Esta contraseña es simple

Cuando llegaron al apartamento, Su Wan le agradeció.

Lin Yu no abrió la puerta del coche inmediatamente. En cambio, preguntó —Estaré contigo durante tu próxima consulta prenatal. Será mejor si tienes a un hombre a tu lado, ¿de acuerdo?

Las pupilas de Su Wan temblaron. Sus emociones, de las que aún no se había recuperado, se volvieron aún más caóticas. ¿Él incluso se dio cuenta de esto?

La mayoría de las personas que iban a la consulta prenatal estaban en parejas, y raramente alguien iba solo. Por lo general, habría algunas personas que miraban a una persona así con miradas juzgadoras, como si estuvieran diciendo que su esposo no la acompañaba.

En ese entonces, Su Wan no era débil. Ni siquiera lo consideraba mucho.

Ahora que Lin Yu lo mencionó, se dio cuenta de que solo se estaba mintiendo a sí misma.

¿A quién no le importaría?

—De acuerdo.