que había venido por mí, era una posibilidad que enfrentarme a tal ser había engravado en mí cuerpo una resistencia a la intimidación.

O simplemente seguía desconectado de la realidad, aunque esperaba que no fuera eso.

"Lamentablemente... ¡Estoy pura y duramente sin dinero!"

Apunte con mí mano hacia el vendedor, mientras forzaba una mueca divertida en mí cara. Mí respuesta había llevado al límite la paciencia del vendedor, porque parecía estar a punto de gritarme que desaparezca o si no maldeciría a toda mí familia y linaje.

Pero antes de que pudiera gritar, una voz incluso más fuerte llegó y ahogó su berrinche.

"¡Alguien detengala, por favor!"

Una voz más hermosa de lo que uno podría imaginar llegó con fiereza a mis oídos, forzando a mí cuerpo a girarse en su dirección, como si fuera presa de alguna magia inconcebible.

Y en ese momento, en el momento que mí cuerpo terminó su rotación y mis ojos se fijaron en la figura que corría incesantemente, pude verlo.

La espalda de mí protagonista favorita, la persona que quería se quede con Subaru.

Emilia.

Mí cuerpo no respondió, ni mí mente lo hizo, el shock de estar presenciado el momento inicial de mí novela y anime favorito, me forzó a tomar un momento para calmarme.

El aire entraba en mis pulmones como pequeñas ráfagas refrescantes, aliviando mí pequeña tensión mental y física mientras tomaba asiento al lado de la tienda.

"Emilia...."

El susurro salió intencionadamente, como si su belleza sola hiciera que mis labios se movieran para llamar su nombre, en un vano intento de obtener su reconocimiento.

". . ."

Finalmente, el shock que había arrebatado mí tranquilidad mental fue eliminado, lo que me permitió volver a mí racionalidad usual.

"!"

En ese momento de repentina relajación, pude vislumbrar la única cosa que me había faltado desde que llegué aquí, ver mí apariencia.

Una cosa tan trivial, pero que me mantenía nervioso, ¿y si hubiera perdido mí identidad? Aunque mis recuerdos eran difusos, recordé algo antes de mí llegada al vacío.

Era un estudiante universitario de Inglaterra, de unos 19 años. Dejando esa información de lado, no tenía un rostro tan malo, y estaba estudiando para convertirme en un astronauta.

Tomé una bocanada de aire mientras baje la vista, inspeccionando primero mí cuerpo. La vista que me recibió fue una que jamás habría pensado.

Ante mis ojos, un hermoso traje blanquecino con detalles azulado se alzaba con la dignidad de un dragón. ¹

". . ."

El mundo parecía detenerse mientras mí fija mirada caía sobre el ropaje que vestía, algo en él era tan familiar que sentía que lo sabía, pero incluso si rebuscaba entre lo más profundo de su memoria, ninguna pista sobre el origen de ese traje salía a flote, como si la mera existencia de ese recuerdo hubiera desaparecido.

Levanté mis manos con un lento movimiento, con todo lo que había pasado no pude notar lo que estaba trayendo en brazos. En mí mano izquierda había una pequeña bolsa de plástico con algunos objetos en su interior, rebusque con cuidado mientras los transeúntes me miraban con curiosidad.

"Un teléfono móvil… extraño, parece ser nuevo… luego, unas papas fritas, una taza de ramen, nueve libras y una moneda de un centavo."

A pesar de la diferencia en la tecnología del celular, todo lo demás seguía tal y como estaba en la historia original, una pesada extrañez azotó mí cuerpo, como si sintiera que algo definitivamente estaba mal, algo malo pasaría si olvidaba "eso".

Pero… ¿Qué era eso? Nada vino a mí mente, como si ese recuerdo también se hubiera esfumado entre las aguas de mí intranquila mente.

"¡La historia!" Recordé repentinamente el mundo donde me encontraba, si no intervenía con rapidez, Felt y el viejo terminarían muriendo a manos de la asesina.

Me levanté con una convicción invencible, dirigiéndome hacia los suburbios.

O eso me gustaría haber hecho, pues cuando mis piernas se dispararon para ponerme de pie, el pensamiento que había enterrado profundamente logró encontrar una brecha en su cárcel.

¿Qué iba a hacer yo?

No tenía una convicción inquebrantable como Subaru, ni podía aguantar una locura más allá de mí fortaleza mental, tampoco tenía fuerza o un poder insuperable como Reinhard, era un simple humano frente un mundo cruel, que arremetiera contra mí debilidad en el momento que la demostrará.

