Yoruichi Shihōin.

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[CAPÍTULO ÚNICO.]

"Ella."

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Desde que la vio supo que solo sería ella en su vida. Pero toda su tragedia era lamentablemente, su familia disfuncional la hacía un blanco perfecto para las burlas en la escuela y secundaria.

Todo hasta que llegó a la preparatoria; donde, Ichigo Kurosaki golpeaba a todo aquel que intentará burlarse de aquella chica.

Debía agradecerle al pelinaranja. Por ser su amigo, pronto supo que se conocerían.

Recordaba ese día como si fuera ayer, aún cuando habían pasado años de aquel suceso. Estaba transformada en gato, y aún cuando ella sabía que tenía conciencia propia. Siempre la acariciaba como si fuera una mascota.

Podría haberse molestado si se trataba de Kurosaki o alguno de sus otros amigos, incluso de Kisuke.

Pero ella. Simplemente no podía enojarse con ella.

—Malory...

La nombrada dio un brinco cuando sintió las manos de la morena abrazando su cintura, la barbilla de Yoruichi recargada en el hombro de la pelinegra.

—Yoruichi-san, ¿paso algo?— pregunto nerviosa, con un sonrojo en las mejillas.

Shihōin sonrió mientras besaba la mejilla de su amada.

—Eres tan linda cuando te pones nerviosa. Siempre eres linda— comentó la noble mientras su sonrisa se mantenía tan dulce ante los ojos dorados de su pareja.

Malory sonrió mientras miraba de reojo a la Shihōin.

—Buenos días a las dos, señoritas— saludo alegremente un rubio de sombrero, entrando a la cocina donde ambas mujeres de encontraban.

Yoruichi se separó de Malory mirando a su mejor amigo con una sonrisa. Se veía que la morena estaba de muy buen humor.

—Buenos días Kisuke— saludo la morena.

—Vaya. Estás de muy buen humor Yoruichi-san— dijo con sorpresa el rubio. —¿Habrás dormido bien?— sonrió pícaro mientras miraba a Malory.

La pelinegra desvío la mirada mientras un sonrojo aparecía en sus mejillas.

—Mi pervertido amigo, Kisuke. No debes de imaginarlo para saberlo.

Urahara rió ante las palabras de la morena.

Malory no cabía de la vergüenza que sentía.

Ambos amigos rieron mientras la pelinegra cubría su sonrojado rostro con ambas manos. Muerta de la vergüenza ante los comentarios de la Shihōin y Urahara.

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