Capítulo 726: Vermut

"¿Cómo te sientes, Vermut?" - preguntó el sumo sacerdote al ver cómo la mujer demonio empezaba a levantarse luego de sufrir espasmos por más de una hora.

"Bien, aunque fue más complejo de tratar de lo que pensaba" - respondió Cattleya mientras negaba con la cabeza, aunque había unas cuantas diferencias, como por ejemplo que sus ojos ahora eran de un intenso color azul y su cabello rojo había cambiado a un pálido color rosado casi blanco.

"¿Fue complicado?" - preguntó el sumo sacerdote con sorpresa, después de todo, no se esperaba que un simple mortal fuera lo suficientemente fuerte para oponerse a la influencia de un apóstol, más cuando se trataba del segundo dios más poderoso de esta dimensión.

"Sí, esta mujer tenía una fuerte voluntad de vivir" - respondió Vermut mientras negaba con la cabeza - "Incluso luego de absorber su alma, todavía puedo sentir una pequeña influencia en mi persona"

"Eso es un poco preocupante" - murmuró el sumo sacerdote antes de negar con la cabeza.

"Sí, aunque no tanto como piensas, sin contar que no es como si esto afectara nuestros planes, solo los aceleró un poco" - dijo Vermut mientras se encogía de hombros. Ella no estaba mintiendo, su maestro, el dios Alba, tenía pensado en suplantar a Cattleya tarde o temprano, después de todo, él no podía dejar que alguien influenciara las acciones de los demonios.

"¿Descubriste algo dentro del alma de esa mujer, Vermut?" - preguntó el sumo sacerdote mientras cambiaba de tema de conversación.

"La verdad es que después de nuestra pelea, muchas de sus memorias fueron dañadas" - respondió Vermut mientras fruncía el ceño - "Todavía puedo detectar algunas cosas importantes, aunque no estoy muy segura de qué tan verídicas serán, después de todo, esta mujer podría haber modificado sus memorias como un último golpe hacia nosotros"

"No creo que eso sea posible, después de todo, ella no tenía ese tipo de habilidad" - dijo el sumo sacerdote antes de mirar a la mujer - "Quiero que hagas una búsqueda rápida en las memorias de esta mujer, necesitamos asegurarnos de quién es nuestro enemigo"

"Estoy segura de que ya tenemos más o menos una idea de quién es" - dijo Vermut mientras le daba una mirada en blanco a su colega apóstol.

"Sí, pero es mejor asegurarnos, después de todo, es mejor tener un enemigo a dos que podrían joder los planes de nuestro maestro" - respondió el sumo sacerdote mientras le daba una mirada fría a su colega.

"Tienes un punto" - asintió Vermut mientras cerraba los ojos.

El sumo sacerdote se quedó en silencio por unos minutos hasta que escuchó la voz de su compañera. Ella nuevamente había abierto los ojos y estaba un poco confundida.

"¿Qué sucede?" - preguntó el sumo sacerdote mientras miraba a su colega.

"Hmm, creo ver algo, aunque sus facciones están muy ocultas por los daños causados" - respondió Vermut mientras relataba lo que veía.

"Creo que es mejor que me lo muestres directamente" - dijo el sumo sacerdote - "¿O a caso no puedes?"

"Hmm, dame un momento para adaptarme a este cuerpo y podré hacerlo" - respondió Vermut mientras cerraba los ojos.

Luego de otros minutos, ella abrió los ojos y empezó a recitar un encantamiento.

El sumo sacerdote frunció el ceño porque el poder que su compañera estaba liberando, era ligeramente mayor al suyo, todo gracias a la diferencia de poderes que tenían sus vasijas.

"Listo" - dijo Vermut mientras creaba una esfera de niebla que lentamente se extendió.

El sumo sacerdote se quedó en silencio mientras veía una imagen ilusoria de Cattleya atada a una silla.

[¿Qué dices?] - dijo una voz masculina distorsionada.

[Acepto...] - respondió Cattleya mientras se mordía el labio.

[Aunque necesito algo que demuestre que no me traicionarás...] - dijo la voz masculina mientras una silueta aparecía delante de la mujer demonio.

El sumo sacerdote frunció el ceño porque no podía ver la apariencia de este desconocido, aunque con esto él había confirmado alguna de sus sospechas. Tal parecía que Cattleya había sido una espía desde que su misión falló, lo cual explicaba su drástico aumento de poder.

"¿Qué piensas?" - preguntó Vermut mientras miraba a su anciano compañero.

"Que es posible que Cattleya haya sido la responsable del fallo de nuestra misión en Ankaji" - respondió el sumo sacerdote mientras fruncía nuevamente el ceño - "Por cierto, ¿Hay alguna forma de poder saber la identidad del desconocido?"

"Tendría que probar otro método de absorción de memorias, aunque eso podría ser peligroso, porque terminaría siendo afectada por el contrato" - respondió Vermut con el ceño fruncido.

"Hazlo" - ordenó el sumo sacerdote.