La voluntad que había raspado para levantarme cambió su objetivo a hacerme caminar, entre los tumultos de lugareños, caminé sin un rumbo en específico.

Habían muchos factores contra mí, no conocía la ciudad como la palma de mí mano, tampoco podía asegurar si tenía el RbD, una mala decisión o un fallo y game over, ni siquiera un final donde una mano gigante me hiciera trizas sería tan terrible.

"Oh, disculpa compañero, es mí culpa por no prestar atención"

Una voz incapaz de ser descrita salvo con la palabra "Poderosa" llegó a mis oídos, levanté la vista que había pegado al suelo y allí lo vi, la representación de la fuerza andante, el amado por los espíritus. Reinhard Van Astrea.

Su aparición fue como una estrella fugaz, simplemente se disculpó y trató de proseguir con su camino, quizás pensando que era un caballero como él.

Pero antes de que el paso que lo hubiera ocultado entre la gente fuera dado, mí voz resonó con una autoridad que no pensaba posible.

"Vuelve."

Noté como la suela del zapato de Reinhard pisaba suavemente el suelo, antes de girar su cuerpo y volver hasta mí dirección, su cuerpo quedando cara a cara con el mío.

"¿Qué necesita?" La voz que nuevamente llegó a mí no fue llena de amabilidad como la que peroró antes, esta contenía una seriedad que me parecía imposible poner en palabras.

Tomé un breve momento antes de responder, analizando desde arriba a abajo su cuerpo, la ropa que tenía, y la funda que sellaba en ella una espada. A pesar de que era su "día libre", parecía estar siempre en guardia.

"Te necesito, ven conmigo." Recogí toda la fiereza y convicción que pude y llamé aquellas palabras con la cara más seria que pude conseguir.

Reinhard no respondió, su mirada pasó por mí cuerpo y ropas, como si estuviera analizando mí calibre y autoridad, si esto seguía mucho más, era obvio que terminaría descubriendo el hecho de que no era más que un inmigrante sin registro.

"Vamos, necesito ir a los suburbios."

Posicioné mí cuerpo en una dirección contraria a la de él, y comencé una calmosa caminata, incluso si no tenía una dirección fija, sentía que algo dentro de mí indicaba el camino que debía tomar, como si un instinto guiará mis pasos hacia mí destino.

Sea como sea, comenzé mí acción sin esperar una respuesta de parte de Reinhard. Al tomar susodichos pasos, recé a Dios que Reinhard me siguiera, incluso si era por sospecha de que podría ser un asesino.

Un segundo paso, y ningún tipo de sonido fue emitido.

Dos segundos pasaron, y los ruidos de la ciudad comenzaron a envolverme, interfiriendo en mí escucha.

Tres segundos pasaron, y la distancia que recorrí fue suficiente para dejarlo detrás de mí.

Pero a la marca de cuatro segundos, el sonido de una suela peculiar golpeando las baldosas de la calle perforó como un disparo mis tímpanos, ese era el sonido que tanto había ansiado.

Sea por casualidad, por sospecha, o por curiosidad, Reinhard estaba detrás de él, siguiendo sus pasos en dirección hacia el primer evento de su vida en este mundo.

Con el respaldo del humano más fuerte, estaba seguro de que incluso si Dios fuera su adversario, podría ganar.

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El ambiente era tenso a cada paso que daba, el lodo del suelo sin pavimentar manchaba los zapatos de Reinhard, mientras que parecía evitar los míos.

Fuera como fuera, seguro que la vista era algo extraordinario para los habitantes de esta parte de la ciudad, un caballero con un traje y una espada caminaba detrás de otra persona trajeada, no es algo que se vea muchas veces.

Miré a mí alrededor, el hilo instintivo que había seguido se difumino al llegar aquí, como si me dijera que desde aquí a adelante estaba por mí cuenta.

Dejé escapar un ligero suspiro casi inaudible, aunque incluso así, fue escuchado por el increíble caballero.

"¿Está todo en orden?" Su voz había dejado ir la seriedad mientras se tornaba en una de preocupación, incluso siendo tan superior, era una amable persona.

"Sí, lamento el haberte llamado sin previo aviso, necesito la caballería para esta operación." Respondí frotándome la frente, y antes de que Reinhard pudiera responder, continúe mí discurso fabricado.

"Tengo una pista importante, asumiré que conoces a "Bowel hunter", si es así, creo saber a dónde decidirá dirigirse." Traté de dar la mínima información posible, pero siendo suficiente para atrapar su curiosidad.

