Capitulo 5: ¿Dónde está mi dragón gigante?

'¡Espera un momento! ¡¿Puedo invocar a un dragón?! ¡¿Un jodido dragón?! ¡¿Como los que he visto en mi visión?!'. -Pensó Arthur, mientras su mente se sumía en el caos, con cientos de pensamientos cruzando por su cabeza, dejándolo al borde del colapso.

El Maestro Zhang se acercó a su lado, observando su expresión con intriga. "¿Estás bien?"

"..."

Al no recibir respuesta, el Maestro Zhang le dio un ligero golpecito en el hombro, tratando de sacarlo de su aturdimiento.

"¿Eh...? Oh, sí". -Respondió Arthur, recobrando la compostura. -"¿Sucede algo, Maestro Zhang?"

El Maestro Zhang se quedó momentáneamente sin palabras, sintiéndose extraño por ser él a quien mostraban preocupación. -"Ehem. Nada, solo sentía curiosidad por tu clase. Al igual que la clase única de tu compañero, tu clase es algo que nunca antes había visto... ¿Y me preguntaba...? ¿Si no te importaría mostrarme alguna de tus habilidades?"

Arthur se quedó en silencio, debatiendo qué hacer. -'De momento, lo mejor será ocultar que puedo invocar un dragón. Así que solo me queda una opción'. -Pensó Arthur.

"Está bien, pero no sé exactamente el poder que pose la habilidad, así que lo mejor será dejar un espacio vació". -Respondió finalmente Arthur.

"Bien, no hay ningún problema". -Asintió el Maestro Zhang, llevándolo rápidamente a un área despejada, lejos de los estudiantes. Era una zona vacía, con unas cuantas columnas de mármol blancas llenas de enredaderas como decoración.

Arthur respiro hondo, dejando que el aire llenara sus pulmones, mientras se preparaba para utilizar la habilidad. De repente, una palabra extraña vino a su mente, y soltando todo el aire guardado dentro de sus pulmones, gritó.

"¡FUS-RO-DAH!"

Inmediatamente, su atributo espiritual cayó en diez puntos. Y su grito fue acompañado de una onda de choque visible a simple vista, que continuó su trayectoria hasta impactar contra una de las columnas de mármol.

En un abrir y cerrar de ojos, la columna recibió de lleno todo el poder del grito, estallando en grandes trozos blancos.

Los ojos de todos cayeron sobre la columna destrozada, sin atreverse a decir una palabra.

Arthur fue el primero en romper el silencio, mientras se rascaba la parte posterior de la cabeza con vergüenza. -"Esto... Lo siento por la columna... Realmente no era mi intención... Maestro Zhang, usted me ha obligado a utilizar mi habilidad... Y la verdad es que no tengo mucho dinero...". -Susurró la última parte desviando la mirada hacia el suelo.

El Maestro Zhang lo miró con los ojos abiertos, preguntándose en qué momento lo había obligado a utilizar una de sus habilidades. Dejando escapar un suspiro cansado, agitó una de sus manos de forma despreocupada. -"No te preocupes, es mi culpa por hacerte probar una de tus habilidades"

Desde lejos, los estudiantes miraron la exhibición de poder con asombro y envidia. Algunos de ellos incluso maldiciendo en voz baja la suerte de Arthur por despertar una clase aparentemente poderosa.

"¿Qué ha sido eso? ¿Ha rugido como un dragón y la columna simplemente ha sido destrozada?". -Preguntó uno de los estudiantes con asombro.

"Casi me da un infarto". -Respondió otro.

"Tanto poder... Creo que se me han mojado los calzoncillos". -Confesó otro de los estudiantes. Inmediatamente todos los ojos a su alrededor se posaron sobre él, mirándolo con diferentes expresiones de disgusto. -"Era una broma...". -Explicó avergonzado.

"¿Siempre tiene que haber alguien con fetiches extraños?". -Expreso otro estudiante asqueado.

