En medio de las montañas, llenas de un verde sin fin, se podían apreciar muchos edificios de aspecto tradicional asiático. Este era el lugar en el que la Secta del Dragón Arcano se había asentado hacía ya cientos de miles de años.
Dentro del edificio más grande, donde residía el Maestro de Secta, se encontraban todos los cultivadores contra los que Liam había peleado unos días antes. Gracias a su condición como cultivadores del Reino Ancestral, habían podido recuperar la consciencia en mucho menos tiempo de lo que debería haber tomado. Aun así, el daño que sufrieron fue devastador y algunos de ellos ni siquiera podían moverse, tendrían que pasar incluso meses de recuperación para volver a su punto máximo.
Un cultivador, que había salido para realizar unos encargos para la secta, los había encontrado tratando de volver y los ayudó rápidamente, quedando sorprendido al reconocer a Maruk y ver su estado, pero sabiendo que la información tendría que llegar al maestro de secta lo más deprisa posible decidió no preguntar.
—Así que un joven acabado de llegar os hizo esto —habló una voz que contenía la sabiduría de alguien que ha vivido más allá de lo imaginable —. Parece que el humano que creó ese agujero espacial ha crecido más rápido de lo que creímos...
Maruk se adelantó un poco, llamando la atención del hombre.
—Maestro de secta, esa persona era extraña —anunció, deteniéndose para esperar a que le dieran permiso para continuar.
—¿Oh? —el anciano se acarició la larga barba blanca con interés —. ¿Extraño en qué sentido?
—Parecía un humano, pero... —recordó la sensación que había exudado Liam cuando aparecieron esas marcas en su rostro y se estremeció —. Sé lo fuertes que son los humanos y usted es una prueba de ello, pero estoy casi seguro de que ese chico no era completamente humano, sino algo más...
Los ojos del maestro se abrieron ligeramente más de lo habitual y se reclinó hacia adelante en su trono, interesado.
—Si lo que dices es cierto... solo quedan dos posibilidades —declaró, esta vez la seriedad en su voz había aumentado.
Maruk asintió e hizo una reverencia.
—Señor, él dijo que provenía de la Tierra, así que lo más lógico es pensar en un dragón —reveló —. Además, los Yith no tienen la capacidad de tener un cuerpo humano, que sepamos. Por supuesto podría ser una ilusión, pero no ganaría demasiado con ello.
Contrariamente a lo que uno esperaría ante esta noticia, el viejo maestro sonrió alegremente, casi como un niño.
—¿Un dragón ha ascendido? —sus ojos brillaban con alegría genuina —. No lo puedo creer, esto hará las cosas mucho más interesantes. Últimamente, esto se ha vuelto bastante aburrido, pasar tantos años sin ninguna emoción ha marchitado mi cuerpo, finalmente... ¡Es probable que vayamos a vivir un cambio de era!
Cualquier persona que haya vivido tanto tiempo entendería a lo que se refería el hombre. El camino de la cultivación es profundo y sin límites, pero en el momento en que uno se cultiva durante más de cien mil años y luego no es capaz de usar ese poder, esa persona se aburrirá hasta el extremo. Una nueva variable como esta, que podría generar una nueva era si lograba llegar lejos, era una noticia maravillosa.
—Solo se sabe de los dragones en el Reino Ancestral debido a los textos antiguos y, si no mienten, cuando desapareció el último de ellos fue cuando la Era Primordial se consideró terminada —pensó en voz alta acariciando su barba mientras los demás cultivadores estaban arrodillados delante de él —. Está bien, ¡no quiero que hablen sobre esto a nadie! Si me entero de que la noticia se ha escampado, me encargaré personalmente de acabar con vuestras vidas.
Todos se estremecieron ante estas palabras.
—P-Pero señor, ¿no deberíamos contarle sobre esto a las demás sectas? —cuestionó Maruk, intentando ser lo más respetuoso posible.
El anciano soltó una risa traviesa.