Incapaz de revisar si aquel intento fue exitoso, retomé la caminata que había frenado ante la repentina desconexión de mí "instinto".

El tiempo pasó, y el sol comenzaba a caer en el horizonte, a pesar de mí incesante búsqueda ayudada por parte de Reinhard, nuestros esfuerzos probaron ser inútiles.

". . ."

Ninguno de los dos dijo nada, una densa capa de silencio cayó entre los dos, quizás sus sospechas sobre mí identidad habían alcanzado su punto máximo, pues la mirada que me estaba dando no era la usual.

Nuevamente me encontraba frente a una situación desesperanzadora, si antes era la falta de resolución lo que me forzó a caminar sin rumbo, ahora era la falta de dirección.

Pude notar la mirada aguda de Reinhard volver a caer sobre mí, está vez no contenía la piedad que podría haber deseado que tuviera, varias ideas surgieron en mí cabeza tratando de explicar su comportamiento, pero ignorándolas, decidí hacer un movimiento arriesgado.

"Hey ya'! ¿A qué están jugando?"

Suavice mí voz lo más que pude mientras me acercaba a un grupo de niños, no más de 12 años cada uno.

La atención de aquellos diablillos paso de su juego a mí, admirando con detalle los detalles y calidad de mí traje, una mueca de sorpresa fue lo que siguió luego de haber terminado su admiración.

"¡Hermano mayor! ¡Bonito traje!" Un niño castaño se acercó a mí, sus manos embarradas por haber estado jugando tocaron la seda del pantalón que llevaba puesto, embarrandolo levemente.

Su rostro cambió a una mueca de miedo al ver aquella suciedad, pensando que mí actitud podría cambiar frente a la suciedad que había causado.

Lentamente, me coloque a su altura, el niño que había llegado energéticamente se volvió tímido, escondiendo su cara entre sus manos.

El resto de niños observaba atentamente, cautelosos ante mi siguiente acción, a su vez, podía sentir la mirada expectante de Reinhard detrás de mí, podía intuir que era una prueba para conocer mí personalidad, y así poder concluir o rehacer sus sospechas.

Baje mí mano hasta el suelo fangoso, la textura de la tierra húmeda lleno mí mano cuando un poco de barro se acumuló en mí mano, con cuidado, llevé aquel cúmulo de tierra frente al niño, antes de embarrarlo un poco con esta

"Me atrapaste primero, ¡pero ahora yo te tengo a ti!" Esbozé una cálida sonrisa hacia el niño, quien dejó de ocultar sus manos, levantando su mirada hacia mí cara.

Sus manos parecían temblar un poco mientras un temporal silencio se levantaba, los niños y Reinhard mantenían aquel velo faltó de sonido, como si hubiera un pacto entre todos los presentes.

"¡El hermano mayor te ganó!" Fue otro niño el que rompió el silencio, con una energía comparable a la del primero, apuntó con su dedo y río en un cántico de victoria

"¡No sé vale, el hermano mayor hizo trampa!" Trató de refutar, pero el barro que marcaba su rostro lo dejaba indefenso.

"¿¡Kaine perdió!?" Esta vez, la niña del grupo se acercó hacia él ahora Kaine, tomando su mano y mostrándose sorprendida.

Parecían tener una calidad hermandad, a pesar de las bromas y peleas mutuas, convivían felizmente entre ellos. La sonrisa que había sacado específicamente para Kaine, se volvió una grupal.

"Ahora, ¿¡Alguno vio a la hermana menor rápida!?" Pregunté con una falsa emoción, tratando de transmitir ese sentimiento en los pequeños.

Un poco de silencio creció entre nosotros, por la apariencia de sus rostros parecían estar tratando de identificar a la hermana menor rápida, quizás asociandola con alguna persona en particular.

"¡Ah! ¡Felt fue a la casa! ¡Está por allá!" La niña del grupo apuntó hacia un casi imperceptible callejón mientras me respondía con una emoción indisimulable, sonriendo de oreja a oreja.

Miré a aquel callejón y un extraño sentimiento se apoderó de mí, mezclas de miedo, terror y angustia azotaron mí pequeño momento de diversión.

Con una mirada severa, rebusque entre mí bolsa para sacar las papas que había conseguido del mundo alterno, poniendo una sonrisa en mí cara les ofrecí ese bocadillo, al cual gustosamente aceptaron.

Manteniendo mí severidad, levanté mí cuerpo de aquella posición mientras limpiaba el barro del pantalón, sin saber porque, parecía limpiarse solo.

Eso no importaba, la oleada de sentimientos probablemente era un indicador del estado de la situación, y juzgando por cuáles eran, no parecía ser una buena.