Lin Moyu guardó silencio mientras pensaba en la escena anterior de los dragones. -'Esté bien, ¿y que si son dragones? En mi visión he visto como un nigromante acababa con un dragón igual de grande, con un ejército de esqueletos. Cuando llegue el momento, yo también podré'. -Pensó con anticipación.

Por otro lado, Xia Xue miro el cielo en silencio, intentando contener las lágrimas. -'Ahora no solo el mudo me ha ganado, sino que también un cabeza hueca'. -Sus labios y nariz temblaron, con ganas de llorar.

Finalmente, media hora después, el despertar de la clase concluyó y Lu Yun guío a los estudiantes a un salón de clases grande, donde todos tomaron asiento.

De los 106 estudiantes que despertaron, 12 habían despertado clases de combate, 18 clases de apoyo y el resto clases de vida cotidiana.

Era una proporción bastante buena, por lo que Lu Yun estaba satisfecho.

"Queridos estudiantes, el despertar de la clase ha concluido". -Anunció Lu Yun mientras se dirigía hacia el frente del salón, con pasos firmes y voz serena.

"No importa qué clase hayas despertado, debes esforzarte por elevar tu nivel y mejorar el dominio de tus habilidades. A partir de mañana, la mazmorra para novatos de la ciudad de Xihai estará abierta a los estudiantes". -Dijo, haciendo una pausa para asegurarse de que todos le prestaran atención.

"Todos los estudiantes con clase de combate y apoyo podréis ingresar a la mazmorra para novatos, en ella podréis adquirir tanto experiencia de combate, como aumentar vuestro nivel". -Continuó, con gestos expresivos que enfatizaban sus palabras.

"En cuanto a los estudiantes con clases de vida cotidiana, no os preocupéis. La escuela ha preparado un taller de habilidades para vosotros, donde los maestros os enseñarán cómo dominar varias habilidades diversas para vuestra clase". -Añadió, con una sonrisa alentadora dirigida a aquellos que podrían sentirse desanimados.

"Espero que durante el gran examen dentro de una semana, podáis obtener una buena puntuación e ingresar a la academia que deseéis". -Concluyó, mirando a cada estudiante con expectativas, y deteniendo la mirada por un momento más prolongado hacia Xia Xue, Lin Moyu y Arthur.

Cuando finalmente fueron despedidos, Arthur se levantó con la intención de llegar a casa lo más pronto posible y poder comprobar la habilidad para invocar a un dragón.

De reojo, se encontró con Lin Moyu y Gao Yang detenidos por una furiosa Xia Xue, así que temiéndose lo peor, intentó encogerse y marcharse en silencio, tratando de camuflarse entre los grupos de estudiantes.

Su altura superior a la mayoría de los presentes, así como su largo pelo rojizo, hicieron poco para ayudarlo a esconderse. Cuando estaba por llegar a la puerta de salida, un grito furioso lo detuvo en seco.

"¡Pelirrojo cabeza hueca, será mejor que detengas donde estás!". -Gritó una voz femenina llena de furia.

Sin detenerse a comprobar quién lo llamaba, Arthur inmediatamente salió corriendo por la puerta, desapareciendo entre la marea de estudiantes y dejando atrás a una Xia Xue rebosante de ira.

Media hora después, Arthur finalmente llego a su apartamento.

Su casa se encontraba prácticamente vacía, excepto por algunos muebles y libros. Solo tenía una mesa pequeña con dos sillas, un pequeño sofá, una televisión y un portátil.

Lo primero que hizo al cerrar la puerta de su apartamento fue derrumbarse en el sofá agotado, donde permaneció con los ojos cerrados unos minutos, intentando recuperarse.

Unos minutos después, sintiéndose renovado, Arthur se puso de pie e inmediatamente comprobó su estado.

[Nombre: Arthur ]

[Clase: Dragonborn (Único)] [Nivel: 1 (0,00%)]

[Fuerza: 25] [Agilidad: 25] [Espíritu: 25] [Constitución: 25]

[Equipo: ninguno]

[Espacio familiar: 0/1]

[Habilidades de combate: Fuerza Implacable (Nivel 1), Invocar familiar (No puede subir de nivel)]

Centrándose en la segunda habilidad, Arthur quiso utilizarla, pero se detuvo de golpe.