"No" - respondió Vermut con neutralidad - "Estoy dispuesta a dar mi vida por nuestro señor Alba, pero no por ti"

"Esto es por Alba-sama" - respondió el sumo sacerdote, aunque él no estaba siendo honesto, después de todo, la Vermut actual era un peligro para su posición como segundo al mando de su dios, un puesto que él había conseguido por años de sacrificios en este cuerpo demacrado por el paso del tiempo.

"No, solo estás matando dos pájaros con un tiro" - respondió Vermut con desdén - "Y si tanto quieres poner el nombre de nuestro dios sobre la mesa, siempre puedes hacerlo tú mismo"

El sumo sacerdote se quedó en silencio cuando vio cómo la esfera de niebla empezaba a reducirse, volviendo a su forma original y flotando delante de él. Esta era la habilidad especial de Vermut, ella podía absorber el alma de sus víctimas y conseguir sus recuerdos, incluso podía separarlos de su persona y entregárselos a alguien más, es por eso que ella había sido manipulada para poder convertirse en una de las apóstoles de Alba, aunque ella todavía conservaba vestigios de su antigua personalidad, es por eso que su dios no la usaba tan seguido, porque mientras más usaba sus habilidades, mayor era la pérdida de control que el dios tenía sobre este particular apóstol.

"¿Qué esperas?" - preguntó Vermut con desdén, aunque rápidamente empezó a gritar.

"Parece que a Alba-sama no le gustó tu tono de voz" - dijo el sumo sacerdote con desdén, aunque su expresión cambió cuando escuchó cómo su dios le decía que lo hiciera. Era obvio lo que Alba deseaba y tal parecía que no quería arriesgarse a perder a Vermut, quien era su mejor espía, aunque esto dejaba en claro que su posición era inferior a la de la mujer - "Entiendo..."

El sumo sacerdote apretó los dientes antes de absorber la esfera de niebla, y cuando lo hizo, él empezó a ver y vivir todo lo que Cattleya había vivido, aunque rápidamente empezó a destruir todas las memorias inútiles. Él estuvo buscando por un buen tiempo antes de ver lo que deseaba, la escena en la que Cattleya estaba amarrada contra la silla.

"Llegué justo cuando estaba diciéndole los beneficios del contrato, esto es perfecto" - murmuró el sumo sacerdote mientras intentaba acercarse donde estaba la mujer demonio, aunque cundo lo hizo, él notó algo extraño.

[Veo que tenemos visitas...] - dijo la voz masculina distorsionada.

"¡Imposible!" - exclamó el sumo sacerdote mientras sentía cómo todo a su alrededor parecía oscurecerse, mostrando solo los ojos amarillos de la silueta que lentamente empezó a tomar una forma más serpentina.

El sumo sacerdote intentó decir algo más cuando vio como un extraño miasma verde empezó a brotar del cuerpo de la extraña criatura.

"¡¿Qué es esto?!" - exclamó el sumo sacerdote mientras temblaba ante la extraña presencia de la viscosidad que se le acercaba.

[Es el castigo por romper el contrato conmigo] - respondió la criatura mientras empezaba a reír con locura.

El sumo sacerdote intentó decir algo más, cuando vio como la silueta desaparecía y mostraba a la verdadera persona que la cubría, el cual no era otro que el irregular que su maestro le había advertido - "¡Tú!"

Cloud no respondió, él solo entrecerró los ojos antes de desaparecer del lugar mientras el sumo sacerdote era rodeado por el miasma extraño.

Vermut, quien había logrado recuperar el control de su cuerpo, vio como el sumo sacerdote estaba quieto - "¿Bugart?"

La mujer intentó observar con mayor detalle a su compañero, quien parecía no escucharla, aunque rápidamente retrocedió porque sintió peligro venir de él - "¡Bugart, reacciona!"

Vermut continuó observando a su colega, solo para ver cómo él empezaba a convulsionar mientras un extraño líquido negro brotaba de su cuerpo - "¡Mierda!"

La mujer demonio no sabía qué hacer en esta situación, y por lo que podía ver, su maestro también estaba perplejo porque todavía no hacía nada para intentar salvar a su apóstol.

"¡Bugart, al menos dime quién es nuestro enemigo!" - exclamó Vermut mientras intentaba contactar con la consciencia del sumo sacerdote.

"¡Irregular!" - gritó el sumo sacerdote mientras empezaba a vomitar miasma negro - "¡Ibrebugar!"

Vermut se quedó en silencio mientras soltaba un suspiro de alivio al ver que se había salvado de un destino horrible porque podía ver cómo su colega estaba sufriendo una muerte lenta y dolorosa, y lo que hacía todo peor, era que además parecía estar sufriendo una muerte por ahogamiento.

La mujer intentó acercarse al cadáver de su aliado cuando vio que había dejado de moverse, aunque rápidamente retrocedió porque vio cómo el cuerpo de Bugart empezó a marchitarse a gran velocidad.

"¿Qué fue lo que pasó?" - murmuró Vermut con el ceño fruncido porque esto no parecía el resultado de romper el contrato.