"Vamos." Tomé un rápido paso mientras Reinhard seguía mí ejemplo, a pesar de conocer la debilidad que tenía, mí mente no flanqueaba.

En tan solo unos segundos, atravesamos los pasadizos hasta llegar a una pequeña "choza", si es que se le podía llamar, nada resaltaba de esta con las de su alrededor, salvo los intensos sonidos de lucha que habían dentro.

Quería abalanzarme sobre la puerta, pero el caballero que mantuve a mí lado entró cargando por la puerta, ya habiendo asesorado la gravedad de la situación.

Siguiendo su camino, entré en aquella choza por la puerta, aún sabiendo que la escena que me esperaba dentro podría ser una shockeante, mí cuerpo se movió como si un espíritu me hubiera poseído.

"¡Felt!" Una voz masculina gritó mientras usaba un garrote como escudo, bloqueando a duras penas una arremetida de una mujer cuya ropa solo denotaba erotismo.

La pequeña niña cuyo nombre había sido llamado salto hacia atrás alejándose del combate momentáneamente, antes de lanzar un pequeño cuchillo hacia la cabeza de Elsa, fallando tan solo por la grotesca habilidad de la mujer, pues movía su cuerpo como una araña.

Utilizando el pequeño momento generado por el bloqueo, dos ataques llegaron hacia Elsa.

El lado izquierdo fue tomado por varias estacas de hielo, cuyo caster había sido la misma elfa que había discernido desde su llegada al mundo, su vista fijada en aquélla asesina solo acentuaba aún más su belleza natural.

Del lado derecho, un corte con una rama llegaba de parte de Reinhard, quien se había unido a la lucha en un momento tardío, pero que aún así amenazaba con terminarla con increíble rapidez.

Incluso frente a estos dos ataques, la fría cabeza de Elsa no vaciló, torciendo su cuerpo y lanzándose hacia el techo para esquivar grácilmente el daño que podrían haber generado.

Con cuidado, decidí utilizar las pocas sombras del lugar para moverme cerca de Emilia, tratando de no llamar la atención de ninguno de los presentes.

Pero mí pequeño intento sería fácilmente desmontado por Puck, quien apuntaría con su pequeña pata hacia mí, ocasionado que varias estacas giraran de objetivo hacia mí persona.

"¡Él no está con ella!" Grito Reinhard, utilizando con extrema precaución la rama bloqueando y evitando los ataques de Elsa.

La frialdad del espíritu tembló al escuchar las palabras de Reinhard, quien se había sumado a la batalla con una arma… extraordinaria.

"¿¡Reinhard?!"

La voz proveniente de Emilia atravesó el apretado campo de batalla, al su concentración estar en la asesina, no había notado su repentina intrusión.

"¡Yo estoy con-!"

Mí voz terminó siendo cortada antes de salir de mí garganta, pues mí vista cambió completamente al sonido que definitivamente no hubiera querido escuchar.

La rama que Reinhard había usado como espada, se había quebrado frente a la implacable arremetida de golpes.

"¿Ara~? Parece que solo tienes tu espada como opción." Su enfermiza sonrisa comenzó a sacarme desquicio, no sólo había matado a Subaru 3 veces, si no que ahora se estaba burlando de Reinhard.

"Lo lamento, pero no puedo desenvainarla sin una buena razón" Al haber sido privado de su arma temporal, Reinhard había quedado solo con sus puños.

Pero incluso así, la situación no se veía tan mal, Felt estaba viva, el viejo despierto, Emilia bien, y está Reinhard ahí. ¿Qué mal podría pasar?

Un destello de velocidad arremetió contra el gigante, lanzándolo con dirección a una pared, destruyendola con el mero impacto.

"Kugh-!" Una bocanada de sangre salió de su boca, mientras un superficial corte de gran longitud se hacía presente en su estómago.

¿La causa? Elsa, a pesar de haber sido detenida por Reinhard, su Kukri aún logró conectar y hacer un daño significativo.

"¡Rom!" Un desgarrador gritó siguió el impacto del gigante mientras la pelea Reinhard vs Elsa se intensificaba.

La pequeña niña recorrió la distancia que los separaba en un segundo, corriendo a rescatarlo de una inminente muerte, a pesar de la poca profundidad que la herida tenía, su longitud no era algo con lo que bromear, puesto que la cantidad de sangre que caía de esta superaba lo usual.

Sus pequeñas manos se posicionaron en la herida, tapándola con la mayor de sus fuerzas.

