—¡NO! —Los ojos del Maestro del Valle estaban desorbitados, ¡y su tono estaba lleno de desesperación!
Quería detenerlo...
Pero, ya era demasiado tarde.
En un abrir y cerrar de ojos, ¡nadie pudo reaccionar!
¡Crack!
¡La silla justo se estrelló contra el letrero que caía!
Los cuatro caracteres de "Camino de la Medicina de la Eternidad" se hicieron añicos.
—¡Maestro, tenga cuidado! —Un Discípulo del Sector Interno se adelantó y empujó al Maestro del Valle a un lado.
¡Bang!
La silla caída, junto con el letrero roto...
Se esparcieron debajo del Maestro del Valle, sobre esa silla dorada.
Los comerciantes contuvieron la respiración, incapaces de evitar temblar.
¡Un letrero milenario!
Alguien...
¡Alguien había destrozado el letrero milenario del Valle del Rey de la Medicina!
Lo hizo añicos.
Lo redujo a polvo...
El Maestro del Valle estaba atónito.
Miró el letrero roto esparcido en el suelo.
Atónito...
En su mente.
No sabía qué pensar.
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