Shen Yi estaba muy complicado con el desempeño de la esposa. Irradiaba confianza y valentía, después del desafío que se le presentó. La sonrisa en su rostro le quedaba bien. Ahora, era inminente enfrentar el principal problema, pero no iba a dejar que Lu Xinyi lo hiciera sola.
—¿A dónde vas? —le preguntó Xiao Lan, cuando vio que Shen Yi se levantó e iba hacia la salida más cercana.
—Voy a exterminar algunas pestes —contestó Shen Yi despreocupadamente y dejó a los mellizos al cuidado de Xiao Lan. Cuando estaba fuera del alcance del oído, sacó el teléfono de la campera y marcó el número del asistente.
—Averigua quien supervisó la distribución y preparación de los ingredientes —le comentó a Qiao He.
—Enseguida, jefe Yi.
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