Antiguo Compañero de Clase

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Keira había estado manejando algunos documentos en la oficina, y para cuando terminó, ya eran las once en punto. Samuel tenía un compromiso en el Hotel Palacio Emperador, así que los dos fueron juntos.

Garaje de estacionamiento subterráneo.

Samuel abrió la puerta del lado del conductor, mirando indeciso a Keira. —Jefa, ¿estás segura de que vas a conducir?

Keira levantó una ceja. —¿Tienes algún problema?

Por supuesto, Samuel no diría nada.

Caminó hacia el asiento del pasajero con gran conflicto interno y luego se abrochó el cinturón de seguridad con una expresión de desesperación.

Keira se sentó emocionada en el asiento del conductor, arrancando el auto.

El intenso rugido del auto deportivo resonó en el garaje subterráneo, haciendo que Samuel se estremeciera y cerrara los ojos.

Luego, sintió que el auto temblaba violentamente por un momento antes de empezar a moverse lentamente.

Deseaba poder encogerse en su asiento para que nadie viera su cara.

¡Qué vergüenza!