'Espera un momento... ¿Si invoco un dragón gigante, no destrozaré el edificio, verdad? ¿Y qué pasa con el pánico que generará?'. -Mientras se hacía estas preguntas, sintió como su espíritu se desplomaba a cero.

A su lado surgió un pequeño vórtice rojo y de él emergió una pequeña criatura alada, de tamaño similar al de un pastor alemán.

La criatura alada, de un color oscuro rojizo y adornada con pequeñas escamas, cuernos y dos ojos amarillentos con pupilas verticales, miró a Arthur con curiosidad mientras agitaba su larga cola en el aire.

(Imagen)

Arthur se detuvo de golpe, mirando la criatura con incredulidad, mientas una nueva ola de información aparecía en su cabeza.

[Dragon de Fuego (Nivel 1) (Infante)]

[Fuerza: 50] [Agilidad: 25] [Espíritu: 25] [Físico: 50]

[Habilidades: Fuerza Implacable (Nivel 1)]

[Habilidades pasivas: Escamas de Dragon: Reduce el daño físico recibido un 3%]

"¿Dragon de fuego? ¿Eres... Un dragón de fuego? ¿Dónde está mi dragón gigante?". -Arthur miró a la pequeña y ciertamente adorable criatura con sorpresa.

"Espera... ¡Sus estadísticas son mejores que las mías!". -Exclamó Arthur, con una mezcla de sorpresa y un toque de indignación. ¿Debería alegrarse de invocar a una criatura más fuerte que él o sentirse insultado porque esta pequeña cosa fuera más poderosa?

Como si pudiese entender sus palabras, el pequeño dragón dejo escapar un rugido insatisfecho, cerro los ojos y levantó la cabeza con orgullo.

"¿Tú...? ¿Puedes entenderme?". -Arthur se sintió estúpido realizando esta pregunta, pero al ver cómo había reaccionado, sentía curiosidad por la respuesta.

El dragón miró los ojos de Arthur e inclino la cabeza confundido.

"¿Entonces ha sido mi imaginación?". -Pensó Arthur en voz alta mientras se rascaba la barbilla.

Sus ojos vagaron inconscientemente hacia el pequeño dragón, que lo miraba con los ojos entrecerrados y lo que juraría que era una sonrisa en boca.

"¡Tu!". -Señalando al pequeño dragón, Artuhur se sobresaltó. Resulta que el pequeño podía entenderle de verdad, lo que le hacía preguntarse muchas cosas.

¿Podía considerarse un ser vivo? ¿Había leído que las invocaciones eran simples marionetas sin pensamiento alguno ni emociones? Pero por lo que parecía, este pequeño dragón se había presentado orgulloso, e incluso se había atrevido a bromear con él.

Dejando escapar un suspiro abatido, Arthur se sentó en el sofá mientras miraba al pequeño dragón vagar por la casa como si fuera suya.

"No te puedo estar llamando pequeño dragón todo el tiempo... ¿Tienes nombre? ¿Qué tal si te doy uno?". -Arthur inmediatamente se perdió en sus pensamientos una vez más.

"¿Qué tal Drogon...? No, demasiado simple. ¿Smaug...? No, no te pega. ¿Shenron? No, no servirá". - Mientras Arthur reflexionaba en voz alta sobre posibles nombres, el pequeño dragón levantó la cabeza con curiosidad y se acercó a él. Con un pequeño salto, se posicionó sobre el sofá y se acomodó sobre las piernas de Arthur. Instintivamente, Arthur comenzó a acariciarle las frías escamas, lo que provocó que el pequeño dragón entrecerrara los ojos con placer.

Unos minutos después, Arthur se levantó emocionado, levantando los brazos en el aire mientras gritaba: "¡Lo tengo! ¡Eragon! ¡Tu nombre será Eragon!"

Sintiendo la emoción en la voz de Arthur, el pequeño dragón también levanto la cabeza emocionado y dejo escapar un rugido suave. Marcando así el comienzo de una conexión única entre ellos.