Elon ya camina de regreso a su oficina frente a ella, pero Mia le pisa los talones rápidamente.
“¿Qué te pasa, Elon?” —sisea Mia, cerrando la puerta detrás de ella mientras están en la oficina de Elon.
Elon da un paso atrás, claramente intentando reprimir una sonrisa.
“¿Qué pasó con el señor Dahan? Creo que finalmente estaba empezando a acostumbrarme”.
Mia se burla y le señala la cara con un dedo acusador.
“Pensé que finalmente estábamos empezando a encontrar algún tipo de paz aquí. Te lo dije, no hay nada entre nosotros”.
“Y te escuché. ¿He hecho algo para traspasar tus límites? Pregunta Elon, acercándose más. Claramente está tratando de ponerla de los nervios y ella odia admitir que está funcionando.
"¿Quieres decir, además de exigirme que trabaje más tarde cuando acabas de escucharme hacer planes?" Mia también se inclina.
“Te lo habría dicho antes, pero estabas atendiendo una llamada personal durante el horario laboral. En mi opinión, es muy poco profesional”, sonríe Elon.
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