Por favor, entre.

El mayordomo se apresuró de nuevo.

Lewis quería seguirlo, pero luego se detuvo en seco y se volteó hacia Keira. —Cuando era niño en el extranjero, aprendí algunas habilidades del tío Olsen, y él es como un mentor para mí.

Keira entendió de inmediato.

Lewis sabía que ella no quería ver al tío Olsen, así que se tomó un cuidado especial en explicar que no tenía otra opción más que verlo.

Keira sonrió, muy comprensiva. —Entendido, está bien. Adelante.

Lewis entonces apretó su mano y se volteó para salir del cuarto con paso firme.

Keira se quedó en la puerta por un rato, luego miró su teléfono y vio el mensaje de Corey Mills. —Directora Nora, estoy en la puerta de la residencia Horton. ¿Debería venir a recoger la medicina o dejo que el guardia me deje entrar?

Keira miró el mensaje por un rato.

Ya que Lewis estaba al tanto de la situación, y la anciana señora Horton estaba bien, pensó que era mejor mantener su identidad en secreto por ahora.