—Por supuesto que no, este hombre podría haberos matado y, sin embargo, no lo hizo —les hizo notar —. Esto quiere decir que no hay ninguna necesidad de complicarle las cosas, un dragón no puede ser domado, lo mejor es mantenernos al margen y observar. Os aseguro que, en poco tiempo, el mundo será puesto patas arriba.
Con esta última declaración, soltó una última carcajada estridente.
A miles y miles de quilómetros, Liam no tenía ni idea de las personas que estaban hablando de él. En este momento se encontraba observando un pequeño pueblo que había encontrado en medio de los bosques.
Escondió su aura tan hábilmente que ni siquiera un cultivador en el Reino Ancestral podría notarlo, que fue necesario teniendo en cuenta que cualquier persona en el Reino Inmortal tenía ese poder.
Al principio se sorprendió al ver un pueblo tan pequeño, pues imaginó que todos vivirían en sectas de tamaños inconmensurables, pero luego recordó que aparte de las grandes sectas, también existían las pequeñas comunidades como esta, al menos eso le dijo el Iluminado.
Decidió que podría intentar hablar con la gente del pueblo para aprender un poco sobre el mundo. Maruk le había contado bastante, pero no todo.
Se acercó y rápidamente vio los habitantes. Algunos de ellos meditaban fuera de su casa, otros simplemente hablaban con otras personas, en general parecía un pueblo tranquilo y normal... por supuesto si ignorabas el aura profunda que rodeaba a todos y cada uno de los pueblerinos... y que ninguno de ellos parecía humano.
Lo empezaron a notar y se acercaron con expresiones curiosas.
—Nunca te había visto por aquí —dijo uno —. ¿Vienes de otro pueblo?
Liam negó con la cabeza.
—De hecho, he ascendido hace muy poco, así que estoy un poco perdido... —reveló Liam rascándose la nuca con vergüenza... en parte era verdad que se había perdido.
Los pueblerinos fueron sorprendidos y empezaron a hablar entre ellos. Pronto, un hombre de baja estatura y ligeramente similar a un humano, aunque con piel verde, dio unos pasos adelante y se acercó a Liam.
—Bienvenido a nuestro pueblo, yo soy el representante Arguilug —su presentación pareció mucho más refinada de lo que se esperaría de una persona de pueblo, quizás en su anterior mundo había sido alguna clase de noble —. ¿Cuál es tu nombre, joven?
—Liam Doyle, llamadme Liam si así lo deseáis —respondió él —. Debo pediros... hace unos días que vago por el bosque y me gustaría un sitio para descansar, ¿hay alguna casa libre que pueda usar aunque sea solo para esta noche?
Ellos se miraron entre sí, antes de que uno hablara. Parecía bastante similar a uno de los cultivadores que acompañaban a Maruk, el extraño lagarto. Liam supuso que eran del mismo planeta.
—En mi casa hay una habitación libre, puedes usarla —ofreció.
A Liam le sorprendió que alguien realmente lo dejara dormir en su casa, era un simple extraño después de todo, pero agradeció el gesto debidamente.
—Muchas gracias, entonces así será —respondió.
La noche llegó en un parpadeo. Hacía días que Liam no había dormido en una cama, así que fue bastante cómo para él dejar atrás el húmedo suelo de los bosques. No tardó mucho en quedarse dormido, sin saber que alguien había estado justo esperando ese momento.
Una sombra misteriosa apareció en la habitación y se acercó al cuerpo dormido de Liam. De alguna manera, la sombra se las había arreglado para controlar su magia hasta el punto en el que el joven cultivador no fue capaz de percibirlo.
Levantó un dedo y una minúscula gota morada apareció en su dedo. Algunos podrían pensar que algo tan pequeño no podría dañar a nadie, pero esas personas no sabrían que esta gota contenía el poder de la Esencia del Veneno.
Al conjurar su esencia, liberó una leve cantidad de magia, que fue suficiente para alertar a Liam. Se despertó y trató de saltar, pero fue demasiado tarde, pues la gota lo salpicó.
