—¡De acuerdo!
Su Wan asintió agradecida.
De repente, el teléfono de Jing Chen sonó. Su infinita ternura fue interrumpida. Jing Chen frunció el ceño, pero cuando sacó su teléfono y vio la identificación de la llamada, apretó los labios y contestó.
Su Wan observó cómo la expresión de Jing Chen cambiaba y se rió entre dientes.
—Jing Chen, tu banquete de cumpleaños está a punto de comenzar. ¿Estás listo? Si estás listo, ven rápido. No hagas esperar a los invitados.
Jing Chen miró a Su Wan, que estaba disfrutando. —Mamá, voy a tener que pedirte que te hagas cargo de la escena allí por un momento. Estaré allí pronto. Te tengo una sorpresa para más tarde.
Su Wan recibió la mirada de Jing Chen. Al oír esto, la sonrisa en su rostro se congeló. Su intuición le decía que estaría relacionado con ella.
Qin Lan se interesó y preguntó con prisa, —¿Qué sorpresa?
Jing Chen sonrió misteriosamente. —Lo sabrás más tarde.
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