Pero hiciera lo que hiciera, aquel corte no mostrabas señas de detenerse. La sangre comenzó a enturbiar su equipamiento, el olor metálico que desprendía llenaba la sala.

Las temblorosas manos que tenía trataron con todas sus fuerzas de aferrarse a Rom, incapaz de dejarlo ir.

Había vivido toda su vida con él, y todavía quedaba incluso más que quería vivir, pero sus deseos parecían ser ignorados por el universo.

"F-felt…" La tos sangrienta que salía de su boca amenazaba con cortar sus palabras, pero aún así utilizó toda su determinación en terminarlas.

"No… ¡todavía podemos- todavía-!" Las lágrimas caían gotas por gota mientras sus manos temblaban sobre la herida de Rom.

Pero el temblor que estás tenían fue socavado por las manos de Rom, a pesar de que estás también estaban temblando, la firmeza de su voz aún permanecía mientras con lo que podría ser descrito como su último aliento, musitaba unas palabras a Felt.

"Co-nfio… en… ti…"

El ruido de la batalla parecía desaparecer mientras mí fija mirada caía sobre esa escena, miles de soluciones pasaban y se descartaban en mí cabeza, manera tras manera, ayuda tras ayuda.

Observe mí alrededor con una gran rapidez analizando los elementos existentes en este, podría ser un estudiante normal, pero tenía algo de agudeza mental.

"Señorita elfa, ¡el señor!" Comandé a Emilia mientras con una postura sin equilibrio me abalanzaba sobre una vieja espada de madera que había sido desbaratada por los incesantes choques.

Emilia no respondió a mis palabras con palabras, simplemente asintió con la cabeza antes de comenzar un rápido sprint, Puck aún alerta de Elsa pegó su vista a ella y a mí, observando nuestros movimientos para ver cuándo intervenir.

Tomé la espada del mango mientras una oleada de un salvaje viento proveniente de la pelea azotó mí cuerpo, resistiendo el empuje de este, gire mí cuerpo y force mí mano a lanzar aquella pobre imitación de espada, para luego gritar a todo pulmón.

"¡¡Reinhard!!"

La espada cortó los vientos acercándose peligrosamente rápido a Reinhard, este detuvo sus movimientos momentáneamente, antes de extender su mano en un punto donde el mango de la espada se acoplara directamente en esta.

"Lo tengo, gracias por la ayuda" Su voz denotaba cierta gratitud mientras hacía ligeros movimientos con la espada, asegurándose de acostumbrarse al peso de esta misma.

"¿Una espada vieja? Oh vamos, incluso yo podría derrotarte con ese pedazo de madera, y tú…."

Su mirada cambio de Reinhard a mí, y en el momento en el que lo hizo sentí como si mí vida volviera a aparecer frente a mí, el recuerdo que había tratado de bloquear resurgió ante la presencia de su mirada.

Muerte, muerte, muerte, muerte, muerte, muerte.

Me va a matar.

Reinhard notó su mirada y trató de ponerse en su camino antes de que continuará a matarme, pero la flexibilidad de su cuerpo le permitió esquivarlo no sin dañarse un poco, pero eso no la detuvo.

A cada segundo, su cuerpo se acercaba más y más, mis piernas temblaban como un terremoto mientras cedían ante la presión de volver a pasar por eso.

Los sonidos de mí alrededor se apagaban, el grito de Emilia y Reinhard fueron ahogados por mí concentración en Elsa, y los colores que confirmaban el mundo lentamente se volvían apagados.

Mí instinto rugía que esquive, que ataque, que haga un corte hacia su estómago, pero mí mano carecía del arma necesaria para hacerlo.

". . ."

¿O lo hacía? El instinto que me gritaba atacará también transmitía un solo mensaje.

『 Tómalo. 』

Extendí mí mano, el aire alrededor comenzó a temblar violentamente mientras se acumulaba en una forma de espada, las cortantes y afiladas ráfagas de aire rompían el suelo y los alrededores antes de ser forzados a condensarse aún más.

Los vientos indomables habían cedido ante mí mano.

Ya veo…

El poder olvidado por el mundo renacía en mí palma.

Así que era eso…

La espada de la victoria prometida se manifestó en mí mano, mientras con un grito lleno de gloria, grité su nombre.

"『 ¡Excalibur! 』"

Y los incontrolables vientos cedieron a mí control.

Buenas! espero hayan disfrutado el capítulo inicial/piloto, soy algo nuevo en la escritura sobre Re:Zero así que sean brutalmente honestos

y... eso es todo, espero sigan genial y adelante hacia nuevos capítulos!

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