El joven cultivador palideció instantáneamente, el veneno empezó a expandirse muy deprisa, destruyendo todo a su paso. Con su increíble capacidad de reacción, Liam convocó la Esencia del Espacio y la usó en su propio cuerpo, aislando la parte exacta en la que estaba corriendo el veneno del resto de su cuerpo. Esta tarea requirió una gran cantidad de concentración, porque además de sellar el espacio exacto, también tenía que redirigir la sangre que viajaba desde su corazón para que no se encontrara con el espacio.
Esto sería imposible para una persona normal, pero para un cultivador experimentado era posible controlar su cuerpo a la perfección.
El perpetrador, que se sorprendió ante el rápido actuar de Liam, no tuvo tiempo a esconderse y Liam lo vio.
—Me pareció extraño que dejaras dormir en tu casa a alguien que no conocías —Liam habló un poco entrecortadamente debido al daño que había producido el veneno antes de que lo controlara —. ¿Por qué haces esto?
El hombre lagarto sacó un cuchillo de su cintura y Liam se dio cuenta de que estaba empapada con la Esencia del Veneno.
—Liam Doyle, de ojos amarillos y rasgados —describió —. Se nos ha encargado matarte por hereje.
Con estas palabras se abalanzó contra Liam, que respiraba con dificultad. Dio un corte extremadamente rápido con su cuchillo, el veneno que rezumaba de él era tan potente que mataría a un Señor Ancestral con tres esencias en poco más de diez segundos.
—¡Muere! —exclamó, pero los resultados no fueron los esperados —. Esto... ¿Qué es esto?
La hoja del cuchillo estaba a dos centímetros del cuello de Liam, sin embargo, por alguna razón no podía avanzar ni una pulgada más. Liam lo miró cansado y el asesino se horrorizó al ver sus ojos.
—Entonces, ¿conoces a un tal Shen? —cuestionó en voz baja y los ojos del lagarto se abrieron como dos platos y trató de escapar, pero no podía moverse —. Eso es todo lo que necesitaba.
De repente, el lagarto sintió como si todas sus costillas fueran rotas y sus pulmones perforados. Liam retiró su puño y lo dejó caer.
—Lord Shen te cazará, yo no soy más que un mero Señor Ancestro —se las arregló para soltar unas palabras y una risa —. Deberías haberlo pensado mejor antes de tratar de ir contra El Cielo mismo.
—Entonces, ¿eres un apóstol de Shen? —preguntó Liam, empezando a extraer, ahora que tenía tiempo, el veneno de su cuerpo y enviándolo lejos con su esencia.
—Jejejejeje, incluso conoces los Apóstoles —se rio desquiciadamente, tosiendo al final —. No, yo no soy un Apóstol, ¿cómo podría serlo? Sin embargo, eventualmente ellos también te cazarán... y entonces estarás perdido.
Con esto, empezó a reír como un maníaco antes de que Liam simplemente le aplastara la cabeza con el pie, matándolo en el acto.
Sabiendo que pronto empezarían a salir los demás pueblerinos, tuvo que irse. Usó la Esencia del Espacio para viajar a unos quilómetros y se recostó en un árbol.
—Maldición, casi me mata —terminando de extraer el veneno, Liam pensó —. Mi habilidad defensiva no está al nivel de la ofensiva... Tengo la armadura, ¿pero de qué me sirve si me pueden atacar mientras duermo?
No queriendo volver a pasar una experiencia similar, empezó a trazar una rutina de entrenamiento en su cabeza para aumentar su resistencia, al menos algo había sacado de todo esto.
Fin del capítulo.
-----------------
Sé que se dijo anteriormente en esta historia que los dragones son más débiles que los humanos en el mismo nivel de cultivación, pero esto cambia ahora por una razón. En el Reino Ancestral, los dragones adquieren la capacidad de pensar al mismo nivel que un humano (antes de eso se guían más por sus instintos y no pueden controlar su fuerza). Naturalmente son más fuertes los dragones que los humanos, pero todo ese poder sin una mente para controlarlo los hace ser muy inferiores a lo que podrían realmente ser.
Bueno, espero que os haya gustado y hasta la semana que viene ^^